Guayaquil. 10 may 99. Créditos para financiar al sector y
trámites más ágiles podrían motivar el ingreso a esta
actividad de más empresas nacionales o extranjeras.

Hace casi una década, el gobierno de Rodrigo Borja vio en el
régimen de maquila el camino para terminar con el desempleo y
subempleo, por eso creó el 3 de agosto de 1990 la Ley de
Maquila.

Nueve años después, es más que evidente que la maquila no dio
los resultados esperados pues el desempleo (17% aproximado)
sigue cabalgando con mayores bríos en el país.

No solo eso, otro indicativo de que la maquila no cumplió con
su propósito lo evidencian las cifras escalofriantes,
proporcionadas por la Subsecretaría de Industrias, pues solo
quedan vigentes 36 maquiladoras en Ecuador de las 92 que
fueron instalándose en el transcurso de nueve años.

Esto demuestra un decrecimiento cercano al 60%. Desde 1990
hasta 1998 se calificó para maquila a 92 empresas, de las
cuales 52 cancelaron su actividad.

El desánimo de los empresarios de continuar en el sector se
refleja en el bajo otorgamiento de calificaciones para operar.
Se comenzó con ocho maquiladoras, al siguiente año casi se
triplicó su número, pero desde 1992 la cantidad de permisos
dados disminuyó a la mitad, para el siguiente año volver a
reducirse a la mitad, luego se dio un pequeño repunte en 1994,
el cual declinó en 1995 para mantenerse en ese ritmo hasta la
fecha, pues en 1998 solo se dieron seis calificaciones y
parece que en 1999, no habría cambios significativos pues a
nivel local, en abril se presentó una solicitud para maquila.

Las escasas maquiladoras que quedan en el país están
repartidas mayormente en Quito (11) y en Guayaquil (11), el
resto está ubicado en Cuenca, Latacunga, Santo Domingo, Manta,
Ibarra y Ambato.

El 80% de las maquiladoras se dedica a la confección de
prendas de vestir y el 20% al procesamiento de atún, harina,
frutas tropicales, cueros, a la elaboración de joyas,
bisutería, puros, cigarros, reparación de redes,
industrialización del ají, confección de maletas, mochilas,
sobrecamas, sorbitol y cables de fibra óptica.

A nivel local, el régimen de maquila se inició con unas 40
maquiladoras, pero hoy solo hay 14 que dan trabajo a cerca de
1.500 personas.

Este hecho fue reconocido por el empresario privado, Mario
Balda, hoy director regional de Industrias, quien incluso
admitió que el sector sufrió un decrecimiento superior al 60%
en nueve años a nivel local pero que el panorama no es muy
diferente desde la óptica nacional.

Lo que se generó en divisas, por el valor agregado exportado
bajo el régimen de maquila, bordea los escasos 4.000 millones
de dólares en nueve años, pero hay potencial para registrarlos
anualmente, porque la maquila en Ecuador es una mina de oro
escondida, falta promocionarla, explotarla y desarrollarla,
comentó.

Durante nueve años se desperdició la oportunidad de atraer
inversión extranjera directa, de disminuir el desempleo y de
aumentar la productividad, afirmó.

Maquiladores consultados agregaron que las consecuencias de
los aforos son las demoras y el costo, constituyéndose en un
grave problema, pues aunque uno cumpla con todos los
requisitos, siempre se le encuentra la quinta pata al gato,
comentaron.

Sin embargo, Balda tiene otras razones que las atribuye al
decrecimiento del sector, que son falta de información,
desconocimiento, una prueba de ello, dijo, es que la mayoría
de maquiladoras son de gente extranjera; chinos, taiwaneses,
panameños, es decir gente que sí conoce del asunto y sabe
explotarlo.

Además porque a nivel mundial los precios variaron mucho, lo
que acarreó la paralización de muchas maquiladoras, detalla
que "al no ser competitivo su producto de reexportación, por
parte del beneficiario extranjero, las maquiladoras nacionales
se vieron obligadas a vender su producto internamente", opinó.

Cambio a la ley

Según Lincoln Paredes, ex subsecretario de Industrias, se
requiere cambiar la ley y reducir las garantías del 100% al
30%, permitiendo que el resto del porcentaje lo respalden las
maquinarias instaladas.

Sugirió reestructurar la base legal para hacerla dinámica,
pues "en esencia no es pesada", más depende de las
autoridades, "modernizar la ley es manejar conceptos que
permitan operar sin restricciones, no mediante papeles",
acotó.

Recordó que en un principio la Ley de Maquila fue manoseada y
centralizada, pues tenía una clara orientación de buscarle
trabajo al Ministerio de Industrias porque había mucha gente
que no hacía nada.
"Fue una ley serrana diseñada para ser manejada en Quito",
dijo.

Felizmente, luego se autorizó a la Subsecretaría de
Industrias, explicó, para que administrara la ley en
Guayaquil, "pero fue una pata coja", recuerda, ya que esa
autorización no la recibió el Ministerio de Finanzas hasta
después de algunos años.

Hoy todo trámite se lo puede hacer en Guayaquil, aunque siguen
los problemas por el afan de rebuscar trabas, aseguró Paredes
al recalcar que estos son los verdaderos motivos por los que
el sector de la maquila no tiene el desarrollo esperado.

Falta promoción

Es indudable que la falta de promoción e incentivo de los
gobiernos contribuyó a que la maquila no se desarrolle.

Toda persona que inicia una empresa tiene ánimos de emprender
el camino hacia adelante, pero lo primero que encuentra en el
camino es que no hay mano de obra calificada.

En otros países, como Colombia o China, los gobiernos ofrecen
todo apoyo, como mano de obra calificada y las empresas crecen
porque el producto es con calidad para competir, también
ofrecen créditos blandos, afirma Yung Kyu, de la empresa Moyky
Export, pero aquí en Ecuador eso no existe para el sector de
maquila.

Es de esperar que en los años siguientes el apoyo del gobierno
al sector maquilador se evidencie en oferta de créditos, de
mano de obra calificada, facilidad y agilidad en los trámites
y que no ocurra lo de ahora, que después de casi 10 años se
tenga que decir lo que debió hacerse y no se hizo.

Plan de fortalecimiento

De nada sirve mirar hacia atrás y ver lo que se debió hacerse
y no se hizo, señala el director regional de
Industrialización, Mario Balda, "ahora hay que corregir
errores", agrega, como el de fortalecer al sector maquilador y
procurar su crecimiento.

Este plan de fortalecimiento ya comenzó, asegura, "se lo está
organizando, especialmente el artesanal donde está el
potencial de la inversión".

Luego viene la organización del microempresario y después se
les buscará mercados a través de la Corporación de Promoción
de Exportaciones e Importaciones (Corpei).

Por el momento, recalcó, "estamos calificando toda el área
artesanal para organizarla y encaminarla hacia la maquila".

En estos momentos de crisis es el tiempo indicado para
impulsar la maquila e incorporarla a las zonas francas que
sería fundamental en el desarrollo del sector, indica.

Para ello hay que desarrollar la única zona franca que hay,
que es la de Manta y propiciar su multiplicación en otros
lugares como Guayaquil o Esmeraldas, manifestó. "Las zonas
francas son de fortalecimiento aduanero, expresa, y los
productos que ingresan son libres, están exentos de impuestos
y aforos", expresó.

Un maquilador italiano del área textil, Giorgio Breglia, quien
trabaja en el sector desde 1992, aseguró: "nos ha ido mal a
todos", y recalcó que la maquila no puede funcionar en el país
porque cuenta con trabas burocráticas por donde se lo mire.

Por estas trabas, -comentó- "perdimos importantes clientes
como JC Peny y otros que prefirieron hacer negocios con
México, donde todo es agilidad".

Los fletes aéreos son otro dolor de cabeza, precisó, ya que
son excesivos en comparación con los que hay en otras partes,
por ejemplo "en República Dominicana los fletes son de 10
centavos de dólar la libra y en El Caribe 7 centavos, mientras
que en Ecuador son de 40, más de lo que ganamos por la
confección", explicó.

En México, cuando ingresan, vía aérea, materiales para maquila
ponen sellos a los bultos y los entregan enseguida, pero en
Ecuador hay que estar sujeto a investigaciones, infinidad de
controles y sobornos, comentó.

Agregó que con el acuerdo Nafta entre México y Estados Unidos,
"los grandes clientes nos abandonaron y decidieron trabajar en
México, donde hay incentivos crediticios blandos y la agilidad
es la regla".

Mientras tanto, insistió, si aquí necesitamos importar cajetas
de botones que cuestan 12 dólares, el trámite para traerlas
del exterior cuesta 100 dólares, y no solo eso, el tiempo
también perjudica, "teóricamente el vuelo de Miami a Ecuador
es de cuatro horas, pero para sacarlos de la aduana hay que
esperar tres semanas", dijo.

"Nos mantenemos sobreviviendo a mala pena", al manifestar que
cuando viaja a Miami a proponer a los empresarios maquila en
Ecuador "me miran y me dicen, no me amenaces".

El maquilador, que confecciona ropa sport, expresó que
invirtieron centenares de millones de dólares en la maquinaria
del negocio y que ahora tienen deudas con bancos y amenazas de
embargos y remates.

Las garantías constituyen un castigo

Una gran piedra de tropiezo para los maquiladores son las
garantías que la ley exige que sean del 100% del derecho a
todos los tributos para poder desaduanizar la materia prima.

La garantía implica destinar un enorme capital en efectivo,
depositar en un banco para que emita el certificado y
entregarla a la aduana hasta que el producto sea reexportado,
lo que suele ser entre tres y seis meses.

Esta garantía debe emitirla una institución financiera que por
la actual crisis bancaria ahora se demoran en emitirla ya que
los montos son sumamente altos de dinero. "Hoy ningún banco
quiere emitir una garantía", dijo el maquilador Yung Kyu Yun,
de la empresa Moyky Export, de la que se exporta semanalmente
un contenedor de mochilas, bolsos y maletas hacia los Estados
Unidos.

Para Yung Kyu Yun, la garantía le significa tener congelados
2.000 millones de sucres, es decir que la ley obliga a
mantener un capital ocioso que podría servir para expandir el
negocio.

Tenemos un contrato para exportar hasta 10 millones de dólares
anuales -insistió- pero apenas llegamos a los tres debido a la
falta de capital, pues para lograr el monto de contrato hay
que producir un millón de dólares mensuales y para eso se
requiere un capital de cuatro millones de dólares que no los
tengo, concluye.

Para Luis Serrano, de la empresa Casamar, ubicada en Manta, la
situación no es tan extrema aunque reconoció que hay mucha
demora en lo que respecta a trámites para renovar permisos, al
igual que en la aduana ya sea para sacar la mercadería o para
reexportarla.

Serrano dice que la empresa Casamar, que opera con el régimen
de maquila desde 1997, importa implementos de pesca para
barcos atuneros, para luego reexportarlos o nacionalizarlos,
resaltó que los mayores problemas están en la aduana de
Guayaquil. "Es un verdadero problema, demoran los contenedores
y después hay que pagar por demoraje", comentó.

Doña Petrona incursiona en la actividad

Consciente de los beneficios y ventajas que tiene el
incursionar en el régimen de la maquila, a pesar de lo
deprimido que está el sector, la empresa Ecuatoriana de
Alimentos (Fideos Doña Petrona) está por dar sus primeros
pasos en esta área, según confirmaron los principales de la
firma.
Su gerente, Carlos Jaramillo, explica que el proyecto de
arranque es completo, "incluye calderos, silos de
almacenamiento de materia prima, molinos para la recuperación
de recortes, líneas de producción de empaque, etc. todo
computarizado y automatizado".

Inversión

Según Jaramillo, la inversión está valorada en algunos
millones de dólares, la cual permitirá bajo el sistema de
maquila producir una pasta de calidad, la cual que se
exportará a varios países del mundo y aumentará las ventas en
el mercado peruano, que constituyen el 60% de sus
exportaciones.
Buena suerte.

¿Por qué decreció el sector?

Los obstáculos burocráticos, que pusieron en el camino,
encabezan la lista de razones por las que los maquiladores
fueron desertando en el transcurso de los años.

"Se comienza con ímpetu pero luego viene el desánimo", dijo el
ex subsecretario de Industrias, Lincoln Paredes, tras explicar
que el reglamento a la Ley de Maquila dispone 10 días para
resolver solicitudes, "pero esto es letra muerta, no se
respeta la norma legal", originándose demoras de tres o cuatro
meses, "a pesar de que uno grita y pelea no resuelve nada",
dijo.

Otra causa del decrecimiento en la industria de la maquila es
el trámite aduanero, especialmen te en lo que respecta a la
desaduanización de las mercancías, la reexportación y a la
valoración de los desperdicios.

En cuanto al primer punto -desaduanización- nunca se parte del
principio de la buena fe, indicó Paredes, por ejemplo, para el
régimen de maquila no se necesita inspección en origen, sin
embargo en la aduana aforan toda la mercadería. (Texto tomado
de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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