Quito. 2 jun 98. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
lanzó una buena noticia la semana pasada: es posible vivir más
y mejor. Pero no todos los países pueden festejar por igual.
Aseguró que la esperanza media de vida al nacer pasará de 66 a
73 años en el 2025. Durante la última reunión de Ginebra, por
el 50 aniversario de la Organización, también se informó que
las muertes prematuras (las que ocurren antes de los 50 años)
se reducirán a la mitad para el mismo año.

Hay razones para estar optimistas, sobre todo en los países
desarrollados: el acceso mayoritario a los servicios básicos
de salud y sanitarios, la reducción de muertes de niños
menores de 5 años (en 1995 murieron 21 millones de menores, en
1997 diez millones y, para el 2025, se espera que baje a 5
millones ), la reducción de buena parte de las enfermedades
infecciosas como la lepra, la poliomielitis o la hepatitis B y
las grandes innovaciones tecnológicas puestas hoy al servicio
de la medicina, son motivos para creer que es posible alargar
la vida.

En la actualidad 120 naciones, con una población de 5.000
millones de habitantes, tienen una esperanza de vida al nacer
de más de 60 años y se proyecta que para el 2025 no menos de
25 estados habrán alcanzado una esperanza superior a los 80
años, pese a un mundo de estrés, guerras, SIDA y cáncer, dice
El Tiempo de Bogotá. La lista de los países más longevos
estará encabezada por Islandia, Italia, Japón y Suecia con 82
años. La menor esperanza de vida la tendrán los habitantes de
Sierra Leona (Africa), con 51 años.

El nuevo siglo aportará a algunos países poblaciones más
saludables, con tasas muy bajas de discapacidad. Esto
permitirá que varios miles de personas nacidas ahora vivan a
lo largo del próximo y estén en aceptables condiciones físicas
para ver el advenimiento del siglo 22.

Por ejemplo, la OMS proyecta que en Francia habrá unos 150 mil
mayores de cien años en el 2050, comparadas con los 200 de
hoy.

Pero las optimistas proyecciones están lejos de ser
universales, pues mientras la salud global ha mejorado, muchos
de los beneficios no han sido ni siquiera vistos por un gran
número de personas en los países en desarrollo.

En estas naciones 3 de cada 4 personas aún mueren antes de
llegar a los 50 años, promedio mundial de la esperanza de vida
hace medio siglo. Mientras que en 16 países con una población
de 300 millones, especialmente de Africa, el "tiempo extra"
decreció entre 1975 y 1995.

"Se trata de centenares de millones de hombres, mujeres y
niños, atrapados en el pasado por la más espantosa pobreza",
aseguró el saliente director de la OMS, el japonés Hiroshi
Nakajima. La OMS reconoce que tanto en los países pobres como
en los industrializados una de las mayores amenazas seguirá
siendo la propagación del cáncer, que solo en 1997 ocasionó la
muerte de 6 millones de personas, dos millones murieron el año
pasado por el SIDA.

Por ejemplo, el 20 por ciento de la población de América
Latina no tiene acceso regular a los sistemas sanitarios,
según un seminario sobre gestión de la sanidad recientemente
celebrado en Barcelona-España.

Las deficiencias del sistema suponen que en muchos países
latinoamericanos, especialmente los más pobres, el 40 por
ciento de la población tenga una incidencia de enfermedades
similar a la de India o de Africa subsahariana, destacó Javier
Coll, responsable de Salud del Banco Mundial.

También se debe prever el desafío que significará para los
sistemas de seguridad social el tener que cubrir a un mayor
número de ciudadanos viejos. En los próximos 25 años los
mayores de 65 años aumentarán un 88 por ciento, a una tasa de
un millón de personas al mes.

Si no hay previsión cualquier sistema, en el mundo, colapsará
con este incremento de la población de la tercera edad.

Muchos países ya empezaron a hacer cálculos del costo que les
significará proveer servicios de salud y seguridad y se han
dado a la tarea de diseñar alternativas. Ya se habla de
combinar los planes de salud y de pensiones del sector privado
y público para que sean financiados por impuestos directos o
indirectos.

Estos son algunos de los países latinoamericanos incluidos en
el informe de la Organización Mundial de la Salud, donde se
detalla la expectativa de vida que hubo en 1997 al nacimiento
y la vaticinada para el 2025: Argentina 73, actualmente y 78
en el 2025; Bahamas 74-79; Brasil 67-74; Chile 75-79; Colombia
71-76; Costa Rica 77-80; Cuba 76-79; República Dominicana
71-77; Ecuador 70-75; El Salvador 70-75; Honduras 70-75;
México 72-77; Nicaragua 68-75; Panamá 74-78; Paraguay 70-75;
Perú 68-75; Uruguay 73-75 y Venezuela 73-77.

Bolivia 61-72 y Guatemala 67-73 aparecen como los más
atrasados en este rango. Sin embargo, para Ecuador esas
proyecciones son consideradas muy optimistas, pues las cifras
del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censo (Inec), por
lo menos hasta el 2010 reflejan que no será posible alcanzar
los 75 años (ver tabulado).

Sin salud, ni pensarlo

Si se quiere ser realistas para Ecuador hay que aplicar la
hipótesis baja o pesimista (hay dos más: alta y mediana). La
que está aplicando la OMS para el país es la alta que supone
una reactivación económica notoria, el control agresivo de las
enfermedades que matan a temprana edad y un acceso a los
servicios de salud de la mayoría de la población.

En el país todos los factores que inciden en un aumento de la
esperanza de vida están estancados o en retroceso, entonces no
se modificará en los próximos 25 años, es el criterio personal
del geriatra Nelson Jurado. Para empezar a creer en un cambio,
por lo menos se requiere que el crecimiento económico sea
superior al 6 por ciento, hoy es menos de tres y con tendencia
a la baja. Las enfermedades (hepatitis, diarreas, SIDA,
Tuberculosis, cáncer, alcoholismo) son otro indicador que
pueden hacer suponer que mejorará el tiempo extra, pero en el
país están fuera de control y hay un subregistro elevado.

Las cifras del alcoholismo de 1997 son dramáticas: el 40 por
ciento de la población en edad activa (15 a 60 años) es
bebedora excesiva y de ese porcentaje, el 11 por ciento es
alcohólico.

Hay también un déficit de 15 mil millones de dólares y no hay
cálculos de lo que en los próximos años se gastará en salud y
eso es importante saberlo si se quiere que la población viva
más tiempo. Para el Ecuador solo es posible aplicar la
hipótesis baja, que dará un promedio de esperanza de vida de
70 años para el 2025.

Algunos logros

Entre las conquistas alcanzadas se mencionan las derrotas que
sufren grandes enfermedades infecciosas como la poliomielitis,
la lepra, la enfermedad del gusano de Guinea, el mal de Chagas
y la ceguera de los ríos.

Otros adelantos se registraron en el desarrollo de vacunas y
de medicamentos, así como innovaciones en la investigación, el
diagnóstico y el tratamiento, en la reducción de la
discapacidad y en la rehabilitación.

Batallas perdidas

Aunque la esperanza de vida aumentó a lo largo del siglo XX en
los países menos adelantados, tres de cada cuatro personas aún
mueren antes de llegar a los 50 años, este era el promedio
mundial de la esperanza de vida hace medio siglo. El informe
precisa que este año, 21 millones de defunciones, es decir dos
de cada cinco en el mundo, serán de personas de menos de 50
años, incluidos 10 millones de niños pequeños que nunca
llegarán a cumplir los cinco años.

Nuevas epidemias

El informe advirtió que el SIDA y otras enfermedades
infecciosas emergentes continuarán amenazando a la población
mundial en el siglo próximo, así como la resurgente
tuberculosis. En cuanto a la nueva variante de la enfermedad
Creutzfeldt-Jacob que afecta el cerebro y conocida
popularmente como "locura bovina", la OMS dijo que debido a
las grandes exportaciones con el agente de esa enfermedad es
posible que surja "una epidemia con decenas de miles de casos,
o más, por lo que es de importancia crucial hallar un
tratamiento".

En Latinoamérica

La esperanza de vida no puede aumentar ostensiblemente cuando
hay grandes desigualdades geográficas, con países
especialmente pobres, como Bolivia, Haití o Nicaragua, que
destinan escasos recursos a la sanidad, mientras que
Argentina, México, Uruguay y Costa Rica afrontan, en cambio,
un problema de contención del gasto, situado por encima del 9
por ciento del PIB y a la vez con indicadores de salud muy
inferiores a los europeos.

A. LATINA NO PASA

El ejercicio ayuda * Enfermedades como el cáncer, problemas
cardiovasculares y diabetes siguen siendo grandes motivos de
preocupación, pero el informe indicó que las muertes causadas
por problemas cardíacos disminuyeron notoriamente en muchos
países donde la gente hace más ejercicios y mantiene mejores
dietas.

El gasto del PIB * El responsable del BM advirtió que pese a
las carencias del sistema de salud en Latinoamérica los países
de la zona gastan en sanidad alrededor del 7 por ciento del
Producto Interior Bruto (PIB), una proporción similar a la que
emplea España.

Quiénes gastan más y menos * Bolivia, Haití o Nicaragua
destinan escasos recursos a la sanidad, mientras que
Argentina, México, Uruguay y Costa Rica afrontan, en cambio,
un problema de contención del gasto, situado por encima del 9
por ciento del PIB y a la vez con indicadores de salud muy
inferiores a los europeos. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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