Quito. 4 feb 98. El pronóstico es desalentador: la sequía en
la región norte del país continuará. Los agricultores están
preocupados.

El rendimiento de los cultivos ha bajado en un 30 por ciento
en Imbabura, de un total de 64.441 hectáreas sembradas. En el
Carchi la cifra sube al 40 por ciento, de 80 mil hectáreas
cultivadas.

Los cantones más afectados son Pimampiro y Urcuquí, en
Imbabura, porque son zonas bajas y de alta temperatura,
entonces el agua de riego sirve solo para refrescar a los
pocos cultivos que aún están en pie.

En el Carchi, los cantones más afectados por las intensas
heladas son Tulcán, Espejo y Montúfar y, por la escasez de
agua de riego, Bolívar y Mira. En Espejo, por ejemplo, no
llueve desde hace dos meses.

Julio César Ruiz, programador del Ministerio de Agricultura y
Ganadería del Carchi, dice que la sequía no es reciente; desde
agosto del año pasado comenzó la sequía pero solo hasta ahora
la situación se ha tornado crítica: no se puede cultivar
fréjol, cebada, trigo y habas.

Mientras las autoridades agropecuarias de las dos provincias
hablan de sequía, Antonio Rodríguez, meteorólogo del Instituto
Nacional de Hidrología y Meteorología (Inamhi), prefiere decir
que hay un déficit de precipitaciones.

En efecto, Rodríguez señala que durante enero se esperaba que
en Tulcán lloviera 79 milímetros cúbicos (es decir 79 litros
por metro cuadrado) y en Ibarra 39.1. Sin embargo, hasta el
momento las precipitaciones son del 22 por ciento en Tulcán,
eso significa 17.4 milímetros; y en Ibarra contabiliza el 35
por ciento, con 13.7.

El déficit es notorio en toda el área. La causa, según
Rodríguez, es porque entre enero, febrero y marzo el sistema
atmosférico del Caribe da cabida al buen clima en Venezuela,
este de Colombia y norte de Ecuador. También es por influencia
de El Niño: mientras en la Costa llueve en la Sierra está
seco.

"Aquello permite que en Tulcán, por ejemplo, existan
temperaturas bajas o heladas en las madrugadas, las mismas que
ocasionan prejuicios a los cultivos de papas, sobre todo".

Pero Angel Maila, director provincial agropecuario de
Imbabura, pone sus reparos: no se puede determinar,
técnicamente, el déficit o el exceso de lluvias, porque en la
Sierra no se dispone de una red meteorológica.

Menciona que solo en el sector urbano funcionan; en tal
virtud, los técnicos agrónomos no sacan nada con la estación
meteorológica que se encuentra en los aeropuertos de Ibarra y
Tulcán, porque esos datos no se pueden extrapolar a los
sectores agrícolas. Lo cierto es que en esas provincias no
llueve y hay necesidad de agua para el maíz, que abunda en los
cantones de Urcuquí, Cotacachi e Ibarra.

En estos días se ven tierras ociosas a la espera de lluvias
para empezar a prepararlas para el cultivo de los productos
propios de esas provincias. Los pastizales también están
amarillentos y los campesinos habla de una reducción de la
producción lechera.

Maila dice que en las partes altas aún no hay un déficit de
humedad porque los suelos de páramo son ricos en arcilla.

La Dirección Provincial Agropecuaria de Imbabura realiza
trabajos de limpieza de canales de riego con la finalidad de
que la poca agua disponible tenga una circulación mejor y no
sea absorbida por la vegetación que está rodeando los ductos.

No se puede hacer nada más. "La superficie laborable de la
Sierra apenas alcanza al 10 por ciento de riego".

Mientras tanto, el Consejo Agrario de Imbabura y Carchi se
reactivó para analizar los problemas y establecer medidas
colaterales: crear un banco de semillas, condonación de
intereses, créditos con tasas de interés menores para que
despegue el aparato productivo.

En la zona central del país también hay un déficit de lluvias.

Nelson Villacrés, director del Ministerio de Agricultura en
Tungurahua, hace referencia a la sequía que se siente en la
parte baja de la provincia.

Los caminos están polvorientos, en el río Ambato hay más
piedras secas que agua.

Los registros del Inamhi sobre las precipitaciones de este mes
también confirman la escasez de lluvias. Para enero la
precipitación esperada en Salcedo era 49,9 milímetros (mm.)
pero hasta el miércoles 28, llovió apenas el 20 por ciento de
este total.

En Cotopaxi, los agricultores aspiraban que haya
precipitaciones que lleguen a los 28,5 milímetros, pero hasta
el 28 el medidor llegó a los 18,6 mm.

Unicamente Chimborazo ha superado lo previsto en un 18 por
ciento: se esperaba durante enero precipitaciones que lleguen
a 24,7 mm, pero hasta el miércoles 28 llovió 29,2 mm.

Rodríguez dice que por ahora no se puede hablar de sequía,
porque para hacerlo se necesitan por lo menos tres meses
seguidos con índices similares al mes de enero, de lo
contrario solo se habla de déficit.

LA TEMPERATURA

Cambios en el mar * El Niño mostró cierta tranquilidad en las
últimas dos semanas, en la temperatura del mar. El cambio fue
en las costas peruanas y ecuatorianas. En las últimas tres
semanas la temperatura del océano cayó hasta un grado.

El calor en Quito * Las altas temperaturas registradas en
Quito, desaparecerán en los próximos días, el cielo será
cubierto variando a parcialmente cubierto.

En Cuenca y Loja es normal

Las lluvias en el Austro se mantienen estables y ligeras.
Según el Inamhi, en lo que va de este mes, el total de
precipitaciones caídas oscila entre el 49 y 84 por ciento de
su valor promedio.

En Paute llovió 42,2 milímetros, lo esperado era 50,4; en
Gualaceo las precipitaciones se ubicaron en los 30,7
milímetros es decir debajo de los 53,9 que generalmente
llueven.

En la Central de Chanlud, cayeron 64,7 milímetros, lo normal
es 79, 2 milímetros.

El día de mayores precipitaciones fue el 7 de enero. Prueba de
ello es que en Cuenca las lluvias se ubicaron en 13, 6
milímetros, en Gualaceo en 17,8 y en la Cuenca Alta llegaron a
16,1.

En la provincia de Loja hasta el momento las lluvias llegaron
a los 40.4 milímetros. El promedio en ese sector es de 45,3.
Las precipitaciones más significativas también ocurrieron el 7
de enero con 18,6 milímetros (18,6 litros de agua por metro
cuadrado).

Para Juan Palacios, técnico del Inamhi, el comportamiento
climático registrado tanto en Cuenca como en Loja es normal
para la época a pesar que en otras ocasiones se ha
caracterizado por el estiaje. "La permanencia de las lluvias
es importante ya que permite que los caudales de los ríos se
alimenten y los suelos no se resequen", dijo.

Un raro síndrome en la Costa

Un conjunto de síntomas aún indeterminados, que podrían ser
ocasionados por dengue hemorrágico y leptospirosis y que
ocasionó la muerte de tres personas, ya está siendo
investigado.

La alerta empezó el viernes 29 de enero cuando el Hospital
Luis Vernaza de Guayaquil reportó siete casos atendidos con
cuadros virales, acompañados de fiebre, dolores musculares y
articulares, con coloración amarillenta de los ojos y piel y
hemorragias en diferentes partes del cuerpo.

Inmediatamente se conformó un comité técnico que montó la
vigilancia epidemiológica a fin de determinar el posible
diagnóstico . Así lo anunció ayer el Subsecretario de Salud
Región II, Fidel Endara, quien solicitó a las personas que
presenten cualquiera de estos síntomas concurrir oportunamente
a las unidades del Ministerio de Salud y evitar la
automedicación.

De los siete casos atendidos en el Vernaza tres pacientes
murieron, uno está en coma, otro recuperado y dos en
condiciones estables. Endara explicó que todas las personas
son adultas y llegaron en estado grave con hemorragias y falla
hepático-renal.

Comenzaron con un conjunto de manifestaciones como fiebre,
decaimiento general, dolores articulares y musculares y a
medida que pasan los días aparecieron tinturas amarillentas en
los ojos y piel hasta llegar al cuadro hemorrágico y complicar
a los riñones e hígado.

Los pacientes que presentaron el síndrome tres son de
Guayaquil (dos de la parroquia Ximena y uno de la Febres
Cordero); dos de Milagro; uno de Durán; y, uno de Buena Fe
(Los Ríos).

Brigadas médicas se desplazaron hacia esos lugares para
recoger muestras de sangre entre los familiares y vecinos.
Además el Izquieta Pérez realiza pruebas, cuyos resultados se
conocerían en 48 y 72 horas; mientras otras muestras serán
enviadas al Centro de Investigaciones de Enfermedades de
Puerto Rico.

Endara dijo que una de manera de contagio con el virus (en
caso de ser dengue hemorrágico) o bacteria (si se trata de
leptospirosis) pudo ser por el contacto que mantuvieron los
pacientes con las aguas estancadas, alimentos y agua potable
contaminada.

El asesor del Programa de Enfermedades Transmisibles de la
subsede OPS en Guayaquil, Keith Carter, dijo que estos cuadros
clínicos son semejantes al brote epidémico de leptospirosis.
(Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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