El pasado policial del coronel Napoleón Villa y sus vínculos de trabajo con algunos de los miembros del alto mando dejan traslucir la influencia que este alto dirigente de Sociedad Patriótica dentro de la Institución. El uso del helicóptero de la Policía, hace tres semanas, en donde se embarcó el ex oficial, y el polémico proceso judicial en contra del ex comandante Jorge Villlarroel son dos ejemplos de la posible injerencia
¿Qué poder tiene Napoleón Villa en la Policía Nacional para ser invitado por el comandante Jorge Poveda a volar en el helicóptero de la institución y ser llevado a San José de Minas, donde le esperaba un acto público? Esa interrogante flotó en el ambiente tras el incidente, que para muchos fue una "indelicadeza" comparable con el uso que dio Patricio Rivadeneira, ministro de Energía de Jamil Mahuad, en 1999, al avión de Petroecuador para viajar a Salinas con su familia, hecho que le obligó a dejar el cargo de forma inmediata.
Aunque no hubo sancionados esta vez, la presencia de un político en un operativo oficial, como se calificó al vuelo, dejó traslucir el poder del "supercuñado" del presidente en el Gobierno y su nivel de influencia en la institución a la que sirvió por 35 años.
Al menos eso quedó matizado por el desconocimiento que aseguró tener sobre el tema el ministro de Gobierno, Raúl Baca, y por la demora inicial de los jefes policiales para explicar que la nave fue usada, el 7 de febero, para la seguridad de Lucio Gutiérrez, alrededor del sitio en donde se encontró con Villa, el día de las elecciones internas en Sociedad Patriótica.
Villa alegó una serie de coincidencias para disculpar "esta gentileza de Poveda", desestimando sus posibles influencias, pues "nunca solicité o pedí el traslado".
Estas justificaciones, sin embargo, contrastan con la visión de fuentes policiales, que señalan que la presencia de Villa en el helicóptero policial es consecuencia de ser un familiar cercano del primer personero del Estado, quien tiene en sus manos el mover los cargos o sostenerlos. Un ex alto oficial asegura que esa injerencia es tal que ha creado malestar interno en la Policía, porque se asocian todas las decisiones con los intereses de Villa y su círculo de ex policías; algo que es inobjetable para el ex comandante general Jorge Villarroel, quien ha denunciado ser víctima de la persecución de Villa, luego de que este no fuera calificado para su ascenso cuando el ex jefe policial formaba parte del Consejo de Generales que calificó a los aspirantes. En 1998, año de la calificación de la promoción de Villa, se utilizó una nueva modalidad, en donde los reconocimientos de las autoridades u otras instancias también se incorporaban con puntajes para calcular los promedios.
Villa no obtuvo los 18 puntos mínimos para ascender. Lo que, a decir de algunos oficiales, pudo ser motivo de resentimiento. Aunque no se justifica, pues hubo sujeción a parámetros técnicos en la evaluación, "ese parece ser el origen de mi situación", dice Villarroel.
El ex comandante está detenido desde hace ocho meses, tras haber sido involucrado dentro de un supuesto sobreprecio en la compra de repuestos; es procesado como cómplice en un juicio dentro de la Corte de Justicia Policial.
Las sospechas de Villarroel implicarían la injerencia de Villa en la designación de la Corte Policial, que, según la Ley de la Función Judicial de la Policía, es nombrada por decreto ejecutivo, con base en las listas de oficiales retirados presentadas por la Comandancia.
La actual Corte Policial fue estructurada por este Gobierno el 29 de abril de 2003. Después de la posesión, el general Byron Pinto se titularizó como su presidente, en un polémico acto que ha sido impugnado por Villarroel.
La figura de Pinto tuvo cierta relevancia cuando el ex comandante Guido Núñez compareció ante el Congreso para hacer frente a las denuncias en su contra por supuestas irregularidades, en un hecho destacado por las crónicas de la época, en las que Pinto apareció entre el grupo de abogados. Esa audiencia desembocó en un juicio contra Núñez, proceso que salpicó al coronel Villa, quien fue investigado por haber trabajado como secretario del ex comandante, entre 1993 y 1994, aunque luego fue liberado de toda sospecha.
De las ternas entregadas por el comandante Poveda, surgió el nombramiento de Luis Castro Saquicela, quien es presidente de la Corte Policial del Guayas. Este ex oficial que tramita el caso "Fybeca" fue compañero de promoción de Villa; otra coincidencia, según sus allegados. Villa sostiene que tampoco puede asociarse con algún tipo de injerencia su relación de parentesco con el general Marcelo Vega (primo del presidente), quien ocupa la tercera jerarquía en el Alto Mando. Es el inspector general.
"Con él nunca milité en la institución, aparte de que hay al menos cinco promociones de diferencia entre ambos", asegura. Lo mismo dice del general Rodrigo Hinojosa, también miembro de la cúpula policial y director nacional de Operaciones. Los dos compartieron el comando de Esmeraldas, cuando Villa se hizo cargo del distrito y el mayor Hinojosa era jefe de la OID. Una relación que no era amistosa, a decir de periodistas locales.
Aunque las conexiones lo delatarían, Villa asegura no influir en las decisiones institucionales. Reitera que no tiene nada que ver con el tema Villarroel. Prueba de eso, dice, es el informe favorable que firmó el ex comandante "sobre mi desempeño en el comando de Esmeraldas; ese documento me da razones para asegurar que no hay resentimientos, como se argumenta para cuestionarme", acota.
Un argumento que, sin embargo, no convence por su protagonismo dentro del Gobierno. Y ¿qué pesa en eso? ¿Su parentesco? ¿La influencia de la hermana mayor del presidente, Janeth Gutiérrez? o ¿que Villa haya seguido de cerca el proceso iniciado el 21 de enero?
Fuentes cercanas al Gobierno corroboran la versión del propio dirigente, que reitera que esa confianza radica en todo el trabajo realizado desde el 21 de enero de 2000, como en su capacidad de organizar y movilizar gente.
Esas mismas fuentes señalan que a Villa se le debe en parte la estructura de SP y varios actos masivos, como la posesión presidencial, la marcha por los 100 días del régimen o lo que pudo ser la movilización por el aniversario del 21 de enero. Según Villa, iba a reunir a 150 mil personas. (LB)
EL CORONEL
Gualberto Napoleón Villa Barragán, de 58 años, es coronel retirado de Policía. Su desvinculación de la institución se produjo en 1998, año en el que no pudo lograr al ascenso a general. Nació en Guaranda. Está casado con Janeth Gutiérrez Borbúa desde 1978. Tiene cuatro hijos. Obtuvo el título de abogado en la Universidad Laica de Guayaquil.
La cola que deja un juicio polémico dentro de la Corte de Justicia Policial
El ex comandante Jorge Villarroel advierte que su caso será denunciado en las cortes internacionales
El 13 de junio de 2001, la Contraloría emitió un informe parcial del examen especial a las operaciones administrativas y financieras de la Comandancia General de Policía del período del 1º de enero de 1998 al 30 de junio de 2000.
En él se establece un supuesto sobreprecio de 99 425 907 sucres en la adquisición de repuestos y una subdivisión de contratos. Y señala responsabilidades penales por presumirse el cometimiento del delito estipulado en los Art 257 y 340 del Código Penal, que sanciona con prisión de uno a cinco años.
El informe no incluye el descargo de los responsables. En diciembre de 2001, la Contraloría envía el informe a la Fiscalía. En esa instancia se solicita a Contraloría que individualice las responsabilidades. Pero el pedido no tuvo eco, pues supuso que eso debía ser parte de la investigación, una vez que se hubiese comprobado el perjuicio.
El fiscal de la Corte de Justicia Policial, Wilfrido Pino, pidió el inicio del autocabeza de proceso y que se dispusieran medidas cautelares en contra de los ex comandantes Jorge Villarroel (1998-1999) y Mario Cevallos (enero a junio de 2000), así como los directores de Logística, los miembros de la Comisión de Adquisicones y otros. El fiscal sustentó su pedido en el Art 222 del Código Penal Policial que remprime con reclusión de tres a seis años. En marzo, Milton Andrade, presidente de la Corte Policial, dio paso al pedido, aunque sin dictar medidas cautelares.
Tras un año de investigaciones, el fiscal Pino emitió el dictamen final, absteniéndose de acusar a Villarroel y Cevallos. Notificó su decisión a las partes el 14 de abril de 2003.
Cuando en el círculo cercano a los ex comandantes se esperaba el sobreseimiento, se produjo el cambio en la Corte Policial. El 29 de abril, el presidente Lucio Gutiérrez firmaba el decreto que nombra a los nuevos ministros: Byron Pinto, Miguel Rosero, Gustavo Zapata, Alejandro Carrión, Galo Irigoyen y Fausto Vázconez. Tras una polémica decisión, que debió ser absuelta por la justicia ordinaria en un juicio por prevaricato iniciado por Villaroel, Pinto se posesionó como presidente.
El 26 de mayo, Pinto dicta el automotivado y ordena la detención en firme de los imputados, a partir de lo cual son detenidos los ex comandantes. Quienes, por su parte, acusan de entrar en un estado de total indefensión, "al aplicarse una norma con retroactividad". Cevallos sale luego en libertad. (LB)
¿Hay una acción intencionada en los "errores de bulto" del coronel Villa?
Las "fallas", atribuidas en gran parte a Villa, permitirían al régimen sostener otros protagonismos
Una fuente cercana al Gobierno afirmó a BLANCO Y NEGRO que existe una intencionalidad, no explícita, dentro del círculo que rodea al presidente Lucio Gutiérrez para aupar el protagonismo de Napoleón Villa. Según esa versión, la prueba de eso está en que los "errores políticos" de Napoleón Villa han impedido el desgaste estratégico de otras figuras cercanas al Gobierno, lo que al régimen le ha permitido recuperarse de la serie de crisis políticas vividas desde enero de 2002. Y el sentido utilitario de la "imagen del inexperto" entra en esa lógica, dice la fuente.
En ese caso se circunscribiría el polémico discurso que emitiera Villa, reclamando para Sociedad Patriótica el manejo del área social. Lejos de distanciar a Villa del Gobierno, ese "error de bulto" habría facilitado la desvinculación de todo el grupo de asesores que había preparado el controversial discurso.
¿Y el tema del helicóptero también entraría en esa lógica? Por los menos, al interior de la institución se han acentuado los rumores de que el próximo 4 de marzo se podrían presentar novedades. Ese día se gradúan 180 cadetes y se realiza la ceremonia de ascenso de cuatro nuevos generales.
Aunque no se refiere de forma exclusiva al tema policial, el diputado prianista Carlos Vallejo señala que el protagonismo de Villa se sustenta en la influencia de una "trilogía" en las decisiones de Estado: el clan (la familia), la tribu (el partido) y el Gobierno. Mientras se mantenga esa estructura, los errores y el desprestigio permanentes del Gobierno se mantendrán, dice.
Para el diputado socialcristiano Luis Fernando Torres, existe un problema de imagen en torno al cual están ligados, inevitablemente, Villa y el Gobierno, por ser quizá el cuñado del presidente uno de los artífices del triunfo electoral de Gutiérrez, tras lo cual devino en "una voracidad" por los cargos públicos. Eso supone, según Torres, un sistema de lealtades internas bajo el cual deberá "vivir o morir políticamente" Napoleón Villa.
Torres considera que una vía de escape de ese modelo, en donde los intereses del Gobierno se mezclan con los del partido de Gobierno, es el alejamiento de la gestión de Lucio Gutiérrez de las ataduras de Sociedad Patriótica.
Una opción que parece estar en la agenda del régimen, que ha anunciado la desvinculación del primer mandatario de la presidencia del Partido Sociedad Patriótica. (LB)
Un oficial "de conexiones" con la gente y los periodistas
Las aparente habilidad se reveló desde su llegada a Tena como jefe de Tránsito, en 1977
Napoleón Villa exhibe como una de sus mejores cartas de presentación los reconocimientos de autoridades y de organizaciones civiles de algunas plazas en las que ha prestado sus servicios, por el apoyo en su tarea de policía. Mención especial tiene el homenaje recibido en Esmeraldas. Allí, su gestión fue recogida en varias notas de prensa de aquella época, tanto en noticias como en las crónicas sociales. Involucramiento que no ha sido casual.
La tendencia para conectarse con la población la reveló desde sus primeros años de servicio. Al año de llegar a Tena (1977), como jefe de Tránsito, el alcalde Ricardo Cabrera le nombró coordinador de las fiestas. En esos años de la última dictadura, tuvo contacto con el ex gobernador de Napo Aníbal Borbúa (hoy director del FISE), tío de Lucio Gutiérrez y padre de Renán Borbúa.
Hay muchas anécdotas en Tena que recogen el paso de Villa por esa provincia, como el noviazgo con Janeth Gutiérrez, a quien conoció a su arribo, bajándose del bus interprovincial. Esa relación lo catapultó socialmente al mezclarse con la primera y segunda generación de políticos del circulo presidencial.
Esa experiencia acumulada, dice, le sirvió para organizar y estructurar a Sociedad Patriótica, "a brazo partido" con el presidente, a quien conoció, en 1978, en Panamá, en su luna de miel, mientras el mandatario hacía un curso de especialización. (LB).
Entre el "efecto aplanadora" y el trabajo de la "rectificadora"
Las críticas se concentran en la presencia de familiares y de ex policías en cargos importantes
El protagonismo de Napoleón Villa se ha nutrido de una serie de acciones controversiales, que empiezan con su nombramiento como presidente del Fondo de Solidaridad, un cargo estratégico por la transparencia en el manejo del patrimonio estatal.
Las críticas por su parentesco obligaron al régimen a desistir de esa designación. No obstante, la presencia del ex oficial de Policía fue matizada por las pugnas de su compañero de militancia Rodrigo Braganza con los aliados de Pachakutik. Sumó críticas el aparecimiento de familiares y ex policías en cargos importantes del servicio exterior y el área energética, entre ellos su yerno, Danny Jarrín, como vocal del directorio de la petrolera.
Tras el operativo "Aniversario", en octubre, se reveló una cena mantenida por Villa y su esposa Janeth con algunos de los procesados por narcotráfico. Un tema que desencadenó escándalo y el debilitamiento del régimen.
En esos momentos, el diputado Carlos González afirmó que Villa le había visitado para pedir informes del comandante de entonces, Edgar Vaca. Eso acrecentó las sospechas sobre la injerencia en los cambios del Alto Mando, sucedidos con anterioridad, y el nombramiento de Jorge Poveda como comandante, sobre quien, internamente, no se hace más vinculaciones con el régimen que la de haber sido de la promoción del ex embajador en Argentina Germánico Molina. (LB)
ANALISIS
Un pésimo favor para una institución que requiere apoyo
El coronel Napoleón Villa no deja de sentir su apego por la Policía. Obvio, tras 35 años en la institución debe tener un gran afecto por ella, sin descontar los amigos que allí hizo.
Por lo mismo, con el poder que le da ser presidente provincial del partido de Gobierno es indudable que ejerza influencia entre sus ex compañeros. ¿Cómo? Ahí están las dudas y las críticas. Por un lado, institucionalmente nadie acepta en la Policía que Villa imponga o sugiera cambios o determinadas acciones. Ni él mismo, por supuesto.
Sin embargo, a sotto voce, se dice todo lo contrario: que él llamó para pedir el helicóptero, que influyó en la conformación de la Corte Policial, que de un "vicerazo" puede movilizar a un grupo para dar seguridad a tareas del PSP, entre otras.
Lo que en realidad importa es que la Policía, como el resto de entidades del país, sea una institución ajena a las coyunturas políticas muy partidistas, que merezca desde el propio Gobierno respeto por ser parte de la Fuerza Pública y que en la jerarquía estatal cumpla orgánicamente sus funciones específicas.
Y si eso no entienden los propios ex policías y gobernantes actuales, le hacen mucho daño a quien dicen querer y haber servido por muchos años.
Claro, en la desintistucionalización de Ecuador este tipo de hechos solo la profundizan y desestimulan el trabajo de muchas personas, durante muchos años, tratando de definir y conceptualizar el perfil de cada entidad. (OP)(BLANCO Y NEGRO)
¿Qué poder tiene Napoleón Villa en la Policía Nacional para ser invitado por el comandante Jorge Poveda a volar en el helicóptero de la institución y ser llevado a San José de Minas, donde le esperaba un acto público? Esa interrogante flotó en el ambiente tras el incidente, que para muchos fue una "indelicadeza" comparable con el uso que dio Patricio Rivadeneira, ministro de Energía de Jamil Mahuad, en 1999, al avión de Petroecuador para viajar a Salinas con su familia, hecho que le obligó a dejar el cargo de forma inmediata.
Aunque no hubo sancionados esta vez, la presencia de un político en un operativo oficial, como se calificó al vuelo, dejó traslucir el poder del "supercuñado" del presidente en el Gobierno y su nivel de influencia en la institución a la que sirvió por 35 años.
Al menos eso quedó matizado por el desconocimiento que aseguró tener sobre el tema el ministro de Gobierno, Raúl Baca, y por la demora inicial de los jefes policiales para explicar que la nave fue usada, el 7 de febero, para la seguridad de Lucio Gutiérrez, alrededor del sitio en donde se encontró con Villa, el día de las elecciones internas en Sociedad Patriótica.
Villa alegó una serie de coincidencias para disculpar "esta gentileza de Poveda", desestimando sus posibles influencias, pues "nunca solicité o pedí el traslado".
Estas justificaciones, sin embargo, contrastan con la visión de fuentes policiales, que señalan que la presencia de Villa en el helicóptero policial es consecuencia de ser un familiar cercano del primer personero del Estado, quien tiene en sus manos el mover los cargos o sostenerlos. Un ex alto oficial asegura que esa injerencia es tal que ha creado malestar interno en la Policía, porque se asocian todas las decisiones con los intereses de Villa y su círculo de ex policías; algo que es inobjetable para el ex comandante general Jorge Villarroel, quien ha denunciado ser víctima de la persecución de Villa, luego de que este no fuera calificado para su ascenso cuando el ex jefe policial formaba parte del Consejo de Generales que calificó a los aspirantes. En 1998, año de la calificación de la promoción de Villa, se utilizó una nueva modalidad, en donde los reconocimientos de las autoridades u otras instancias también se incorporaban con puntajes para calcular los promedios.
Villa no obtuvo los 18 puntos mínimos para ascender. Lo que, a decir de algunos oficiales, pudo ser motivo de resentimiento. Aunque no se justifica, pues hubo sujeción a parámetros técnicos en la evaluación, "ese parece ser el origen de mi situación", dice Villarroel.
El ex comandante está detenido desde hace ocho meses, tras haber sido involucrado dentro de un supuesto sobreprecio en la compra de repuestos; es procesado como cómplice en un juicio dentro de la Corte de Justicia Policial.
Las sospechas de Villarroel implicarían la injerencia de Villa en la designación de la Corte Policial, que, según la Ley de la Función Judicial de la Policía, es nombrada por decreto ejecutivo, con base en las listas de oficiales retirados presentadas por la Comandancia.
La actual Corte Policial fue estructurada por este Gobierno el 29 de abril de 2003. Después de la posesión, el general Byron Pinto se titularizó como su presidente, en un polémico acto que ha sido impugnado por Villarroel.
La figura de Pinto tuvo cierta relevancia cuando el ex comandante Guido Núñez compareció ante el Congreso para hacer frente a las denuncias en su contra por supuestas irregularidades, en un hecho destacado por las crónicas de la época, en las que Pinto apareció entre el grupo de abogados. Esa audiencia desembocó en un juicio contra Núñez, proceso que salpicó al coronel Villa, quien fue investigado por haber trabajado como secretario del ex comandante, entre 1993 y 1994, aunque luego fue liberado de toda sospecha.
De las ternas entregadas por el comandante Poveda, surgió el nombramiento de Luis Castro Saquicela, quien es presidente de la Corte Policial del Guayas. Este ex oficial que tramita el caso "Fybeca" fue compañero de promoción de Villa; otra coincidencia, según sus allegados. Villa sostiene que tampoco puede asociarse con algún tipo de injerencia su relación de parentesco con el general Marcelo Vega (primo del presidente), quien ocupa la tercera jerarquía en el Alto Mando. Es el inspector general.
"Con él nunca milité en la institución, aparte de que hay al menos cinco promociones de diferencia entre ambos", asegura. Lo mismo dice del general Rodrigo Hinojosa, también miembro de la cúpula policial y director nacional de Operaciones. Los dos compartieron el comando de Esmeraldas, cuando Villa se hizo cargo del distrito y el mayor Hinojosa era jefe de la OID. Una relación que no era amistosa, a decir de periodistas locales.
Aunque las conexiones lo delatarían, Villa asegura no influir en las decisiones institucionales. Reitera que no tiene nada que ver con el tema Villarroel. Prueba de eso, dice, es el informe favorable que firmó el ex comandante "sobre mi desempeño en el comando de Esmeraldas; ese documento me da razones para asegurar que no hay resentimientos, como se argumenta para cuestionarme", acota.
Un argumento que, sin embargo, no convence por su protagonismo dentro del Gobierno. Y ¿qué pesa en eso? ¿Su parentesco? ¿La influencia de la hermana mayor del presidente, Janeth Gutiérrez? o ¿que Villa haya seguido de cerca el proceso iniciado el 21 de enero?
Fuentes cercanas al Gobierno corroboran la versión del propio dirigente, que reitera que esa confianza radica en todo el trabajo realizado desde el 21 de enero de 2000, como en su capacidad de organizar y movilizar gente.
Esas mismas fuentes señalan que a Villa se le debe en parte la estructura de SP y varios actos masivos, como la posesión presidencial, la marcha por los 100 días del régimen o lo que pudo ser la movilización por el aniversario del 21 de enero. Según Villa, iba a reunir a 150 mil personas. (LB)
EL CORONEL
Gualberto Napoleón Villa Barragán, de 58 años, es coronel retirado de Policía. Su desvinculación de la institución se produjo en 1998, año en el que no pudo lograr al ascenso a general. Nació en Guaranda. Está casado con Janeth Gutiérrez Borbúa desde 1978. Tiene cuatro hijos. Obtuvo el título de abogado en la Universidad Laica de Guayaquil.
La cola que deja un juicio polémico dentro de la Corte de Justicia Policial
El ex comandante Jorge Villarroel advierte que su caso será denunciado en las cortes internacionales
El 13 de junio de 2001, la Contraloría emitió un informe parcial del examen especial a las operaciones administrativas y financieras de la Comandancia General de Policía del período del 1º de enero de 1998 al 30 de junio de 2000.
En él se establece un supuesto sobreprecio de 99 425 907 sucres en la adquisición de repuestos y una subdivisión de contratos. Y señala responsabilidades penales por presumirse el cometimiento del delito estipulado en los Art 257 y 340 del Código Penal, que sanciona con prisión de uno a cinco años.
El informe no incluye el descargo de los responsables. En diciembre de 2001, la Contraloría envía el informe a la Fiscalía. En esa instancia se solicita a Contraloría que individualice las responsabilidades. Pero el pedido no tuvo eco, pues supuso que eso debía ser parte de la investigación, una vez que se hubiese comprobado el perjuicio.
El fiscal de la Corte de Justicia Policial, Wilfrido Pino, pidió el inicio del autocabeza de proceso y que se dispusieran medidas cautelares en contra de los ex comandantes Jorge Villarroel (1998-1999) y Mario Cevallos (enero a junio de 2000), así como los directores de Logística, los miembros de la Comisión de Adquisicones y otros. El fiscal sustentó su pedido en el Art 222 del Código Penal Policial que remprime con reclusión de tres a seis años. En marzo, Milton Andrade, presidente de la Corte Policial, dio paso al pedido, aunque sin dictar medidas cautelares.
Tras un año de investigaciones, el fiscal Pino emitió el dictamen final, absteniéndose de acusar a Villarroel y Cevallos. Notificó su decisión a las partes el 14 de abril de 2003.
Cuando en el círculo cercano a los ex comandantes se esperaba el sobreseimiento, se produjo el cambio en la Corte Policial. El 29 de abril, el presidente Lucio Gutiérrez firmaba el decreto que nombra a los nuevos ministros: Byron Pinto, Miguel Rosero, Gustavo Zapata, Alejandro Carrión, Galo Irigoyen y Fausto Vázconez. Tras una polémica decisión, que debió ser absuelta por la justicia ordinaria en un juicio por prevaricato iniciado por Villaroel, Pinto se posesionó como presidente.
El 26 de mayo, Pinto dicta el automotivado y ordena la detención en firme de los imputados, a partir de lo cual son detenidos los ex comandantes. Quienes, por su parte, acusan de entrar en un estado de total indefensión, "al aplicarse una norma con retroactividad". Cevallos sale luego en libertad. (LB)
¿Hay una acción intencionada en los "errores de bulto" del coronel Villa?
Las "fallas", atribuidas en gran parte a Villa, permitirían al régimen sostener otros protagonismos
Una fuente cercana al Gobierno afirmó a BLANCO Y NEGRO que existe una intencionalidad, no explícita, dentro del círculo que rodea al presidente Lucio Gutiérrez para aupar el protagonismo de Napoleón Villa. Según esa versión, la prueba de eso está en que los "errores políticos" de Napoleón Villa han impedido el desgaste estratégico de otras figuras cercanas al Gobierno, lo que al régimen le ha permitido recuperarse de la serie de crisis políticas vividas desde enero de 2002. Y el sentido utilitario de la "imagen del inexperto" entra en esa lógica, dice la fuente.
En ese caso se circunscribiría el polémico discurso que emitiera Villa, reclamando para Sociedad Patriótica el manejo del área social. Lejos de distanciar a Villa del Gobierno, ese "error de bulto" habría facilitado la desvinculación de todo el grupo de asesores que había preparado el controversial discurso.
¿Y el tema del helicóptero también entraría en esa lógica? Por los menos, al interior de la institución se han acentuado los rumores de que el próximo 4 de marzo se podrían presentar novedades. Ese día se gradúan 180 cadetes y se realiza la ceremonia de ascenso de cuatro nuevos generales.
Aunque no se refiere de forma exclusiva al tema policial, el diputado prianista Carlos Vallejo señala que el protagonismo de Villa se sustenta en la influencia de una "trilogía" en las decisiones de Estado: el clan (la familia), la tribu (el partido) y el Gobierno. Mientras se mantenga esa estructura, los errores y el desprestigio permanentes del Gobierno se mantendrán, dice.
Para el diputado socialcristiano Luis Fernando Torres, existe un problema de imagen en torno al cual están ligados, inevitablemente, Villa y el Gobierno, por ser quizá el cuñado del presidente uno de los artífices del triunfo electoral de Gutiérrez, tras lo cual devino en "una voracidad" por los cargos públicos. Eso supone, según Torres, un sistema de lealtades internas bajo el cual deberá "vivir o morir políticamente" Napoleón Villa.
Torres considera que una vía de escape de ese modelo, en donde los intereses del Gobierno se mezclan con los del partido de Gobierno, es el alejamiento de la gestión de Lucio Gutiérrez de las ataduras de Sociedad Patriótica.
Una opción que parece estar en la agenda del régimen, que ha anunciado la desvinculación del primer mandatario de la presidencia del Partido Sociedad Patriótica. (LB)
Un oficial "de conexiones" con la gente y los periodistas
Las aparente habilidad se reveló desde su llegada a Tena como jefe de Tránsito, en 1977
Napoleón Villa exhibe como una de sus mejores cartas de presentación los reconocimientos de autoridades y de organizaciones civiles de algunas plazas en las que ha prestado sus servicios, por el apoyo en su tarea de policía. Mención especial tiene el homenaje recibido en Esmeraldas. Allí, su gestión fue recogida en varias notas de prensa de aquella época, tanto en noticias como en las crónicas sociales. Involucramiento que no ha sido casual.
La tendencia para conectarse con la población la reveló desde sus primeros años de servicio. Al año de llegar a Tena (1977), como jefe de Tránsito, el alcalde Ricardo Cabrera le nombró coordinador de las fiestas. En esos años de la última dictadura, tuvo contacto con el ex gobernador de Napo Aníbal Borbúa (hoy director del FISE), tío de Lucio Gutiérrez y padre de Renán Borbúa.
Hay muchas anécdotas en Tena que recogen el paso de Villa por esa provincia, como el noviazgo con Janeth Gutiérrez, a quien conoció a su arribo, bajándose del bus interprovincial. Esa relación lo catapultó socialmente al mezclarse con la primera y segunda generación de políticos del circulo presidencial.
Esa experiencia acumulada, dice, le sirvió para organizar y estructurar a Sociedad Patriótica, "a brazo partido" con el presidente, a quien conoció, en 1978, en Panamá, en su luna de miel, mientras el mandatario hacía un curso de especialización. (LB).
Entre el "efecto aplanadora" y el trabajo de la "rectificadora"
Las críticas se concentran en la presencia de familiares y de ex policías en cargos importantes
El protagonismo de Napoleón Villa se ha nutrido de una serie de acciones controversiales, que empiezan con su nombramiento como presidente del Fondo de Solidaridad, un cargo estratégico por la transparencia en el manejo del patrimonio estatal.
Las críticas por su parentesco obligaron al régimen a desistir de esa designación. No obstante, la presencia del ex oficial de Policía fue matizada por las pugnas de su compañero de militancia Rodrigo Braganza con los aliados de Pachakutik. Sumó críticas el aparecimiento de familiares y ex policías en cargos importantes del servicio exterior y el área energética, entre ellos su yerno, Danny Jarrín, como vocal del directorio de la petrolera.
Tras el operativo "Aniversario", en octubre, se reveló una cena mantenida por Villa y su esposa Janeth con algunos de los procesados por narcotráfico. Un tema que desencadenó escándalo y el debilitamiento del régimen.
En esos momentos, el diputado Carlos González afirmó que Villa le había visitado para pedir informes del comandante de entonces, Edgar Vaca. Eso acrecentó las sospechas sobre la injerencia en los cambios del Alto Mando, sucedidos con anterioridad, y el nombramiento de Jorge Poveda como comandante, sobre quien, internamente, no se hace más vinculaciones con el régimen que la de haber sido de la promoción del ex embajador en Argentina Germánico Molina. (LB)
ANALISIS
Un pésimo favor para una institución que requiere apoyo
El coronel Napoleón Villa no deja de sentir su apego por la Policía. Obvio, tras 35 años en la institución debe tener un gran afecto por ella, sin descontar los amigos que allí hizo.
Por lo mismo, con el poder que le da ser presidente provincial del partido de Gobierno es indudable que ejerza influencia entre sus ex compañeros. ¿Cómo? Ahí están las dudas y las críticas. Por un lado, institucionalmente nadie acepta en la Policía que Villa imponga o sugiera cambios o determinadas acciones. Ni él mismo, por supuesto.
Sin embargo, a sotto voce, se dice todo lo contrario: que él llamó para pedir el helicóptero, que influyó en la conformación de la Corte Policial, que de un "vicerazo" puede movilizar a un grupo para dar seguridad a tareas del PSP, entre otras.
Lo que en realidad importa es que la Policía, como el resto de entidades del país, sea una institución ajena a las coyunturas políticas muy partidistas, que merezca desde el propio Gobierno respeto por ser parte de la Fuerza Pública y que en la jerarquía estatal cumpla orgánicamente sus funciones específicas.
Y si eso no entienden los propios ex policías y gobernantes actuales, le hacen mucho daño a quien dicen querer y haber servido por muchos años.
Claro, en la desintistucionalización de Ecuador este tipo de hechos solo la profundizan y desestimulan el trabajo de muchas personas, durante muchos años, tratando de definir y conceptualizar el perfil de cada entidad. (OP)(BLANCO Y NEGRO)
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