Quito. 02.05.94. Quito vivió con bastante calma la jornada
electoral. Los capitalinos como de costumbre, acudieron en forma
masiva a cumplir con la obligación de votar, aunque según muchos
de ellos, lo hicieron solo "para no quedarse sin su certificado".

Las mesas comenzaron a instalarse a las 6h00 de la mañana y hasta
las 6H15 prácticamente todo estaba preparado. Sin embargo, en
algunos recintos, la falta de material electoral ocasionó
demoras.

Todo transcurrió casi sin ningún problema, excepto porque la
ceremonia de inauguración de las elecciones en el Tribunal
Supremo Electoral fue adelantada casi media hora y varios medios
de comunicación no pudieron recabar la debida información.

Este clima de Quito

El imprevisible clima de Quito se portó un poco ingrato con los
ciudadanos, que tuvieron que soportar fríos y sudores para poder
sufragar. Mientras en la mañana, cuando acudía más gente a votar,
se registraron altas temperaturas; a partir de las tres de la
tarde, los recintos electorales se quedaron vacíos casi, pues la
lluvia se encargó de "aguar" el proceso.

A lo largo de la jornada, HOY pudo dialogar con algunos
ciudadanos que, con diversas expresiones manifestaron su opinión
frente al proceso electoral. Para muchos, esta jornada ratificó
la democracia en el país y desvirtuó las afirmaciones que
pronosticaban constituiría un fracaso. "Hay que participar
activamente y no anular el voto", dijeron algunos. Pero estas
opiniones contrastaron con la apatía que evidenció más de un
ciudadano: "Yo voto porque si no me multan", fueron otras
expresiones.

De todo y para todos

El movimiento en la ciudad fue notorio, a pesar de la
pronosticada indiferencia del electorado. Además de los votantes,
proliferaron los minicomerciantes que, aprovechando la ocasión,
se dedicaron a vender las cosas más insólitas a la salida de los
recintos.

Hornado, fritada, colas, helados, gorros, globos, sombrillas y
hasta pelotas se expendieron en todo Quito.

La colaboración de la Policía y las Fuerzas Armadas fue muy
valiosa. Encargados de mantener el orden y controlar el proceso,
proporcionar información a los electores y evitar cualquier
proselitismo político, algunos miembros de la institución
tuvieron que actuar hasta de instructores para los delegados de
las mesas, que en muchos casos, estaban totalmente perdidos. En
una de ellas y ante la impresionante lentitud del proceso, tuvo
que ser un oficial, quien explique a los vocales lo que debían
hacer. El agradecimiento que recibió no fue del todo cordial:
"Esa no es su función. No se meta", le dijeron. Ningún
comedido...

EN EL CENTRO

-Las calles del centro de la ciudad estuvieron llenas de gente
ayer. La mayoría prefirió acudir a pie a los recintos
electorales. La falta de transporte público así lo determinó.

-Una vez que los ciudadanos cumplieron con la obligación de
sufragar, llegaron a los parques de El Ejido y La Alameda, allí
familias enteras se concentraron a jugar o comer algo. Comida no
faltó por ningún lado, los vendedores ambulantes se encargaron de
ofrecer los más variados platos típicos.

-Como en la mayoría de los recintos electorales, los del centro
de Quito no fueron la excepción, se pudo presenciar a los
desesperados ciudadanos escarbando entre los padrones para
encontrar el lugar donde les tocaba sufragar.

-La actividad comercial estuvo totalmente paralizada. Los
almacenes cerraron sus puertas.

-Uno de los recintos electorales más grandes del centro de la
capital es el que se lo ubica en el colegio nacional Mejía. Allí,
todo estuvo muy bien organizado, existía un acceso de entrada y
otro de salida, lo que evitó las aglomeraciones.

-Los votantes que se encontraron cerca de las tradicionales
iglesias de San Francisco, La Compañía o Santo Domingo, no
desaprovecharon la oportunidad de entrar a orar unos minutos, tal
vez muchos de ellos pidieron a Dios que ojalá con el voto "las
cosas cambien para bien del país".

-El terminal terrestre, localizado en pleno centro histórico,
estuvo muy concurrido. Decenas de paisanos viajaron a sus
provincias para llegar a tiempo a sufragar; igualmente, cientos
de ellos retornaron a la capital, luego de haber cumplido con su
deber cívico.

-Los representantes del Tribunal Supremo Electoral estuvieron
atentos para que ninguna persona trate de alterar el orden o
hacer algún tipo de propaganda política.

-Muchos ciudadanos ignoraron que desde el viernes anterior regía
la Ley Seca. Un "borrachito" se dedicó a insultar a los
candidatos en las afueras del colegio Mejía, pero cuando vio
acercarse a la fuerza pública huyó despavorido.

-No faltaron los ancianos que acudieron a depositar su voto, pero
no pudieron hacerlo ya que no estaban empadronados. La furia y
protesta fue evidente.

EN EL SUR

-En el sector sur de la capital se evidenció una afluencia masiva
de electores, que en su mayor parte acudieron a las urnas a
partir de las nueve de la mañana; no lo hicieron antes por el
intenso frío que se registró en las primeras horas del día.

-Una vez que el sol empezó a calentar (a las nueve de la mañana)
los electores acudieron a depositar su voto. La afluencia masiva
se evidenció hasta las dos de la tarde, pues más adelante la
lluvia hizo presencia.

-La jornada electoral se desarrolló sin ningún contratiempo; la
mayoría de juntas receptoras del voto inició su labor a las siete
en punto. Sin embargo, en la escuela Cinco de Junio se empezó a
atender al público a las ocho de la mañana, debido a que el
personal del Ejército había llevado todo el material al colegio
Cinco de Junio, distante de la escuela del mismo nombre.

-Los alrededores de los recintos electorales se vieron plagados
de vendedores ambulantes, principalmente de comidas. Hornados,
papas con cuero, guatita, menudo, etc, fueron los platos que se
ofrecieron a los electores.

-La falta de transporte público fue uno de los problemas más
graves que se evidenció en el sector sur. Los buses cargaron
gente más de lo de costumbre.

-El tráfico se tornó un caos. Trasladarse de un lugar a otro
significaba horas.

-Emplasticar la flamante papeleta costaba 500 sucres, no
obstante, mucha gente optó por ese servicio.

-Algunas personas no desaprovecharon la jornada para promocionar
sus servicios particulares. En el colegio Montúfar, uno de los
recintos electorales más grandes de Quito, una señora se dedicó a
repartir propaganda de su jardín de infantes.

-Muchos ciudadanos manifestaron que acudían a las urnas
únicamente para obtener su certificado de votación "...sé que
ninguno de esos resolverá mis problemas", manifestó uno de ellos.

-Los mercados localizados en el sur estuvieron prácticamente
abandonados. La usencia de vendedores y compradores fue evidente.

EN EL NORTE...

- La jornada electoral se realizó en el norte de Quito, sin
mayores complicaciones, excepto por una que otra improvisación,
como la desorganización del material electoral, algunos retrasos
en los horarios y la ausencia de muchos de los vocales nombrados
por el TSE.

- En una actitud nada "cívica", estos brillaron por su ausencia
en muchas de las mesas electorales. La solución más rápida fue
reemplazarlos por los primeros que llegaron a votar. ¿Al que
madruga Dios le ayuda?

- Algunos problemas surgieron con el material electoral. En
varias mesas faltaron papeletas y en otras, los padrones no
incluían a muchas personas.

- Una de ellas, una mujer de 65 años, protestaba airadamente por
la exclusión: "¿por qué han borrado a todas las personas que
pasan de los 65 años? ¿que somos de "mamey obtuso"?, "es
fácilmente comprobable que somos muy lúcidos", decía, con mucha
razón. Claro que no faltó algún gracioso que, refiriéndose a
Sixto, afirmó que lo fácilmente comprobable era lo contrario.

- Muchos candidatos y políticos votaron en este sector de la
ciudad. A su llegada a los recintos, unos pocos partidarios y
familiares aplaudían ruidosamente y se apretujaban como para
"hacer bulto". El resto de gente no prestaba mayor atención.

- La popularidad tiene sus ventajas... los políticos conocidos y
famosos no hacían fila para votar. Y, en algunos casos, tampoco
sus familiares. Los otros, como todo el mundo esperaban
pacientemente por su turno.

- Así vimos a Rodrigo Paz, Raúl Baca, Oswaldo Hurtado, Marco
Landázuri, Pablo Guerrero, Marcelo Dotti, Ramiro Rivera y otros.

- A propósito: un reclamo se merece la seguridad de Rodrigo Paz,
que a diferencia del "candidato verde" no se mostró nada amable
con la prensa y por el contrario, dificultó el trabajo de este
medio. No hacían falta los empujones, con decir "permiso" estaba
más que claro.

- Las primeras horas de la mañana no presentaron mayor afluencia
de gente a los recintos electorales. La hora "tope" fue el
mediodía. Ríos de gente, sudorosa y apurada, se dirigía a los
diferentes lugares determinados para la votación.

- A pesar de las facilidades que proporcionó el Tribunal Supremo
para que la gente conozca previamente el lugar donde depositar su
voto, muchos no lo hicieron y tuvieron que dirigirse de un
recinto a otro y de mesa en mesa, en búsqueda de su nombre.

- Para muchos ciudadanos el proceso electoral y, en general la
política es algo ajeno y lejano. Así lo demostró la expresión de
una dama que, después de votar, se limitó a desear que los
resultados de la jornada hagan "feliz al gobierno".

ADEMAS DE VOTAR...

- Además de cumplir con la cívica obligación del voto, varios
ciudadanos aprovecharon el día para no quedarse cruzados de
brazos.

"Todo momento es bueno para ganar algo de dinero extra", expresó
un vendedor que se apostó a la salida de uno de los recintos
electorales.

Y este pensamiento tuvieron aquellas personas que desplegaron
diversas actividades comerciales.

- Muchos encontraron en esta jornada una brillante oportunidad
para hacer negocio y redondear sus ingresos. Entre ellos, los
infaltables "emplasticadores" que, cajoncito improvisado, tijeras
y plástico en mano, fueron muy solicitados por los orgullosos
portadores del flamante certificado de votación.

- Por emplasticar cada certificado cobraban quinientos sucres.
Multiplique ese precio por miles y a lo mejor se decida a ponerse
un negocio similar la próxima vez...

- Otros que tuvieron éxito fueron quienes vendían hornados, colas
y helados, que, sobre todo al mediodía, hicieron un excelente
negocio.

Y no se diga de aquellos que promocionaban algún restaurante con
propaganda volante. Ingeniosas y alusivas promociones de sus
productos como esa de: "vote por el mejor hornado", dieron muy
buen resultado.

- No solo negocios de este tipo hicieron su agosto. La venta de
los productos más inverosímiles estaban a disposición de las más
imperiosas necesidades. Ahí estaban como muestra, pelotas de
plástico, globos, lápices y chicles importados.

- Y aún hubo más. Ciertas personas instalaron casinos
improvisados para jugar cantidades de dinero con los transeúntes
"a ver donde está la bolita". No faltaron las apuestas entre
conocidos, por los candidatos de su preferencia.

- Sí, siempre es bueno hacer negocio. Y especialmente en estos
tiempos que el hambre no perdona ni a las elecciones. (4B)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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