Quito. 16.03.93. En una casa blanca, sin número y con ventanas y
puerta verdes -solo para que combinen con el color de los postes
de la plaza Grande- vive desde hace una semana el alcalde de
Quito, Jamil Mahuad.

Hoy esta residencia, la casa de los alcaldes de la ciudad, será
inaugurada oficialmente con la presencia de los alcaldes que
asisten a una reunión de la Unión de Ciudades Capitales
Iberoamericanas, UCCI, que inició ayer y concluirá mañana.

La casa, de propiedad municipal, albergaba anteriormente a
oficinas del cabildo.

"Es una residencia privada y debe ser tratada como tal. No es un
espacio abierto, donde alguien timbra, pasa y llega a conocer la
casa. En la Casa Blanca hay tours, igual que en algunas ciudades
en Europa. Pero son sitios tan grandes que la parte residencial
queda reservada y el tour va por las zonas adecuadas. Esta es una
casa mediana, donde están mezcladas las áreas. Así que no será
un sitio de tour". Tal fue la primera aclaración del alcalde
Mahuad, quien durante su primera semana como morador del centro,
tuvo que vivir en una casa aún sin terminar y sin ninguna
privacidad.

- ¿Cómo surgió la idea de irse a vivir al centro?

- Valoro mucho el centro histórico de Quito y quise dar el
ejemplo de que hay que volver a vivir acá y de que el centro es
una prioridad para la actual administración municipal. Nuestro
plan es invertir aquí cerca de 100 mil millones en estos cuatro
años. La mitad estaría dada por un préstamo del Banco
Interamericano de Desarrollo, BID, que está avanzando a muy buen
ritmo, y el resto con las aportaciones del Fondo de Salvamento y
otros recursos que el Municipio destinará. Me parece importante
para la ciudad que los alcaldes de Quito vivan en el centro y que
este hecho, que va a ser simbólico a futuro, sea destacado hoy
con la presencia de alcaldes de otras ciudades.

- ¿Alguna vez vivió en el centro?

- Nunca, porque yo vine a vivir a Quito en el sexto curso del
colegio. Antes había vivido en Guayaquil y Loja. Nunca tuve una
vinculación directa con el centro. Lo visitaba, claro. Luego,
por la misma actividad política conozco Quito con bastante
detalle y el centro me parece extraordinariamente atractivo por
su valor arquitectónico y por la calidad de lo que encierra.

- Pero el centro no es perfecto...

- Sabemos las dificultades: es un sitio congestionado durante el
día, casi desierto durante la noche. Se ensucia mucho, no tiene
servicios, la delincuencia ha crecido y hay problemas serios de
parqueaderos. Pero tiene algunas ventajas, por ejemplo la
posibilidad de tener todo a menos de una cuadra. El otro día
estuve haciendo ya una visita de reconocimientos y todo es
absolutamente cercano, a la mano. La gente es muy cordial. Uno
sale y, es usual, todo le mundo se para, le da la mano, una
sugerencia, algún reclamo... Se calcula que aquí viven de 60 mil
a 80 mil personas, pero vienen más de 200 mil a visitarlo durante
el día.

- ¿Cuántos vecinos viven en su cuadra?

- Aquí al lado está la Dirección de Planificación. Es un edificio
de oficinas, y al otro lado la Curia. No sé si alguien viva ahí.
Pero en general si uno camina por las calles del centro por la
noche las halla casi desiertas. Lo cual, supongo además, rememora
lo que fue Quito en la colonia, donde no había mucha costumbre de
salir y eran típicas las figuras de los embozados.

- ¿Qué tal su primera semana en el centro?

- Fue bastante irregular. Me trasladé cuando la casa todavía no
estaba terminada, porque empezábamos un curso de planificación
práctica con todos los directores del Municipio y ya no iba a
tener tiempo de hacer un alto para el cambio, porque hemos
trabajado sábado y domingo en eso. Había mucha gente aquí. No
tenía ninguna privacidad. Abría la puerta del dormitorio y veía
hasta a la gente que pasaba por la vereda. Todavía tengo la
impresión de que no vivo ni siquiera en un hotel, sino en una
oficina. Pero incluso en mi despacho tengo más privacidad que
aquí.

- ¿La casa está cómoda?

- Tiene algunas ventajas: primero la calle no tiene circulación
vehicular, entonces las posibilidades de ruidos y de
contaminación se merman muchísimo. Luego estas casas en el
diseño se abren siempre al interior y en este sentido son únicas.
Hay un interesantísimo estudio de Germán Arciniegas, en donde él
se pregunta cómo estas casas andaluzas, diseñadas para un clima
caliente, se hacen en ciudades frías como Bogotá y Quito. Su
explicación es que lo que más preciado para los españoles eran
sus mujeres. Aquí cubrimos el patio son vidrio, porque la casa
era muy fría y corría mucho aire. La primera noche la sentí muy
fría, quizá porque todavía no estaba terminado el techo. Pero
ahora que está cerrado siento un ambiente más cálido, aún en la
noche.

- ¿Cual es el sitio más lindo?

- Me gusta mucho el estudio, en un ático que no existía cuando
se construyó la casa, sino solo desde cuando fue restaurada por
el Municipio. Es un sitio muy cálido, recoge mucho calor y como
es un espacio grande puedo combinar el estudio con una pequeña
sala. Luego me gusta la sala, el comedor, el patio de afuera y
el segundo patio. Francamente me gusta todo.

- ¿Ya se ha posesionado de la casa?

- Creo que eso va a tomar tiempo, pues aún quedan algunos
detalles pendientes. Creo que es una prueba de que se puede vivir
en el centro, hacer una casa bonita, agradable, acogedora,
cálida, a diferencia de lo que todo el mundo piensa, que son
casas inhabitables, viejas, frías, oscuras. Todo depende de la
intención que uno ponga y de la decisión que tenga en arreglarlo.

- ¿Qué extraña de su antigua casa?

- Son dos ambientes muy distintos. Vivía en un departamento en
la zona norte y entonces la distribución de espacios era otra.
Por ejemplo el patio central me recuerda la casa de mi abuelo, en
Loja. Podría decir que no extraño nada en particular. Advierto
las diferencias, pero soy una persona muy adaptable y como le he
puesto tanta ilusión y entusiasmo a venir a vivir al centro en
realidad estoy muy contento de estar aquí.

- ¿Cuánto tardó la remodelación de la casa?

- Trabajando en serio unos cuatro meses. Hay que tomar en cuenta
que esta casa ya era propiedad del Municipio, y estaba adecuada
para oficinas. De tal manera que lo que se hizo fueron pequeños
cambios para poderla adecuar para vivienda. En realidad, un
proceso de restauración de una casa vieja en el centro tomaría
más tiempo.

- ¿Cuánto ha costado la remodelación?

- No tengo todavía la liquidación definitiva, pero no son cifras
significativas. Lo que la ciudad va a ganar ante los organismos
internacionales y de cooperación con actitudes como ésta, de que
el alcalde venga a vivir aquí y se vea que el centro importa será
valioso. Es, sin lugar a dudas, infinitamente superior a lo que
va a significar el costo económico. Además enfrentamos la
adecuación de la casa gastando lo indispensable para no gravar el
presupuesto municipal sino en lo mínimo. En varias partes de la
casa hay cosas mías. Había una serie de cuadros que estaban en
las bodegas de los museos del Municipio y que los hemos puesto en
las paredes. Es decir no son inversiones, sino una adecuada
utilización de recursos. También las plantas son del vivero
municipal. Más bien lo que queremos es que sea una muestra de lo
que se puede hacer en el centro. En el crédito del BID hay una
buena parte del componente para quien quiera rehabilitar una casa
y vivir allí.

- ¿Qué conoce sobre los antecedentes de la casa?

- Hemos hecho algunas investigaciones, y este fue un solar que
fue entregado en el momento de la fundación española de Quito. De
tal manera que forma parte de la primera cuadrícula de la ciudad.
En el solar vivieron oidores de la Real Audiencia y se dice que
también la habitó García Moreno por cuatro años, y que aquí nació
su hijo. Pero en la medida en que está en la plaza central
siempre ha estado vinculado con acontecimientos cívicos,
militares y de la vida cotidiana de Quito.

- ¿Con nueva casa ha cambiado su rutina?

- Claro, porque tengo todo a diez pasos. Todavía mentalmente no
acabo de acostumbrarme ni de ver todas las implicaciones. Juego
tenis en el club Buenavista y estaba mucho más cerca de donde
vivía antes. Cuando juego lo hago de 6h00 a 8h30, normalmente los
miércoles, para poder enfrentar a los periodistas -los miércoles
son las ruedas de prensa-. Y también los sábados.

- ¿Ya se ha hecho amigo de los jubilados?

- Lo era ya desde antes de asumir la alcaldía.

- ¿El permanecer a veces las 24 horas del día en el mismo
ambiente físico -la plaza Grande- no le resultará un fastidio?

- Una de las cosas que me había preguntado es si no será
demasiado estar en la alcaldía todo el día y seguir en la plaza
Grande la noche. Es el mismo sector, pero dos ambientes
diferentes. Pero, claro, los fines de semanas saldré, para
airearme un poco. La verdad es que en la semana no tengo un
segundo para nada. Uno llega a la casa solo a dormir y bastante
cansado. (6C)
EXPLORED
en Autor: Consuelo Albornoz - [email protected] Ciudad N/D

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