Quito. 02 jul 2001. Ud. asume la presidencia del TC gracias a un acuerdo
parlamentario entre el PSC y la ID que también funcionó en este
organismo. ¿Cómo garantizará que sus actos quedarán alejados de la
presión política que esos partidos puedan ejercer?

Lo que sucedió en el Tribunal fue un acuerdo institucional. Esto
significa que estaremos siempre guiados por la Constitución, que
procuraremos fortalecer el sistema democrático y que en nuestras mentes
no estará otra cosa que enmarcarnos en las políticas del Estado de
Derecho.

Pero diputados socialcristianos y socialdemócratas confirmaron a este
Diario la existencia del mencionado acuerdo... ¿Usted lo reconoce?

Lo desconozco y frente a alguna cuestión que no conozco, no la reconozco.

Yo no he dejado que entren manos o acuerdos políticos al TC cuando fui
vocal y vicepresidente. Y menos ahora que soy su presidente. Uno de los
pilares fundamentales de la institucionalidad de este organismo se
enmarca dentro de la independencia a cualquier sector extraño al Tribunal
Constitucional.

Si su candidatura se mantuvo al margen de las negociaciones
parlamentarias, ¿cómo se dieron los acercamientos con los vocales afines
al PSC?

Los acuerdos fueron coincidentes, espontáneos y naturales, desde la
perspectiva del conocimiento que durante más de dos años hemos tenido con
algunos de los vocales del TC. Las crónicas periodísticas sobre la
elección relatan que a este lugar confluimos con el entonces presidente,
René de la Torre, varios vocales. En total fuimos seis cabezas donde no
necesariamente hubo pactos o compromisos políticos sino institucionales.

¿Esas conversaciones se extendieron también a los vocales de la DP, PRE,
PSE? ¿Por qué la votación estuvo dividida?

No tuve acercamiento con el vocal del PRE. Con Hernán Rivadeniera
(socialista) y Carlos Heloú (DP) tuvimos amplias conversaciones. No se
puede pedir que en un Tribunal, donde hay nueve voluntades, estás sean
absolutamente coincidentes. Luego de este episodio electoral, lo que sí
voy a hacer es armar un conjunto con los nueve vocales, para luchar
mancomunadamente en favor de la institucionalización del TC y del país.

¿Cuáles son los principales temas que sustentarán su agenda al frente del
TC?

Estamos concluyendo la elaboración del Plan Estratégico del Tribunal para
los próximos dos años. Éste parte del fortalecimiento en la clasificación
de su personal, de la independencia del TC y en la capacidad de retomar
seguridad frente a los fallos que se emitan. Se debe procurar hacer
fallos similares en casos similares, fortalecer el espíritu democrático
en el conocimiento del texto constitucional. En ese sentido trataremos de
difundir la Constitución a la elite de la administración pública, a los
servidores de ese sector y a la población en general para que conozcan
cuáles son sus derechos y fundamentalmente sus deberes. De esta manera la
autoridad respetará al administrado y viceversa. La Constitución debe ser
el gran instrumento de gobierno.

¿Con qué mecanismos pondrá a funcionar el Plan y cuánto puede perjudicar
la existencia de los dos bandos -el liderado por la ID y el PSC, y el de
la DP-PRE-PSE- dentro del TC?

Me parece que en el TC hemos dado vuelta la página. Esta es una
institución desde donde los nueve vocales le respondemos al país. La
tarea que voy a marcar a través del Plan Estratégico es compleja, porque
el Tribunal no será el único motor. Debemos accionar con la sociedad
civil, las instituciones públicas, universidades, colegios profesionales.

¿Cómo dio la vuelta a la página? ¿Usted lideró este proceso o la madurez
de los vocales permitió dejar atrás las elecciones?

Hemos conversado con todos los vocales. Ellos, al final de cuentas, saben
bien cuál es el rol que debemos cumplir. Estimo que en el Tribunal ya
estamos marchando en beneficio de lo que este organismo significa para la
institucionalidad del Estado.

¿Entonces, usted fue el mentalizador de este cambio?

He estado al frente de este proceso porque el presidente de un tribunal,
por ser la máxima autoridad, a más de tomar el liderazgo formal de su
entidad, debe ejercer el liderazgo real.

La falta de una verdadera independencia política es uno de los
cuestionamientos que se le formulan al TC. ¿Qué hacer para cambiar esta
imagen?

Yo he cuestionado siempre esa independencia. He pedido que nos dejen
trabajar en paz para cumplir con nuestras competencias, dentro de las
atribuciones que dispone la Carta Política.

Este pedido se ha escuchado siempre desde todos los sectores sin que
produzcan respuestas, ¿cómo viabilizarlo?

No estaremos en los dichos, sino en los hechos. Esperemos a ver qué es lo
que va sucediendo y cómo vamos marcando nuestras conductas en el tiempo.
Entonces si hacemos lo que estamos diciendo, sin obedecer órdenes,
criterios, caprichos, ni presiones de otros sectores, será una labor
efectiva. Es evidente que los vocales del TC, que es gente pensante,
darán sus criterios jurídicos al rededor del marco constitucional, desde
donde saldremos de los grandes problemas que se le plantean a este
organismo.

¿Cómo se tratarán temas polémicos como las demandas en contra del alza
del IVA y la multa impuesta a la DP, para evitar que estos se contaminen
de cálculos y presiones políticos?

La coraza de la independencia debe fortalecerse a través del pensamiento
jurídico y del respeto a la Constitución. Al momento, estamos estudiando
estos temas de manera profunda. Yo estimo que en el momento menos pensado
daremos la noticia al país de cómo van estos casos.

Como Presidente, ¿qué acciones puede tomar para evitar estas posibles
presiones?

Pediré a mis compañeros vocales que solamente dirijamos nuestra conducta,
apegados al ordenamiento jurídico y al Estado social de Derecho.

Es decir que los demopopulares pueden estar tranquilos porque el caso de
la multa se juzgará en estricto apego al Estado de Derecho...

No solo a la DP, sino al país en general. Nuestra conducta se enmarcará
en los principios del orden jurídico, en la Constitución de la República.
En los principios de la democracia, no en otros...

Así se perciba que ese partido, dentro del TC, está dividido y muy lejos
de ocupar cualquier espacio clave...

El Tribunal Constitucional está unido por la Carta Política, no está
dividido.

¿El apoyo dirimente que su candidatura recibió de Hernán Salgado, vocal
que representa al Gobierno, y la designación de éste como vicepresidente,
puede leerse como la cuota de apoyo del régimen en favor de que el alza
del IVA pase y otros temas futuros se legitimen en el TC? ¿Cuál es su
lectura?

El acuerdo con el cual resulté electo fue netamente institucional y de
ningún interés de persona o grupo político alguno.

¿Qué aspectos de la gestión de su antecesor René de la Torre seguirá y
cuáles cambiará?

Yo dije muy claramente, el día de mi posesión, que voy a seguir adelante
en un aspecto que me parece fundamental en la vida del Ecuador: la lucha
contra la corrupción. En ese sentido, mantendré a este Tribunal limpio y
trabajaré en una línea de total y absoluta honestidad en todos las
facetas posibles. Los cambios que pretendo realizar durante mi gestión
los analizaré con el tiempo.

Movimientos * Conaie, Feine, Fenocin, FEI, Fenacle y Seguro Campesino
quieren la unidad (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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