Quito. 12 jul 99. Ubicados en primera línea con honorarios
millonarios, los abogados que están al frente de los estudios
jurídicos más importantes del país revelan sus secretos
Con el asunto de la globalización, en los últimos años han tomado
fuerza, tanto en Quito como en Guayaquil, los estudios jurídicos
especializados en negocios. Es así como las empresas líderes del
país están representadas por firmas dedicadas a atender casos en
las áreas comercial, industrial, financiera y de servicios.
Para todos hay. En Quito están firmas que desde hace tiempo atrás
atienden a empresas del exterior que hacen negocios con el
Estado, tales como licitaciones o contratos. Además, existen dos
rubros que por su volumen significan mucho ingreso para los
estudios quiteños: el registro de marcas y las compañías
petroleras. Guayaquil como capital económica es el centro de la
actividad financiera y sede de la mayoría de los negocios de las
empresas exportadoras. El litigio entre empresas es el fuerte de
los estudios jurídicos de Guayaquil.
Al parecer, existiría una histórica rivalidad entre ambas
ciudades la cual está siendo superada. Tal como lo demuestra el
caso del estudio guayaquileño Coronel & Pérez, el cual formó una
asociación con el estudio quiteño Pérez Bustamante y Pérez.
Asimismo, el estudio Falconí Puig tiene a sus principales cabezas
una en cada ciudad: Juan Falconí en Guayaquil y Miguel Falconí
en Quito.
Guayaquil se caracteriza por tener la mayor cantidad de litigios:
"Esta es la parte apasionante de ser abogado. Defender los
procesos, ir a los tribunales o dependencias jurídicas y
convencer a los jueces", afirma Gonzalo Noboa Elizalde. Otro gran
litigador, y uno de los pocos que hay en Quito, es Alejandro
Ponce Martínez quien está al frente del estudio Quevedo y Ponce.
Entre los casos que con más vehemencia han defendido ambos
abogados se encuentran los vinculados a la Ley de Agentes, en los
que empresas nacionales enfrentaron a compañías multinacionales
como Procter & Gamble, Dupont y Colgate, luego de que éstas
dieron por terminado los contratos de representación en el país.
Cruzando las fronteras
Otra tendencia de las grandes firmas, que va desapareciendo con
el tiempo, es la relación familiar que ha existido entre sus
asociados. Tal es el caso del estudio Moeller de Guayaquil, cuyo
principal es el diputado Heinz Moeller Freile; sus pasos ahora
los sigue su hijo Heinz Moeller Gómez. Igual sucede con Gonzalo
Noboa Elizalde y su hijo Gonzalo Noboa Baquerizo, quien se
prepara para tomar la posta. Con las leyes en la sangre los
hermanos Roque y Diego Bustamante están al frente de su estudio
donde también son socios José Rafael, Juan Carlos, José María,
Roque Bernardo y Francisco Bustamante.
"Para un mercado tan pequeño como es el del Ecuador no es
indispensable americanizarse", afirma Noboa. No obstante, la
tendencia de manejar los estudios con una estructura empresarial,
tal como se lo hace en los Estados Unidos, se impone.
En amplias oficinas del edificio La Previsora, con vista al Río
Guayas, está el estudio Coronel & Pérez. La firma integrada por
César Coronel y Hernán Pérez junto con seis abogados asociados
y cinco asistentes legales se maneja siguiendo "parámetros
corporativos de los Estados Unidos", afirma Pérez
En el estudio Fabián Ponce luego de la muerte de su fundador, los
socios conformaron una compañía que mantiene una estructura
empresarial con Rodrigo Jijón como presidente, Rodrigo Salazar,
vicepresidente y Jorge Cevallos, vicepresidente.
La firma Corral & Rosales se especializa en prestar asesoría
legal a entidades extranjeras establecidas en Ecuador o que
realizan negocios en este país. Así "el 90 por ciento de sus
clientes proviene de Estados Unidos, Europa y Japón", afirman en
su brochure de presentación, un detalle que no puede faltar,
sobre todo en los estudios jurídicos de Quito.
La formación
En lo que sí todos están de acuerdo es en la importancia de
lograr una proyección internacional. Para ello, además de trabajo
serio, es necesaria mucha preparación. Parte de la formación de
preferencia debe hacérsela en el extranjero "lo cual además de
conocimientos es una buena manera de obtener relaciones y
contactos profesionales internacionales", afirma Juan Falconí.
Dominar varios idiomas es otro de los requisitos. Por lo menos
ser bilingüe.
La práctica en un estudio de prestigio es conveniente para el
estudiante de Leyes. Estas firmas se han convertido en los
lugares donde se forman los nuevos abogados. Incluso hay muchos
estudiantes dispuestos a colaborar de manera gratuita por la
necesidad de aprender y adquirir experiencia. Las amplias
bibliotecas que por lo general existen en todo estudio jurídico
sirven de base para fomentar la investigación jurídica.
Así mismo los abogados de éxito son buscados por las
universidades para formar a los abogados en potencia. Tal es el
caso de Eduardo Carmigniani, que es profesor de Derecho Mercantil
de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y de la
Universidad Espíritu Santo. A sus 31 años, Carmigniani es el
socio más joven del estudio Zavala Baquerizo, Zavala, Carmigniani
e Illingworth; y en cuanto a su función pública es vocal de la
Junta Bancaria.
Don dinero
Los honorarios se establecen de varias maneras, no hay reglas
fijas. Tal como se estila en el exterior, en algunos de los
estudios consultados se ha adoptado el sistema universal de
cobrar los honorarios por hora. El valor de la tarifa en el
mercado fluctúa entre 150 y 250 dólares la hora. Gonzalo Noboa
Elizalde, quien ha ejercido por más de 40 años la profesión, no
tiene problema en revelar que cobra 300 dólares la hora. "Cuando
se cobra por horas de trabajo, se incluye el tiempo empleado en
pensar y luego escribir un alegato, por ejemplo. Se hace una
liquidación mensual donde se pone detalladamente la evolución del
proceso".
También se puede facturar por un monto determinado dependiendo
del caso y en otros se establecen porcentajes de acuerdo a la
complejidad de éste o los resultados que se obtienen. Puede ser
mixto: un honorario base más un porcentaje. Por lo general los
abogados conocen la estrategia que deben seguir y, basados en la
experiencia pueden adelantar lo que podría costar un caso.
Se afirma que en Guayaquil los abogados cobran demasiado. Uno de
ellos se defiende alegando que en Quito hay mucho volumen de
trabajo, lo que permite reducir el costo del honorario. Podría
ser cierta esta apreciación. La publicación Latin Lawyer que
pertenece a una organización mundial de abogados en su informe
de este año sobre el Ecuador, sostiene que el estudio quiteño
Pérez Bustamante y Pérez tiene "una lista envidiable de clientes,
todos ellos muy relacionados al sector bancario y petrolero". En
el brochure de Bustamante & Bustamante, uno de los estudios
jurídicos más destacados en el área de marcas y derechos de autor
en Quito, aparece una larga lista de 250 empresas como sus
clientes.
Algunos de los abogados que están al frente de estas firmas
figuran entre los ecuatorianos que más impuestos pagan como
personas naturales. En los primeros lugares están Roque
Bustamante Cárdenas del estudio Bustamante &Bustamante y
Francisco Rosales del estudio Corral & Rosales.
Piedras en el camino
Pero no todo es color de rosa. "Las principales dificultades de
los abogados en el ejercicio de la profesión son la lentitud
burocrática y los trámites engorrosos que hacen perder tiempo",
afirma Juan Falconí. Es lógico, entre más rápido termina un caso
más rápido puede cobrar sus honorarios.
Agrega que "en el ámbito judicial, encontramos a funcionarios o
jueces que no manejan los temas con imparcialidad o conocimiento
profundo del Derecho. Cuando los dos aspectos se conjugan el
manejo de los temas judiciales se hace agobiante".
Otro enemigo al que deben enfrentarse es el problema de la
corrupción presente en todo lugar, así como la inseguridad
jurídica. "No hay seguridad legal para nadie. Las reglas del
juego cambian día a día", afirma Hernán Pérez.
Más allá de las dificultades, dicen que para tener gran parte de
los problemas solucionados en la vida conviene contar con un
médico, un sacerdote y un abogado. En el caso de una empresa, el
tener buenos abogados resulta vital porque ellos no sólo
solucionan gran parte de los problemas sino que en algunos casos
tienen en sus manos la permanencia de un negocio. (Texto tomado
de a Revista Vistazo)
millonarios, los abogados que están al frente de los estudios
jurídicos más importantes del país revelan sus secretos
Con el asunto de la globalización, en los últimos años han tomado
fuerza, tanto en Quito como en Guayaquil, los estudios jurídicos
especializados en negocios. Es así como las empresas líderes del
país están representadas por firmas dedicadas a atender casos en
las áreas comercial, industrial, financiera y de servicios.
Para todos hay. En Quito están firmas que desde hace tiempo atrás
atienden a empresas del exterior que hacen negocios con el
Estado, tales como licitaciones o contratos. Además, existen dos
rubros que por su volumen significan mucho ingreso para los
estudios quiteños: el registro de marcas y las compañías
petroleras. Guayaquil como capital económica es el centro de la
actividad financiera y sede de la mayoría de los negocios de las
empresas exportadoras. El litigio entre empresas es el fuerte de
los estudios jurídicos de Guayaquil.
Al parecer, existiría una histórica rivalidad entre ambas
ciudades la cual está siendo superada. Tal como lo demuestra el
caso del estudio guayaquileño Coronel & Pérez, el cual formó una
asociación con el estudio quiteño Pérez Bustamante y Pérez.
Asimismo, el estudio Falconí Puig tiene a sus principales cabezas
una en cada ciudad: Juan Falconí en Guayaquil y Miguel Falconí
en Quito.
Guayaquil se caracteriza por tener la mayor cantidad de litigios:
"Esta es la parte apasionante de ser abogado. Defender los
procesos, ir a los tribunales o dependencias jurídicas y
convencer a los jueces", afirma Gonzalo Noboa Elizalde. Otro gran
litigador, y uno de los pocos que hay en Quito, es Alejandro
Ponce Martínez quien está al frente del estudio Quevedo y Ponce.
Entre los casos que con más vehemencia han defendido ambos
abogados se encuentran los vinculados a la Ley de Agentes, en los
que empresas nacionales enfrentaron a compañías multinacionales
como Procter & Gamble, Dupont y Colgate, luego de que éstas
dieron por terminado los contratos de representación en el país.
Cruzando las fronteras
Otra tendencia de las grandes firmas, que va desapareciendo con
el tiempo, es la relación familiar que ha existido entre sus
asociados. Tal es el caso del estudio Moeller de Guayaquil, cuyo
principal es el diputado Heinz Moeller Freile; sus pasos ahora
los sigue su hijo Heinz Moeller Gómez. Igual sucede con Gonzalo
Noboa Elizalde y su hijo Gonzalo Noboa Baquerizo, quien se
prepara para tomar la posta. Con las leyes en la sangre los
hermanos Roque y Diego Bustamante están al frente de su estudio
donde también son socios José Rafael, Juan Carlos, José María,
Roque Bernardo y Francisco Bustamante.
"Para un mercado tan pequeño como es el del Ecuador no es
indispensable americanizarse", afirma Noboa. No obstante, la
tendencia de manejar los estudios con una estructura empresarial,
tal como se lo hace en los Estados Unidos, se impone.
En amplias oficinas del edificio La Previsora, con vista al Río
Guayas, está el estudio Coronel & Pérez. La firma integrada por
César Coronel y Hernán Pérez junto con seis abogados asociados
y cinco asistentes legales se maneja siguiendo "parámetros
corporativos de los Estados Unidos", afirma Pérez
En el estudio Fabián Ponce luego de la muerte de su fundador, los
socios conformaron una compañía que mantiene una estructura
empresarial con Rodrigo Jijón como presidente, Rodrigo Salazar,
vicepresidente y Jorge Cevallos, vicepresidente.
La firma Corral & Rosales se especializa en prestar asesoría
legal a entidades extranjeras establecidas en Ecuador o que
realizan negocios en este país. Así "el 90 por ciento de sus
clientes proviene de Estados Unidos, Europa y Japón", afirman en
su brochure de presentación, un detalle que no puede faltar,
sobre todo en los estudios jurídicos de Quito.
La formación
En lo que sí todos están de acuerdo es en la importancia de
lograr una proyección internacional. Para ello, además de trabajo
serio, es necesaria mucha preparación. Parte de la formación de
preferencia debe hacérsela en el extranjero "lo cual además de
conocimientos es una buena manera de obtener relaciones y
contactos profesionales internacionales", afirma Juan Falconí.
Dominar varios idiomas es otro de los requisitos. Por lo menos
ser bilingüe.
La práctica en un estudio de prestigio es conveniente para el
estudiante de Leyes. Estas firmas se han convertido en los
lugares donde se forman los nuevos abogados. Incluso hay muchos
estudiantes dispuestos a colaborar de manera gratuita por la
necesidad de aprender y adquirir experiencia. Las amplias
bibliotecas que por lo general existen en todo estudio jurídico
sirven de base para fomentar la investigación jurídica.
Así mismo los abogados de éxito son buscados por las
universidades para formar a los abogados en potencia. Tal es el
caso de Eduardo Carmigniani, que es profesor de Derecho Mercantil
de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y de la
Universidad Espíritu Santo. A sus 31 años, Carmigniani es el
socio más joven del estudio Zavala Baquerizo, Zavala, Carmigniani
e Illingworth; y en cuanto a su función pública es vocal de la
Junta Bancaria.
Don dinero
Los honorarios se establecen de varias maneras, no hay reglas
fijas. Tal como se estila en el exterior, en algunos de los
estudios consultados se ha adoptado el sistema universal de
cobrar los honorarios por hora. El valor de la tarifa en el
mercado fluctúa entre 150 y 250 dólares la hora. Gonzalo Noboa
Elizalde, quien ha ejercido por más de 40 años la profesión, no
tiene problema en revelar que cobra 300 dólares la hora. "Cuando
se cobra por horas de trabajo, se incluye el tiempo empleado en
pensar y luego escribir un alegato, por ejemplo. Se hace una
liquidación mensual donde se pone detalladamente la evolución del
proceso".
También se puede facturar por un monto determinado dependiendo
del caso y en otros se establecen porcentajes de acuerdo a la
complejidad de éste o los resultados que se obtienen. Puede ser
mixto: un honorario base más un porcentaje. Por lo general los
abogados conocen la estrategia que deben seguir y, basados en la
experiencia pueden adelantar lo que podría costar un caso.
Se afirma que en Guayaquil los abogados cobran demasiado. Uno de
ellos se defiende alegando que en Quito hay mucho volumen de
trabajo, lo que permite reducir el costo del honorario. Podría
ser cierta esta apreciación. La publicación Latin Lawyer que
pertenece a una organización mundial de abogados en su informe
de este año sobre el Ecuador, sostiene que el estudio quiteño
Pérez Bustamante y Pérez tiene "una lista envidiable de clientes,
todos ellos muy relacionados al sector bancario y petrolero". En
el brochure de Bustamante & Bustamante, uno de los estudios
jurídicos más destacados en el área de marcas y derechos de autor
en Quito, aparece una larga lista de 250 empresas como sus
clientes.
Algunos de los abogados que están al frente de estas firmas
figuran entre los ecuatorianos que más impuestos pagan como
personas naturales. En los primeros lugares están Roque
Bustamante Cárdenas del estudio Bustamante &Bustamante y
Francisco Rosales del estudio Corral & Rosales.
Piedras en el camino
Pero no todo es color de rosa. "Las principales dificultades de
los abogados en el ejercicio de la profesión son la lentitud
burocrática y los trámites engorrosos que hacen perder tiempo",
afirma Juan Falconí. Es lógico, entre más rápido termina un caso
más rápido puede cobrar sus honorarios.
Agrega que "en el ámbito judicial, encontramos a funcionarios o
jueces que no manejan los temas con imparcialidad o conocimiento
profundo del Derecho. Cuando los dos aspectos se conjugan el
manejo de los temas judiciales se hace agobiante".
Otro enemigo al que deben enfrentarse es el problema de la
corrupción presente en todo lugar, así como la inseguridad
jurídica. "No hay seguridad legal para nadie. Las reglas del
juego cambian día a día", afirma Hernán Pérez.
Más allá de las dificultades, dicen que para tener gran parte de
los problemas solucionados en la vida conviene contar con un
médico, un sacerdote y un abogado. En el caso de una empresa, el
tener buenos abogados resulta vital porque ellos no sólo
solucionan gran parte de los problemas sino que en algunos casos
tienen en sus manos la permanencia de un negocio. (Texto tomado
de a Revista Vistazo)
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