La marcha nacional de jubilados que copó ayer las vías principales del Centro Histórico con cerca de tres mil personas, tuvo el apoyo de diversos sectores sociales.

La manifestación se nutrió con delegaciones de jubilados de todas las provincias, representantes del sector de la salud; estudiantes de las universidades Católica y Central, empleados ministeriales, trabajadores del sector eléctrico y colegiales, entre otros.

El recorrido, que empezó a las 09h45, avanzó hacia el casco colonial en medio de pedidos de renuncia del coronel Lucio Gutiérrez al poder y la elevación de las pensiones jubilares.

“Esto no es un gobierno, es una farsa”, exclamaban estudiantes de la Universidad Central. Lina Reyes, de 20 años, y Paola Rodríguez, de 21, se sumaron a la marcha no solo para exigir una pensión digna para los retirados, sino para rechazar al Gobierno.

Después del veto total a la Ley de Fijación de Pensiones Jubilares Mínimas, aprobada la semana pasada por el Congreso y rechazada el lunes por el Ejecutivo, los jubilados sienten ira e impotencia, manifestaron en la marcha.

Cecilia Sánchez, jubilada y ex trabajadora de Andinatel, indicó que el Presidente debe rectificar su proceder. Recordó que una de las promesas de campaña de Gutiérrez fue protegerlos. “Dijo que su padre también es jubilado, pero parece que no se acuerda de eso”, expresó Sánchez.

Mientras los reclamantes protestaban en la Plaza de la Independencia, los dirigentes de la Confederación de Jubilados del Ecuador pugnaban por ingresar a Carondelet para reunirse con el Mandatario.

Gerardo Ramos, secretario de la Confederación, anunció que los jubilados tienen una propuesta para hacer posible la aplicación de pensiones mínimas de 135,62 sin necesidad de incrementar el IVA.

La compra de bonos del Estado por parte del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, con recursos de las cuentas por 600 millones que la institución mantiene en el Banco Central, sería una opción para que el Ejecutivo financie las pensiones.

Ramos explicó que si el IESS invirtiera 200 millones en bonos del Estado, ese dinero, a manera de préstamo, serviría para pagar los nuevos montos de pensiones en este año.

A las 11h30, una delegación de la Confederación ingresó para exponer su propuesta a Gutiérrez, quien justificó su decisión de vetar el proyecto que aprobó el Congreso. Los jubilados permanecieron en la Plaza Grande hasta el final de la reunión, pasadas las 15h00.

Veintidós días de guardia en la Caja del Seguro de Guayaquil

La puerta de atrás de la Caja del Seguro de Guayaquil es el único ingreso. Allí se encuentra un grupo de jubilados que desde hace 22 días tiene tomada la entidad. Por una causa justa, argumentan: el alza de pensiones.

En la entrada, flanqueada con carteles que cuestionan al Gobierno por no aprobar la pensión básica jubilar, hay dos sillas de madera.

Sobre una de ellas descansa Walter Ríos, de 72 años. Él y otros compañeros son los guardias de la Caja.

Los zapatos negros y rotos de Walter y su chaqueta negra, a la que ya le han pasado algunos inviernos, evidencian la pobreza en la que vive. Gana $ 75, “por eso lucho. Y no duermo. Estoy vigilante hasta el final”, dice.

Como él existen decenas de pensionistas más, quienes en grupos de 20, hacen relevos cada cuatro horas. En total son cuatro turnos.

Los lugares estratégicos para cumplir la vigilancia son a la entrada y en la sala para hacer trámites. Aquí sobre cinco juegos de sillas verdes y cinco de madera, similares a las que se utilizan en las iglesias, descansa otro grupo más de pensionistas.

Eduardo Salvador, de 57 años, es jubilado por invalidez. Todos los días cuida las instalaciones del IESS y hace recorridos. Él duerme en uno de los 20 colchones que existen. Pero el frío igual le ingresa a los huesos y lo hace tiritar. David Pérez, de 29 años, es pensionista de Montepío, pero, en cambio, solo vigila en el día, no puede en la noche: sufre de epilepsia.

Pero quien no puede participar en la reunión es Isabel Verduga, de 56 años. Ella descansa a un costado del pasillo del mezzanine. La jubilada sufrió hace dos días una baja de la presión, es diabética y tiene el pecho congestionado. Pese a ello, participó en la concentración que se realizó ayer afuera de la entidad. Ella recuerda, con nostalgia, que mañana es su cumpleaños.

Falleció jubilado

Vicente Salazar Martínez, de 72 años, uno de los jubilados que viajó ayer a Quito, falleció de un infarto durante la marcha que se realizó en la capital, informó anoche Ruth Domínguez, presidenta de la Asociación de Jubilados Publio Falconí.

Esta dirigente comunicó de la muerte de su compañero, al regresar a Guayaquil, en donde anunció que la protesta continuará hasta que se publique en el Registro Oficial la pensión mínima de 135,62 dólares.

Hasta este domingo, le dan plazo al Gobierno para que busque las formas de financiamiento de este aumento.

Diputados cuestionan constitucionalidad del proyecto que envió ayer el Ejecutivo

A pocas horas de que el Ejecutivo remitiera el proyecto de ley que crea la compensación económica para los jubilados, los diputados cuestionan la constitucionalidad de la propuesta.

El presidente del Congreso, Guillermo Landázuri (ID), recordó al Gobierno que el incremento al 13% el Impuesto al Valor Agregado (IVA) no tiene un escenario político viable en la legislatura.

A medida que se desarrolló la sesión de ayer, cada fuerza política anticipó su oposición al documento.

Ximena Bohórquez, primera dama y legisladora (SP), comentó que apoya el aumento del IVA, pero bajo la condición de que no repercuta en el alza del costo de la educación, salud y de la canasta básica familiar.

Alfonso Harb, del PSC, dijo que los socialcristianos no respaldarán ese aumento. El MPD y Pachakutik aseguraron que tampoco lo apoyarán.

El emepedista Luis Villacís cuestionó la constitucionalidad del proyecto, porque –dijo– viola el artículo 148 al no cumplir con los requisitos legales, pues el proyecto se refiere a dos materias.

TRÁMITES

El IESS no puede pagar a proveedores

El director de la Regional 2, Gregory Gines, señaló ayer que debido a la toma de la Caja del Seguro no puede pagar a los proveedores. Esto genera que no se compren nuevos insumos. Los dispensarios trabajan con el restante del trimestre pasado y calcula que si continúa el problema, en 30 días los centros se desabastecerán.

Los afiliados no se quedarán sin atención

Rubén Egas, director del Hospital del Seguro, garantiza la atención a los afiliados. Explica que si el patrono no paga las aportaciones, el trabajador no saldrá perjudicado. Señala que el aportante no se quedará sin atención, menos en casos de fuerza mayor, como la toma de la Caja, que ha generado que el IESS no recaude los aportes.

La Caja del IESS no recauda aportaciones

Debido a la toma de la Caja del Seguro, que cumple hoy 22 días, la Regional 2 del Seguro Social no ha podido recaudar 2 millones de dólares por concepto de aportes, fondos de reserva, cobros de créditos quirografarios, pagos de mora patronal, explica Gregory Gines, director de la Regional 2 del Seguro Social.

Pagos de deudas con el Seguro Social

Las empresas que deben pagar sus aportes al IESS no pueden hacerlo directamente en la Caja del Seguro debido a la protesta de los jubilados. Los empresarios tienen plazo hasta el 15 de julio para cancelar los aportes, de lo contrario caerán en mora. Ahora solo pueden hacerlo si se inscriben en el sistema de historia laboral.

Sistema informático del IESS peligra

La central del sistema informático del Seguro Social corre el peligro de colapsar. Esto se debe a que no ha recibido mantenimiento, debido a que los retirados no permiten el ingreso de los trabajadores. Las consecuencias ya se han producido: en la agencia norte, Durán y Milagro no hay sistema, explicó Gregory Gines, director.

Agencia sur, único lugar para tramitar

La agencia sur es la única dependencia donde los afiliados pueden acudir a efectuar sus trámites. Pero no todos. Aquí solo se pueden solicitar préstamos quirografarios, también realizar pagos como los aportes de los afiliados voluntarios, y los avisos de entrada y salida de los empleados.

Viceministro Galarza dijo que es inviable la devolución de fondos

El viceministro de Economía, Ramiro Galarza, señaló ayer que el Proyecto de Devolución de los Fondos de Reserva a los afiliados del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), aprobado por el Congreso Nacional en primer debate, afectará la estabilidad macroeconómica del país.

En su comparecencia ante la Comisión de Gestión Pública de la Legislatura, en representación del ministro de Economía, Mauricio Yépez, el funcionario explicó que el IESS ahorró 500 millones de dólares en tres años, por la retención de esos fondos.

Galarza manifestó que si ese monto se entrega a 1,2 millones de afiliados, el ahorro a largo plazo se acabará en seis meses.

El viceministro aclaró que hay otras alternativas a la devolución de los fondos de reserva, como los créditos quirografarios.

El presidente de la comisión legislativa, Luis Felipe Vizcaíno, espera tener toda la información técnica sobre las implicaciones de la devolución de los fondos para presentar en 20 días el informe para segundo debate.

Brigada médica visitó a jubilados

Una brigada de ocho médicos del Ministerio de Salud Pública visitó ayer al grupo de jubilados que hace 22 días reclaman el alza de las pensiones, en las oficinas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Dos de los doctores atendieron a las personas que están reunidas en el mezzanine, y los seis examinaron a las que ocupan otras dependencias del edificio.

El doctor José Navarro indicó que además de tomar la presión y revisar los signos vitales de los pensionistas, estaban emitiendo recetas.

“Vamos a continuar realizando estas visitas, porque nos preocupa la salud de los manifestantes”, acotó Navarro. Sin embargo, cada jubilado debe adquirir las medicinas por su cuenta.

Con la voz ronca, Jaime Salinas mostró la receta que le habían entregado los galenos. “Tenemos días aquí dentro, nos ha afectado el frío del aire acondicionado”, murmuró.

Los jubilados presentaron síntomas de infecciones respiratorias y de fatiga.

Un caso crítico fue el de César Altamirano, de 45 años. Inválido tras un accidente que lo dejó cinco meses hospitalizado, el hombre sobrevive con una colostomía (operación en el intestino grueso) y una sonda urinaria.

Un hematoma que tenía en el abdomen se había infectado, y le había causado una herida que, según los médicos, debía ser tratada en un hospital inmediatamente.

Altamirano se limitó a tomar una receta entre sus manos. “Me dicen que debo internarme en un hospital inmediatamente, pero yo no puedo irme de aquí. Corro el riesgo de morir, prefiero demostrar al gobierno que estamos unidos y nos quedaremos hasta que exista una solución real”.

Un grupo de cristianos evangélicos también visitó a los jubilados. Además de hacerles compañía, les dieron palabras de ánimo.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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