Con un “los quiero mucho”, Álex Aguinaga agradeció los quince homenajes y más que recibió anoche al inicio de su partido oficial número 100 con la camiseta de la selección de Ecuador celebrado en el estadio Olímpico Atahualpa.

Junto a él estuvieron su esposa, María Sol, que lució una camiseta tricolor, sus tres hijos: Álex, Cristiani y María Sol; sus compañeros del combinado y en las tribunas 25 mil personas.

Durante el homenaje, su familia derramó lágrimas de felicidad. Aguinaga también lloró en silencio al observar el cariño que le prodigaba la afición ecuatoriana representada en los asistentes al estadio.

Álex se mostró feliz, pero también nervioso, como lo reconoció: se lo escuchó con su voz temblorosa y emocionada. Y con esos nervios se lo sintió en su juego ante Costa Rica.

Pese a ello, fue el jugador más constante de la cancha: proyectó más de siete asistencias de gol, en especial hacia su compañero de siempre, Ulises de la Cruz.

Aguinaga se mantuvo siempre en el centro del terreno de juego, firme como el número 10 que lucía en la camiseta.

Su actitud fue fundamental para levantar el espíritu de sus compañeros, que luego de los dos goles costarricenses parecían venirse abajo. Se lo vio con los puños cerrados; con su melena jugando con el viento frío de Quito; seguro, convencido del éxito.

Al final del primer tiempo fue el último en salir del terreno de juego e hizo la señal de la cruz al borde de la cancha con el coraje de tener, aparentemente, la suerte en contra.

Con toda seguridad, en los camerinos, sus compañeros copiaron su actitud, pues en los primeros cinco minutos del complemento, Ecuador fue una tromba, pero el gol solo llegaría de los pies del homenajeado con un penalti. Pateó bajo y engañó a Ricardo González, luego recogió el balón de las mallas y corrió al centro de la cancha,

Los últimos 15 minutos, Aguinaga no desmayó: luchó como marcador junto a Wellington Sánchez en el centro del terreno cuando la Tricolor se lanzó al ataque sin ningún plan de contingencia.

La suerte retornó al jugador del Necaxa, que puede recordar su partido número 100 con la dignidad de haber logrado un empate. Kaviedes le dedicó el gol de la igualdad. Bolillo decidió dejarlo en la cancha hasta la finalización de las acciones, como un homenaje también a su imagen de líder.

Aguinaga pasó de esta forma a ser parte del “club de los 100“, una selecta distinción en la que aparecen 70 jugadores en todo el mundo. A ese grupo llegó el ibarreño que hace más de 18 años se dejó seducir con la magia de un chiquillo, que parecía comprender los secretos más profundos de un balón de cuero.

Al final del encuentro se unió al Bolillo y dio una rueda de prensa y en medio de abrazos se despidió de la afición. Se despidió porque hoy retornará con su familia a México para integrarse al Necaxa.

Cortos de una jornada

Varios aficionados concurrieron al hotel Sheraton para buscar autógrafos de los seleccionados nacionales.

Permanecieron por largas horas. María Quijalema, por ejemplo, no dejó ir a la escuela a su hijo Carlos, porque deseaba completar los autógrafos de los jugadores.

Dentro de su colección les faltaba el de Luis Gómez y él también le obsequió su firma.

El técnico Alfredo Encalada hizo una visita a los seleccionados en el hotel Sheraton y abandonó el sitio antes que el combinado se dirija al Olímpico Atahualpa.

También estuvo por ese sitio el técnico rioplatense Gerardo Pelusso, quien saludó con varios conocidos en el sitio de concentración de la Tricolor.

La esposa de Álex Aguinaga, María Sol Sánchez; y sus hijos, Álex Darío (12), Cristiani Solange (10), y María Sol (5), llegaron al estadio Olímpico y se unieron al capitán antes de salir al terreno de juego.

La familia Aguinaga Sánchez encabezó la delegación de los seleccionados que subieron a la tarima.

María Sol Sánchez fue la primera en derramar lágrimas durante el homenaje a Álex. También lo hizo su hija Cristiani y de una manera muy discreta el homenajeado.

Cuando concluyó el acto, la familia de Aguinaga se ubicó en el palco del estadio Olímpico Atahualpa y observó todo el compromiso.

Como Álex recibió bastantes recuerdos, su cuñada Pamela Sánchez tuvo que ayudar para poder trasladar todo

Al escenario de la 6 de Diciembre llegaron varios técnicos y jugadores del fútbol ecuatoriano para observar el homenaje y el cotejo entre ecuatorianos y costarricenses.

Hernán Darío Gómez manifestó su orgullo por ser técnico de tres jugadores que completaron 100 cotejos con la camiseta de su selección: Carlos Valderrama, Leonel Álvarez y ahora Álex Aguinaga.

En la charla técnica Gómez les deseó felices fiestas de fin de año a los jugadores y reconoció como importante el trabajo de los muchachos.

Eduardo Granizo, dirigente del Olmedo, tuvo que abandonar el estadio cuando se enteró de la tragedia que había ocurrido en Riobamba.

Las candidatas a Reina de Quito, que desfilaron con los seleccionados, no ocultaban su alegría porque habían estado cerca de los mundialistas.

Lo que recibió

El Güero recibió dos camisetas conmemorativas en miniatura con el número 100.

OLIMPIADAS ESPECIALES "Estos jóvenes deportistas son un ejemplo de vida para la sociedad toda", expresó Álex Aguinaga, después de recibir una foto histórica de los deportistas especiales.

MENSAJE DE AFNA "Álex es un ejemplo de cariño, afecto y liderazgo", dijo el Gral. Jorge Poveda y le dio una placa.

PLACA DE PERIODISTAS "Álex es un ejemplo de deportista", dijo Gerardo España, presidente del Círculo de Periodistas Deportivos.

HOMENAJE DEL MOV El Movimiento Olímpico Ecuatoriano (MOV) le dio una placa al mérito deportivo.

DEPORTIVO QUITO El club chulla, donde surgió Aguinaga, le dio una placa.

DE SUS EX COMPAÑEROS José Luis Ordóñez, amigo del Deportivo Quito, entregó al Güero una placa.

DESDE CHILE La Federación de Fútbol de Chile entregó a Aguinaga un banderín y unas espuelas típicas de ese país.

COSTA RICA Los ticos le entregaron al capitán de la Tri una imagen típica en Centroamérica.

LIGAS BARRIALES Dieron a Álex una placa por el ejemplo para el deporte barrial.

MARATHON SPORT El auspiciante de la Tri dio al Güero una réplica de la camiseta de Ecuador con el Nº 100 en un cuadro especial.

NECAXA LLEGÓ El club mexicano Necaxa donde juega Aguinaga le dio una placa.

BANCO DEL PICHINCHA Esta institución que ha usado su imagen en las campañas publicitarias entregó una placa.

DESDE IBARRA La ciudad donde él nació, Ibarra, le envió una placa de recuerdo.

UN ESTADIO La Concentración Deportiva de Pichincha dio una placa con el estadio Atahualpa grabado.

DESDE LA FIFA "...a la luz de su brillante carrera para un campeón como Álex Aguinaga vestir la camiseta por una centena de ocasiones no es producto de la casualidad sino de la capacidad... Bienvenido al grupo de los jugadores privilegiados...", decía parte de la misiva que envió la FIFA.

RECUERDO DE PLATA La Ecuafútbol entregó un trofeo con base de madera y un balón y redes de plata en la parte superior. En una placa estaban plasmadas todas las firmas de los jugadores locales que participaron en la última eliminatoria mundialista, en la que Ecuador obtuvo la clasificación a su primera Copa, la de Corea-Japón 2002.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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