Quito. 27.09.93. La presencia de plomo, situación que ya ha sido
resuelta en la mayor parte de los países desarrollados, continúa
siendo un peligro para la salud de la población de los países del
tercer mundo.
Las emisiones vehiculares actualmente originan entre el 80% y el
90% del plomo presente en la atmósfera; el porcentaje restante es
causado por la industria.
El plomo del ambiente ingresa al organismo principalmente por la
respiración, pero puede también entrar por vía oral, ya sea por
alimentos o manos contaminadas, puesto que el plomo ambiental se
encuentra en partículas en suspensión y en el polvo que se
deposita sobre objetos y alimentos; éste además adquiere más
importancia como contaminante debido a que el tóxico allí
presente responde a acumulaciones durante tiempos prolongados.
En consecuencia, la población más expuesta es la infantil,
habituados los niños a conocer las cosas a través del tacto y la
boca.
El plomo en sangre, huesos y cerebro
Una vez que el plomo ha ingresado al organismo humano, se
distribuye en tres compartimentos: sangre, huesos y cerebro.
La presencia del plomo en cada uno de estos compartimentos
orgánicos origina diversas patologías. Así, en la sangre provoca
anemia.
En los huesos, el plomo altera el metabolismo del calcio, con las
consiguientes disminución del crecimiento, especialmente en
quienes están más expuestos; es decir, los niños. Este fenómeno
se acompaña además de una alteración de las glándula tiroides,
que también juega un importante papel en el crecimiento, con lo
cual aumenta este problema.
El plomo depositado en el cerebro origina un déficit intelectual,
que se manifiesta inicialmente con un retardo en el desarrollo
psicomotor, más notable en aquellos niños que tuvieron en sus
primeras meses de vida mayores cantidades de plomo en su sangre.
Una investigación en Quito
El proyecto Medio Ambiente y Salud de la Fundación Natura
desarrolló una investigación en la ciudad de Quito, en la que se
analizaron los tres grupos poblacionales considerados de mayor
riesgo de salud por la exposición al plomo ambiental: niños en
edad escolar, gestantes y sus recién nacidos y vendedores
ambulantes.
Los resultados obtenidos reflejan una crítica situación ambiental
y de salud en relación al plomo en la ciudad de Quito, que solo
será corregida en la medida en que se disminuya sustancialmente o
se elimine la cantidad que de este tóxico se añade a las
gasolinas de producción nacional.
La posición de las compañías vendedoras de plomo
Actualmente, vivimos la "guerra del plomo" en los países en
desarrollo, pues las instituciones y entidades médicas y de
control ambiental sostienen que es dañino, mientras que las
compañías encargadas de la venta del tetraetilo de plomo dicen
que no es así.
Cabe considerar que el negocio de la exportación de plomo como
aditivo para la gasolina representa mil millones de dólares al
año. De allí que, desde que el plomo se redujo en el mercado
norteamericano, las exportaciones de estas compañías han
aumentado en un 20% a países de América latina, Asia y Africa que
no cuentan con normativas a este respecto o son demasiado
tolerantes.
Estas compañías han pretendido demostrar que el plomo no es
nocivo para la salud y medio ambiente. Para lograrlo, han
utilizado los resultados de varios estudios científicos
patrocinados por ellos, sacando resultados parciales o fuera de
contexto. Un ejemplo que se adujo en defensa del plomo fue que
en determinada investigación se había observado que cuando a las
ratas se les daba una dieta rica en plomo, las mismas crecían
más. Sin embargo, no se anotó que el desequilibrio nervioso que
produce el plomo en las ratas les incita a consumir grandes dosis
de alcohol.
Ante esta situación, Fundación Natura realizó un estudio
detallado del documento elaborado por la empresa que vende el
plomo a Petroecuador, para ser utilizado en la producción de las
gasolinas nacionales.
De acuerdo a las investigaciones de Natura, la empresa
comercializadora de plomo en nuestro país y su representante
"Promotora Comercial Andina" sostienen que en el Ecuador existen
fuentes de plomo más importantes que la gasolina de los
automotores. Esto colocaría a nuestro país como una excepción
solo comparable a Malta y tal vez Nueva Zelandia (esta última de
acuerdo a los datos suministrados por esta empresa). Pero, por
supuesto, totalmente distinta a la realidad de los Estados
Unidos, los países europeos, Japón, México, Colombia, entre
otros, según los reportes de la EPA y de la OMS en su "Global
Environmental Monitoring System".
El Ecuador frente al plomo
Algunos hechos científicos importantes, a nivel mundial, han
generado la necesidad de eliminar el uso del plomo de las
gasolinas y han removido la conciencia de gobiernos,
instituciones y organismos nacionales e internacionales
encargados de cuidar de la salud, el ambiente y la calidad de
vida de la población.
Se ha establecido un nivel de 10 ug/dl como el probablemente
seguro (CDC, 1991). Por tanto, el nivel del aire debería bajar
al menos a la tercera parte, esto es 0.5 ug/m3.
Un estudio realizado en Quito por el IEOS y la Universidad
Central en 1991, demuestra un promedio en Quito (sin contar con
los túneles) de 0.67 ug/m3 de plomo en el aire, con valores
máximos de 1.8, 7.5 y 3.1 en el norte, centro y sur,
respectivamente.
En absoluta correlación con estos resultados, el estudio de
Fundación Natura demostró promedios menores de 35 ug/del, pero
mucho mayores de 10 ug/dl. En la calle Montúfar, por ejemplo, se
ha comprobado que existe más plomo que en los túneles, alcanzando
niveles promedio de 3.3, contra 2.0.
Por otra parte, los estudios parecen indicar que la situación
ambiental empeora. En efecto, en 1990 se estableció un promedio
de 0.29 ug/ m3 al realizar 80 determinaciones en la ciudad de
Quito, es decir la mitad de lo que encuentra el IEOS en las 300
mediciones efectuadas un año después. Además, se debe considerar
el incremento constante del parque automotor, que desde 1981 es
del 40%. Solo en 1991 se incorporaron casi 28.000 nuevos
vehículos en el país.
Si tomamos como referencia el nivel máximo considerado por la
Comunidad Económica de 0.15 ug/m3, la realidad del país nos
indica que Quito está cuatro veces sobre el nivel permitido y
Guayaquil, tres. Pero si sectorizamos, el problema se torna más
grave ya que en sectores del centro de la ciudad existen
mediciones 50 veces mayores que esta norma.
Los esfuerzos del actual gobierno por introducir al mercado
nacional una gasolina sin plomo (ECO 82) se han visto empañados
por la falta de información al público, que desconoce cómo va a
producirse esa gasolina, el uso adecuado de los catalizadores, su
costo, -sostiene la Fundación Natura- a más de la falta de
conciencia social sobre el problema de contaminación que hoy en
día afronta el Ecuador.
CONTAMINACION EN LAS HORAS DE MAYOR CIRCULACION EN QUITO
Calles Microgramos por decilitro (ugdl)
Montúfar y Manabí 22.7
Santo Domingo 12.6
Esmeraldas y Vargas 9.5
América y Colón 5.5
Av. Napo 5.1
resuelta en la mayor parte de los países desarrollados, continúa
siendo un peligro para la salud de la población de los países del
tercer mundo.
Las emisiones vehiculares actualmente originan entre el 80% y el
90% del plomo presente en la atmósfera; el porcentaje restante es
causado por la industria.
El plomo del ambiente ingresa al organismo principalmente por la
respiración, pero puede también entrar por vía oral, ya sea por
alimentos o manos contaminadas, puesto que el plomo ambiental se
encuentra en partículas en suspensión y en el polvo que se
deposita sobre objetos y alimentos; éste además adquiere más
importancia como contaminante debido a que el tóxico allí
presente responde a acumulaciones durante tiempos prolongados.
En consecuencia, la población más expuesta es la infantil,
habituados los niños a conocer las cosas a través del tacto y la
boca.
El plomo en sangre, huesos y cerebro
Una vez que el plomo ha ingresado al organismo humano, se
distribuye en tres compartimentos: sangre, huesos y cerebro.
La presencia del plomo en cada uno de estos compartimentos
orgánicos origina diversas patologías. Así, en la sangre provoca
anemia.
En los huesos, el plomo altera el metabolismo del calcio, con las
consiguientes disminución del crecimiento, especialmente en
quienes están más expuestos; es decir, los niños. Este fenómeno
se acompaña además de una alteración de las glándula tiroides,
que también juega un importante papel en el crecimiento, con lo
cual aumenta este problema.
El plomo depositado en el cerebro origina un déficit intelectual,
que se manifiesta inicialmente con un retardo en el desarrollo
psicomotor, más notable en aquellos niños que tuvieron en sus
primeras meses de vida mayores cantidades de plomo en su sangre.
Una investigación en Quito
El proyecto Medio Ambiente y Salud de la Fundación Natura
desarrolló una investigación en la ciudad de Quito, en la que se
analizaron los tres grupos poblacionales considerados de mayor
riesgo de salud por la exposición al plomo ambiental: niños en
edad escolar, gestantes y sus recién nacidos y vendedores
ambulantes.
Los resultados obtenidos reflejan una crítica situación ambiental
y de salud en relación al plomo en la ciudad de Quito, que solo
será corregida en la medida en que se disminuya sustancialmente o
se elimine la cantidad que de este tóxico se añade a las
gasolinas de producción nacional.
La posición de las compañías vendedoras de plomo
Actualmente, vivimos la "guerra del plomo" en los países en
desarrollo, pues las instituciones y entidades médicas y de
control ambiental sostienen que es dañino, mientras que las
compañías encargadas de la venta del tetraetilo de plomo dicen
que no es así.
Cabe considerar que el negocio de la exportación de plomo como
aditivo para la gasolina representa mil millones de dólares al
año. De allí que, desde que el plomo se redujo en el mercado
norteamericano, las exportaciones de estas compañías han
aumentado en un 20% a países de América latina, Asia y Africa que
no cuentan con normativas a este respecto o son demasiado
tolerantes.
Estas compañías han pretendido demostrar que el plomo no es
nocivo para la salud y medio ambiente. Para lograrlo, han
utilizado los resultados de varios estudios científicos
patrocinados por ellos, sacando resultados parciales o fuera de
contexto. Un ejemplo que se adujo en defensa del plomo fue que
en determinada investigación se había observado que cuando a las
ratas se les daba una dieta rica en plomo, las mismas crecían
más. Sin embargo, no se anotó que el desequilibrio nervioso que
produce el plomo en las ratas les incita a consumir grandes dosis
de alcohol.
Ante esta situación, Fundación Natura realizó un estudio
detallado del documento elaborado por la empresa que vende el
plomo a Petroecuador, para ser utilizado en la producción de las
gasolinas nacionales.
De acuerdo a las investigaciones de Natura, la empresa
comercializadora de plomo en nuestro país y su representante
"Promotora Comercial Andina" sostienen que en el Ecuador existen
fuentes de plomo más importantes que la gasolina de los
automotores. Esto colocaría a nuestro país como una excepción
solo comparable a Malta y tal vez Nueva Zelandia (esta última de
acuerdo a los datos suministrados por esta empresa). Pero, por
supuesto, totalmente distinta a la realidad de los Estados
Unidos, los países europeos, Japón, México, Colombia, entre
otros, según los reportes de la EPA y de la OMS en su "Global
Environmental Monitoring System".
El Ecuador frente al plomo
Algunos hechos científicos importantes, a nivel mundial, han
generado la necesidad de eliminar el uso del plomo de las
gasolinas y han removido la conciencia de gobiernos,
instituciones y organismos nacionales e internacionales
encargados de cuidar de la salud, el ambiente y la calidad de
vida de la población.
Se ha establecido un nivel de 10 ug/dl como el probablemente
seguro (CDC, 1991). Por tanto, el nivel del aire debería bajar
al menos a la tercera parte, esto es 0.5 ug/m3.
Un estudio realizado en Quito por el IEOS y la Universidad
Central en 1991, demuestra un promedio en Quito (sin contar con
los túneles) de 0.67 ug/m3 de plomo en el aire, con valores
máximos de 1.8, 7.5 y 3.1 en el norte, centro y sur,
respectivamente.
En absoluta correlación con estos resultados, el estudio de
Fundación Natura demostró promedios menores de 35 ug/del, pero
mucho mayores de 10 ug/dl. En la calle Montúfar, por ejemplo, se
ha comprobado que existe más plomo que en los túneles, alcanzando
niveles promedio de 3.3, contra 2.0.
Por otra parte, los estudios parecen indicar que la situación
ambiental empeora. En efecto, en 1990 se estableció un promedio
de 0.29 ug/ m3 al realizar 80 determinaciones en la ciudad de
Quito, es decir la mitad de lo que encuentra el IEOS en las 300
mediciones efectuadas un año después. Además, se debe considerar
el incremento constante del parque automotor, que desde 1981 es
del 40%. Solo en 1991 se incorporaron casi 28.000 nuevos
vehículos en el país.
Si tomamos como referencia el nivel máximo considerado por la
Comunidad Económica de 0.15 ug/m3, la realidad del país nos
indica que Quito está cuatro veces sobre el nivel permitido y
Guayaquil, tres. Pero si sectorizamos, el problema se torna más
grave ya que en sectores del centro de la ciudad existen
mediciones 50 veces mayores que esta norma.
Los esfuerzos del actual gobierno por introducir al mercado
nacional una gasolina sin plomo (ECO 82) se han visto empañados
por la falta de información al público, que desconoce cómo va a
producirse esa gasolina, el uso adecuado de los catalizadores, su
costo, -sostiene la Fundación Natura- a más de la falta de
conciencia social sobre el problema de contaminación que hoy en
día afronta el Ecuador.
CONTAMINACION EN LAS HORAS DE MAYOR CIRCULACION EN QUITO
Calles Microgramos por decilitro (ugdl)
Montúfar y Manabí 22.7
Santo Domingo 12.6
Esmeraldas y Vargas 9.5
América y Colón 5.5
Av. Napo 5.1
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