¿Qué mensaje espera darle Guayaquil al país el miércoles 26 de enero?
Que de Guayaquil no se burla, como no debería burlarse del país. Que cuando una comunidad quiere trabajar y progresar debe ser ayudada y no perjudicada por el Gobierno.

Si cabe el término, ¿por qué reducirle a una marcha por los incumplimientos del Gobierno y por la violencia en la ciudad, cuando vivimos un estado de ilegalidad y no decirle no a eso?
No hemos reducido el reclamo a esos puntos. Esos son los puntos que afectan a Guayaquil y, al mismo tiempo, a todo el país. En Guayaquil hay un gran pronunciamiento respecto de la inconstitucionalidad de una serie de acciones que, naciendo de uno u otro poder del Estado, están conformando un totalitarismo y un desprecio por el derecho en el país.
He escuchado a Jaime Nebot hablar como alcalde de Guayaquil, pero no como el líder político que tiene que encauzar a su electorado y al país de que la situación que vivimos no puede seguir...
Lo he hecho en distintos momentos: ha habido un momeno, que sigue vigente, para exigir la reparación del orden constitucional, porque lo que estamos viviendo es un totalitarismo de gravísimas consecuencias, y hay también un momento para el reclamo por la ciudad. De manera que, siendo cosas distintas, ambas merecen atención. Pero si analizamos la situación del Gobierno, vamos a darnos cuenta que todos estos males tienen la misma génesis: Aquí hay un Gobierno que viola la Constitución, que concentra totalitariamente, no por la vía legal o constitucional, las funciones del Estado y, desde el punto de vista moral, desprecia el compromiso, el acuerdo, la firma y perjudica a los ciudadanos, como en materia de seguridad y salud a los guayaquileños.

¿Hay conciencia, en Guayaquil y en el país, de la situación por la que está atravesando el Ecuador en materia constitucional?
Creo que hay conciencia de la violación. Creo que no hay total conciencia de la gravedad de la violación y de las consecuencias que puede traernos en el ejercicio de lo que debería ser una democracia plena; en el ejercicio de nuestra libertad, y es una lástima, porque no son temas que tengan mucho que ver con el convivir diario de las personas. Por eso generan más reacción popular por cosas graves como la falta de seguridad y salud o la burla, pero no hay suficiente reacción por cosas que pueden hacer aún más graves todos los problemas.
Los analistas de masas dicen que nadie sale a las calles por algo que no lo desvela. Y la ruptura de la Constitución, como no se la entiende en la profundidad de las consecuencias, no desvela, como no poder curar a la madre o a un hijo o tenerlos bajo inseguridad; eso sí hace salir a las calles.
Eso es imputable a los líderes políticos, que no se han tomado el tiempo suficiente para explicar a su pueblo la situación que vive el país...
La orientación popular no puede ser responsabilidad exclusiva de los líderes políticos. En lo particular, durante muchos años, he tenido un discurso coherente. Lamentablemente, a veces, la gente no valora las cosas con frialdad y cree que detrás de cada idea hay un interés particular, partidista. Asimismo, no solo algunos políticos sino muchos sectores, entre ellos algunos sectores de la prensa, no le prestan la valoración y atención que estos temas deberían tener frente a otros a los que se les da más importancia.
Demuestra que los partidos le han fallado y la gente ya no les hace caso...
Hay excepciones, pero claro que la falla está también en la clase política. Creo que, sin virar la página, hay que aprovechar la situación para construir una plataforma sólida de presente y de futuro.Veo con preocupación a aquellos que dicen por qué no protestaron antes. Está mal no haber protestado, pero es más malo que por eso ya no haya que protestar ahora. Algún día hay que cambiar de actitud.

¿Cómo mira la actitud de las universidades estatales que antes lideraban la protesta y hoy callan?
No generalizo porque he visto jóvenes protestando de forma valiente, pero es el resultado de dos cosas: algunas de las instituciones hoy afectadas no actuaron como conjunto de respetabilidad que la juventud hubiese querido.

¿A cuáles se refiere?
A muchas instituciones... Y, por otro lado, aún no se valora que un país sin instituciones no puede ser país. No son temas muy populares ni mueven grandes cosas, pero deberían serlo. Las consecuencias de no tener libertad, reglas claras y democracia son tremendas.

¿Estaba en el cáculo suyo, como dirigente político, que el MPD y el socialismo se unieran a corrientes populistas como el PRE, Álvaro Noboa y el Gobierno?
Repito lo que dije hace algunas semanas en HOY: en este país ya solo la cordura sorprende. No quiero generalizar porque en esos partidos hay gente valiosa, pero se llega a conceptos terribles. ¿Quién piensa como norma y no como excepción, frente a una determinada posición, que dice la

Constitución y la ley? Muy poca gente. La mayoría dice: ¿cuántos votos tenemos? Es una cultura de antivalores.
¿Será que el PRE aprendió lo que hacía el PSC: Gobernar sin ser Gobierno?

No, no pienso eso. El PSC no es perfecto, ni muchos menos; creo que se ha satanizado muchísimo con cierta leyenda negra que no la considero justa. Repito: no podemos basar un presente -que no aceptamos en antecedentes-, porque en su momento no se protestó. Signifircaría que jamás se puediera enmendar.

¿Por qué no ampliar la convocación de Guayaquil a protestar no solo por los incumplimientos y la violencia, sino por el estado de injuridicidad que vivimos?
Guayaquil ha protestado por eso y lo seguirá haciendo. Lo que pasa es que la Asamblea de la Ciudad, constituida por organizaciones que van desde lo deportivo hasta la radiodifusión; desde asociaciones de voluntariados a la de párrocos, taxistas, Cámaras de la Producción etc., es ajena a la parte política. Se convocaron por el problema de inseguriad e incumplimiento. No es que no estamos conscientes. Yo en mi intervención, el 14 de enero, traté la gravedad del rompimiento de la Constitución, de los intentos totalitarios y la conculcación de la libertad y se la condenó. Pero ahora no es la matriz de la protesta, pero es propio de los liderazgos ir concientizando a las personas para que le den la importancia que tiene.
Si en 15 días el Gobierno cumple las ofertas y mejora la seguridad los guayaquileños no estarían satisfechos porque la institucionalidad está hecha pedazos...
No, no. Como seres humanos libres no podemos sentirnos felices si la institucionalidad está hecha pedazos.

¿Guayaquil, que tiene antecedentes históricos de liderar estos procesos, podría convertirse en la gran generadora de una conciencia nacional?
Yo he repetiddo en varias ocasiones que si se conculca el derecho de todos y si sigue la injusticia sin la cual no hay libertad, Guayaquil tiene que hacer de sus propios hechos, incluyendo sus desgracias y de sus derechos, un nuevo camino hacia la libertad.



Universitarios de la capital apoyan la "Marcha Blanca"

Los estudiantes están recogiendo firmas de respaldo para enviarlas a Guayaquil

Los estudiantes de las universidades privadas de Quito recolectan firmas para demostrar su apoyo a la "Marcha Blanca" convocada por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, para el 26 de enero.
"Pensamos que es una causa justa, queremos ser solidarios con Guayaquil", explica Cristina Bucheli, estudiante de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), quien afirma que, la próxima semana, enviarán las firmas de apoyo a Nebot.
Arturo Escobar, estudiante de la Universidad Internacional, quien también lidera la "campaña de solidaridad por la seguridad de Guayaquil", indicó que se está analizando la posibilidad de organizar una marcha similar en la capital. Ambos aclaran que no se trata de un acto político. "Lo que estamos haciendo es repudiar la delincuencia. No podemos ser conformistas, porque es algo que nos afecta directamente a todos", dice.
Bucheli y sus compañeros se muestran contrarios a la organización de una contramarcha. "No puedo creer que haya ciudadanos opuestos a sacar adelante una campaña de seguridad", agrega.
Sin embargo, declara que se muestra preocupada por si suceden confrontaciones entre las dos marchas. "No queremos que se convierta en un caos civil. La marcha debe ser blanca", aclara. (LPCH)


Roca analiza el cierre de las vías de acceso a la ciudad

Once buses llegarán a Guayaquil, desde Paján y Esmeraldas, con militantes del PRE

“No vamos a permitir que cuatro irresponsables y dos partidos políticos pongan en riesgo a los habitantes de Guayaquil”, advirtió ayer el gobernador del Guayas, Efrén Roca. Anunció que, si es preciso, cerrará las vías de ingreso a la ciudad y sitiará los puntos de partida de las marchas del PRE y del Municipio.
El funcionario dijo que no es justo que los partidos políticos se tomen el nombre de la ciudad para medir fuerzas.
Roca envió, el pasado viernes, una comunicación a Nebot donde señala que entre las 44 atribuciones que la Ley de Régimen Municipal le da al alcalde, no está la de conceder permisos para desfiles que se realicen en el cantón por cualquier motivo. Pero, a pesar de las críticas, continúan los preparativos para las movilizaciones, que, a decir de sus organizadores, serán gigantescas.
Renato Carló, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria, informó que tal vez no se realice una caminata debido a que se espera la asistencia de más de 150 mil personas, con lo cual, se coparían las 10 cuadras que comprende la avenida Nueve de Octubre.
Eduardo Maruri, presidente de la Cámara de Comercio, señaló que no se realizará nada alusivo contra el régimen sino contra la delincuencia.
Mientras tanto, el PRE coordinaba ayer la llegada de las delegaciones de otras provincias. (MAP)


LA CIUDADANíA RECLAMA

"Ya no se puede salir a la calle"

Cada manaña, antes de salir de su domicilio, ubicado en la ciudadela Urdesa, José María Guerrero reza para no ser víctima de la delincuencia. Confiesa que siempre lleva en su auto un bate para defenderse.
"En varias oportunidades, yo me he enfrentado con los "dueños de lo ajeno". Se que expongo mi vida, pero hay que defenderse", expresa.
Guerrero lamenta el incremento de la delincuencia, a tal punto que los ladrones desvalijan departamentos a plena luz del día. Lo peor, dice, es que al denunciar a la Policía, la primera recomendación que hacen es visitar el sector de la Pedro Pablo Gómez, donde se comercializan objetos robados desde la década de los setenta.
"Ya no se puede salir a la calle. Es mejor quedarse en casa". (CHM)

Azuay también vive en la inseguridad

La seguridad inquieta a las autoridades azuayas. Cuatro asesinatos ocurridos en los dos últimos meses y la serie de asaltos, pusieron nuevamente en alerta a los organismos de socorro, mientras el Consejo de Seguridad está en acefalía después de los cambios en la Municipalidad.
El gobernador de la provincia, Fernando Aguirre, representantes de los sectores productivos, la Policía y el Ejército se han reunido en tres ocasiones para buscar los mecanismos que permitan afrontar el problema.
Hace casi un año, el Gobierno ofreció entregar a Cuenca el 75% del costo de un helicóptero, cuyo valor era de $2 millones y dar el equipamiento para un nuevo cuartel de la Policía, "eso no se ha cumplido, pese a que existe un documento firmado", dijo el ex director del Consejo de Seguridad Fernando Figueroa. (RMT)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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