El presidente Uribe justifica las acciones del Estado
BOGOTÁ.- El movimiento de resistencia de los
indígenas de
Colombia, que se inició hace casi un mes y prosigue hoy con una marcha hacia la capital, hunde sus raíces en heridas antiguas de esta comunidad, víctima, según sus representantes, de masacres y falta de acceso a tierras cultivables.
Miles de aborígenes marcharán para exigir al Gobierno la entrega de unas tierras que les prometió el Estado tras haber admitido su responsabilidad en la matanza de 20 de ellos en 1991.
Mientras, el presidente
Álvaro Uribe sostiene que ya se entregaron 11 400 h por compensación y que las restantes 4 263 serán adquiridas de aquí a 2010. (AFP)