Guayaquil. 30 nov 99. Muchos compradores de marcas
estadounidenses cambiaron de preferencias. El aumento constante
de la divisa modificó el mercado de juguetes, autos y ropa.

El paulatino aumento del precio del dólar en los últimos 3 años,
cambió el hábito de importación de Ecuador. Las evidencias son
la compra de juguetes, ropas y hasta vehículos.

Las perchas de los almacenes lucen abarrotadas de juguetes con
grafías orientales, a las puertas de Navidad. Los artículos son
los mismos de marcas estadounidenses con una diferencia: las
etiquetas no están en inglés y los precios son menores. La razón
está en los costos. La mano de obra barata en los países
asiáticos llevó a las fábricas estadounidenses a instalar
maquilas o sucursales. Y eso se refleja en el mercado nacional.

Entre 1997 y 1999 las importaciones de juguetes desde China
aumentaron, respecto al total de las compras, de 4,85 por ciento
a 12,65; de 43 a 47 por ciento desde Hong Kong y de 1,35 a 4,08,
desde Corea.

Entre los cinco países con mayor porción de ventas de juguetes
a Ecuador, cuatro son asiáticos (el 64 por ciento de compras)
mientras que EE.UU. ahora solo tiene un 16,73 por ciento. Entre
las firmas estadounidenses instaladas en China están Mattel que
fabrica la muñeca Barbie, Tyco Preescolar y la colección de
Disney; y, Hasbro que produce la línea de Star Wars, muñecos de
superhéroes y Playschool para bebés.

En los almacenes Juguetón, las mayores compras vienen de China
y en menor cantidad de EE.UU. y Europa, a decir de Elena Bueno,
gerente de compras de esa cadena.

La constante devaluación del sucre que este año rebajó las
importaciones de juguetes en 51,2 por ciento respecto 1998, hizo
voltear a los empresarios ecuatorianos hacia productos más
populares. En los almacenes La Raspa, por ejemplo, no se importa
ni un solo juguete de EE.UU. Los muñecos vienen de Taiwan, Hong
Kong y China, según el gerente de la empresa, Wilfrido Terán.
"Los de Estados Unidos son muy caros. Nuestro mercado está
focalizado al sector popular y no competimos con los almacenes
que captan clientes con mayor poder económico".

Mi Juguetería también aprovecha al cliente de pocos recursos:
importa la mitad de su mercadería de China. El resto es de EE.UU.
"De ambos orígenes viene lo mismo con calidad diferente. Los
estadounidenses son mejores, los de China se compensan por el
costo", dice Helen Cadena, gerente de compras.

No solo la tendencia de compra de juguetes se modificó. La
importación de ropa demuestra un aumento en la preferencia por
la oferta asiática aunque EE.UU. lleva aún la delantera. Hasta
1997 se importaba 63,91 por ciento del total de este país. Dos
años después, la porción bajó en 20 puntos ubicándola en un 43,86
por ciento.

China y Corea han crecido de 1,44 y 4,68 por ciento a 5,33 y
10,71 por ciento. La ropa panameña también tiene alta demanda
local y mantiene, en promedio, los mismos niveles en los últimos
tres años. En 1997 se importó el 12,14 por ciento del total; el
98 el 11,43 por ciento y este año 13,67 por ciento.

Para bajar el impacto de la devaluación, los empresarios de esta
rama intentan mantener las reservas de ropa importada el año
pasado y aumentar la compra de textiles nacionales. En Casa Tosi,
solo el 20 por ciento de la mercadería viene de EE.UU., Panamá
y Colombia, cuando hasta hace dos años el 60 por ciento era de
origen extranjero.

"La desventaja de la ropa nacional es la falta de variedad. Sin
embargo tiene un punto a su favor: precios muy accesibles que nos
permiten mantener los mismos márgenes de utilidad", dice Jean
Franco Zunino, gerente.

De Prati, otra tradicional cadena ecuatoriana, también ha
apostado a lo nacional. Bajó en un 70 por ciento el nivel de
importaciones de confecciones, de las cuales son estadounidenses
un 60 por ciento y el 40 por ciento proviene de Colombia.

Este comportamiento es distinto al de los años anteriores cuando
se abastecía, básicamente, de marcas colombianas.

"Durante algunos meses no habíamos importado desde Colombia y
cuando quisimos reactivar las compras no pudimos hacerlo porque
ellos trabajan bajo pedido, pues son artesanos. En cambio en
Estados Unidos se negocia al instante", en opinión de Lucía
Muñoz, responsable de importaciones.

El caso de los vehículos revela una paradoja. Aunque la
importación de los autos coreanos iba en alza hasta 1998, en 1999
se frenó y las marcas alemanas, japonesas y estadounidenses
ganaron terreno, al menos en la participación porcentual. El caso
es que todo el sector tuvo este año una caída de 86,53 por ciento
(de unas 29 mil a 4 005 unidades). Las marcas coreanas tuvieron
este año una participación de las importaciones totales del 8 por
ciento, frente a cerca del 14 por ciento del año pasado. Mientras
que las de EE.UU. subieron del 7 al 14 por ciento y las alemanas
del 5 al 8 por ciento.

La explicación de este fenómeno es que con la devaluación, se
afectó la capacidad de compra de la clase media a la que están
dirigidos los vehículos coreanos.

China tiene más interés

La Cámara Ecuatoriano-China quiere aprovechar la coyuntura.
Proyecta duplicar la balanza comercial de ambos países de 150 a
300 millones de dólares para el 2000. La idea es sumar mercados
diferentes a los tradicionales de banano y camarón con mango,
enlatados de atún, flores y tagua. Ya se logró introducir madera,
jenjibre y café sin descafeinar. China quiere vender artículos
de alta tecnología para construcción, electricidad y en petróleo.
La fórmula podría ser el trueque. Por ejemplo se ha planteado una
oferta para la renovación de las viejas flotas pesqueras a cambio
de productos marinos. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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