Moscú. 09.14.94. Un perro de raza "bullterrier" mató y devoró en
parte a su dueño, quien unas horas antes le había castigado,
informó la Policía de la ciudad rusa de Omsk, donde ocurrió el
suceso.

El perro no perdonó el castigo que aquél le infligió por
perseguir a un gato durante un paseo por la calle, indicaron los
vecinos a la agencia Itar-Tass.

La tragedia ocurrió cuando el amo se tendió a dormitar en un
diván de su apartamento después del paseo.

Cuando la esposa regresó del trabajo, encontró el cadáver de su
marido con la garganta desgarrada y la cara devorada.

El "asesino" yacía tranquilamente junto al cuerpo.

Los dos agentes de Policía que se presentaron en el apartamento
informaron con posterioridad de que necesitaron sendos cargadores
de munición de sus respectivas armas reglamentarias para matar al
perro.

El perro que mató a su dueño

El viejo militar ignoraba si había hecho bien en gastarse buena
parte de sus ahorros en pagar el alto precio que la dependienta
de la tienda de animales le pidió por ese bull terrier pura
sangre, pero más pudo la extraña fascinación que desde el primer
momento ejerció el cachorro sobre él, que cualquier otra
consideración. Después de desembolsar el precio estipulado, oyó
a medias las instrucciones sobre el cuidado del animal y
agradeció las palabras con que la vendedora lo despidió: "No se
arrepentirá por su elección, éste será un verdadero guardián que
le garantizará su seguridad personal".

Con el cachorro entre sus brazos el viejo llegó a su casa y se lo
presentó a su esposa que, cautivada por la viveza que destellaba
la mirada del animal a través de esos ojillos oscuros, hundidos,
almendrados y pícaros, se olvidó de preguntar a su esposo dónde
lo había conseguido y el valor que había pagado por él.

-Lo llamaremos "Chancleta" -dijo ella.

-¿"Chancleta"? -protestó él-. Ese no es un nombre digno para un
bravo e indomable luchador, y éste lo será de veras.

-¿No notas que su cara medio ovalada y su frente recta tiene
cierta reminiscencia a la forma de un zapato? -replicó la mujer
con irrefutable convicción, mientras acariciaba la aterciopelada
piel blanca del cachorro e iniciaba una larga lista de preguntas
sobre el tamaño que alcanzaría de adulto, su peso, su carácter,
sus comidas, interrogantes que su esposo absolvió a medias.

La llegada de "Chancleta" constituía una posibilidad de
reemplazar con ventaja a la última mascota que el matrimonio
había tenido: un samoyedo que acababa de morir enfermo del
hígado. En realidad, a lo largo de cuarenta años de matrimonio
la pareja jamás había carecido de un perro en casa, todos los
cuales resultaron una excelente compañía tanto para ellos como
para su único hijo que, tras su boda, se había marchado días
atrás.

-Este, además de ser un amigo en nuestra vejez, será el más
seguro guardían de nuestra casa -dijo el viejo.

Para la primera noche prepararon la cama del cachorro en un
cartón y la colocaron en la cocina, para protegerle del álgido
viento invernal que comenzaba a azotar. Cuando, a la mañana
siguiente, la mujer descubrió algunas suciedades en el piso, se
dio a la tarea de enseñar al cachorro la primera regla de buena
conducta: en adelante, sus necesidades debería hacerlas afuera,
en el pequeño jardín que daba a la calle; entonces tomó una hoja
de periódico, la dobló, y, haciendo que el hocico de "Chancleta"
rozara las mismas, comenzó a azotar al suelo con el papel.

-El animal tiene su carácter -le comentó más tarde al esposo-: en
lugar de asustarse con el castigo, se me enfrentó y me dirigió
una mirada amenazante que, aun en consideración a su tamaño, me
produjo escalofrío.

-Déjamelo a mí -le replicó el hombre-, ya verá si su rebeldía le
dura mucho. Estos perros son duros para el aprendizaje y con
ellos hay que aplicar mano de hierro. Y anadió solemne: Jamás
ningún subalterno ha resistido mis órdenes.

La mujer contempló como el hombre, con cierto dejo marcial, se
despojaba de su cinturón y lo blandía contra el cachorro que, al
recibir impávido la azotaina, exhaló un débil ladrido que más
sonó a desdén.

-Esta raza requiere de amos con temple de guerrero -explicó a
continuación el hombre, recordando que la vendedora le había
dicho que durante la Segunda Guerra Mundial un bull terrier
acompañó al general Patton- y "Chancleta" se ha encontrado con
este viejo soldado que será la horma de su zapato- añadió
recordando sus pasadas hazañas bélicas en la defensa de Moscú
contra los nazis. Después, con un inocultable dejo de
satisfacción, pasó a relatar a la mujer algo que había leído
recientemente en una revista: los bull terrier, por su
insensibilidad al dolor y su fiereza, fueron usados en
sangrientos espectáculos como protagonistas de peleas que
terminaban solo con la muerte de uno de los combatientes.
"Chancleta" ha entrado bajo mi égida y yo lo convertiré en un
auténtico legionario, añadió con orgullo.

La mujer, tras esa primera -y para ella extraña- experiencia con
el perro, no fue capaz de ganar su confianza: igual que vacilaba
a la hora de proporcionarle alguna orden, sentía un cierto temor
a ensayar algún mimo porque fue notando cómo, conforme iban
pasando los meses, esa mirada que al principio ella definió como
pícara, se iba tornando rencorosa. Nada de ello, sin embargo,
comunicó a su esposo por miedo de que él aumentara el rigor con
que trataba de educar la animal. Mantuvo siempre con "Chancleta"
una actitud distante que, a su vez, era correspondida por el
perro, que nunca exigió la más mínima caricia; a duras penas a la
hora en que ella le llevaba la comida, el animal se limitaba a
levantar su cola hasta ponerla vertical: era esa la única señal
que daba para demostrar que las cosas andaban bien.

El hombre, en cambio, siguió empecinado en la formación de
"Chancleta", tarea que tomó como cuestión de honor; deshechando
los correazos luego de comprobar que no producían efecto alguno,
buscó domesticarlo con privaciones alimentarias y un
autoritarismo espartano, en la convicción de que un perro tan
altanero, musculoso y desafiante como ese, necesitaba de un amo
implacable que le demostrara que podía reprimir sin dubitación
sus extraños caprichos, entre los cuales estaba el de perseguir
hasta matar a los gatos y a los otros perros que se le cruzaban
en el camino en los cotidianos paseos mañaneros, para lo cual,
prevalido de su cuerpo macizo y sus músculos de hierro, lograba
zafarse de la correa con que su amo pretendía sujetarlo. Estas
acciones asesinas no solo que habían causado al viejo más de una
torcedura en el brazo y hasta una caída, sino, fundamentalmente,
la animadversión de sus vecinos que habían amenazado con
denunciarlo a la policía .

Al año, "Chancleta" se había tornado hosco. Nerviosamente daba
vueltas en redondo por el pequeño jardín de la casa,
aterrorizando con peligrosos saltos tras el seto a cuanto
transeúnte deambulaba por la acera.

Cuando una mañana el amo encontró el nuevo cadáver de un gato
despanzurrado en el jardín, redobló su rigor en el castigo.
Sujetó al animal con una cadena atada a un pilar y, a pesar de la
ventisca y los copos de nieve que comenzaban a caer, dirigió
contra él el chorro de agua que salía con potencia desde la
manguera. Después le obligó a pasar el resto de la mañana
aprisionado por los grilletes, seguro de que esta vez el animal
se le sometería para siempre.

Pasado el mediodía, una vez que el perro fue dejado en libertad,
aún entumecido por el frío y con sus extremidades medio
agarrotadas por el dolor, entró subrepticiamente a la cocina en
busca de calor y se echó al pie de la estufa; luego holisqueó
hacia la sala y divisó a su amo, que dormitaba en un sillón.
Lentamente se acercó y de un solo salto le rompió el cuello con
la brutal presión de sus mandíbulas. Después, exultante por el
regusto de la sangre caliente que salía como por un surtidor
desde la yugular, se dio a la tarea de arrancar en lentos,
pausados y pequeños mordiscos la nariz, los cachetes y los
ojos...

LOS ANIMALES SE PARECEN A SUS DUEÑOS

La doctora veterinaria Ximena Mosquera responde así a HOY.

¿Es el bull terrier un perro ya de por sí agresivo o pudo
reaccionar debido a los maltratos?

-Es justamente en la psiquis donde se gestan los mayores
desequilibrios como son la angustia, el odio, el resentimiento,
la cólera. En los animales se observan con frecuencia estos
estados de ánimo, con intensidad variable dependiendo del medio
ambiente que los rodea y de su propia idiosincracia. De ahí que,
en un medio ambiente desfavorable, los animales con una herencia
genética proclive a la agresión, desarrollarán esta tendencia; en
cambio, en un ambiente favorable, aquella verá modificarse o
atenuarse. Sin embargo, si el desequilibrio es profundo entonces
se observan estos casos de ataques inclusive a sus propios
dueños.

¿Es lo fundamental el desequilibrio psíquico o energético?

-Hay una idiosincracia que caracteriza a cada ser o animal, una
parte genética que se expresa con pureza en tanto no haya la
intervención de la mano del hombre para alterarla. El problema
radica en esto. El hombre ha elegido estas clases de razas que
son un reflejo directo de lo que es él mismo: agresivo, violento,
fuerte; mezcla las razas para producir un tipo de raza específica
para sus propios intereses que pueden ser defensa, caza, ataque.

¿Es el bull terrier una raza manipulada genéticamente o una
especie pura?

-Es una raza seleccionada por el hombre, conseguida a base de
mezclas. En Alemania, por ejemplo, algunas razas como el pit
bulterrier (especie muy similar al bull terrier), es una especie
producto de la manipulación genética de sus antecesores; el
mastín y el bull dog han sido declaradas no aptas para para la
convivencia y se ha determinado su sacrificio por el alto riesgo
que significan, sobre todo para los niños.

El bull terrier, el pit bull y el rotweiler son muy peligrosos y
tienen esta particularidad de atacar al cuello al igual que el
boxer y el rotweiler.

¿Los perros tienen lugares predilectos para atacar?

-Así es, por ejemplo, el pastor alemán ataca a los brazos, los
perros criollos -runas como nosotros los llamamos- muerden las
piernas y muchos lo hacen por detrás.

¿Podría ocurrir que no habiendo en la constitución del animal una
carga genética que lo haga agresivo, el medio ambiente lo torne
hostil?

- Es muy raro un caso así. Siendo el animal genéticamente pasivo
es muy raro que el animal ataque; solo una carga constitucional
de ése tipo haría obrar agresivamente.

Esto contradice la teoría de los mecanismos nerviosos del reflejo
condicionado de Pavlov, su famoso experimento con perros...

-No se puede separar al animal del medio ambiente, los dos
interactúan. No se puede encerrar al animal en una caja y punto.
Cuando el medio es supresor de sus instintos puede llegar un
momento en que aquella puede transformarse en una alteración
orgánica o psíquica. De ocurrir lo segundo, podrían
desencadenarse estados epilépticos, retraimiento o ataques de
cólera. Pero conviene recordar que la idiosincracia del animal
opera siempre y que las circunstancias ambientales sirven de
detonante

¿Sabe de casos de agresión sistemática a animales?

-La agresión es una expresión de nuestra cultura;
desgraciadamente, los animales son también víctimas de aquel que,
a través de su agresividad, expresa su frustración, su
desequilibrio vital.

¿Cree que nuestro individuo desconocía la clase de animal que
tenía, del peligro que encerraba, y por eso lo castigaba?

-El maltrato ya es una demostración de desequilibrio en el
hombre, porque el maltrato es una actitud del ser humano. Para
desear un animal agresivo- dudo mucho que haya sido ignorancia-
se necesita tener ése rasgo en el carácter, mucho más para
martirizarlo.

No soy psicóloga pero creo que en ésa persona pudo tener cierta
actitud de poder.

Adicionalmente, en Estados Unidos hay que tener un seguro muy
costoso para poder tener un bull terrier.

El pit bullterrier, pariente muy, muy cercano del bull terrier y
que es una mezcla de éste y el terrier blanco inglés, era
utilizado, el siglo pasado, en Inglaterra para celebrar un torneo
en donde se le hacía pelear -al pit bullterrier- con osos y
toros.

El parlamento inglés prohibió este torneo a fines del siglo
anterior, pero la mencionada raza canina aún vive.

¿Hay una selección inconsciente por parte de la persona que elige
un animal, o responde a algún móvil?

- El tipo de animal que la persona escoge tiene mucho que ver con
su temperamento. Hay quienes escogen animales con un temperamento
muy diferente al suyo, como para compensar sus frustraciones a
través de ellos. Otros eligen mascotas con un temperamento
similar al suyo.

Lo mismo vale para la elección de un animal agresivo. Algún rato
ya propusimos que los animales se parecen muchísimo a sus
dueños... (4B)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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