Guayaquil. 94.01.09. En Guayaquil, la Brigada de Menores de la
Policía Nacional tiene registradas 208 pandillas juveniles, de
las cuales 199 son conformadas íntegramente por varones y 9 por
mujeres, sin embargo, se estima que en realidad operan dentro de
la ciudad alrededor de 800 pandillas, más unas 75 diseminadas en
el resto de la provincia, con un total aproximado de 2.000
pandillas a nivel nacional, sembrando el terror en los diferentes
sectores donde se encuentran radicadas.

Un problema social que afecta directamente a todas las
estructuras del Estado y compromete muy seriamente el futuro del
país es lo que esté sucediendo con el elevado índice de
participación de jóvenes en acciones delictivas propiciadas por
las pandillas juveniles. ¿ Signo acaso de los tiempos que
vivimos? o ¿Síntomas lógicos de la autodestrucción social?

El auge de aquellos jóvenes rebeldes al sistema, demostrando con
su música y su extraña moda de vestir y comportarse que
protestaban por los conflictos de su generación, se fue
progresivamente degenerando con enfrentamientos entre grupos,
rivalidades incoherentes, hasta llegar a la acción delictiva con
ánimos de dañar la propiedad privada, robar, violar y asesinar,
transitando forzosamente por el comercio y consumo de drogas,
prostitución y homosexualismo.

Pero, la diferencia entre aquellos pandilleros de los años 60 y
los de los 90 es demasiado elocuente; mientras en los primeros el
promedio de edad al iniciarse se situaba en los 18 años, en los
actuales es de 8 a 10 años, lo que de inmediato nos hace pensar y
exclamar ­Dios, son unos niños!

El problema entonces adquiere dimensiones insospechadas. Analizar
profundamente el origen y las causas nos lleva ante una serie de
situaciones que nos compromete directamente a todos como
responsables de la crisis.

Su organización

El auge de las pandillas no es legado único de los sectores
marginales, si bien es cierto que es en los sectores populares
donde se encuentra el mayor número de grupos organizados, no deja
de ser preocupante la presencia de las mismas en sectores
residenciales.

Los objetivos que mueven a su formación son variados: Desde el
simple hecho de "quemar el tiempo" hasta encubrir acciones
delictivas como venta de drogas ya saltos sistemáticos. ¿ Cómo,
cuántos, y de qué manera operan?

Un grupo de jóvenes de la pandilla "O Boys", ubicado en el área
de la Floresta 2, nos ilustran con detalles la organización y el
funcionamiento de las mismas: "Una pandilla puede estar
conformada desde 10 hasta 50 miembros, con edades que van desde
los 8 hasta los 25 años, casi en su totalidad son varones
miembros activos, sin embargo también se incorporan chicas que
participan en las fiestas a se vinculan sentimentalmente con los
de la banda.

Hay pandillas integradas únicamente por mujeres, con la misma
peligrosidad que la de varones. El jefe normalmente es el más
hábil, con más arrojo y destreza en el manejo de las armas y con
mayor capacidad para liderar el grupo. Utilizan las famosas
cartucheras adquiridas libremente en el mercado o en algunas
ocasiones confeccionadas por ellos mismos, además de armas
cortopunzantes como navajas, cuchillos, dagas, etc.

Existen pandillas organizadas que poseen otro tipo de armas
debido al tipo de actividades que planifican y ejecutan;
usualmente cargan mochilas donde llevan las armas y en la mayoría
de los casos ropa para en caso de huída poderse cambiar y
despistar a sus seguidores. El punto de reunión es el lugar
escogido en común acuerdo y, por lo general, es un lugar de fácil
acceso para todos.

Estudiantes pandilleros

Fernando (a) "Chivolo", es un miembro activo de una pandilla
juvenil, estudia en un prestigioso colegio de la ciudad y relata
"Los menores al ingresar por lo general son utilizados como
"carnadas o campanas" y son los encargados de estar vigilantes y
dar la voz de alarma en caso de ataques de otras pandillas o de
algún tipo de control policial, además de infiltrarse en otras
zonas , para observar a sus adversarios. Los miembros que
estudian, son en un porcentaje alto, son los encargados de
infiltrar a otros jóvenes a participar en la pandilla y con el
apoyo de algunos miembros más propiciar asaltos, enfrentamientos
y venta de drogas en los alrededores de los planteles en los
cuales se encuentran matriculados".

La zona es limitada geográficamente, por calles o manzanas, y en
las paredes pintan los gráficos y leyendas que los identifica y
confirma su presencia. Cada pandilla tiene un nombre que es lo
que resume su real identidad, por lo general, nombres tomados de
la variada gama de películas y cargadas de violencia que se
transmiten a diario en los diferentes canales de televisión,
Ejemplo: O Boys, Los cazadores, Los Trikys, Las Babys, Las
Contras, Los Manos Rojas, etc.

Bailan el rap, tecno rap, heavy metal, salsa, merengue, etc;
consumen por lo general marihuana y base, tienen predilección por
la ropa y especialmente por el calzado norteamericano (Converse,
Adidas, Nike, etc.), lo cual los lleva a obtenerlos por la vía
del asalto y en caso de que la víctima se resista llegar hasta el
asesinato con tal de cumplir su objetivo.

Utilizan sobrenombres de acuerdo a las actitudes demostradas
dentro del grupo, ejemplo: "el diablo", "pistolita", "fugitivo",
"vengador", etc.

Se mueven siempre en grupos no menores a ocho integrantes,
prefieren actuar en la noche aunque todo depende de lo valioso
que se vaya a robar y a quién o quiénes se les va a buscar
bronca.

Conducta irregular

Los medios de información en el país diariamente publican algún
tipo de información generada por las pandillas, las calles de la
ciudad se tiñen de sangre por los asesinatos de hombres, mujeres
y niños en manos de jóvenes que han iniciado aceleradamente una
carrera delictiva que sólo los detendrá con el golpe inevitable
de la muerte o algún milagro concedido por los incansables ruegos
de una madre al todo Creador, para que cambie la conducta de su
hijo o hija.

El Código de Menores, en el artículo # 99, establece: Se entiende
por conducta irregular de un menor aquella que, sin constituir
delito o contraversión, denote peligrosidad y que, por
consiguiente, requiera la intervención del estado para la
readaptación del menor.

En el articulo # 100 del mismo Código define: Delincuencia
juvenil es la conducta de los menores que constituya violación de
las leyes penales.

Doña Clara Quispe perdió a su hijo hace un año, cuando Antonio de
16 años se dirigía a la tienda y quedó atrapado en medio del
enfrentamiento de dos pandillas rivales: "Un disparo mortal cegó
la vida de mi muchacho, buen estudiante e hijo ejemplar, los
culpables se pasean libremente amenazando a quien diga o se
atreva a declarar en contra de ellos".

Casi ninguna sanción

La pregunta que se formula la comunidad es ¿Qué sanción reciben
los pandilleros apresados por denuncias o cometiendo delitos
graves?

Pues bien, la respuesta es inverosímil. ­Casi ninguna!

Un principio jurídico establece que un menor no es sujeto activo
del delito, existe un caso actualizado que recrea de manera
precisa lo expuesto: El bullado caso de la "Pandilla del Terror"y
su jefe, el joven Juan Fernando Hermosa, quien a pesar de haber
cometido algunos crímenes y propiciado una fuga espectacular, las
leyes ecuatorianas sólo tratarán de rehabilitarlo, reeducarlo o
rehabilitarlo a la sociedad hasta que logre su mayoría de edad.

Leyes obsoletas y crisis social

¿Qué pasa con las leyes y las autoridades? ¿Qué sucede con el
sistema jurídico ecuatoriano? El principio primordial de Justicia
afectó al Derecho en el momento en que fue utilizado sin ética y
moral, con el peligro de arrastrar a quienes tienen el sagrado
deber de mantenerlos vigentes al abismo de la autodestrucción
social.

La corrupción ha comprometido todos los estratos de la sociedad y
una sociedad sin principios está sentenciada a vivir la agonía de
sus errores y la destrucción de sus cimientos.

Los familiares y abogados defensores de los jóvenes pandilleros
apresados claman por los Derechos Humanos, y ¿quién clama por los
Derechos Humanos de los heridos, asaltados, violados y muertos en
manos de aquellos que nunca pensaron al cometer los delitos en
los derechos de los demás?

Peor aún, el rol de la readaptación que el Estado debe ejecutar
en aquellos menores con conducta irregular y delincuentes
juveniles es casi nula.

Los centros de reeducación supervisados por el Tribunal de
Menores son lugares donde los menores al comunicarse con
pandilleros de otros sectores intercambian técnicas de terror,
aprenden lo que les falta aprender para perfeccionar la maldad y
adquieren el nivel de peligrosidad que los incorpora como
prospectos de lujo de una delincuencia mayor.

Miguel y Henry, miembros de una pandilla fueron detenidos
mientras participaban en una pelea callejera: "En el correccional
(centro de reeducación) nos encerraron con otros muchachos, esos
pelados eran más dañados que nosotros, uno aprende a bajar a esos
pintos buenos (personas que transitan con buena ropa), te enseñan
los más ranqueados a robar mejor, a organizar una buena trampa
para que caiga alguien que tú tengas sentenciado, en esa nota uno
aprende y los mismos pandilleros te ponen pilas para que evites
caer en cana.

La utilización de métodos represivos por parte de la Policía
Nacional no significan la solución, pero aún, lo que pueden
lograr es crear en ambiente mucho mas violento en donde la
sociedad en general sería la afectada.

* Texto tomado de EL EXPRESO (p.23)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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