Quito. 7 oct 2001. Nos recibe con un bastón en la mano, en cuyo mango hay
un cóndor plateado.

Cuenta que réplicas de este las entregó a cada uno de los cancilleres del
continente, el día en que Ecuador asumió la Presidencia del ALCA, puesto
que es su símbolo. Dice que también obsequió uno al presidente
venezolano, Hugo Chávez, a quien le recitó un párrafo de una oda del
Libertador Simón Bolívar, que la repite antes de la entrevista,
visiblemente emocionado.

Responde las interrogantes de HOY con amplias exposiciones. Se plantea
algunos temas que los absuelve, haciendo importantes revelaciones, aunque
en la entrevista no se mantiene un hilo conductor preciso. Los efectos de
los atentados copan la temática. (TFF)

¿Qué define a un acto terrorista?

He querido, expresamente, definirlo como un acto terrorista (el asesinato
de la ex ministra de Educación de Colombia), porque es una agresión a
bienes o a personas, en este caso a personas, sin razón que lo justifique
y sin propósito específico. Lo hago también para enfatizar una diferencia
que nos resulta muy importante en términos de la connotación, que
preocupa a muchos: la calificación como grupos terroristas que ha hecho
el Departamento de Estado a los subversivos o informales que generan la
violencia en Colombia: las FARC, ELN y las AUC paramilitares; nosotros
respetamos esa calificación, pero no la compartimos.

Esa calificación ¿puede implicar acciones unilaterales de EEUU?

Es válida la preocupación en términos hipotéticos. No vemos indicios
todavía de que EEUU quiera usar esa calificación como un aviso a Colombia
de que estos grupos realmente han institucionalizado el terrorismo. Las
facciones irregulares han cometido en los últimos años actos de
terrorismo, y puede haber una confusión de conceptos.

Nos preocupa enormemente el tema, como nos preocupa el hecho de que
muchos grupos desprendidos o parte de las FARC, de las AUC y de las de LN
protegen la narcoprodución y el narcotráfico a cambio de compensaciones
económicas.

Yo califico a la narcoproducción y al narcotráfico como una forma
perversa y exquisita de otro tipo de terrorismo. La droga destruye el
espíritu y el corazón de la juventud del mundo.

Parece que no actuamos de forma ágil; la frontera es vulnertable.
Muy respetable la preocupación, pero tenemos doce mil soldados
ecuatorianos en la frontera con Colombia. Se están construyendo cuarteles
y reforzando la seguridad, aunque del lado del Putumayo no hay presencia
del Gobierno colombiano. Nosotros tenemos que cuidar con control militar
y desarrollando económica y socialmente la frontera.

¿Con qué recursos?

El 23 de octubre estaremos en Bruselas, en un grupo consultivo con
algunos países que han ofrecido ayudar política y económica al Ecuador en
este esfuerzo por desarrollar Esmeraldas, Carchi, Sucumbíos, Napo,
Orellana e Imbabura. Crearemos una zona de amortiguamiento: el control
militar no es suficiente.

¿La Base de Manta podría usarse para combatir ese otro terrorismo?

Ese convenio fue firmado en el gobierno anterior; si significa una
ubicación del Ecuador en la lucha contra las drogas, no significa el uso
de las bases que los EEUU está logrando en ciertos países asiáticos; esas
son para operaciones militares.

Si se califica a las FARC como terroristas y se quiere combatirlas, ¿lo
más cercano es desde la Base de Manta?

Fui totalmente correspondido con la reiteración del Gobierno de EEUU, de
que ese convenio es, exclusivamente, para el servicio electrónico de
inteligencia. Los aviones van desarmados, su equipo electrónico es
únicamente para establecer las vías del narcotráfico en los mercados del
consumo, y así se mantendrá. No descartamos la posibilidad de sentarnos
con los norteamericanos a discutir las implicaciones de esa operación
contra las drogas a partir de una Base ecuatoriana, pues tiene sus
connotaciones políticas.

El petróleo ha bajado después de los atentados en Estados Unidos, ¿no
tenemos capacidad de maniobra frente a los grandes?

La tendremos cuando logremos convertir al país, rompiendo paradigmas cada
día, y poniendo la enorme capacidad petrolera ecuatoriana al servicio del
desarrollo social del país.

En los próximos cuatro años podremos construir un tercer oleoducto: de la
zona austral hacia la Península, para refinerías, o también el ramal
hacia el oleoducto peruano de Talara. Estamos en la costa del Pacífico,
somos un país no OPEP, podríamos exportar 600 000 u 800 000 barriles de
petróleo al día a California, que atraviesa una crisis energética. Las
refinerías en California están construidas para procesar el crudo que
viene de Alaska, que es una réplica del ecuatoriano y, por razones que no
las comprendo, el transporte de Ecuador a California es más barato que el
de Alaska a California. Podemos llegar a una coalición estratégica.

¿Cuál es su percepción del sentimiento norteamericano luego del 11 de
septiembre?

Allá se preguntan, ¿qué hemos hecho para ganarnos este odio? y yo he
dicho: por lo menos en el Ecuador no creo que los odiemos. No hay odio,
hay resentimiento, que es una sensación diferente, porque la política
norteamericana hacia América Latina ha sido por muchos años miope.
(Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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