Quito. 22 ene 2002. Vistazo descubre nuevas irregularidades en la
contratación de las pólizas de seguros para cien aeronaves de las Fuerzas
Armadas.

¿A la hora de contratar un seguro para su vehículo lo haría usted con una
compañía que confiesa haber tenido pérdidas en sus balances de los
últimos años, cuando tiene otra que le cobra casi lo mismo y además es la
primera del mundo en su área? Creo que nadie lo dudaría. Sin embargo,
todo parece indicar que el alto mando de las Fuerzas Armadas del Ecuador
hizo exactamente lo contrario.

Rompiendo la barrera del sonido, la noticia escandalizó al país. El
agregado naval del Ecuador en Londres, capitán de navío Rogelio Viteri
denunció que tres de los más altos oficiales de nuestras Fuerzas Armadas
estuvieron en febrero del 2001 en Europa en misión oficial negociando los
contratos de seguros para las aeronaves militares. Días antes, el mismo
agregado había recibido las órdenes de programar un tour para los
oficiales y sus esposas por Londres, París y Roma. Todos los gastos de
movilización de los oficiales y sus esposas habrían sido pagados por una
de las aseguradoras que participaban en el concurso de precios. El jefe
de la comisión, vicealmirante Edgar Guerra, aceptó ante el Congreso
Nacional que "algunos gastos fueron pagados por la aseguradora Heath
Lambert". La indelicadeza de los militares no ha sido sancionada por la
oficialidad. Quien sí ha sido ya tres veces sancionado con arrestos y
destitución es el denunciante Rogelio Viteri. El cargo: no haber acudido
a sus superiores a quienes denunciaba, sino al embajador de Ecuador en
Inglaterra, el ex presidente Sixto Durán-Ballén.

La denuncia de Viteri va más allá de la indelicadeza. Basado en una ayuda
memoria que le hizo llegar el experto en seguros del Comando Conjunto,
capitán de corbeta Carlos Pimentel, el agregado naval pide se investigue
un supuesto sobreprecio de cuatro millones de dólares en la negociación.
"Cuando se trata de negociar asuntos de interés nacional e institucional,
las Fuerzas Armadas se manejan siempre en forma transparente y
profesional", dijo el ministro de Defensa, almirante Hugo Unda ante el
Congreso, a la vez que levantaba la reserva sobre los documentos que
respaldan la contratación de los seguros para 100 aeronaves militares. El
escándalo dejó a la credibilidad de las Fuerzas Armadas en su nivel más
bajo de los últimos 20 años, según una encuesta de Cedatos.

Complejo negocio

El 23 de enero del 2001, como ya es costumbre cada año, se reunió el
Comité especial de contrataciones de seguros para aeronaves de las
Fuerzas Armadas, presidido por el jefe del comando conjunto, Miguel Saona
e integrado por los comandantes generales de la Marina -Fernando Donoso-,
de la FAE -Osvaldo Domínguez- y del Ejército -Norton Narváez. Ese día
asistieron a la reunión los especialistas en seguros de las tres ramas
Carlos Pimentel, Galo Altamirano y Patricio Bravo. Como secretario actuó
el mayor Byron Vaca.

En la reunión se aprobó el informe de la comisión de especialistas que
recomendaba continuar con el proceso con las compañías inglesas AON
Limited y Heath Lambert. Antes se había invitado a seis reaseguradoras,
excusándose de plano cuatro de ellas. Una séptima, la Willis Corroom no
fue invitada a participar debido a la queja que esta empresa presentó
hace dos años al procedimiento de contratación de seguros que sigue las
Fuerzas Armadas del Ecuador. La queja rechazaba el método de revisión de
las ofertas "ya que permitía la eventual reformulación de la propuesta a
la intermediaria de preferencia de los contratantes".

De acuerdo al reglamento, las aseguradoras participantes deben retirar
las bases en el ministerio de Defensa, en Quito. Como requisito deben
tener representantes en el Ecuador, pero las ofertas deben ser entregadas
en Londres, en la agregaduría naval del Ecuador, íntegramente en español.
Para revisar estas ofertas, cada año viajan los jefes de Estado Mayor de
las tres ramas. De hecho este es su primer y único contacto con el
proceso que básicamente es llevado por los especialistas y supervisado
por los comandantes generales y el jefe del Comando Conjunto. Así
llegaron a Londres a mediados de febrero del 2001 el vicealmirante
Guerra, los generales Marcelo Moscoso y Roberto Moya y el secretario,
mayor Vaca. Los generales llegaron con sus esposas y, además, en compañía
de la esposa e hija del ministro de Trabajo. Para todos, Viteri ya tenía
organizado el tour por el viejo continente.

Dudosa selección

"Fue un concurso entre comillas", dijo a Vistazo desde Londres el
comandante Rogelio Viteri, agregando que se hizo "con un solo
participante porque al otro, a AON, se lo sacaron de en medio. Yo llamé a
la empresa AON y les dije que quería la comisión que se presente el
representante, dijeron que no estaba previsto que ellos tuvieran contacto
con la comisión. Eso le indiqué a los generales y el propio general
Moscoso indicó: mejor que no venga la empresa con eso el negocio será con
Haeth Lambert y será lo mismo que hicimos el año anterior".

Las afirmaciones de Viteri encajan con los documentos entregados por el
ministro Unda ante el Congreso. En el informe que el almirante Guerra
elevó a su superior Saona, dice: "La empresa AON, pese a ser comunicada
para que acuda al llamado de la comisión para efectuar aclaraciones a la
oferta presentada, no acude al mismo, justificando su inasistencia y
ratificándose en las condiciones presentadas, situación que impidió
negociar". La invitación a AON la hicieron a las cinco de la tarde para
que acudan a negociar a las nueve de la mañana del día siguiente. El 14
de febrero, Mike Crosier, representante de AON respondió: "Como le
expliqué en la conversación telefónica de anoche, lamentablemente no nos
era posible acudir a su oficina a las nueve de la mañana debido a lo
corto del tiempo y por tener otras prioridades inmediatas... Los valores
que hemos ofertado a ustedes son los más competitivos que se puedan
encontrar en el mercado y por lo tanto no estamos en capacidad de
enmendarlos".

La oferta de Heath fue de 13 millones de dólares por prima anual de
seguro. La de AON era de 13,8 millones. "El representante de Heath
Lambert en el Ecuador, Francisco Rivadeneira, acudió a los 10 minutos de
mi llamado", dijo Viteri en el Congreso. Al momento de negociar Heath
presentó dos alternativas que eran o mantener la oferta con un descuento
de 300 mil dólares o modificarla con una rebaja de un millón. Pero para
efectuar la rebaja se hicieron ajustes como suspender la cobertura de
seguro de prima no devengada. Lo normal es que cuando se pierde
totalmente un avión, el seguro paga la cobertura y devuelve el
equivalente de la parte proporcional de la prima pagada hasta la
terminación de la póliza. Además Heath prohibió retirar de la póliza
cualquier aeronave por ninguna circunstancia. La comisión aceptó esta
última alternativa. "Al final, el señor Rivadeneira, representante de
Heath Lamberth en Ecuador le dijo a los generales que todos los gastos de
ellos en Londres correrán por cuenta de la aseguradora", reveló Viteri,
añadiendo que uno de los generales incluso sacó varios recibos y solicitó
que también fueran incluidos dentro de la generosidad de Heath Lambert.

AON versus Heath

El "combo" de Heath incluía, además de los gastos de los generales en
Europa, un curso de seguridad de vuelo por hasta 100 mil dólares
divididos para las tres ramas. El paquete de AON, por su parte, venía con
un seminario sobre los últimos cambios en el seguro de aviación dentro o
fuera del país y la "invitación a dos señores para visitar Londres
durante el año, para asegurarse de que estamos atendiendo sus necesidades
de la mejor forma posible", como lo dice la carta firmada por Rupert
Harris, de AON Limited.

Según la publicación especializada Airlines Business de noviembre de
2000, la reaseguradora que perdió el concurso, mantiene el 42% de todos
los seguros de las 100 más grandes empresas regionales de aviación del
mundo. Mientras que la ganadora, Heath apenas tiene el 6% de ese mercado.

Otra cosa que llama la atención es la diferente situación económica de
las reaseguradoras concursantes. Mientras la perdedora AON reportó
ganancias de seis millones de libras esterlinas en el año 99, la ganadora
Heath presentó pérdidas de nueve millones de libras esterlinas en el
mismo año.

La oferta de AON cumplió al pie de la letra la propuesta de las bases en
cuanto a detallar la prima que se aplica en cada caso de corbertura a
cada uno de los aviones asegurados. La propuesta de Heath fue en bloque,
sin detallar las primas individuales. Una ayuda memoria revelada por
Viteri, quien atribuye su autoría a Carlos Pimentel, dice: "La póliza se
contrató mal. En el año 96 se negoció la tasa aeronave por aeronave y por
eso hubo un ahorro de dos millones de dólares". Sin embargo Pimentel en
el Congreso dijo que nunca detectó errores en la contratación.

El comportamiento histórico de Heath en el Ecuador, al parecer, tampoco
es bueno. En los reportes de siniestros emitidos por cada una de las
brigadas aéreas de ejército, marina y aviación que sirvieron de
antecedentes para el concurso de ofertas, se muestran como pendientes de
pago el 91% de los siniestros ocurridos a partir de agosto del 99. "Heath
Lambert Ecuador a solicitud de Interoceánica ha tramitado oportunamente
ante los reaseguradores extranjeros la atención de varios siniestros
avisados por las FF.AA. dentro del período 2000 - 2001 por 8,7 millones
de dólares y mantiene en análisis reclamos por 1,7 millones", dijo a
Vistazo Francisco Rivadeneira, representante de Heath en el país.

Concurso paralelo

Una vez colocado el reaseguro en Londres se convocó a otro concurso
privado para determinar el broker que manejaría la cuenta. Fueron
invitados Panamericana, Colonial e Interoceánica. Se excluyó a Aspros, un
broker de propiedad de las mismas Fuerzas Armadas.

La ganadora fue Interoceánica, una empresas de seguros y reaseguros
manejada por el mismo señor Francisco Rivadeneira, que representa a Heath
en el Ecuador. La naturaleza de este negocio hace que en la práctica sea
Interoceánica la que realmente contrate con las Fuerzas Armadas.

Según el estado de resultados técnico financieros publicado por la
Superintendencia de Bancos, en el período entre el uno de enero y el 30
de septiembre de 2001, Interoceánica ha recibido por primas netas la
cantidad de 12,9 millones de dólares, una cifra similar al monto de las
primas de los seguros militares. Según Rivadeneira aparte de los
militares -sus asegurados desde 1996- "entre sus clientes se encuentran
entidades del sector público, empresas privadas y personas naturales en
los ramos de incendio, robo, vehículo, etc". Uno de los últimos es Tame
que en Diciembre del 2001 anunció que toda su flota está en manos de las
misma Heath e Interoceánica. Si existió o no sobreprecio en la
contratación de los seguros de las aeronaves de las Fuerzas Armadas los
determinará la Comisión de Control Cívico Contra la Corrupción, la
Comisión de Fiscalización del Congreso Nacional y la Contraloría.

Mientras tanto los oficiales que recibieron gratificaciones no serán
sancionados, según el comandante de la FAE Osvaldo Domínguez, ya que
"todavía no está tipificada la falta porque ésta es parte de una denuncia
que habla de que hubo negocio ilícito , entonces hay que esperar el final
para determinar si hubo faltas" El artículo 58 del reglamento de
disciplina de las Fuerzas Armadas dice: "El exigir o recibir comisiones,
primas u obsequios por parte de vendedores en adquisiciones de
materiales, víveres, etc., para las Fuerzas Armadas", es una falta
atentatoria. Las sanciones por las faltas atentatorias establecidas en el
artículo 72 son arresto de rigor de 10 a 15 días, arresto en otro reparto
de tres a 10 días y suspensión de las funciones de 10 a 30 días. El
artículo 14 señala que a mayor jerarquía mayor será la responsabilidad
del infractor. Hasta ahora el único que recibió arresto de rigor y
destitución del cargo fue el denunciante. (Texto tomado de la Revista
Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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