Quito. 21 may 98. Jamil Mahuad apareció como un rehén de las
expectativas electorales, durante el diálogo con editores y
editorialistas de HOY, que se difundió anoche por radio y TV.

Produjo la sensación de un témpano, que no arriesga nada para
salvaguardar cada voto de una presunta ventaja que le aseguran
las encuestas.

Aunque sus respuestas fueron, en muchos de los casos,
directas, evitó salirse de su libreto para no provocar
confrontaciones con los otros candidatos, especialmente con
Alvaro Noboa, a quien se menciona como el virtual segundo
finalista, que trata de exacerbar el regionalismo en el país
para captar votos y vencer al "favorito" Mahuad. La entrevista
se repetirá el próximo domingo a las 20h30 en Canal 21 UHF y
63 del cable, y en HOY la Radio, 1110 Kh en AM y 97.3 MHZ en
FM

¿GANARA SIN PERDER LA CALMA?

¿Qué pasó con el liderazgo que mostraba Jamil Mahuad, en
calidad de alcalde del Distrito Metropolitano de Quito, para
hacer frente a los choferes que se opusieron a la construcción
del trole, y al ex presidente de la República, Abdalá Bucaram,
cuando se negó a entregar rentas a la capital?

Con esta pregunta arrancó el diálogo del candidato
presidencial de la DP, en el programa transmitido anoche por
TV HOY y Hoy la Radio, dentro de la serie de encuentros que
mantienen los editorialistas y editores de este periódico, con
los presidenciales.

Sus respuestas fueron, en muchos de los casos, directas; no
obstante, evitó salirse de su libreto para no provocar
confrontaciones con los otros candidatos, especialmente con
Alvaro Noboa, a quien se menciona como el virtual segundo
finalista, que trata de exacerbar el regionalismo en el país
para captar votos.

Mahuad, con su habitual tranquilidad y buen ánimo, llegó al
estudio de televisión, saludó con los presentes, se acomodó en
su silla y se colocó el micrófono.

Su manejo de la prensa le ayudó: con la cara relajada, que en
ningún momento denotó disgusto y, a ratos, esbozando una leve
sonrisa, aseveró que su forma de proceder es la búsqueda de
consensos y solo cuando esto no es posible, las actitudes
radicales son la alternativa.

Pero esta conducta, señaló, no es aceptada, pues el país está
acostumbrado a la confrontación y no a exponer ideas, puntos
de vista, propuestas, proyectos.

Pese a ello, no piensa modificar su comportamiento y la manera
cómo enfrenta a las dificultades.

Al referirse a la candidatura roldosista es más directo:
Bucaram se encarga de los insultos y las calumnias, mientras
que Noboa se presenta como el ángel, el que no participó en el
Gobierno del PRE, tratando de que su Presidencia de la Junta
Monetaria quede en el olvido. O que las candidaturas de Elsa y
Jacobo Bucaram y los demás colaboradores del régimen anterior,
pasen desapercibidas.

En materia económica su fórmula es simple: un Estado pequeño,
fuerte y regulador de las actividades productivas que quedan
en manos de la empresa privada (incluye la ampliación del
oleoducto, la construcción de las plantas de generación
Toachi-Pilatón, entre otras).

De esta forma, la atención a las áreas sociales se puede
intensificar no solo en términos porcentuales sino en recursos
humanos.

Su idea es que, por lo menos el 70 por ciento del presupuesto
fiscal, sea para la educación y la salud, que son dos de los
puntales de su campaña. Para la Costa, el ofrecimiento
adicional es la reconstrucción de la región, que incluye siete
mil kilómetros de carreteras arrasadas.

No ofrece milagros en términos macroeconómicos (reducción de
déficit y de la inflación), por lo menos para 1998, pues
depende de que el Gobierno interino tome alguna medida para
enfrentar la crisis. Si no lo hace, está dispuesto a tomar las
decisiones del caso, aunque no quiso adelantar cuáles serían
si, acaso, llega a la Presidencia de la República.

Lo que sí adelantó es que en los días que restan para terminar
la campaña no arriesgará el casi 40 por ciento del electorado
que apuesta por su nombre. Su objetivo es ganar y si para eso
debe mantener la calma y no atacar, así lo hará

CAMINA EN MEDIO DE LOS EQUILIBRIOS

Jamil Mahuad es un político cerebral en un país atravesado de
emociones.

Su análisis es impecable.

Parece el primero de la clase de una exigente universidad,
pero queda la duda si la pericia argumental puede construir la
confianza en un electorado que ha sido siempre seducido por
las apelaciones populistas.

Su candidatura, instalada en el centro político, recoge votos
de los cuatro puntos cardinales. Esa es su fortaleza y también
su debilidad.

No puede criticar con acritud a los socialcristianos, ni a la
centroizquierda, ni a la Asamblea Constituyente, ni a la DP,
tampoco al Congreso.

Los difíciles balances quitan vuelo a la posible imagen del
líder que arremete y arrabata, en medio de la tempestad de El
Niño y el desgobierno de Fabián Alarcón.

En el terreno de los problemas concretos se mueve como un pez
en el agua. Casi se podría dar crédito a su lema de que sabe
qué y cómo hacer.

Pero el país, sin duda, necesita más que un administrador con
pericia. Requiere de un líder que devuelva la fe y la
confianza.

¿Podrá ser Jamil Mahuad ese personaje desde sus muchos
equilbrios? ¿Le arrebatará del pedestal la ola populista y la
desfachatez de los Bucaram?

¿O ha llegado el momento en que el país busca otro tipo de
conductores?

QUE EL RELOJ NO MARQUE LAS HORAS

No sé si los periodistas estamos muy habituados a un ring de
box, pero el diálogo con Jamil Mahuad estuvo inundado por una
persistente calma chicha.

Quizá yo coincida con otros analistas que sostienen que el
candidato está tratando de enfríar el partido mientras espera
que llegue, lo más pronto posible, el 31 de mayo, procurando
perder, en el trayecto, el menor número de votos.

Me pregunto, paralelamente, si el tono de su campaña no
corresponde, en cierta forma, al desaliento con que los
ecuatorianos asisten al proceso político, después de dos
fenomenales sacudidas: Abdalá Bucaram y Fabián Alarcón.

Se lo siente lejano, cuidadoso. Jamil Mahuad sostiene que, de
lo que se trata este momento, es de ganar las elecciones.

Sin embargo, para hacerlo no basta con congelar su imagen y
fecharla en su pasado inmediato de alcalde eficiente. Tiene un
programa de gobierno, no cabe duda. Pero el desaliento y la
desesperanza puede jugarle una pasada. Y Bucaram, a la sombra
de Noboa, es un peligroso profesional en esto de dar
respiración boca a boca, aunque sea para prolongar las
agonías.

ATRAPADO POR UNA PRESUNTA VENTAJA

Jamil Mahuad aparece calmado. Demasiado para mi gusto.
Solo eleva el tono de voz cuando se le hace referencia a sus
"nuevos" candidatos a diputados, consejeros o concejales, que
él define como la diversidad que necesita el país.
Deportistas, animadores de televisión, y otros son defendidos
a capa y espada.

No quiere pelearse con nadie, y son pequeñas sus referencias a
Abdalá Bucaram y al que señala como candidato de este, Alvaro
Noboa.

Aquella estrategia de campaña lo hace caer en un doble
sentido. Quiere tener un mensaje claro y positivo, y busca
recursos retóricos para hacerlo, pero enseguida nos
estrellamos contra la pared de sus generalidades, porque
profundizar, en cálculos electorales, no resulta muchas veces
popular. Y un momento de impopularidad puede significarle
pérdida de votos.

Sabe que su campaña pasa por aguas turbulentas y que el
candidato del PRE es un peligro real. Pero más que una
arremetida, su estrategia parece la de aquel técnico de fútbol
que, al tener una ventaja, coloca en la cancha a un arquero y
diez defensas, y enseguida comienza a pedir tiempo.

UN CANDIDATO DESCAFEINADO

Su libro de cabecera parece ser la "Crítica de la Razón Pura",
de Kant, sabiamente combinado con "El Príncipe", de
Maquiavelo, porque Jamil Mahuad no cede un milímetro al
corazón, ni siquiera para defender la posición de los
coidearios demócrata-populares en la Asamblea Nacional.
Sabe que de esa manera decepciona a muchos, pero no le importa
si ese es el precio que debe pagar para no alienar al inmenso
electorado socialcristiano.

No se comporta como líder, sino como equilibrista. No defiende
con pasión aquello en lo que cree, sino que calcula
cuidadosamente el efecto de sus palabras. Cree tener la
obligación ética de ganar la Presidencia de la República, y
ese fin justifica los medios.

Por eso, cuando abandona la polémica se siente a sus anchas. Y
no sé si parece más un jesuita o un profesor de Harvard cuando
explica, de manera brillante y racional, cómo piensa sacar al
país de la crisis.

Es, definitivamente, un candidato de lujo en un país del
primer mundo. Su drama es que debe competir con un candidato
del subdesarrollo, en un país del tercer mundo.

MANTENER VOTOS ES AL ESTRATEGIA

La estrategia de Jamil Mahuad no está orientada a ganar, sino
a no perder.

Por el momento, el candidato de la Democracia Popular parece
concentrar todo su esfuerzo en dejar que los pocos días que
faltan para la primera vuelta electoral transcurran a toda
prisa, y que la ventaja que mantiene sobre los demás, según
las encuestas, permanezca incólunme.

En su esfuerzo por congelar el tiempo, Jamil Mahuad, aunque
cordial, se ha convertido en un témpano de hielo.

Prefiere no opinar sobre la coyuntura política ni sobre las
decisiones inmediatas que tomaría su Gobierno en caso de
triunfar. En esa línea, apenas exhibe críticas restringidas a
sus opositores.

En su proyecto electoral todo está estrictamente planificado y
contenido: cada paso, cada palabra.

No hay lugar para el humor, no hay posibilidad de una
digresión. Es que cualquier fractura en la estrategia le
pudiera resultar fatal.

Lamentablemente, en los trópicos el sol es implacable. Lo
deslíe todo. Para el electorado de la Costa, una estrategia
semejante corre el riesgo de convertirse en agua. Más, cuando
el discurso político de la Costa conoce los fuegos
pirotécnicos de las listas 6 y 10, que se disputan el control
de todo el poder disponible.

Entre comillas

- Luis Mejía es una figura en sí mismo. Que sea candidato a la
diputación provincial por la Democracia Popular en Imbabura no
significa que haya una conexión con el FRA.

- También tenemos acuerdos con otros partidos, como
Pachakutik.

- Sí hay espacio para la esperanza.

Creo que es una oportunidad histórica que no podemos
despilfarrar para sacar adelante al país.

- Quiero ser presidente por cuatro años pero necesitamos
buenos gobiernos por 20 ó 25 años más.

- Esperamos que, en el transcurso de mi Gobierno, el
crecimiento económico del país será del 5 por ciento y bajar
la inflación a un dígito.

- Hubiese sido escritor de cuentos o quizás de novelas, si no
me hubiese dedicado a la política.

- El Gobierno de Alarcón ha sido inútil para hacer frente a la
crisis por el fenómeno El Niño. No ha sido capaz, ni siquiera,
de instalar un puente aéreo que atienda las necesidades.

- En El Niño anterior, con menos recursos, logramos una mayor
atención.

- Los candidatos a las diferentes dignidades, como Rolando
Vera y Polo Baquerizo, son un reflejo de la diversidad del
país.

- Estos nombres no se escogieron solo por los votos que pueden
aportar, sino porque se trata de gente respetable.

- Para el 10 de agosto, tendremos en el país un consenso en
torno a las reformas de la Asamblea.

- No quiero emitir un criterio hasta que el proceso electoral
termine. (DIARIO HOY) (P. 3-A)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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