Quito. 09.03.91. El défict cuasi-fiscal calculado por el Banco
Mundial fue de 71,6 miles de millones de sucres (esto es el
1,4 por ciento del PIB) durante 1989, según el Banco Mundial.
Mientras que, el déficit del sector público no financiero
consolidado durante el mismo período fue de 2,2 por ciento de
la producción interna.

Para 1990, el Banco Mundial estima que el déficit cuasi-fiscal
del Banco Central es de 163,7 miles de millones de sucres,
esto es, un 2,2 por ciento del producto interno bruto. De otra
parte, la meta del déficit del sector público no financiero
consolidado fue de 1,8 por ciento para 1990.

Estos grandes déficit, registrados durante 1989 y 1990, se
produjeron por la presencia de fuertes pérdidas en las
operaciones externas, que no estuvieron suficientemente
respaldas por ingresos internos.

Los intereses recibidos por los créditos internos concedidos
por el Banco Central a los sectores público y privado fueron
de al rededor del 0,9 por ciento del PIB durante 1989 y 1990
Esto implica, que la tasa de interés promedio que el Instituto
Emisor cobró por estos créditos fue de apenas el 14,9 por
ciento en 1989 y de 17,8 por ciento durante 1990.

Se trata de tasas de interes bastante bajas, si se toma en
cuenta que la inflación durante esos dos años fue de alrededor
de 50 por ciento, y las tasas activas del sistema financiero
nacional superaban el 50 por ciento anual.

Por el lado de las obligaciones, el Banco Central pagó 17,8
miles de millones de sucres durante 1989, y habría erogado
29,6 miles de millones de sucres durante 1990 -según
estimaciones del Banco Mundial-, fundamentalmente destinados a
cubrir las obligaciones que generaron los bonos de
estabilización emitidos por el Banco.

También se han registrado fuertes pérdidas en las operaciones
externas del Banco Central. Los resultados externos arrojan
una cifra negativa de -138.235 millones de sucres, que
significan un -1,85 por ciento del producto interno bruto.
Este resultado se obtiene de considerar los "intereses
externos netos" que el Banco Central debe pagar, de los que se
deducen "otros ingresos" que esta institución recibe por
concepto de sus operaciones. Los primeros ascienden a -197.935
millones de sucres, en tanto que los segundos suman 59.700
millones de sucres.

Otro rubro que aporta a engrosar el déficit cuasi-fiscal del
Banco Central son sus elevados costos de operación. De acuerdo
a estimaciones del Banco Mundial, los costos operacionales del
instituto emisor sumaron durante 1989, -20.434 millones de
sucres, en tanto que durante 1990 se incrementaron a -25.420
millones de sucres. Sumando el total de los resultados
externos y los costos de operación del Banco Central, se
obtiene que el déficit cuasi-fiscal de esta entidad para 1990
fue de -163.656 millones de dólares, una cifra que equivale al
2,19 por ciento del producto interno bruto del país.

Subsidios del Banco Central

El Banco Mundial también establece un desglose de los
subsidios concedidos por el instituto emisor a los sectores
público y privado en 1989. Como se indicó, estos subsidios son
un componente importante del déficit cuasi-fiscal en el que
incurre el Banco Central.

Durante 1989, esta entidad concedió subsidios por 28.803
millones de sucres al sector público no financiero
consolidado, y 10.879 millones de sucres a los sectores
empresariales y financieros. Esto, por el lado interno, a
través de créditos a tasas de interés preferenciales.

El Banco Central ha incurrido en una serie de pérdidas
adicionales por la aplicación de subsidios a través de la
sucretización de la deuda externa privada del país.De acuerdo
al Banco Mundial, los subsidios al sector público, por esta
vía, alcanzaron la cifra de 82.176 millones de sucres en 1989,
en tanto que los subsidios a los sectores financiero y privado
sumaron 10.703 millones de sucres.

Existen, sin embargo, subsidios positivos para el Banco
Central: los depósitos de las instituciones del sector público
en las bóvedas de este organismo, por los cuales el instituto
emisor no debe pagar ningún tipo de interés.

Al contrastar los subsidios positivos y negativos, además de
ciertas correcciones contables, se obtiene que el déficit
cuasi-fiscal del Banco Central, para 1989, fue de alrededor de
70 mil millones de sucres.

Este análisis demuestra que el défict cuasi-fiscal del Banco
Central del 1,4 por ciento del PIB para 1989 ha sido el
resultado de numerosos subsidios positivos y negativos. De un
lado, el sector público no financiero fue relevado de cubrir
una parte importante de su deuda externa, pero al mismo tiempo
se ha visto obligado a mantener grandes sumas de depósitos sin
recibir nada a cambio, afirma el estudio del Banco Mundial.

El sector privado, por su parte, recibe subsidios por el lado
de la sucretización de su deuda externa y a través de líneas
de crédito preferenciales. Al mismo tiempo, este sector es
obligado a mantener depósitos sin remuneración en el Banco
Central y a pagar impuestos especiales, agrega la misma
fuente.

De todo esto, el gran perdedor es el Banco Central, cuyas
consecuencias monetarias solo podrán ser evitadas mediante la
acumulación de atrasos en el pago de los intereses de la deuda
externa, concluye el antes indicado documento del Banco
Mundial.

Además, debe destacarse que la coexistencia de subsidios
positivos y negativos supone una relación errática y
arbitraria entre el Banco Central y los sectores financiero y
privado, puesto que los agentes que reciben subsidios
positivos no son necesariamente los mismos que están obligados
a mantener depósitos no remunerados en el Banco. Este hecho,
según el documento del Banco Mundial, revela la falta de
equidad y transparencia en el sistema. (A-2)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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