Washington. 15.01.91. Los estrategas de la coalición
anti-iraquí en el Golfo Pérsico disponen de cuatro opciones
principales en caso de conflicto, estiman los observadores
especializados.
Todas estas opciones incluyen una utilización permanente de la
enorme superioridad aérea de las fuerzas occidentales en el
Golfo. Tres de las mismas están basadas en una ley fundamental
de la estrategia: desorganizar al enemigo destruyendo sus
líneas de comunicación.
Los aproximadamente 1.000 aviones y 1.500 helicópteros de
combate norteamericanos y aliados serán utilizados para
eliminar la aviación y la defensa anti-aérea iraquíes y
destruir los centros y las vías de comunicación adversos,
antes de apoyar la ofensiva terrestre, al tiempo que continúan
sus ataques sorpresa penetrando profundamente en el
dispositivo iraquí.
Trevor Dupuy, coronel retirado del ejército norteamericano e
historiador militar, reveló algunos secretos de cada opción.
La primera opción consiste en un ataque frontal utilizando
todos los medios ofensivos, y está destinada a terminar lo
antes posible. Esta opción es la más simple. También es muy
costosa en hombres y materiales, sobre todo en el desierto,
donde el relieve ofrece poca protección, y no corresponde al
pensamiento de los estrategas norteamericanos de la escuela de
guerra de Fort Leavenworth (Kansas). Estos estrategas
favorecen la táctica de tenaza efectuada por fuerzas móviles,
combinada con un asalto aéreo y helitransportado. Esta
táctica puede ser aplicada en diversos grados y constituye la
segunda y la tercera opción.
La segunda opción consiste en un doble ataque en tenaza: al
oeste de Kuwait, el flanco derecho de la primera línea de
defensa iraquí es cercada por unidades blindadas que se
insertan entre esta línea y sus reservas, dispuestas al
sudeste de Irak, a lo largo de la frontera occidental de
Kuwait. Esta solución implica que esas fuerzas de reserva
-estimadas en cinco divisiones, una de las ellas blindada, y
que de otra forma podrían maniobrar en la retaguardia de las
fuerzas aliadas- serán inmovilizadas por la aviación. Al
este, el flanco izquierdo iraquí es rodeado por los marines
que desembarcarán en la ciudad de al-Kuwait o directamente al
norte de la ciudad.
La tercera opción retoma la táctica precedente pero
ampliándola: el cercamiento del adversario es más ambicioso y
la aviación constituye la tercer ala (triple cerco). En el
flanco derecho iraquí, la maniobra incluye en ese caso a la
reserva del sudeste iraquí e implica una incursión
relativamente profunda en territorio iraquí. En el flanco
izquierdo, el ataque anfibio es efectuado por los marines más
al norte, probablemente en la isla de Bubiyan, al norte de la
bahía de Kuwait.
La aviación -la tercer ala- ataca al noroeste de al-Kuwait,
acompañada de un asalto helitransportado destinado a
establecer una línea de defensa entre las fuerzas de Bagdad
aisladas en Kuwait y en el sudeste iraquí, y las tropas de
élite de la guardia republicana iraquí desplegadas
directamente al norte del emirato.
La cuarta opción consistiría en una ofensiva área masiva,
seguida o no de una ofensiva terrestre de envergadura, pero sí
de incursiones repetidas dentro de las líneas de defensa
iraquíes, eventualmente acompañadas de operaciones similares
en las fronteras turca y siria.
Estas operaciones, que siempre estarán acompañadas por ataques
aéreos, cansarían y desorganizarían al dispositivo iraquí,
obligado a responder golpe por golpe.
Una vez que el estado mayor aliado esté convencido de que las
tropas iraquíes están suficientemente desorganizadas, se
lanzaría un asalto aero-terrestre masivo, utilizando una de
las dos opciones precedentes.
Finalmente, la eventualidad de una victoria obtenida
únicamente gracias a la aviación sigue siendo discutida.
Algunos expertos subrayan que si la aviación a menudo ha
contribuído a la victoria, jamás bastó por sí misma para
garantizarla.
Otros subrayan en cambio que los progresos técnicos efectuados
permiten concebir semejante hipótesis. Por su parte, el
coronel Dupuy sostiene que "la posibilidad de una destrucción
total de las fuerzas terrestres iraquíes por parte de la
potencia aérea no puede ser ignorada". (A-8)
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