Quito (Ecuador). 02 oct 95. Resulta extraño que una ciudad
donde se dice que existen instituciones guayaquileñisimas, o
guayaquileños madera de guerreros, un hombre como Hugo Delgado
Cepeda no haya podido encontrar un editor que pueda publicar
sus estudios sobre diversos aspectos culturales, de su ciudad.

O será que como Delgado Cepeda se preocupó de estudiar la
"otra historia" de su ciudad, aquella que precisamente linda
con lo popular, cayó en desgracia con el sector oficialista de
la cultura. Porque no se explica que un hombre que ha dedicado
cuarenta y tantos años de su vida a escribir sobre el
folklore, la música nacional, orígenes del cine en Guayaquil,
sobre determinadas instituciones educativas, como el colegio
Vicente Rocafuerte, la Universidad, o sobre tantos ilustres
mandatarios como el mismo Vicente Rocafuerte, sus escritos
solo hayan sido recogidos en modestas tiradas de folletos que
no pasan de 500 o mil ejemplares. La respuesta que él da no
deja de pecar de "ingenua". "No dispongo de dinero para
pagarme edición de mis libros". Cuando lo lógico, lo normal
sería que una institución o una de las tantas fundaciones que
hoy pululan, puede costearle una edición de sus estudios, que
nos ayudaría a conocer mejor el "rostro de la patria".

Cansado de tantas incomprensiones, con varias enfermedades a
cuestas, este cronista de la ciudad, este hombre cercano a
"rostros antiguos y papeles viejos", nos cuenta su historia,
en medio de papeles, libros, rarezas bibliográficas, mapas,
moneda, y cuantos objetos que delatan que un sabio vive aquí,
entre de tanto dolor y tanto desconsuelo.

Entrevista

- Usted es como una memoria de la ciudad, lo conoce casi todo.
Ha escrito mucho sobre Guayaquil. A sus 74 años ¿que le ha
dejado el periodismo histórico, la crónica?

El saber que lo que he podido escribir le ha servido a los
jóvenes. Que han podido conocer algunos aspectos de nuestro
pasado. En cuanto al periodismo histórico, o a la crónica,
esta es un medio para comunicarse con numerosas personas. Eso
me permite investigar, publicar en la prensa y transmitir mis
conocimientos, si es que los tengo, a jóvenes, universitarios,
profesores, etc.

- Su actividad incesante me recuerda el título de un libro de
crónicas históricas de Pino de Ycaza: "Rostros antiguos y
papeles viejos".

Me identifico con ese libro que usted menciona. Y eso es lo
que he hecho a lo largo de cuarenta años: identificarme con el
título de ese hermoso libro de "Piluco" Pino. He consumido mi
vida entre papeles viejos.

- Su atracción por Vicente Rocafuerte se plasma en un
opúsculo: "Vicente Rocafuerte: precursor olvidado del
periodismo", desgraciadamente de limitada circulación.

Así han circulado mis estudios, en ediciones limitadas. Sobre
este ilustre guayaquileño, siempre me llamó la atención de que
los historiadores, hacían hincapié en casi todas sus facetas,
menos en una, la de periodista. Entonces hurgué en ella.
Descubrí cosas interesantes, inéditas, de cuyos resultados
salió ese folleto. Creo que merece una reedición. Y algo más:
su labor de periodista es ejemplar, colaboró en importantes
medios de comunicación de su época: polemizó sobre temas
trascendentes. Libertad, democracia, igualdad, fueron los
temas que más abordó.

- Entre sus obseciones esta el origen de la radio, del
periodismo Guayaquileño, del origen de la escuela de
comunicación...

Cómo no pueden estar entre mis obseciones si he pasado mi vida
en el periodismo radial, escrito y fui profesor fundador de la
Escuela de Periodismo. Escribí un folleto sobre esta última
institución (1972), como un homenaje a ella. Igual cosa hice
con los orígenes de la radio difusión guayaquileña, de sus
tiempos heróicos, allá por los años 30 de su desarrollo hasta
llegar a ser una radio moderna, compleja, tecnificada, etc. En
cuanto a los orígenes del periodismo de nuestra ciudad
simplemente he querido seguir los pasos de esos eruditos que
fueron Camilo Destruge, Carlos A. Rolando.

- Pero usted vertió todo ese conocimiento en un "Glosario de
términos de radio y televisión"...

Había que darle una información sistematizada a los
estudiantes de periodismo, a los profesionales y a todos
aquellos que se interesaban en esta actividad. Bueno, no
olvide que llevaba cuarenta años de estar vinculado a todas
estas actividades.

- ¿Y esa biografía del autor de la música de nuestro Himno
Nacional?

Me recuerda datos que casi estaba olvidando. Me molestaba que
éste tuviese la nombradía que merece tener. Y quise rendirle
mi homenaje. Me halaga que ese pequeño folleto haya servido en
las escuelas y colegios. Antonio Neumane, es tan importante
como cualquier personaje de nuestra cultura. Esa especie de
"biografía olvidada", era una emulación de las biografías
olvidadas que en su momento escribiera Modesto Chávez Franco,
el olvidado Federico Trabucco.

- ¿Cuando un libro que recoja sus estudios históricos?

Hugo Delgado medita largamente en lo que va ha decir. Se
acomoda sus lentes se mueve nerviosamente. Tarda la respuesta
como si quisiera absolver a instituciones y personas. Entonces
contesta: "creo que es tiempo de que alguien me publique mis
trabajos. Pero si esto no ha ocurrido es porque no he tenido
dinero para pagarme una edición".

- A veces existe un falso e hipócrita Guayaquileñismo de
relumbron. Usted no tiene que pagarse ninguna edición, existe
la obligación moral de que la Casa de la Cultura. La
Universidad, El Banco Central, las fundaciones acojan sus
estudios y los publique.

Ojalá lo escuchen amigo, ojalá lo escuchen. Pero no están en
la obligación de hacerlo. Publicar, ahora, cuesta una fortuna.

- No absuelva a nadie.. por que estén justos homenajes. Vea la
hermosa y justa edición que el Banco de Progreso acaba de
dedicar a Don Julio Estrada Ycaza, el Instituto Historia
Marítima, del que creo Ud. forma parte le ha publicado casi
buena parte de la obra de Jorge Pérez Concha, y con justa
razón. Haciendo grandes sacrificios económicos, Rodolfo Pérez
Pimentel viene publicando conjuntamente con la Universidad de
Guayaquil sus "Diccionario Biográfico del Ecuador". ¿Entonces
que pasa con Ud? creemos que la Municipalidad de Guayaquil
debe hacerse cargo de la edición de sus libros. Guayaquil no
solo es calles y avenidas, parterres, también lo son
determinados libros...

Ud. me abruma con esos ejemplos. Mientras alguien quiera hacer
algo por mis estudios, yo seguiré escribiendo. investigando,
viviendo.

Entonces, dejemos de lamentarnos y sigamos con sus estudios.
Ud. ha demostrado ser un conocedor de bailes y ritmos
tradicionales, principalmente de la costa.

Así es. Y eso me llevó a publicar un extenso estudio titulado
DANZAS TRADICIONALES DE LA COSTA ECUATORIANA, que lo publiqué
en 1981. Con datos históricos pude comprobar como determinadas
expresiones musicales se aclimataron en nuestro país con la
llegada de los españoles, pero aquí sufrieron modificaciones.
Incluso, cuando ciertos bailes fueron adoptados, aquí se les
puso un vestuario acorde con el ritmo. Igualmente ocurrió con
los bailes nuestros, que sufrieron modificaciones al contacto
de la cultura hispánica. Ese rico intercambio cultural, yo lo
analizo, con una variedad de ejemplos, en ese estudio.

Tal vez eso lo llevo a estudiar los orígenes del pasillo
ecuatoriano?

Siempre tuve interés por eso temas...

Lo interrumpo Don Hugo, es el pasillo una canción del
desarraigo...?

No estoy de acuerdo con lo que señala el historiador Jorge
Núñez. Creo que el pasillo ecuatoriano, tiene sus propias
especificidades, su propio ritmo, su entonación. En verdad,
que expresa determinadas psicologías, y no es lo mismo el
pasillo serrano que el costeño. En todo caso, el encuentro
sobre el pasillo llevado a cabo en Quito, dará muchas luces
sobre este tema controversial. Sobre el tema me encuentro
realizando unos estudios que espero publicar pronto

Hugo. Ud. ha desentrañado los orígenes del cine en Guayaquil,
sus crónicas son numerosas. Igual cosa ha hecho Jorge
Villacres Moscoso. Vilma Granda acaba de darnos un libro
valioso al respecto: "Cine silento en Ecuador". ¿Estuvimos
alguna vez al margen del desarrollo mundial del cine?

Pregunta compleja la suya. Si bien es cierto que aquí no se
dieron grandes expresiones del cine, eso no quita que en
nuestro medio tanto en el cine silento como el sonoro, no
hayan podido tener un interesante desarrollo. Películas de
todo tipo se dieron en las primeras décadas de este siglo.
Tanto en Quito, como en Guayaquil, las creaciones de sala de
cine, fueron un acicate para que le cine tuviese su despegue.
Creo que Vilma Granda ha hecho un gran aporte con sus
estudios. Los temas surgen a raudales, Hugo Delgado no quiere
tocar algunos de ellos, dice que no quiere polemizar y que yo
quiero llevarlo a ese plano. Se niega a entablar un ping-pong
vivencial. Entonces le recuerdo que fue un becario en Estados
Unidos para perfeccionarse en Inglés.

"Si, fui uno de los primeros becarios, nos dice, cerca de
cuarenta años lo he practicado. Creo que ahora no se lo enseña
correctamente, de allí que piense que el estudio de esta
materia debe ser opcional. A nadie puede obligársele el
estudio de nada".

Decido entonces no continuar este diálogo, el profesor ya no
quiere hablar. Su justificación es contundente: "Debo ponerme
un suero en este momento, y Ud. me ha hecho hablar mucho". No
sé si darle la razón. Pero lo único cierto en él, es su
humildad, su sabiduría. Por eso insisto que no publicarle sus
libros, es un acto de ofensa a la ciudad de Guayaquil a la que
él quiere entrañablemente. (Cultura) (Diario HOY) (5B)
EXPLORED
en Ciudad Quito (Ecuador)

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