Quito. 9 nov 2000. La ayuda a los productores de los países desarrollados
representa el 40% de sus ganancias. La franja de precios es la única arma
de Ecuador.

Ulvio Mendoza es uno de los soyeros más tecnificados del país. Con su
máquina cosechadora (con 20 años de trabajo) recoge los montones de soya,
dejados en el campo por los trabajadores, los trilla y obtiene el grano.

Otros agricultores no tienen tanta suerte, por lo que se ven obligados a
alquilar máquinas de este tipo para esa labor.

A ellos, la recolección de cada quintal les cuesta un dólar, lo que
resulta alto ante los 10 dólares que los industriales les pagan por cada
saco ya seco.

El costo de producir una hectárea de soya no baja de 221 dólares. Si el
rendimiento es de 20 quintales por hectárea, a 10 dólares el quintal, los
ingresos son inexistentes, según datos del Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias.

En efecto, la cosecha en la hacienda de 400 hectáreas de Mendoza será de
40 quintales por hectárea este año, 20 más del promedio en el resto del
país, según Víctor Haón, presidente de la Asociación de Productores de
Ciclo Corto, Quevedo.

Los problemas son muchos. Uno es la escasez de semillas certificadas (el
agricultor recicla las pepas que sembrará en la próxima temporada). Otros
inconvenientes son la falta de créditos y la dificultad de controlar las
plagas y enfermedades por los altos costos de los insumos. "Como van las
cosas el ciclo corto desaparecerá", dice Haón.

Pero el problema no queda allí. Si Mendoza no vende rápido su producción
tendrá que competir con las 30 mil toneladas de torta de soya que
llegarán el próximo año, procedentes de Estados Unidos.

Esta es una donación, pero suele ser también parte de las políticas de
ese país para impedir una sobreproducción y un descenso en los precios
del grano. Así ha sucedido en otras ocasiones con el trigo.

En este país, solo a finales de 1998 su Congreso aprobó un financiamiento
de 6 mil millones dólares para los productores agrícolas y otros 7 400
millones para compensarlos por los problemas climáticos y por la baja de
precios de varios productos.

Pero no solo EE.UU. apoya directamente a sus agricultores. En 1999, los
países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
(OCDE), que incluye a la Unión Europea, Japón y EE.UU., batieron el
récord de apoyo otorgado a sus productores: 361 mil millones de dólares,
según el diario argentino La Nación.

Este mismo periódico señala que, de cada 100 dólares que ganan los
productores de esas naciones, 40 son subsidiados.

Las formas de ayuda son numerosas. Una es el sostén de precios, que
consiste en la intervención en el mercado por parte de entes oficiales:
barreras a la importación, donaciones, etc.

Otras ayudas son los pagos directos al productor por hectárea sembrada o
por cabeza de ganado y subsidios a los insumos.

Además, estos países tienen otra gran ventaja: el Gobierno promociona sus
productos y los asiste en la comercialización.

El resultado es que el comercio agrícola internacional tiene un marco de
inequidad, que impide una real globalización.

La única medida de Ecuador, para que subsistan Mendoza y miles de
agricultores maiceros, arroceros y de otros bienes que pueden ser
afectados por las importaciones, es el Sistema Andino de Franjas de
Precios.

José Miguel Terán, subsecretario de Políticas y Comercio del Ministerio
de Agricultura, asegura que la Franja corrige los efectos de los sistemas
de protección y subsidios que aplican los países industrializados. "Es un
sistema de estabilización, para compensar subsidios y precios irreales
del mercado".

Así, mientras existan subsidios habrá Franja, para que bienes importados,
como la soya de Mendoza que paga todos los costos y compite sin ayuda,
entren al país con un valor real.

Los efectos de los subsidios

Falsa competitividad * Los subsidios generan pérdidas de eficiencia de
las economías subsidiantes, por reasignación artificial de recursos, en
naciones con desventajas naturales para realizar dichas actividades

Perjuicios al ambiente * Estas prácticas promueven una agricultura poco
eficiente en zonas no aptas para la siembra, lo que provoca erosión del
suelo, contaminación de aguas, etc.

Distorsión del comercio * Los productos subsidiados ocasionan perjuicios
a los países productores eficientes, tanto por la presión a la baja sobre
los precios como por la exportadora en otros mercados.

Pocos recursos a ayudas * Los fondos que los países desarrollados
destinan a subsidiar a su sector agrícola tienen efectos negativos para
numerosos productores pertenecientes a países en desarrollo.
Paradójicamente, mientras más recursos se usan para subsidiar la
agricultura ineficiente, menor es el presupuesto asignado por dichos
países para la ayuda humanitaria a naciones con problemas de nutrición.

¿Por qué se los mantiene? * La agricultura en Europa, por ejemplo, se
considera una forma de vida, parte de la tradición y por eso se la
mantiene. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

Otras Noticias del día 09/Noviembre/2000

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el