Quito. 19 oct 99. Lo que antes fue una ventaja, la de tener
capital abierto de miles de accionistas, se convirtió finalmente
en un obstáculo para su salvación

Con el anuncio de los resultados de las auditorías
internacionales se supo que el Banco La Previsora era una de las
cuatro instituciones financieras que para seguir subsistiendo
debía recibir dinero fresco. En esas circunstancias fue el Estado
quien a través de Filanbanco les tendió la mano. Fueron 37
millones de dólares los que recibió La Previsora para mejorar su
deficiente patrimonio técnico. Tres meses después los
administradores, encabezados por su presidente ejecutivo Álvaro
Guerrero Ferber, también presidente del Consejo Nacional de
Modernización del Estado (Conam) dejan sus cargos. Al mismo
tiempo y debido a que el patrimonio del Banco es negativo en
2.700 millones de sucres, sus 12.500 accionistas también han
perdido su dinero invertido. Por lo pronto hay un convenio de
asociación con Filanbanco. La idea es fusionarlo o absorberlo.
Sea cual fuere finalmente la figura legal hay un hecho claro: el
Banco La Previsora estaba a punto de quebrar.

AVE FÉNIX

Fue el tres de mayo de 1920 cuando el Banco la Previsora abrió
sus puertas en Guayaquil. Sus mentores fueron el entonces dueño
del diario El Telégrafo, José Abel Castillo y el comerciante
italiano Bettino Berrini. Durante 34 años el Banco estuvo
dirigido por Víctor Emilio Estrada, tiempo en el cual se ganó la
confianza de la ciudad y empezó a darse a conocer dentro del país
con el eslogan de "banco fuerte y bien probado".

En junio de 1976 un decreto de la Dictadura de entonces declaraba
la liquidación de la sección comercial de la matriz del Banco la
Previsora "por incumplimiento de las leyes bancarias del país y
por registrar una deuda que sobrepasa el doble del capital del
Banco". En esos días Vistazo se preguntaba: "¿Cómo era posible
que el Banco más sólido del Ecuador, cuya representación más
contundente era el mismísimo edificio de Nueve de Octubre y
Pichincha, poderosa fortaleza de hormigón y piedra, hubiese
encallado en circunstancias tan favorables para los negocios como
las actuales imperantes en el país?".

El mismo decreto otorgaba a la Superintendencia de Bancos poderes
extraordinarios para ocupar inmediatamente los negocios y
propiedades del Banco. Es así como se nombró un administrador con
la esperanza de rehabilitar a la institución. Pero no fue sino
hasta 1986 cuando, durante el gobierno de León Febres-Cordero ,
llegó al Banco un joven ejecutivo que empezaba a destacar en el
Banco del Pacífico y que recibió el encargo del presidente de
regresar el Banco La Previsora al sector privado. Álvaro Guerrero
Ferber aceptó el reto y diseñó un sistema de venta de acciones
al por menor que convirtieron al Banco en la institución
financiera con el mayor número de accionistas en el país, es
decir un Banco de capital abierto.

EDIFICIOS INTELIGENTES

Su siguiente preocupación fue la de construir un edificio que sea
el símbolo de la grandeza del Banco. Así se concibió la idea del
edificio más grande de la costa del Pacífico Sur. Con igual
criterio se construyeron elegantes sucursales a lo largo y ancho
del país hasta totalizar 103 oficinas que lo convirtieron en el
Banco con la red más extensa del país.

Las monumentales construcciones no rindieron los frutos
anhelados. El edificio de Guayaquil, convertido en un símbolo más
de la ciudad, no ha sido vendido en su totalidad a pesar de que
ya han pasado cuatro años desde su inauguración. El 50% ocupa el
Banco, del otro 50% solo la mitad ha podido ser negociada. Muchas
de esas ventas fueron con créditos del mismo Banco. Un ejemplo
es el Bankers Club, el más lujoso club de empresarios del país.
Ocupa cuatro pisos del majestuoso edificio. Allí se realizan
fastuosos eventos sociales, allí el presidente español José María
Aznar almorzó con la crema y nata de los guayaquileños. Ese club,
cuyo presidente del directorio también es Álvaro Guerrero, es el
más grande sujeto de crédito de La Previsora. El Bankers mantiene
dos operaciones de crédito que suman 9.8 millones de dólares. Dos
oficinas están arrendadas a la Fundación Malecón 2000, también
deudora del Banco y uno de cuyos más altos directivos también es
Álvaro Guerrero.

Otro edificio que le ha dado problemas de recuperación al Banco
es el construido en Portoviejo. El fenómeno de El Niño, que
afectó grandemente a Manabí, y la crisis de servicios básicos en
que ha encallado Portoviejo, han hecho casi imposible la venta
del edificio más grande de esa ciudad.

COMPAÑÍAS S. A.

En 1998 el ex legislador, doctor Patricio Romero Barberis,
consiguió el poder de una accionista de La Previsora para acudir
a una Junta General de Accionistas efectuada en el piso 20 del
edificio matriz.

Romero recuerda: "En la Superintendencia de Bancos descubrí que
La Previsora ha tenido 450 empresas vinculadas que no aparecen
en los balances del Banco. Entonces acudí a la Junta General y
al ingreso nos entregaron un informe muy bien empastado y a todo
color. Lo reviso y constato que no aparecen las compañías. Pido
la palabra y me la dan solo al final de la sesión y digo que he
venido a reclamar, que quiero pedirle al señor Álvaro Guerrero
que tenga la gentileza de explicar qué perjuicios o utilidades
han generado estas 450 empresas. Y saco la lista y los
trabajadores y las gentes que estaban en la junta se quedan
locos. Ese rato timbraron y clausuraron la Junta General y
pasaron a un cóctel. Yo, por cierto, tomé el ascensor y me bajé
antes de que me echen del vigésimo piso".

Éste fue el inicio de una denuncia que posteriormente fue
recogida por el legislador roldosista y ex contralor, doctor
Fernando Rosero. En el listado de 425 empresas que exhiben Romero
y Rosero, muchas están repetidas dos tres y cuatro veces. Eso sí,
en todas consta como su presidente el señor Rafael Varas
Peñafiel, quien fue procurador judicial del Banco La Previsora.

De un análisis hecho por la Superintendencia de Bancos se
comprobó que 27 de esas empresas fueron recibidas por el Banco
como pago de créditos concedidos. Según el informe "estas
empresas cuyos activos correspondían a locales comerciales,
fueron provisionadas de acuerdo con las disposiciones legales y
fueron vendidas a terceros o transferidas a Previbienes". Treinta
de esas compañías fueron creadas con la exclusiva función de
vender bienes inmuebles recibidos en dación de pago. Esta
práctica, aunque legal, se ha vuelto común para evitar el pago
de impuestos por transferencia de dominio. De esta forma si el
Banco quiere vender una casa, lo que hace es formar una compañía
cuyo activo es la casa y luego, en vez de vender la casa, lo que
se vende es la compañía. En el listado aparecen 106 compañías
repetidas y 147 de ellas no constaron en los registros del Banco,
según la Superintendencia.

En resumen, descontando las repetidas, quedan 309 compañías. Sin
embargo, el análisis efectuado por la autoridad bancaria sólo
cubrió a 57 de ellas ya que las restantes 251 fueron registradas
en el Banco antes de 1991 y por razones legales la auditoría no
podía remontarse tantos años atrás. Eso sí, de las investigadas,
ninguna obtuvo créditos del Banco La Previsora.

Lo que sí llama la atención es la telaraña que se teje cuando
empezamos a investigar quiénes son los accionistas de algunas de
esas empresas.

En los registros de la Superintendencia de Compañías aparece
Álvaro Guerrero como administrador de las compañías Tellina S.
A. y Previfondos S. A. Los accionistas de Tellina, registrados
en la Superintendencia de Compañías son Ripiani y Banco La
Previsora. Cuando continuamos investigando descubrimos que el
accionista de Ripiani es Previasesoría y que accionista de esta
última es Previcard, Previventas y Previbienes. Por si fuera
poco, el accionista de éstas es nuevamente Previasesoría. En
cuanto a Previfondos, el único accionista que aparece es el mismo
Banco la Previsora.

Además, el Banco La Previsora mantiene acciones en Inmobiliaria
Industrial Minera del Pacífico, Corporación de Predios Civiles
Seis e Inmobiliaria Solnine. Estas tres empresas comparten como
accionista el mismo Banco la Previsora y además están como sus
socios Partasa, Grapcorp, Fepacsa y Bansa. Accionista de Partasa,
Fepacsa y Bansa es Ripiani. Continuando la enredada cadena todas
terminan siendo propiedad de la ya famosa Previasesoría. Según
Guerrero, Previasesoría que no consta como subsidiaria del Banco
La Previsora, es la empresa que les provee de personal. Por
ejemplo, las cajeras del Banco son empleadas de Previasesoría y
no del Banco. Sin embargo, la actividad económica registrada por
esta empresa es la de "asesoría y consultoría económica,
financiera y gerencial". Es también una de las presididas por el
abogado del Banco. En 1996, y según el Servicio de Rentas
Internas, Previasesoría tuvo 1.500 millones de sucres de ingresos
y pagó 318 mil sucres de impuesto a la Renta.

Álvaro Guerrero asegura que un requisito para la formación de
compañías es que tengan varios accionistas y "lo que se buscaba
era que la propiedad quedara en el mismo Banco. A veces, cuando
se vendía un bien, el comprador no quería la compañía sino el
bien, entonces la compañía quedaba con el Banco. Lo importante
es que ninguna de esas compañías tiene créditos con el Banco".

ÚLTIMOS DÍAS

Para Álvaro Guerrero el problema más grande que debió enfrentar
es haber creado un Banco con capital abierto. "La ola de rumores
que soportamos fueron todos cubiertos con fondos propios.
Entonces las reservas del Banco fueron disminuyendo. Las nuevas
disposiciones del Banco Central están pensadas para Bancos
cerrados. Para acceder a un préstamo de liquidez, por ejemplo,
se debe recurrir a un fideicomiso de todas las acciones. Hacer
un fideicomiso con las acciones de 10 mil personas toma seis
meses. Entonces la posibilidad de enfrentar los rumores falsos
con préstamos de liquidez era imposible para el Banco".

Lo único que lograron del Central fue un préstamo basado en el
segmento A del artículo 24, que es para cubrir el encaje
bancario. Entonces la solución temporal fue recibir un crédito
subordinado por parte del Filanbanco por 37 millones de dólares.

El cuatro de octubre, Rosa Herrera, Intendente Nacional de Bancos
hace una observación a los reportes de patrimonio técnico
enviados por La Previsora en agosto. Herrera pide a Guerrero que
se incorpore la diferencia de dos millones de dólares que
Previsora International Bank no registró respecto de las
provisiones requeridas para efectos de las inversiones
inmobiliarias. Añade que debido a que el capital y las reservas
se habrían extinguido, la posición deficitaria del Banco es
negativa en 78.350 millones de sucres.

En las anteriores quiebras bancarias la declaratoria de pérdida
de los derechos accionarios de los dueños de un Banco ha sido un
paso previo a la toma de control por parte de la Agencia de
Garantía de Depósitos, en este caso se dio un hecho singular. Se
anunció que los accionistas han perdido el Banco al mismo tiempo
que se publicitaba un convenio de asociación con Filanbanco. Es
más, como nueva administradora de La Previsora ha quedado Grace
Amador, quien se desempeñaba como gerente de Operaciones del
mismo Banco. Es el primer caso en que se deja el Banco en manos
de un funcionario de la misma entidad.

Previasesoría es dueña de varias compañías formadas por el mismo
Banco y es proveedora de personal. (Texto tomado de La Revista
Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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