Jerusalén (Israel) . 13 abr 96. La violencia provocada por el
establecimiento en la antigua Judea, después de la Segunda
Guerra Mundial, del Estado de Israel, ha significado varias
guerras, inmensa destrucción y miles de muertos.

El enfrentamiento de Israel contra los árabes, los musulmanes
y los palestinos continúa hasta hoy, a pesar de los esfuerzos
de las Naciones Unidas y de otros países para lograr un
equilibrio en la zona.

Ahora la violencia ha dejado de manifestarse por medio de
guerras para afectar a los civiles: contra ellos han sido
empleadas bombas terroristas de los extremistas palestinos y
musulmanes, empeñados en la destrucción del Estado judío.

En medio de la disputa, el pueblo del Líbano es víctima de
ataques de las Fuerzas Armadas israelíes, que insisten en que
pretenden acabar solamente con el movimiento musulmán Hizbolá.

Ayer el embajador de Israel en Quito defendió el ataque a
Beirut, mientras que el cónsul de Líbano pidió a las Naciones
Unidas intervenir en la zona para combatir a los terroristas y
así evitar las muertes de civiles libaneses.

Israel aumentó el viernes la presión sobre Líbano al
intensificar sus expediciones aéreas y los bombardeos de
artillería en represalia a los disparos del Hezbolla, aun a
riesgo de originar tropiezos con Siria.

El objetivo proclamado de esta operación es poner freno a los
disparos de cohetes del Hezbolla contra Israel y forzar a las
autoridades libanesas y a Siria a desarmar esta milicia
apoyada por Teherán.

Las expediciones lanzadas por Israel son las más sangrientas
desde julio de 1993, y forzaron a miles de personas a tomar la
ruta del éxodo.

El ejército israelí conminó a la población a abandonar 45
localidades de Líbano Sur y cinco pueblos de la planicie de la
Bekaa (este de Líbano) antes de bombardearlos, y pidió a la
población que se aleje de la costa.

"No queremos dañar a los civiles, pero en cuanto la población
de Líbano sur se haya ido, en las horas que vienen,
responderemos como es debido a los disparos", declaró el
primer ministro, Shimon Peres, en una rueda de prensa en
Kyriat Shmona, al norte de Israel.

El ejército israelí, que hizo llegar nuevos refuerzos de
artillería a la zona que ocupa al sur de Líbano, continuaba al
caer la tarde sus disparos contra unos 20 pueblos de Líbano
Sur, considerados por Israel como bastiones del Hezbolla.

Tras ponerse el sol, los cazas bombarderos y los helicópteros
israelíes efectuaron ocho expediciones contra las localidades
de Tiro, Nabatiyé y Machghara, según la policía libanesa.

Estas expediciones se suman a otras doce, lanzadas a lo largo
del día, que causaron 13 muertos y decenas de heridos en
Líbano, casi todos civiles, según un balance provisional.

Un militar sirio murió tras una expedición aérea israelí en la
región de Beirut, según un filme presentado a la prensa.

El ministro israelí de Relaciones Exteriores, Ehud Barak,
afirmó que Israel no tenía intención de dañar a las fuerzas
sirias desplegadas en Líbano, pero subrayó que no dudaría en
abrir fuego sobre todo el que dispare contra ellos.

"El Hezbolla debe saber que esté donde esté no es impune;
tanto peor si ello desagrada a algunos, pagarán las
consecuencias", afirmó el antiguo jefe de estado mayor
aludiendo al ejército sirio.

El Hezbolla chiíta disparó durante la jornada decenas de
cohetes contra Israel, causando cinco heridos según fuentes
militares israelíes. El Hezbolla respondía a bombardeos de
represalia israelíes.

Barak exigió a las autoridades libanesas que desarmen al
Hezbolla. "El gobierno libanés debe desarmar al Hezbolla como
lo hizo con las demás milicias. La tranquilidad volverá
únicamente cuando haya asumido su papel de autoridad
responsable", afirmó a la televisión israelí.

Los altos responsables israelíes anunciaron su intención de
continuar la prueba de fuerza.

"Seguiremos atacando mientras el Hezbolla dispare cohetes
contra nosotros. Estamos decididos a destruirle y estamos
dispuestos a un enfrentamiento a largo plazo", declaró el jefe
de los servicios secretos militares israelíes, el general
Moshe Yaalon, que estimó que Siria se mantendrá al margen
sabiendo que Israel no busca el enfrentamiento.

Por su parte, el director del ministerio israelí de Relaciones
Exteriores, Uris Savir, acusó el viernes a Bruselas y a Siria
de no haber tomado ninguna medida para luchar contra los
enemigos del proceso de paz en Oriente Medio y estimó que su
actitud dificulta la conclusión de esta paz.

(Por otra parte, fuentes oficiales libanesas informaron el
viernes por la tarde en Beirut que la cumbre sirio libanesa
prevista para el sábado en Damasco se postergó a causa de la
agravación de la situación en Líbano. Esta cumbre debía reunir
a los dirigentes de ambos países, ligados desde 1991 por un
tratado que estipula una estrecha ayuda en todos los terrenos.
Siria tiene unos 35.000 soldados desplegados en tres cuartos
del territorio libanés).

Campesinos forzados a abandonar sus aldeas

En medio de intensos ataques de la fuerza aérea y de la
artillería israelíes, según la emisora La Voz del Líbano, la
radio del Ejército del Sur Libanés (ESL), aliado de Israel,
conminó a campesinos de ese país a abandonar sus casas.

El comunicado de la emisora La Voz del Sur, del ESL, les
ordena alejarse de sus aldeas antes de las 12.30 GMT (14.30
local), y está dirigido a los habitantes de 41 aldeas, entre
ellas Yibsit, Nabatye, Kfar Umán, Arab Slim, Kleili, Mansouri
y Yukmur, esta última aldea situada en el Valle del Líbano.

Fuentes de las fuerzas de la ONU (FINUL) han confirmado hoy,
viernes, que miles de campesinos huían hacia el norte por
temor a los ataques graneados de la artillería israelí, que se
prolongaban intermitentemente desde las 03.00 GMT de esta
madrugada.

Según la Voz del Líbano, helicópteros de la fuerza aérea
israelí y la artillería atacaron la localidad de Nabatye y el
campo de refugiados palestinos de Rashidye, al lado de la
ciudad de Tiro.

Los ataques graneados de la artillería israelí contra las
aldeas chiis del Líbano meridional, a cuyos pobladores acusan
las autoridades militares de este país de albergar a los
guerrilleros del Partido de Dios (Hizbulá), se intensificaron
tras el disparo de decenas de proyectiles Katyusha contra la
ciudad de Kiriat Shemona y otras zonas de la Galilea en el
norte de Israel.

En este ataque de represalia por los de la fuerza aérea
israelí de ayer jueves contra su sede central al sur de
Beirut, y otras bases en el sur y en Baalbeck, resultaron
heridos cinco civiles, y con serios daños decenas de edificios
de vivienda.

También cayeron dos Katyusha en la Galilea occidental, al
norte e la ciudad balnearia de Naharía, pero cayeron en campo
abierto y no causaron víctimas ni daños materiales.

Los ataques masivos de la artillería contra las aldeas chiis
del Líbano meridional, según fuentes militares israelíes, es
la segunda etapa de la ofensiva que comenzó ayer contra
Hizbulá.

"Nos han dicho que pasaremos aún varios días bajo tierra",
esto es, en los refugios antiaéreos, declaró hoy a la prensa
el alcalde de uno de los poblados fronterizos de Israel,
Maalot-Tarshija, donde residen judíos y árabes, Shelomo
Bujbut. (AFP) (Diario HOY) (9A)
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