Manta. 08 may 2000. Los médicos chilenos dicen que desde hace
algunas semanas ingresan 10 profesionales ecuatorianos cada día.
En el país no hay estudios al respecto.

En el Ecuador la migración también tiene título profesional:
médicos y enfermeras desde hace cuatro años se van a Chile. La
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manta está llenado las plazas en
las zonas más remotas de ese país y en el último año nueve
catedráticos del mismo centro de estudios hicieron maletas rumbo
al sur.

Hace dos semanas, los pasillos de esa Universidad se llenaron con
400 nuevos alumnos. El nuevo ciclo comenzó y todos los jóvenes
aspiran a obtener el título después de seis años de estudios. Sin
embargo, las estadísticas solo enumeran a máximo 23 egresados, así
fue en 1999.

Por ahora a todos les sobran las ganas de ser médicos y de algún
día irse a Chile, porque las historias de galenos ecuatorianos que
están allá y ganan hasta cinco veces más se multiplican en Manabí,
especialmente en Manta.

Hasta los profesores se sintieron tentados y de 32 catedráticos de
la Facultad de Medicina ahora quedan 23 y materias como las de
oftalmología y anestesiología están desiertas. Anatomía,
endocrinología, patología, salud comunitaria y urología se
cubrieron incrementando la carga horaria de los profesores que aún
quedan.

En los últimos seis meses cuatro profesionales de la Universidad
vendieron sus bienes y con sus familias se fueron silenciosamente
a buscar mejor suerte. Pero ese desapercibido ingreso a Chile solo
es aparente, en las últimas semanas los médicos chilenos
protestaron por la invasión de profesionales ecuatorianos que
están ocupando las plazas de medicina general y cuestionan su
idoneidad.

Aquí no hay cifras de cuántos médicos se han ido al Cono Sur, el
Colegio Médico de Pichincha está elaborando un estudio, pero para
Enrique Accorsi, presidente del Colegio Médico de Chile, según el
diario chileno El Mercurio, "en las últimas semanas ingresan 10
médicos al día desde Ecuador, país donde el 60 por ciento de
dichos profesionales está cesante y donde los sueldos son
extremadamente bajos".

Ellos van en busca de un trabajo que les dé algo más que 80
dólares mensuales, el promedio que gana un profesional en un
hospital público. Hasta junio del 99, se aseguraba que 150
profesionales de la salud estaban en Chile. Bosco Mendoza,
presidente del Colegio Médico de Manabí, en ese entonces habló de
1 500 galenos distribuidos en varios países.

La cifra de 10 médicos por día, para los dirigentes médicos
nacionales es exagerada, pero ya nadie se puede sustraer a este
hecho, que más afecta a Manabí y que está comenzando a dar
dificultades en hospitales como el Eugenio Espejo de Quito.

Hace poco esta casa de salud convocó a un concurso para llenar la
Jefatura de Imagenología, nadie se presentó, Ernesto Mantilla, el
director, no sabe si es porque ya no hay interesados o porque los
salarios para especialistas son tan bajos (promedio 130 dólares)
que para nadie son atractivos. "Pero yo conozco el caso de un
amigo mío de Manta. Él es un buen profesional, tenía buena
clientela privada, dijo que no le alcanzaba y un buen día se fue a
Chile".

Rubén Silva, presidente del Colegio Médico de Pichincha, desestimó
las críticas de falta de idoneidad de sus colegas. "Si comparamos
médicos generales con médicos generales la preparación es la
misma, pero si allá los están comparando con los
superespecialistas, claro que sí hay diferencia, igual que aquí".

Silva ve un serio problema en el desempleo de los galenos, que es
el verdadero motivo por el que se van. Para él el Estado debiera
preocuparse, porque la formación de estos jóvenes le cuesta al
país.

Aún sin las cifras de respaldo, dijo que muchos directores de la
asistencia social no sabían lo que estaba pasando con los
residentes. Algunas especialidades médicas se llenan, pero en
servicios no tan apetecidos como patología y radiología no hay con
quién cubrir esas plazas. Si la situación sigue igual va a pasar
lo que ya se experimenta en el sector rural del país, la ausencia
de médicos para los dispensarios.

Necesidad, inestabilidad económica y hasta novedad son factores
que inciden a la hora de irse del país. "El movimiento de
profesionales médicos hacia el sur tiene un factor multiplicador.
Los migrantes ecuatorianos se apoyan entre ellos. Si a uno le fue
bien, se lleva a dos y hasta tres amigos, de esa manera se reducen
gastos de alquiler y de alimentos", cuenta Carlos Cevallos, alumno
de cuarto año, que conoce experiencias de amigos que ahora viven
en el extranjero.

Pero las zancadillas comienzan a aparecer. Antes apenas se
terminaba el internado y la rural estaban aptos para migrar, hoy
exigen por los menos dos años de experiencia, cuenta Patricia
Cedeño, alumna de quinto año.

Las huellas de los médicos las pisan las enfermeras. Desde hace
dos años 60 mujeres que obtuvieron su licenciatura en la misma
Universidad se fueron, "porque nuestro trabajo es subvalorado",
según Yubagni Rezavala de Monroy, directora de la Escuela de
Enfermería de la Facultad de Medicina. 15 que egresaron hace dos
años abandonaron sus puestos y prefirieron buscar mejores días en
Chile, Estados Unidos, Colombia y hasta en China.

En Ecuador, una enfermera del sector público, con todos los
beneficios, gana 80 dólares, mientras que en Chile recibe entre
500 y 700 dólares al mes.

Pero el Colegio Médico de Chile explicó que sobre aquellos
profesionales que están con sus visas de trabajo y sus licencias
aprobadas no hay problemas, pero sí con aquellos que recién llegan
al país solo por razones económicas.

Los chilenos empiezan a inquietarse

La migración de galenos ecuatorianos hacia Chile no solo se
justifica en la casualidad de que a alguien le fue bien y llevó a
los demás. Ese país resulta una buena opción de empleo para los
especialistas extranjeros, donde el sistema de salud soporta una
preocupante escasez de médicos en la atención primaria.

Los testimonios de la nueva vida de los profesionales ecuatorianos
no vienen, precisamente, de los grandes y especializados
hospitales de Santiago de Chile o Valparaíso, sino de las zonas
rurales alejadas de los centros urbanos, como la provincia de
Arauco, donde ellos desarrollan su actividad profesional.

A César Peralta, odontólogo, le fue bien. Los primeros dos meses
se alojó donde unos paisanos manabitas. Al tercer mes encontró un
trabajo en un dispensario y los ingresos mejoraron, entonces
empezó a mandar una mesada de dólares a su esposa. Hace poco
estuvo en Manta, el próximo viaje vendrá para llevarse a su
familia.

Es esa ausencia de médicos generales, lo que obligó a la
Asociación Chilena de Municipalidades a expresar su disposición
para emplear a extranjeros. La ministra del ramo, Michelle
Bachelet, ofreció resolver la situación en tres meses y mostró su
voluntad para que se incluyan médicos de otras nacionalidades.

La intención de contratar a extranjeros se dio luego del fracaso,
a mediados de abril, del concurso para llenar 70 vacantes donde
solo se presentaron cinco. Desde ese momento una agria polémica
entre dirigentes médicos y autoridades ronda en la salud chilena.

El presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades, Gonzalo
Duarte, expresó irónicamente, "eso me huele a perro del
hortelano", ante las críticas del presidente del Colegio Médico,
Enrique Accorsi, a la contratación de médicos foráneos.

Lo anecdótico es que Accorsi estudió un año de medicina en la
universidad de Cuenca en Ecuador, llegó en 1969 luego de aplicar
en las universidades de Chile y quedar en la lista de espera,
según diario La Tercera.

Sobre su permanencia en Ecuador, dijo que tuvo que estudiar
bastante y que la calidad de la enseñanza de la facultad de
Cuenca, en esa época era buena, lo que sucede es que antes había
un bajo número de escuelas de medicina, ahora se han
quintuplicado, situación que también ha ocurrido en nuestro
país",indicó.

La dirigencia médica chilena piensa que los extranjeros son menos
idóneos. La formación en otros países no es tan buena,
especialmente la ecuatoriana.

Según El Mercurio, Accorsi dijo que "aparecía como sumamente
riesgoso, ya que muchos de ellos, (en especial los que provienen
de Ecuador) no tienen la preparación suficiente como para trabajar
en Chile y que con ellos, en vez de mejorar la atención, se
produciría un retroceso".

Actualmente uno de cada diez médicos que trabajan en los
consultorios y postas rurales son extranjeros, sumando 300 de los
cuales dos tercios son de Ecuador. (Texto tomado de El ComerciO)
EXPLORED
en Ciudad Manta

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