Un breve vistazo a la jornada periodística en la Colombiamoda 2013, donde la prensa también luce sus mejores galas.

Dayana Vinueza

Enviada especial

'Ya nos atrasamos al bus. Vamos en taxi". El primer día de Semana de la Moda inicia a las 10:00 con las palabras del presidente Juan Manuel Santos. Una exhaustiva revisión de bolsos, documentos y hasta la impresión de las huellas digitales es el requisito para entrar a la sala.

Los periodistas se agolpan atrás para captar los mejores momentos. Algunos teclean en sus laptops al unísono para enviar las notas lo más rápido posible.

 Después de media hora de espera ingresan a un escenario oscuro del que cuelgan largas tiras de cuero como aparentando ser ramas de árboles. Por suerte, sus asientos estaban numerados: la sala está llena. Aprovechan los últimos detalles para tomarse una foto sobre la pasarela que tiene un fondo multicolor adornado con luces que parecen estrellas.

Los periodistas salen de la pasarela y se dirigen hacia la sala de exposiciones. En el pabellón azul se desarrolla una charla sobre los nuevos estilos de decoración.

Llegan atrasados como a casi todos los eventos, la agenda es demasiado apretada, no se puede dar cobertura a todo, hay 10 pasarelas diarias, inauguraciones de tiendas, apertura de revistas, conversatorios y cientos de stands que recorrer.

Terminada la charla, dan un pequeño brunch para la prensa.

Los periodistas corren hacia el Pabellón del conocimiento y entran de prisa a la sala. La sorpresa es que el conversatorio es en inglés y ellos no lo hablan. Salen de nuevo para alquilar unos traductores por 3 000 pesos. La charla no estuvo mala pero tampoco fue tan espectacular como esperaban.

La sala de prensa es como un gran panal, los periodistas van a tomar un break, a escribir, a descargar, a informarse.

El estrés se quita con una cerveza fría o con un vinito rosa que sirven unas guapas chicas a la entrada de la sala. Para matar el hambre hay bocaditos de todo tipo: pequeños sánduches, patacones con ceviche, uvas, papas rellenas. Además de escribir, aquí se hacen amistades.

Ya no hay tiempo de teclear porque a las 16:00 inicia la conferencia de Indexmoda sobre las nuevas tendencias para el otoño-invierno 2014. Ni bien acabada la conferencia, el staff comunica que es la inauguración de Vogue.

 Los periodistas bajan de nuevo con retraso. Hay champaña, pero no copas. Entre los flashes de las cámaras y los vasos de color naranja, los periodistas se sienten como estrellas. Los que no tienen invitación no entran. Suben de nuevo a la sala de prensa para terminar de escribir sus artículos. “Nos perdimos los otros desfiles. El de la noche es el más importante".

En la noche el ambiente es prendido, la música electrónica calienta el entorno como si se tratase de una gran fiesta. El glamour no se queda solo en las pasarelas, los looks más extremos y chic desfilan en la entrada.

 Los tacones más altos y extravagantes de seguro están en Medellín. Los hay en todos los colores: rojos, verdes, azules, morados... Faldas con vuelos, vestidos cortos, shorts, blusas, pantalones... La gente se toma en serio el nombre de Semana de la moda.

Peinados cortos, cabezas rapadas, cabellos de colores, moños, pelos largos. El maquillaje es tan importante como la ropa. Nadie se salva de lucir sus mejores trajes.

La jornada culmina pasadas las 22:00. El bus los traslada al hotel, mañana los recogerá a las 08:00 para un nuevo día en la Feria de moda más grande de Colombia.

EXPLORED
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