Quito. 11 feb 97. La contaminación y las alteraciones del clima
inciden en las fuentes de todo el mundo. En el país no existe
planificación que regule su uso y administración.
En la actualidad, cuatro mil millones de personas en el mundo no
tienen problemas para conseguir agua dulce. Sin embargo, en el
año 2025, la situación será completamente opuesta: a la mitad de
habitantes del planeta le hará falta este líquido lo que
ocasionará graves problemas económicos y sociales.
Africa es el continente que más preocupa a los hidrólogos. Pero
regiones como Oriente Medio y la antigua Persia son zonas
declaradas en alerta roja: sus reservas de agua son mínimas. A
ello se suma el avance incontenible de los desiertos.
En América, el oeste de los Estados Unidos y México son víctimas
de serias dificultades, según el último informe que lo recoge la
revista Fuentes de la Unesco. Las proyecciones de los
especialistas no son halagadoras para los habitantes del planeta.
Dos son las desventajas. Primero, el imparable crecimiento
demográfico, especialmente en los países subdesarrollados, y ,
segundo, el crecimiento económico que significa más consumo
de agua dulce y más contaminación de las fuentes.
Los ejemplos que existen en el mundo son patéticos: más de la
mitad de los ríos y lagos de China, el país que cuenta con mayor
potencial de recursos hídricos en el mundo, están seriamente
contaminados. En 2.400 kilómetros de ellos ha cesado cualquier
tipo de vida y en 50.000 kilómetros de ríos no quedan peces por
los desechos vertidos por fábricas, cultivos tratados con exceso
de productos químicos y los residuos urbanos.
El aumento de la demanda de este bien natural también está
comprobado: entre 1950 y 1990, la extracción de agua fue más
del doble del crecimiento de la población, pasando de 1.360
kilómetros cúbicos a cerca de 3.600 kilómetros cúbicos anuales.
Y se multiplicó por seis desde comienzos de siglo.
Lo contrario sucede con el agua dulce disponible, por habitante,
que pasó de 17 mil metros cúbicos, en 1950, a 7.500, en 1995, y
se estima que disminuirá a 5.100 en los próximos 30 años. La
agricultura consume cinco veces más que a comienzos de siglo.
Pero, ¿cómo explicar la escasez de agua si más de la mitad de la
Tierra está cubierta de este líquido? La respuesta es una: porque
casi toda el agua del planeta es salada. Solo el 2.5 por ciento
es dulce y más de las dos terceras partes de éstas están
acumuladas en los glaciales y en las nieves perpetuas.
Menos del uno por ciento forma la humedad de los suelos y del
aire. Solo el 0.0007 por ciento de la totalidad del agua dulce
está en los ríos, embalses y lagos.
Según un informe de la Unión Europea, la contaminación de las
aguas subterráneas, a causa de los plaguicidas, es preocupante.
El documento establece que dentro de 50 años, alrededor de 60
mil kilómetros cuadrados de la capa freática, la principal fuente
de agua para la humanidad, estarán contaminados.
En el caso del Ecuador, a pesar que existe una buena
disponibilidad del recurso, solo el 55 por ciento (6 millones) de
la población tiene acceso al agua potable. Por ello se requiere
cuidar y administrar las fuentes. De lo contrario, como lo señala
Luis Casarez, consultor de temas hídricos, pueden generarse
problemas que, en muchos casos, serían incontrolables. "Hay
muertos en disputas de aguas". El recurso en el país no tiene
planificación. No existe un plan maestro, la gestión se ha
politizado y no se toman en cuenta aspectos técnicos.
También -dice Casarez- desde el punto de vista ambiental, el
recurso debe ser cuidado de la contaminación y los cambios
climáticos. Por ejemplo, era fácil subir al Guagua Pichincha y
encontrar una fuente; ahora se lo hace más arriba.
Por último, nuestro potencial hidrológico es muy grande. Es
tarea de los municipios y demás organismos seccionales
establecer normas para regular la cantidad de los efluentes y
desechos que se arrojan a los ríos. También se debe aprovechar
la creación del Ministerio de Medio Ambiente para planificar
el recurso.
Enemigo: la contaminación
La contaminación en las cuencas hidrográficas del Ecuador
alcanzó un proceso preocupante desde hace 20 años. La principal
causa es la descarga de los desechos líquidos y sólidos, en ciudades
grandes y pequeñas, que generan las industrias de toda escala.
Como lo señala organización ambientalista Oikos, en su
publicación "Problemas ambientales del Ecuador" las industrias de
textiles, curtiembres y procesamiento de madera producen la
mayor concentración de contaminantes químicos de baja
biodegradabilidad y elevada toxicidad (metales pesados y fenoles).
"La industria de procesamiento y fabricación de alimentos
presenta altos niveles de concentración de contaminantes
industriales con una considerable biodegradabilidad y de baja
toxicidad".
Ejemplos hay muchos a lo largo del país: río Guayas y el Estero
Salado, en Guayaquil; el Machángara, en Quito, Teaone, en
Esmeraldas; Machángara y Tomebamba, en Cuenca. En la
Amazonia: Napo, Aguarico y Cuyabeno, principalmente.
A ellos se suma uso de plaguicidas y fertilizantes, técnicas
inapropiadas de pesca, derrames de petróleo y sus derivados, la
construcción de obras civiles, derrames de aceites y grasas
lubricantes.
La mala calidad de las aguas determina que no sean aptas para el
consumo humano y pone en riesgo la salud ya que estas fuentes
son utilizadas para regar cultivos y sembradíos.
Oikos plantea que el caudal de agua disponible en el país excede
a la demanda de riego y uso humano. Hay zonas que son secas
frente a otras donde hay una disponibilidad notable de agua. La
vertiente del Pacífico tiene menos caudales que la del Amazonas.
En el plano ambiental, la contaminación provoca alteraciones en
el comportamiento de los animales, incluyendo la migración de
especies lo que implica el empobrecimiento de la biodiversidad
y la alteración de la cadena alimenticia, por ejemplo. (FUENTE:
EL COMERCIO)
inciden en las fuentes de todo el mundo. En el país no existe
planificación que regule su uso y administración.
En la actualidad, cuatro mil millones de personas en el mundo no
tienen problemas para conseguir agua dulce. Sin embargo, en el
año 2025, la situación será completamente opuesta: a la mitad de
habitantes del planeta le hará falta este líquido lo que
ocasionará graves problemas económicos y sociales.
Africa es el continente que más preocupa a los hidrólogos. Pero
regiones como Oriente Medio y la antigua Persia son zonas
declaradas en alerta roja: sus reservas de agua son mínimas. A
ello se suma el avance incontenible de los desiertos.
En América, el oeste de los Estados Unidos y México son víctimas
de serias dificultades, según el último informe que lo recoge la
revista Fuentes de la Unesco. Las proyecciones de los
especialistas no son halagadoras para los habitantes del planeta.
Dos son las desventajas. Primero, el imparable crecimiento
demográfico, especialmente en los países subdesarrollados, y ,
segundo, el crecimiento económico que significa más consumo
de agua dulce y más contaminación de las fuentes.
Los ejemplos que existen en el mundo son patéticos: más de la
mitad de los ríos y lagos de China, el país que cuenta con mayor
potencial de recursos hídricos en el mundo, están seriamente
contaminados. En 2.400 kilómetros de ellos ha cesado cualquier
tipo de vida y en 50.000 kilómetros de ríos no quedan peces por
los desechos vertidos por fábricas, cultivos tratados con exceso
de productos químicos y los residuos urbanos.
El aumento de la demanda de este bien natural también está
comprobado: entre 1950 y 1990, la extracción de agua fue más
del doble del crecimiento de la población, pasando de 1.360
kilómetros cúbicos a cerca de 3.600 kilómetros cúbicos anuales.
Y se multiplicó por seis desde comienzos de siglo.
Lo contrario sucede con el agua dulce disponible, por habitante,
que pasó de 17 mil metros cúbicos, en 1950, a 7.500, en 1995, y
se estima que disminuirá a 5.100 en los próximos 30 años. La
agricultura consume cinco veces más que a comienzos de siglo.
Pero, ¿cómo explicar la escasez de agua si más de la mitad de la
Tierra está cubierta de este líquido? La respuesta es una: porque
casi toda el agua del planeta es salada. Solo el 2.5 por ciento
es dulce y más de las dos terceras partes de éstas están
acumuladas en los glaciales y en las nieves perpetuas.
Menos del uno por ciento forma la humedad de los suelos y del
aire. Solo el 0.0007 por ciento de la totalidad del agua dulce
está en los ríos, embalses y lagos.
Según un informe de la Unión Europea, la contaminación de las
aguas subterráneas, a causa de los plaguicidas, es preocupante.
El documento establece que dentro de 50 años, alrededor de 60
mil kilómetros cuadrados de la capa freática, la principal fuente
de agua para la humanidad, estarán contaminados.
En el caso del Ecuador, a pesar que existe una buena
disponibilidad del recurso, solo el 55 por ciento (6 millones) de
la población tiene acceso al agua potable. Por ello se requiere
cuidar y administrar las fuentes. De lo contrario, como lo señala
Luis Casarez, consultor de temas hídricos, pueden generarse
problemas que, en muchos casos, serían incontrolables. "Hay
muertos en disputas de aguas". El recurso en el país no tiene
planificación. No existe un plan maestro, la gestión se ha
politizado y no se toman en cuenta aspectos técnicos.
También -dice Casarez- desde el punto de vista ambiental, el
recurso debe ser cuidado de la contaminación y los cambios
climáticos. Por ejemplo, era fácil subir al Guagua Pichincha y
encontrar una fuente; ahora se lo hace más arriba.
Por último, nuestro potencial hidrológico es muy grande. Es
tarea de los municipios y demás organismos seccionales
establecer normas para regular la cantidad de los efluentes y
desechos que se arrojan a los ríos. También se debe aprovechar
la creación del Ministerio de Medio Ambiente para planificar
el recurso.
Enemigo: la contaminación
La contaminación en las cuencas hidrográficas del Ecuador
alcanzó un proceso preocupante desde hace 20 años. La principal
causa es la descarga de los desechos líquidos y sólidos, en ciudades
grandes y pequeñas, que generan las industrias de toda escala.
Como lo señala organización ambientalista Oikos, en su
publicación "Problemas ambientales del Ecuador" las industrias de
textiles, curtiembres y procesamiento de madera producen la
mayor concentración de contaminantes químicos de baja
biodegradabilidad y elevada toxicidad (metales pesados y fenoles).
"La industria de procesamiento y fabricación de alimentos
presenta altos niveles de concentración de contaminantes
industriales con una considerable biodegradabilidad y de baja
toxicidad".
Ejemplos hay muchos a lo largo del país: río Guayas y el Estero
Salado, en Guayaquil; el Machángara, en Quito, Teaone, en
Esmeraldas; Machángara y Tomebamba, en Cuenca. En la
Amazonia: Napo, Aguarico y Cuyabeno, principalmente.
A ellos se suma uso de plaguicidas y fertilizantes, técnicas
inapropiadas de pesca, derrames de petróleo y sus derivados, la
construcción de obras civiles, derrames de aceites y grasas
lubricantes.
La mala calidad de las aguas determina que no sean aptas para el
consumo humano y pone en riesgo la salud ya que estas fuentes
son utilizadas para regar cultivos y sembradíos.
Oikos plantea que el caudal de agua disponible en el país excede
a la demanda de riego y uso humano. Hay zonas que son secas
frente a otras donde hay una disponibilidad notable de agua. La
vertiente del Pacífico tiene menos caudales que la del Amazonas.
En el plano ambiental, la contaminación provoca alteraciones en
el comportamiento de los animales, incluyendo la migración de
especies lo que implica el empobrecimiento de la biodiversidad
y la alteración de la cadena alimenticia, por ejemplo. (FUENTE:
EL COMERCIO)
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