LAS GUERRAS OLVIDADAS. Por Daniel Samper Pizano

Bogotá. 21. 10. 90. (Opinión). El mismo día en que Estados
Unidos consideró terminado su despliegue militar de
preparación para la Guerra del Golfo Pérsico, un
acontecimiento vino a desviar la atención del mundo. A 1.200
km. de allí, soldados y civiles israelíes dieron muerte a 21
palestinos luego de que extremistas judíos invadieron la zona
de las mezquitas de Jerusalem.

De repente la opinión pública internacional recordó que el
conflicto del Golfo Pérsico no es el único que produce
llamaradas en el mapamunbdi. De hecho, es el único que -aparte
de la sangrienta toma de Kuwait por Irak- no las ha producido
hasta ahora, a pesar de la densidad de armamentos en la zona
y la crispación que flota en el ambiente. En cambio, desde
principios de agosto han muerto miles de personas alrededor
del planeta consumidas en guerras étnicas, enfrentamientos
religiosos, combates políticos o protestas violentas.

En estos noventa días se han registrado un golpe de Estado -en
Liberia- con tortura y asesinato de presidente; un nuevo
intento de cuartelazo en Filipinas; otro en Togo; invasión
guerrillera a Ruanda; enfrentamientos en Canadá entre indios
mohawks y policías; ola de inmolaciones estudiantiles en la
India para portestar contra la reforma educativa; sitio de
Fuerte Jaffna, en Sri Lanka, que ha costado tres mil vidas en
menos de cuatro meses; reanudación de la guerra entre los
carteles de la droga en Colombia, que produjo una masacre de
17 trabajadores en septiembre; intensificación de luchas
tribales en Sudáfrica, con saldo de 450 muertos; asesinato de
veinte cristianos que se manifestaron a favor del general
Michel Aun (sic) en el noroeste de Beirut y muerte de diez
rebeldes kurdos en choques contra el ejército turco.

A todo lo anterior se suma, naturalmente, el calendario
habitual de conflictos y muertes en Camboya, El Líbano,
Irlanda, Etiopía, Sudán, Centroamérica, Afganistán, Perú,
Malasia, Somalia... Como si fuera poco, otros puntos comienzan
a calentarse y no tardarán en llegar al punto de ebullición.
Los serbios de Croacia, provincia yugoslava, proclamaron su
independencia y han procedido a armarse para defenderla. Y en
la Unión Soviética se abre paso una nueva rebelión, esta vez
en Ucrania. En España la banda terrorista ETA ha asesinado a
tres personas en el último mes y el gobierno de Liberia cayó
en poder del sanguinario presidente Prince Johnson, quien,
luego de derrocar al sanguinario dictador Samuel Doe, se
enfrenta ahora al sanguinario líder guerrillero Charles
Taylor.

Son tantas y tan variadas las contiendas repartidas a lo ancho
y largo del planeta que en Asís, patria del pacífico San
Francisco, se realiza el domingo pasado una manifestación en
contra de "todas las guerras" en la que tomaron parte cerca de
cien mil personas.

En general, la abrupta terminación de la Guerra Fría y el
acercamiento entre las dos superpotencias restan temperatura a
la caldera internacional. Pero, por otra parte, no dejan de
surgir nuevas situaciones que se le agregan. Estados Unidos
invadió a Panamá -y aún ocupa partes del istmo- e Irak se
apoderó de Kuwait; en China surgió una violenta ola represiva;
en Camboya, mientras se realizan conversaciones de paz, los
enfrentamientos aumentan entre las dos guerrillas
anticomunistas, el gobierno provietnamita y los cuarenta mil
temibles jemeres rojos de Pol Pot; últimamanete han tenido que
desembarcar en Ruanda tropas mixtas francesas, belgas y
zaireñas para proteger el aeropuerto, vía de escape de
refugiados, ante la escalada de rebeldes que pretenden
derrocar al presidente Juvenal Habyarimana.

¿A qué horas?

Muchos de estos conflictos nacen como una pendencia interna y
terminan por convertirse en foco de enfrentamientos
internacionales, prácticamente sin que se sepa a qué horas.
Así sucedió en Líbano, paraíso de Oriente Medio hasta hace 15
años. Un día de abril de 1975 un grupo palestino intentó
asesinar a un líder cristiano y el Partido Cristiano del
Kataeb respondió ametrallendo a 27 fedayines.

Así empezó todo. Ahora el Líbano es un trágico revoltillo
donde han muerto israelíes, sirios, marines estadounidenses,
paracaidistas franceses, diplomáticos, rehenes de varias
nacionalidades, guardianes de la revolución iraníes, miles de
palestinos y dos presidentes de la República. El país ha sido
invadido en dos ocasiones por Siria y en otros dos por Israel,
y se halla dividido físicamente entre musulmanes y cristianos.
Estos, a su turno, ya andan fraccionados y enfrentados. Tropas
sirias acaban de derrotar al general cristiano Michel Aun.

MAL DE MUCHOS

En otras latitudes tampoco hay mucho campo para el optimismo.
El Perú, por ejemplo, lleva diez años y cuatro meses
padeciendo los atentados de la guerrilla maoísta Sendero
Luminoso. Un balance de la Comisión Pacificadora del Senado
peruano calcu en mayo de este año que el saldo histórico de
los combates era 16.981 muertos. La mitad de ellos civiles.

La situación colombiana es más compleja. Aquí son muchos los
que colaboraron en una violencia endémica que dejó más de
setenta mil muertos en los últimos cuatro años:
narcotraficantes, grupos guerrilleros, escuadrones de la
muerte, sicarios profesionales... El presidente César Gaviria
ha ofrecido un plan de paz a los guerrilleros, pero se niega a
dialogar con el narcoterrorismo.

Desde que Violeta Chamorro ganó las elecciones en Nicaragua,
hace casi ocho meses, ha cesado en Centroamérica la presión de
la contra, guerrilla armada y financiada por Estados Unidos.
Pero la situación está muy lejos de remediarse por completo.
En El Salvador, la larga guerra continúa, aunque un espacio de
tregua ha seguido a la feroz ofensiva guerrillera del primer
trimestre. Guatemala, por su parte, realiza conversaciones de
paz a distintos niveles con grupos alzados en armas.

Con las guerras civiles en Liberia y Ruanda, el Africa sigue
siendo teatro de enfrentamientos políticos y tribales. Y como
lo pobre no quita lo guerrero, algunos de los países más
miserables del mundo, como Etiopía y Sudán, padecen guerras
que matan de hambre al que no matan a tiros. Chad, que padeció
la larga y hostil mano de su vecino libio, parece disfrutar de
rara calma. Pero no el Sahara occidental, donde han perdido la
vida ya más de 15 mil personas y aún no se dislumbra la
solución final al conflicto.

En estos momentos, aparte del Golfo Pérsico y Oriente Medio,
el punto más peligroso parece ser la región india de
Cachemira, cuyos habitantes culturalmente paquistaníes, se han
rebelado contra un gobierno que en 1949 prometió un plebiscito
de independencia que no ha cumplido. Tanto Pakistán como India
tienen arsenales nucleares. Sus tropas se han enfrentado en
tres ocasiones desde 1947 y están rozándose de nuevo. En
cualquier momento el mundo podría tener una desagradable
sorpresa en los riscos helados del Himalaya. (3B).



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en Ciudad LAS GUERRAS OLVIDADAS

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