ETNIAS
Quito. 2 may 2001. Los Tagaeri se mantienen siempre alejados de la
civilización y de otras comunidades.

El grupo amazónico de los Tagaeri ha vuelto a atacar. No lo hacía desde
hace 14 años. Esta vez, su blanco han sido miembros de la nacionalidad
kichwa, "desesperados ante la penetración imparable de colonos,
petroleras e indígenas de otras etnias en su territorio".

Así lo informa un despacho del Servicio Informativo Iberoamericano,
suscrito por el periodista Kintto Lucas. Conforman uno de los pocos
pueblos amazónicos que no mantiene contacto con la cultura occidental ni
con otros indígenas.

Los tagaeri han vuelto a atacar a muerte, especialmente a los miembros de
la nacionalidad indígena kichwa. Hace 14 años no atacaban.

"Para algunos, son solo fantasmas que caminan por la selva amazónica
huyendo del contacto con otras civilizaciones, en una guerra permanente
con quienes se cruzan por su camino.

Para otros, constituyen el último pueblo de la Amazonía que se mantiene
mimetizado en la selva, y en su lucha por seguir viviendo, atacan cuando
se ven amenazados. Son los tagaeri, conocidos como aucas o patas
coloradas, y conforman uno de los pocos pueblos amazónicos que no
mantiene contacto con la cultura occidental ni con otros indígenas. Sus
miembros, estimados entre 80 y 150, mantienen un modo de vida nómada
internados en la selva, y viven de la caza y de la pesca", comenta el
reportaje de Kintto Lucas y agrega que "desde hace algunos meses, el
territorio donde se mueven es ocupado por empresas petroleras, que los
han empujado hacia territorio de la nacionalidad indígena kichwa. En
noviembre del año pasado, dos ancianos kichwas que cosechaban una chacra
y recogían huevos de tortuga, fueron sorprendidos por un grupo de
tagaeris que los mataron a lanzazos. Luego los clavaron con 14 lanzas a
la tierra que los vio nacer, cumpliendo así el ritual de la muerte,
reconocido en este pueblo amazónico que vive en guerra permanente por
mantener su espacio de tierra, cuando mata a un enemigo".

Según el Servicio Informativo Iberoamericano, en los últimos meses muchos
kichwas que habitan la zona donde se mueven los tagaeri están abandonando
su hogar por temor a un ataque. "En Curaray, una localidad de la
provincia de Pastaza a la que sólo se accede navegando en canoa o en
avioneta, la mayoría de los 300 kichwas que vivían ahí decidieron
trasladarse a Shell, un pueblo cercano a Puyo, la capital provincial, y
abandonar sus viviendas en medio de la selva.

Los kichwas abandonan su tierra, animales y cosechas porque no tienen
seguridad para seguir en la zona, comentó Sebastiana Vargas, de la
comunidad de Curaray, quien afirmó: Salí porque tengo que proteger a mi
familia. Allá ya no podemos dedicarnos a la agricultura, ni a la caza, ni
a la pesca".

El primer aparecimiento fugaz de los tagaeri se remonta al 20 de enero de
1956, en el río Curaray, cuando fueron asesinados cinco estadounidenses.
En 1971, en el río Tiputini murió lanceado un cocinero de la compañía
Western.

En 1977, en el río Tivacuno fueron lanceados tres trabajadores de una
petrolera.

El 21 de julio de 1987, cerca del río Tigüino fueron asesinados monseñor
Alejandro Labaca y la hermana Inés Arango. En 1993 en el río Cuchiyacu,
fue lanceado el huaorani Carlos Omene.

Huyen del ruido, del acoso...

Los pobladores de Curaray están asustados, porque saben que los tagaeri
no se han marchado

Según el dirigente Luis Awa, entrevistado por el periodista Kintto Lucas,
los tagaeri se habrían aliado con los taromenane, otro grupo que vive en
condiciones semejantes entre Ecuador y Perú. "A través de alianzas
selladas con matrimonios, este grupo está ahora siendo empujado cada vez
más hacia el sur", aseguró.

"Los pobladores de Curaray están asustados porque saben que los tagaeri
no se han ido y temen por su vida. Hemos quedado pocas familias. Salieron
a Shell las que tenían dinero para pagar el pasaje en avión. Otras se
fueron en sus canoas aguas arriba, dijo Telmo Gualinga, poblador de
Curaray. Los que se quedaron sólo se mueven en grupos, van armados con
escopetas, duermen juntos en una sola casa y no se alejan del poblado
para cazar, pescar o realizar tareas agrícolas. En los últimos meses
habían incorporado a sus actividades el ecoturismo, que luego de las
muertes ha desaparecido porque las agencias de viaje dejaron de enviar
turistas a la zona" informe la agencia de prensa.

"Las organizaciones indígenas de la zona se muestran impotentes para
resolver este problema, porque los tagaeris siguen resistiéndose a
cualquier contacto con otros pueblos. Armando Vargas, otro de los
habitantes de la comunidad atacada, aseguró que desde hace 35 años los
tagaeri no atacaban a las comunidades kichwa aunque se mantuvieran en un
área relativamente cercana. Esto hace pensar que están desesperados ante
la penetración imparable de las petroleras a su territorio.

Giovanna Tassi, directora de la Agencia de Prensa ambientalista Tierra en
Puyo y entrevistada por Lucas, considera que el ataque tagaeri es un
llamado de atención a la actividad petrolera que se desarrolla en la
Amazonia ecuatoriana y podría provocar un fuerte deterioro ambiental.

"Los tagaeri huyen del ruido, del acoso. Ahora se han quedado en la zona
de Curaray. Es tiempo de huevos de charapa (tortuga) y los monos están
gordos, listos para ser cazados y comidos. Por lo tanto permanecerán ahí,
dijo Tassi, en su diálogo con el Servicio Informativo Iberoamericano.
(JP) (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad ETNIAS Quito

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