MUCHO DINERO - MUCHA INFLACION. Por Mauricio Pozo Crespo

Quito. 09.12.91. El comportamiento de la inflación durante el
presente gobierno puede dividirse en tres claras etapas: una
primera, en la que los precios crecieron en forma constante
desde agosto de 1988 (63% anual) hasta alcanzar el 99.1%. El
crecimiento de los precios mostró una clara tendencia
decreciente; esto es, del 99% anual en marzo de 1989 al 46%
anual en abril de 1990; y, una tercera etapa, en la cual se
observa que la inflación se estanca en alrededor del 50%
anual, desde mayo de 1990 a noviembre de 1991.

Algunos analistas económicos han sostenido que el problema
radica en el agotamiento del modelo gradualista; otros han
manifestado que la causa radica en presiones de costos; y
también hay sectores que afirman que la falta de crédito hace
que la producción no crezca y, por esta razón, no se pueda
amortiguar la presión inflacionaria, a través de un aumento de
la oferta productiva.

En relación al argumento de que la inflación se explica por
costos, debe indicarse que si se analiza la evolución de los
principales precios de la economía durante el presente
gobierno, se observa que los mismos han variado en menor
proporción al de la inflación.

En efecto, mientras el IPC (Indice de Precios al Consumidor)
ha crecido en 321.7% entre agosto de 1988 y noviembre de
1991, los principales precios de la economía lo han hecho a
las siguientes tasas: sueldos y salarios 100%, tipo de cambio
350%, tasas de interés alrededor del 20%, gasolina extra 180%,
entre los principales. Si bien en el caso de la gasolina y el
tipo de cambio las tasas son las más elevadas, su efecto
"inflacionario" se compensa porque son variables que generan
ingresos fiscales y atenúan el problema del déficit del sector
público, el cual sin el financiamiento adecuado es altamente
inflacionario. Resultados similares arrojan estudios más
prolijos a través de lo que se conoce como cálculos de
elasticidad.

Con respecto a que la inflación es originada por una falta de
crédito a la producción, es importante indicar que bajo las
actuales condiciones de la economía ecuatoriana; esto es, una
tasa de la emisión monetaria que gira alrededor del 50% anual,
es imposible abrir líneas de crédito adicionales, no solo por
el efecto pernicioso en precios sino porque cuando una
economía no ha alcanzado la estabilización total, los recursos
se destinan a fines especulativos y no de inversión
productiva. MAs aún, se corre el riesgo de que ni siquiera
haya la demanda suficiente para los recursos que se ofrecen.

Esto se ilustra al observar que en una economía estancada las
importaciones se reprimen, sobre todo en materias primas y
bienes de capital. Prueba de esto es la considerable sobre
oferta de divisas que se producía en el sistema de rondas del
Banco Central cuando la economía ecuatoriana, al principio del
actual gobierno, estaba totalmente desequilibrada. Esta
situación convaleció conforme la inflación cedió de casi el
100% al 50% anual. Sobre este mismo punto cabe indicar que el
rubro "Alimentos y Bebidas" del IPC ha variado a tasas
similares al del total de la canasta. Esto, por lo tanto, no
se compadece con el criterio de que ha habido falta de
financiamiento para la agricultura y por esta razón la
inflación se ha estancado y la oferta productiva no ha
reaccionado favorablemente para aquellos analistas que
sostienen que el modelo gradualista está agotado, debe
señalarse que cualquier esquema de política económica por el
que se opte, sea éste gradualista o de shock, debe reunir un
requisito fundamental: la coherencia entre la política
monetaria con la fiscal y cambiaria.

Si el gasto público rebasa los límites que toleran los
ingresos fiscales y el financiamiento disponible, termina por
reventar el control monetario que realiza el Banco Central.

De igual forma, una monetización externa provocada por una
rápida acumulación de reservas internacionales, presiona
también el crecimiento de la emisión monetaria y merma la
capacidad de los instrumentos de control, que por otras vías
realiza el Banco Central. En este sentido, es totalmente
independiente si el ajuste económico se lo realiza en forma
gradual o de manera "brusca".

Esta última explicación es la que, principalmente explica la
rigidez a la baja de la inflación de los últimos meses: con el
crecimiento de la emisión de dinero del 50% anual es imposible
alcanzar tasas de inflación menores. Este aumento de los
medios de pago en la economía "validan" el proceso
inflacionario, y eventualmente lo podrían estimular al alza.

Adicionalmente, el mantenimiento de una reserva monetaria
internacional alta, ha impedido desmonetizar recursos de la
economía (retirar circulante), contribuyendo también a
mantener la emisión de dinero en niveles todavía elevados.

Por lo anterior, el problema de la inflación se explica por el
lado de la demanda y no por factores de costos. Existe exceso
de liquidez en la economía y las aisladas alzas de la tasa
interbancaria se explican por circunstancias totalmente
coyunturales: especulación con la divida, períodos previos al
pago de impuestos, etc.

El promedio de la tasa interbancaria durante 1989, 1990 y 1991
ha estado en niveles entre e 20% y el 30%, esto significa, a
menos de la mitad de las tasas de interés para operaciones
comerciales.

De continuar la tendencia actual de la cantidad de dinero en
la economía, es de esperar que la inflación continúe estancada
en los niveles actuales. Es más, sería un éxito para la
actual política económica poder terminar el período de
gobierno con una inflación del 50% anual, si se consideran las
presiones fiscales que se presenten en un proceso electoral.

La prescripción de la política económica, por tanto, deberá
estar dirigida a una estricta austeridad fiscal, continuar con
una decidida eliminación de los factores cuasifiscales de la
inflación; esto es, supresión total de tasas de interés
subsidiadas, reducción de los elevados gastos administrativos
del Banco Central, eliminación del mecanismo de venta de
divisas para futuras exportaciones, control en la colocación
de bonos de estabilización monetaria del Banco Central por la
emisión que generan los intereses de éstos papeles, entre
otros; y, esterilizar el crecimiento de la reserva monetaria
internacional, es decir, evitar la monetización externa de los
recursos a través de una total apertura de importaciones.

Solo así, se podría consolidar la estabilización de la
economía ecuatoriana y crear las condiciones favorables para
una reactivación sostenida y equilibrada del aparato
productivo.

Debe recordarse que por estabilización económica se entiende
una inflación moderada que implique expectativas favorables de
los agentes económicos.

Es por esto que la estabilización es una condición necesaria,
aunque no suficiente, para el crecimiento económico.

Solo en casos excepcionales se ha observado que la
estabilización y el crecimiento económico puede alcanzarse en
forma simultánea. (2A)

EXPLORED
en Autor: Mauricio Pozo - [email protected] Ciudad N/D

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