Quito. 04 feb 99. El cobro de matrículas diferenciadas y las
pruebas de admisión son dos pasos. El 60 por ciento de
estudiantes no conoce cuáles deben ser los cambios.
A un mes de las elecciones para rector y vicerrector de la
Universidad Central, la mirada de un grupo de estudiantes de
la Facultad de Jurisprudencia se vuelve apática mientras dos
militantes del Friu (Frente Revolucionario de Izquierda
Universitaria) pegan pancartas de la candidatura del actual
rector Víctor Hugo Olalla, postulado a la reelección.
La campaña, que arrancó a mediados de enero, no parece causar
expectativa entre este grupo de alumnos, más aún cuando uno de
ellos señala que Olalla tendría asegurada su reelección
"porque cuenta con apoyo de la FEUE y el MPD".
Pero más allá de los intereses políticos y partidistas que
definirían la elección entre Olalla y su antiguo contendor,
Edgar Samaniego, a los estudiantes de Derecho y otras
facultades como Administración les preocupa el retroceso por
el que atraviesa la universidad más grande del país (35.000
alumnos). Fabricio Zambrano, presidente de la Asociación
Escuela de Administración Pública, indica que de las 50
acciones programadas en el plan de reforma integral, elaborado
en 1994, apenas se han cumplido dos: el cobro de matrículas
diferenciadas a los estudiantes y la aplicación de los
exámenes de ingreso en varias de las 15 facultades.
Facultad de Artes
Mientras en otras facultades como Administración o
Jurisprudencia se vive un ambiente electoral y las pancartas
invaden las paredes de los centros, en Artes, una de las
pequeñas de la U. Central, parte de los 250 estudiantes
realizan sus tareas académicas con normalidad. "Es que la
política está casi desterrada de esta facultad", dice el
subdecano, Lenín Oña. Hace dos años la facultad aplicó un
examen para frenar el ingreso de estudiantes y puso un cupo de
60 alumnos para primer curso. La institución ha podido generar
cambios en el pensum de estudios y proyectos de autogestión
por la acción de las autoridades, profesores y estudiantes.
Oña se atreve a calificar a su facultad como una especie de
refugio que está fuera del electoralismo que persiste en el
resto de facultades.
Ciencias Administrativas
El plan de reforma presentado por el ex rector Tiberio Jurado
y Víctor Hugo Olalla (vicerrector), en septiembre de 1995, ha
tenido más tropiezos que adelantos en esta facultad de 5.500
alumnos. A criterio de varios estudiantes aspectos como la
reestructuración del programa de estudios, la racionalización
y eliminación de algunas materias, la flexibilización y
acortamiento de la carrera y la actualización y
perfeccionamiento de los profesores no han tenido la dimensión
esperada. Entre la planta de 300 profesores hay un buen
porcentaje que mantiene prácticas de enseñanza de hace 20
años. Los únicos pasos han sido el cobro de aranceles y
matrículas diferenciadas y la aplicación de mecanismos de
ingreso para frenar la masificación estudiantil. Hace dos años
habían 8.000 alumnos.
En Odontología
El balance que realiza Juan Carlos Aldean, presidente de la
Asociación Escuela de Odontología es contundente: la reforma
de 1995 no ha entrado en vigencia en esta facultad de 1.200
alumnos. Recién está por aprobarse un plan para el periodo
1999-2000 que comprende la reformulación del pensum,
flexibilización de la carrera y un nuevo perfil del
profesional odontólogo. Pero la dirigencia estudiantil se
queja sobre todo por la falta de participación de los alumnos
en la toma de decisiones. Aldean opina que aún falta depurar
una serie de problemas de índole académico, administrativo y
financiero. Otro punto en contra es que los profesores, 110 en
total, no tienen criterios unificados para evaluar al
estudiante. Aún se evidencian problemas de "chantajes" contra
los educandos.
En Filosofía
Es calificada por muchos decanos, profesores y estudiantes de
la U. Central como el principal reducto del MPD. Aunque un
estudiante de Parvularia de tercer año que prefiere no
identificarse dice que la reforma no ha llegado a esta
Facultad de 5.000 alumnos -anteriormente una de las más
grandes con 8.000 jóvenes- y los cambios son solo cosméticos y
no de fondo porque la politiquería prevalece sobre lo
académico, el decano Franklin Tapia señala que su facultad
entró ya en la segunda etapa de la reforma. "Hemos cumplido
cinco años de cambio y estamos a la vanguardia de la reforma
universitaria". Según Tapia, la facultad ha rediseñado el
programa de estudios en las 10 escuelas y se han reforzado las
áreas de profesionalización para que los estudiantes se
involucren, a través de la práctica, con la comunidad.
También, se ha puesto énfasis en la capacitación de los 270
profesores. Tapia indica que la facultad ha logrado mantener
su "liderazgo" en base a los proyectos de autogestión. La
utilización de recursos propios alcanzan los 1.500 millones de
sucres.
Arquitectura y Urbanismo
Cuando en junio del 94 se habló de democratizar la
universidad, los 350 participantes que participaron en su
elaboración -profesores, estudiantes, trabajadores- dieron un
voto de aplauso a la medida. Ahí, según el decano Antonio
Narváez, se delinearon 24 acciones de orden académico, 21 de
orden técnico administrativo y 4 de desarrollo institucional.
A los cuatro años se ha incumplido con el 87 por ciento de los
compromisos. Pero en Arquitectura hay resultados con los 1.300
alumnos: se aprobó el plan director de la carrera, se aplicó
una prueba de admisión a los aspirantes para frenar la
masificación, se actualizaron los contenidos para eliminar la
enseñanza repetitiva y acumulativa. Otro paso fue reducir el
periodo de la carrera de 6 a 5 años; y las materias bajaron de
13 a seis.
Ciencias Económicas
La salida del principal impulsor del plan director de la
carrera de economía, el ex decano José Dávalos, es un factor
que desestabilizó el proceso de cambio. Dávalos incluso
enfrentó, hace dos años, ataques de la dirigencia de la FEUE
quien se tomó el edificio de Economía para rechazar el examen
de ingreso. Los requisitos que los bachilleres debían tener
para ingresar a la facultad eran rigurosos: 15 puntos de
promedio entre primero y quinto curso de colegio. Así, 1.200
alumnos lograron ingresar, cuando en los años anteriores
entraban más de 3.000. El plan contemplaba una reformulación
del pensum de estudios, la racionalización de materias y un
acortamiento de la carrera. Pero, según la impresión que
tienen los estudiantes, actualmente el proyecto tiene más
tropiezos que avances.
Comunicación Social
Esta facultad de 1.200 estudiantes es una de las primeras en
aplicar un plan director de la carrera de comunicación social
que incluye un examen de ingreso. Después le siguieron
Arquitectura, Economía e Ingeniería. La facultad pasó a la
semestralización de la carrera y emprendió en un plan de
reducción de materias. Con los 75 profesores se trabajó en un
programa de concientización de la reforma con el fin de que
los docentes adopten nuevas metodologías de enseñanza. Sin
embargo, un serio problema que reconoce el subdecano, Alberto
Maldonado, es el bajo nivel salarial de los maestros que
impide un compromiso más amplio con la reforma. El proceso de
reforma de la carrera también encuentra obstáculos en los
caducos reglamentos de docencia y el estatuto universitario.
Jurisprudencia
Esta, sin duda, es una de las facultades más complicadas de la
U. Central, al punto que el mismo rector, Víctor Hugo Olalla,
dice que Jurisprudencia y Artes son las únicas que no se han
incorporado a la reforma integral. Parte de los 6.000
estudiantes también cuestionan la marcha académica de
Jurisprudencia. Hernán Constante, presidente encargado de la
Asociación Escuela de Derecho, dice que hasta ahora no se
tocado el pensum de estudios y no se ha reformado la enseñanza
de la carrera. Varios de los 300 profesores, señala, no
cumplen con su horario de clases y su método de enseñanza deja
mucho que desear. Los chantajes contra los alumnos están a la
orden del día. Un ejemplo: está por terminar el periodo de
matrículas de este año y secretaría aún no asienta notas del
año anterior. Casi nunca se evalúa la actuación de los
maestros y el clientelismo político persiste. Pero el decano,
Walter Enríquez, niega estas acusaciones y asegura que su
facultad está a la vanguardia de la reforma universitaria.
Enríquez cree que todo es parte de un complot político en su
contra orquestado por el rector Olalla. (Texto tomado de El
Comercio)
pruebas de admisión son dos pasos. El 60 por ciento de
estudiantes no conoce cuáles deben ser los cambios.
A un mes de las elecciones para rector y vicerrector de la
Universidad Central, la mirada de un grupo de estudiantes de
la Facultad de Jurisprudencia se vuelve apática mientras dos
militantes del Friu (Frente Revolucionario de Izquierda
Universitaria) pegan pancartas de la candidatura del actual
rector Víctor Hugo Olalla, postulado a la reelección.
La campaña, que arrancó a mediados de enero, no parece causar
expectativa entre este grupo de alumnos, más aún cuando uno de
ellos señala que Olalla tendría asegurada su reelección
"porque cuenta con apoyo de la FEUE y el MPD".
Pero más allá de los intereses políticos y partidistas que
definirían la elección entre Olalla y su antiguo contendor,
Edgar Samaniego, a los estudiantes de Derecho y otras
facultades como Administración les preocupa el retroceso por
el que atraviesa la universidad más grande del país (35.000
alumnos). Fabricio Zambrano, presidente de la Asociación
Escuela de Administración Pública, indica que de las 50
acciones programadas en el plan de reforma integral, elaborado
en 1994, apenas se han cumplido dos: el cobro de matrículas
diferenciadas a los estudiantes y la aplicación de los
exámenes de ingreso en varias de las 15 facultades.
Facultad de Artes
Mientras en otras facultades como Administración o
Jurisprudencia se vive un ambiente electoral y las pancartas
invaden las paredes de los centros, en Artes, una de las
pequeñas de la U. Central, parte de los 250 estudiantes
realizan sus tareas académicas con normalidad. "Es que la
política está casi desterrada de esta facultad", dice el
subdecano, Lenín Oña. Hace dos años la facultad aplicó un
examen para frenar el ingreso de estudiantes y puso un cupo de
60 alumnos para primer curso. La institución ha podido generar
cambios en el pensum de estudios y proyectos de autogestión
por la acción de las autoridades, profesores y estudiantes.
Oña se atreve a calificar a su facultad como una especie de
refugio que está fuera del electoralismo que persiste en el
resto de facultades.
Ciencias Administrativas
El plan de reforma presentado por el ex rector Tiberio Jurado
y Víctor Hugo Olalla (vicerrector), en septiembre de 1995, ha
tenido más tropiezos que adelantos en esta facultad de 5.500
alumnos. A criterio de varios estudiantes aspectos como la
reestructuración del programa de estudios, la racionalización
y eliminación de algunas materias, la flexibilización y
acortamiento de la carrera y la actualización y
perfeccionamiento de los profesores no han tenido la dimensión
esperada. Entre la planta de 300 profesores hay un buen
porcentaje que mantiene prácticas de enseñanza de hace 20
años. Los únicos pasos han sido el cobro de aranceles y
matrículas diferenciadas y la aplicación de mecanismos de
ingreso para frenar la masificación estudiantil. Hace dos años
habían 8.000 alumnos.
En Odontología
El balance que realiza Juan Carlos Aldean, presidente de la
Asociación Escuela de Odontología es contundente: la reforma
de 1995 no ha entrado en vigencia en esta facultad de 1.200
alumnos. Recién está por aprobarse un plan para el periodo
1999-2000 que comprende la reformulación del pensum,
flexibilización de la carrera y un nuevo perfil del
profesional odontólogo. Pero la dirigencia estudiantil se
queja sobre todo por la falta de participación de los alumnos
en la toma de decisiones. Aldean opina que aún falta depurar
una serie de problemas de índole académico, administrativo y
financiero. Otro punto en contra es que los profesores, 110 en
total, no tienen criterios unificados para evaluar al
estudiante. Aún se evidencian problemas de "chantajes" contra
los educandos.
En Filosofía
Es calificada por muchos decanos, profesores y estudiantes de
la U. Central como el principal reducto del MPD. Aunque un
estudiante de Parvularia de tercer año que prefiere no
identificarse dice que la reforma no ha llegado a esta
Facultad de 5.000 alumnos -anteriormente una de las más
grandes con 8.000 jóvenes- y los cambios son solo cosméticos y
no de fondo porque la politiquería prevalece sobre lo
académico, el decano Franklin Tapia señala que su facultad
entró ya en la segunda etapa de la reforma. "Hemos cumplido
cinco años de cambio y estamos a la vanguardia de la reforma
universitaria". Según Tapia, la facultad ha rediseñado el
programa de estudios en las 10 escuelas y se han reforzado las
áreas de profesionalización para que los estudiantes se
involucren, a través de la práctica, con la comunidad.
También, se ha puesto énfasis en la capacitación de los 270
profesores. Tapia indica que la facultad ha logrado mantener
su "liderazgo" en base a los proyectos de autogestión. La
utilización de recursos propios alcanzan los 1.500 millones de
sucres.
Arquitectura y Urbanismo
Cuando en junio del 94 se habló de democratizar la
universidad, los 350 participantes que participaron en su
elaboración -profesores, estudiantes, trabajadores- dieron un
voto de aplauso a la medida. Ahí, según el decano Antonio
Narváez, se delinearon 24 acciones de orden académico, 21 de
orden técnico administrativo y 4 de desarrollo institucional.
A los cuatro años se ha incumplido con el 87 por ciento de los
compromisos. Pero en Arquitectura hay resultados con los 1.300
alumnos: se aprobó el plan director de la carrera, se aplicó
una prueba de admisión a los aspirantes para frenar la
masificación, se actualizaron los contenidos para eliminar la
enseñanza repetitiva y acumulativa. Otro paso fue reducir el
periodo de la carrera de 6 a 5 años; y las materias bajaron de
13 a seis.
Ciencias Económicas
La salida del principal impulsor del plan director de la
carrera de economía, el ex decano José Dávalos, es un factor
que desestabilizó el proceso de cambio. Dávalos incluso
enfrentó, hace dos años, ataques de la dirigencia de la FEUE
quien se tomó el edificio de Economía para rechazar el examen
de ingreso. Los requisitos que los bachilleres debían tener
para ingresar a la facultad eran rigurosos: 15 puntos de
promedio entre primero y quinto curso de colegio. Así, 1.200
alumnos lograron ingresar, cuando en los años anteriores
entraban más de 3.000. El plan contemplaba una reformulación
del pensum de estudios, la racionalización de materias y un
acortamiento de la carrera. Pero, según la impresión que
tienen los estudiantes, actualmente el proyecto tiene más
tropiezos que avances.
Comunicación Social
Esta facultad de 1.200 estudiantes es una de las primeras en
aplicar un plan director de la carrera de comunicación social
que incluye un examen de ingreso. Después le siguieron
Arquitectura, Economía e Ingeniería. La facultad pasó a la
semestralización de la carrera y emprendió en un plan de
reducción de materias. Con los 75 profesores se trabajó en un
programa de concientización de la reforma con el fin de que
los docentes adopten nuevas metodologías de enseñanza. Sin
embargo, un serio problema que reconoce el subdecano, Alberto
Maldonado, es el bajo nivel salarial de los maestros que
impide un compromiso más amplio con la reforma. El proceso de
reforma de la carrera también encuentra obstáculos en los
caducos reglamentos de docencia y el estatuto universitario.
Jurisprudencia
Esta, sin duda, es una de las facultades más complicadas de la
U. Central, al punto que el mismo rector, Víctor Hugo Olalla,
dice que Jurisprudencia y Artes son las únicas que no se han
incorporado a la reforma integral. Parte de los 6.000
estudiantes también cuestionan la marcha académica de
Jurisprudencia. Hernán Constante, presidente encargado de la
Asociación Escuela de Derecho, dice que hasta ahora no se
tocado el pensum de estudios y no se ha reformado la enseñanza
de la carrera. Varios de los 300 profesores, señala, no
cumplen con su horario de clases y su método de enseñanza deja
mucho que desear. Los chantajes contra los alumnos están a la
orden del día. Un ejemplo: está por terminar el periodo de
matrículas de este año y secretaría aún no asienta notas del
año anterior. Casi nunca se evalúa la actuación de los
maestros y el clientelismo político persiste. Pero el decano,
Walter Enríquez, niega estas acusaciones y asegura que su
facultad está a la vanguardia de la reforma universitaria.
Enríquez cree que todo es parte de un complot político en su
contra orquestado por el rector Olalla. (Texto tomado de El
Comercio)
Más en el