Quito. 3 feb 97. Un sondeo realizado por tres mercados de Quito
-San Roque, El Camal e Iñaquito- mostró la incertidumbre de los
consumidores por el aumento del precio de los productos de
primera necesidad. 'Todo esta carísimo, no hay plata que
alcance', fueron las frases que más se repitieron entre los
compradores. Según ellos, los productos que más subieron de
precio durante los últimos quince días fueron el tomate, la
cebolla y la arveja. El valor de estos productos, al igual que
el de la papa, varían constantemente de precio.

Según el sondeo, el azúcar, el tomate y las papas son los
productos de mayor importancia dentro de la canasta familiar. El
80 por ciento de los consultados prefiere dejar de comprar frutas
y cereales en lugar de prescindir de los productos antes
mencionados.

Con un mandil descolorido por el uso, Piedad Molina pone orden
a su puesto de venta en el mercado de El Camal. Ubica los tomates
en un lado y las cebollas en otro. 'Hay que organizarse, porque
sino nos hacemos un lío cuando llegan las caseritas', explica
Piedad mientras sube el tono de su voz para anunciar sus
productos. 'La que más grita, más vende', dice esta vendedora,
quien asegura, además, que el incremento del precio de algunos
productos también afectó su economía. Piedad asegura que las
ventas en su local han bajado en un 20 por ciento desde el último
incremento. 'He tenido pérdidas; los tomates y las cebollas se
me pudren. Mucha gente ya no compra porque los precios
subieron', dice.

Hace un mes, Piedad compraba el costal de cebolla paiteña a 15
mil sucres. Ahora tiene que pagar 35 mil sucres. El precio de la
caja de tomates también aumentó de 15 mil a 30 mil sucres.

'Para nosotros es carísimo comprar tomates y cebollas en esta
época, por eso tenemos que incrementar también los precios en las
ventas', señala. En efecto, la funda de 20 tomates que costaba
mil sucres, en diciembre, subió a 1.800, en enero. Pero no solo
que el precio de este producto aumentó, sino que, además,
disminuyó el número de tomates que se venden por este valor.
Ahora por 1.800 sucres se compran apenas ocho tomates.

LIMONES PARA PREPARAR LOS JUGOS DE LA MAÑANA

Con la lista de compras en la mano, Susana de Oviedo, de 48 años,
recorre, cada semana, al menos cuatro puestos de venta en el
mercado de Iñaquito. En cada uno de ellos, pregunta y regatea el
precio de algunos productos. 'Todo está carísimo, ya no hay
plata que alcance', cuenta esta mujer, quien gasta cerca de 200
mil sucres en frutas y verduras para la semana. 'Hasta hace unos
dos meses compraba lo mismo por 100 mil sucres, pero ahora hay
que hacer milagros', explica.

Susana cuenta, además, que dejó de comprar algunos productos
porque su precio, en algunos casos, se duplicó. 'Ya no llevo
naranjas, porque están carísimas; ahora las reemplazo por
limones, porque me cuestan tres mil sucres menos', indica.

En relación a los productos de primera necesidad, como las papas,
tomates o cebollas, Susana indicó que no podrá prescindir de
ellos pese a que aumentaron de precio. 'Si dejo de llevar estos
productos ¿con qué voy a cocinar? Hay que hacer cualquier
sacrificio para poder comprarlos', agrega.

Las papas son unos de los productos que más se consumen en la
familia de Susana, compuesta por cuatro miembros. Según ella,
este tubérculo es uno de los más caros en el mercado de Iñaquito.
'Solo en las tienditas de barrio se encuentran las papas a un
buen precio, en cambio aquí en el mercado los precios están por
las nubes', advierte.

EN SAN ROQUE LOS PRECIOS SON MAS BAJOS

Rosa Herrera, de 38 años, hace sus compras semanales en el
mercado de San Roque desde hace cuatro años. Para ella este es
uno de los pocos mercados donde se pueden encontrar productos de
primera necesidad a menor precio. Aun así, Rosa tuvo que aumentar
el presupuesto familiar destinado a las compras de la semana.

Cuenta que hasta diciembre gastaba 50 mil sucres semanales en
cereales y verduras; hoy desembolsa 90 mil sucres en adquirir
estos productos. 'En mi casa somos cinco y a veces este dinero
no alcanza ni para la semana', explica Rosa, quien destina,
además, 50 mil sucres quincenales en comprar pollo o carne de
res. 'Es imposible comprar carne cada semana. Ahora se come
menos que antes', advierte.

Rosa indica, además, que dejó de adquirir arveja y fréjol debido
a la elevación del precio. La libra de estos granos, por ejemplo,
subió 800 sucres entre noviembre y enero. En lugar de ellos, Rosa
prefiere comprar lenteja, un producto cuyo precio se mantiene
desde noviembre pasado.

Esta consumidora asegura que los precios de algunas frutas como
la naranja y el tomate de árbol son prohibitivos para la mayoría
de compradores de San Roque. 'Es mejor comprar limones o
maracuyá, esto sale más barato', agrega. (DIARIO HOY) (P. 1-B)
EXPLORED
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