Para el nuevo premier el eje sustancial del Gobierno es la transformación política del Estado

¿Cuál será la característica política de este gobierno? ¿Gobierno de simple transición o de refundación del país?

Es un gobierno que tiene que cambiar el actual orden porque ha fracasado, ha colapsado. No puede existir de esta forma porque es una fuente de decepción nacional. Esto que ocurrió en Quito -si lo pensamos debidamente en el tiempo- no es una revuelta, es una revolución. La gente no quiere que siga el mismo orden de cosas y si en el gobierno no acertamos a interpretarlo pues habremos fracasado.

En ese sentido, ¿qué cambios impulsados por el Gobierno darán cuenta de una interpretación correcta?

Lo sustancial de la actual administración tiene que ser la transformación del orden político. Lo demás tiene que seguir activo en el orden económico: tornarle activo al Banco Central, activar el aparato productivo y dedicar más a la inversión social. En ello están comprometidos el Presidente, Rafael Correa y el gobierno en general. Pero en medio de eso, lo sustancial es la transformación política.

¿Cuáles son los tiempos de esa gran reforma política?

La parte fundamental es cómo preparar las preguntas de la consulta popular. Vamos a iniciar unas preconsultas para conocer las aspiraciones reales de la ciudadanía. Esa consulta debe comprender un estatuto electoral, porque si sigue vigente la ley de partidos políticos y se viene una Asamblea Constituyente, volverán los mismos.

¿Ese estatuto sería un mecanismo previo?

Claro. La consulta tiene que aprobar el estatuto electoral para que, con él, se haga la Constituyente. Las personas también deben poder ser elegidas sin un partido político porque, actualmente, la gente vota en plancha.

¿Cuánto tiempo van a durar esas preconsultas?

Mi aspiración es que estemos en la consulta popular en 90 ó 120 días.

¿Y la constituyente?

La Constituyente debería trabajar 120 días, a tiempo completo.

Ya hay gente que piensa que el Gobierno está prolongando los plazos para evitar adelantar elecciones...

No tenemos ningún interés en alargar los plazos porque el período del presidente Palacio es el que dice la Constitución. No se trata de quemar tiempo, se trata de hacer bien las cosas.

Pero si se mira la composición del gabinete ministerial no se ve un gran aliento de renovación.

Yo estoy llamando a las funciones públicas no a mis amigos, sino a los jóvenes. Por ejemplo, he designado al abogado Fernando Gavilanes -el primer nombre que me presentaron los grupos de jóvenes- para la dirección de Migración y Extranjería. Les he pedido que me traigan otro nombre para la Intendencia de Policía, porque la Intendencia es justicia popular. El Presidente resolvió igualmente que la dirección de juventudes que está en el Ministerio de Bienestar Social sea ocupada por jóvenes y que se les dé autonomía. Desde allí podrán ejercer un sistema de veeduría. Yo les pedí a los ministros, en el primero y único gabinete que hemos tenido, que creemos un sistema de pasantías para que los jóvenes aprendan a gobernar.

Usted dijo que lo sustancial de esta administración sería la transformación del orden político. ¿Cuáles son las grandes reformas que propondrá el Gobierno al país?

Solo me atrevo a esbozar algunas ideas. Lo primero que el país quisiera es que no exista multitud de bloques en el Congreso. Antes del establecimiento de la segunda vuelta, los bloques legislativos eran tres. Es imposible gobernar con diez bloques.

Se podría elegir los diputados en la segunda vuelta…

O suprimir la segunda vuelta.

¿Qué otras reformas están estudiando?

El Tribunal Constitucional: o pasa a ser, como antes, una sala de la Corte Suprema de Justicia o, si se mantiene como tribunal, sus miembros tienen que ser elegidos como los de la Corte Suprema y cumplir con los mismos requisitos. No deben ser delegados de los partidos. Lo mejor es que sea una sala de lo constitucional. El Tribunal Supremo Electoral se podría corregir de esta manera: ese tribunal es el organismo de organización y de resolución sobre los asuntos que no causan estado definitivo. Y cuando se trate de casos graves, debería pasar a una de las salas de lo contencioso administrativo de la Corte Suprema. Se le daría un plazo para que resuelva. No quiero adelantar más. Pero esto le permitiría funcionar al Estado. No creo que tengamos que pasar al sistema parlamentario.

El pedido que se vayan todos, describe la certidumbre de que el sistema político se agotó. ¿Según usted estas reformas que anuncia bastarían para refundar el país?

Creo que hay que romper los cenáculos en los partidos políticos. De ahí la importancia de llegar a esa elección con un estatuto electoral para que no vuelvan los mismos. Hay que buscar el mecanismo para que la juventud que, por primera vez llegó al máximo de la indignación y se pronunció contra el orden político, ingrese a la política ecuatoriana.

¿Qué plantea usted?

Si vamos a la Asamblea, que se ponga una disposición para que al menos la mitad de sus miembros esté integrada por jóvenes de entre 25 y 35 años.

Los grupos sociales también están pidiendo que se financie la elección y no a los partidos. ¿Coincide usted con ellos?

Claro. Si no recuerdo mal, en Francia no se puede hacer propaganda política en la televisión. No se entrega dinero, sino que se les da la misma oportunidad y las mismas condiciones a todos. Tanto espacio en televisión, radio y otros medios. Esa es la manera.

Sin fuerza legislativa propia, el Gobierno necesita a los partidos para viabilizar las reformas que el país pide. Pero, al mismo tiempo, sabe que las reformas van contra los intereses tradicionales de esos partidos. ¿Cómo piensa resolver como ministro de la política ese dilema?

Vamos a gobernar basados en la estabilidad que da la Constitución y en la opinión pública. Es evidente que solo con presión popular se logrará que el Congreso Nacional apruebe el texto de la consulta con cambios sustanciales porque es muy duro para los partidos renunciar a lo que tienen. Pero han pasado una crisis tan grave que es en este momento que se pueden hacer los cambios.

¿Usted va a hablar con los partidos o va a privilegiar a la opinión?

Voy a privilegiar la opinión pública. ¡Y felizmente la prensa tiene tal fuerza hoy en día!

Pero en el caso de la Corte transitoria ya no hay sintonía del Gobierno con la opinión. Nada han dicho ustedes sobre lo que hizo el Congreso que también, en ese caso, volvió a lo mismo.

No puedo dar criterios definidos porque estamos estudiando la reforma. Pero ciertamente deja mucho que desear. Se aprecia el esfuerzo del Congreso pero se notan muchas fallas que hacen necesario, en mi opinión, algunas propuestas del Ejecutivo bajo la modalidad del veto parcial.

¿Tiene el Ejecutivo una alternativa a esta salida del Congreso que es inconstitucional y contraria a lo que el país pidió?

Creo que es imposible algo constitucional. Así es porque destrozaron el orden constitucional. Lo destruido no se puede restañar sin una asamblea constituyente. Todo esto es forzado pues ¿con qué derecho el Congreso elige una corte? Pero tenemos que aceptarlo; de lo contrario, quedamos en la anarquía.

¿Coincide usted con el proceso autonómico que defiende Jaime Nebot en Guayaquil?

No hemos llegado a esa definición, pero lo cierto es que el país reclama mayor descentralización. La autonomía es una cosa que tiene que darse progresivamente y sin afectar la idea de país. Se está probando que hoy son más eficientes los municipios que el Estado central.

El alcalde de Guayaquil ha planteado, ante la ola delincuencial, una seguridad que implique la participación de compañías privadas. ¿Es usted favorable a esa idea?

Conozco los peligros porque me he adentrado mucho en las lecturas de lo que ocurre en Colombia. Tantas veces he querido decir que los guayaquileños analicen el peligro de hacer fuerzas de seguridad privada. Es preferible que le den un carácter institucional que puede ser a través del mismo Municipio coordinado con la seguridad nacional. Creo que hay que manejar la seguridad institucionalmente, no en forma centralizada pero con cuerpos regulares y no con guardias privados.

¿El Gobierno mantendrá el mismo concepto de seguridad que implica una amplia movilización policial y militar, en la frontera norte?

Lo que uno tiene que tener es una política nacional y no por ser nacional uno cree que está viviendo solo en el mundo. Uno tiene que tener las conveniencias de lo nacional y medir bien los pasos que se dan para que no lo arrastren al conflicto ajeno. Además se tienen que tener políticas que permitan un control interno según las conveniencias del Ecuador. Lo de Trinidad puso en evidencia, por ejemplo, que el ministro de Gobierno de ese entonces no conocía lo que había hecho la Policía.

Hay una tesis que dice que si Estados Unidos quiere que Ecuador juegue el papel de yunque en la frontera norte debería asumir los costos. ¿Qué dice usted?

La cooperación internacional, en cuanto al esfuerzo que hagamos, no necesariamente tiene que ser rechazada. Esto siempre y cuando no le impongan a uno condiciones de participar en lo que no quiere. El peligro de aceptar aquello, y habría un derecho dada nuestra escasez; el peligro (y por eso hay que evitarlo), es que nadie ofrece nada gratis. Por eso es preferible no reclamarlo y hacerlo con nuestras propias fuerzas. Ahora, lo primero que tiene que hacer Colombia es que su ejército haga su trabajo, su guerra contra la guerrilla colombiana de sur a norte.

Eso no releva al Ecuador de hacer su trabajo de control al interior de su frontera.

El Ecuador tiene que controlar el delito.

¿No hay entonces, según usted en este tema, materia para replantear con Estados Unidos?

No conozco, por lo menos no se me ha informado, que exista oficialmente un acuerdo con Estados Unidos sobre el tema. Aquí no existe un Plan Ecuador.

¿Es usted favorable a que hubiese uno?

No soy favorable. Ecuador tiene que determinar solo su política.

¿Le han informado si efectivamente hay un acuerdo sobre una supuesta nueva base en Tena?

Eso merece una revisión a la que todavía personalmente no he podido llegar porque luce muy raro que se haga un aeropuerto gigante en Tena. Si realmente se quiere que sea para un centro de desarrollo de la región, entonces vamos con un plan progresivo. No invirtamos todo para tener una gran casa en la cual no podamos poner los muebles. Por esa vía se corre el peligro de tener un aeropuerto sin uso.

Sus declaraciones sobre Condoleezza Rice, secretaria de Estado de Estados Unidos, dejan presagiar un tipo de relación nueva con Washington?

Con el gobierno de Estados Unidos lo que hay que tener es una relación de elevación de respeto de sí mismo. Ha habido una etapa de indignidad en la cual le han dado más de lo que pide Estados Unidos. Lucio Gutiérrez cometió la ridiculez de afirmar que era el mejor aliado de Estados Unidos. ¡Qué pequeñez!

Ecuador va a ser socio en los mejores términos. Yo no soy antiamericano. Soy crítico de ciertas políticas norteamericanas que afectan a los intereses del Ecuador.
EXPLORED
en Ciudad Quito

Otras Noticias del día 02/Mayo/2005

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el