Quito (Ecuador). 13 abr 96. En Cayambe, el ambiente electoral
no ha roto la rutina. Con excepción de los postes pintados de
amarillo -y matizados de verde- los letreros de "Reelección
2000" (la propaganda del actual alcalde que quiere quedarse en
el cargo) ubicados en lugares estratégicos, la foto de Freddy
Elhers y la promesa anaranjada reluciendo en algunas esquinas,
este cantón de 80 mil habitantes no vive con euforia las
vísperas electorales.

La gente habla poco de las opciones y, en algunos casos, ni
siquiera las conoce. Las nombres de los dos candidatos más
opcionados a la presidencia del Municipio (Fausto Jarrín
independiente y actual presidente y Diego Bonifaz, ex
presidente) se leen en algunos lugares. El del general Fausto
Tamayo (del PSC) suena en la sede del partido, ubicada junto
al Municipio y el de Fabián Proaño (PRE) casi no se escucha.

En esta pequeña ciudad, es fácil localizar a los candidatos
pues sus oficinas o sedes de campaña casi se tocan, de modo
que los simpatizantes de uno y de otro están siempre codo a
codo.

Lo que no es tan fácil es lograr que la gente hable de ellos,
pues allí todos se conocen, las opiniones se riegan rápido y
porque muchos -cada vez más- de los residentes de Cayambe son
migrantes de otros lugares que trabajan en las floricultoras y
no votan en el cantón.

Sin embargo, la mayoría de personas consultadas por HOY
expresaron su respaldo al candidato presidencial del
movimiento Nuevo País, aunque no a sus compañeros que aspiran
a dignidades seccionales.

Los nombres de Jaime Nebot y de Rodrigo Paz -aunque en menor
grado- también tienen aceptación.

"A mi me gusta ese candidato porque saluda con todos y no le
importa si uno es blanco, negro o indio, ni si está limpio o
sucio, él nos da la mano".

Con ese razonamiento, expresado por un transeúnte, la gente en
Cayambe define sus preferencias. Sin embargo, no es en la
ciudad en donde está el fuerte del electorado y los candidatos
lo saben. Por eso, presidenciables y candidatos seccionales
recorren a pie o en poderosos jeeps las comunidades rurales
que en Cayambe alcanzan casi 200 y constituyen el 70% de la
población. Allí la campaña es más intensa y las ofertas de
todos los colores ganan adeptos. Los pobladores en esta zona,
han dividido sus preferencias, pero, una vez más, la tendencia
es a apoyar a Freddy Elhers y al actual presidente municipal.

A pie y de puerta en puerta

A pie, y de puerta en puerta realiza Diego Bonifaz (ID) su
campaña electoral en Cayambe. Tarde a tarde, la gente ve al ex
presidente del Municipio y ex subsecretario de Desarrollo
Rural recorrer las calles de la ciudad y pedir -entre receloso
y entusiasta- permiso para que sus seguidores peguen
calcomanías en puertas y ventanas.

La mayoría acepta el pedido de Bonifaz, aunque eso -según
reconoce- no es ninguna garantía de que todos vayan a votar
por él. Sin embargo, Bonifaz es optimista y se ha planteado un
complejo plan de trabajo, cuyos objetivos principales son
actuar en salud, dotación de agua potable, vialidad,
electrificación, infraestructura sanitaria, manejo de desechos
y alcantarillado. Para cada área tiene proyectos específicos.

Sumados todo ellos, tendrían un costo de aproximadamente 15
mil millones de sucres que, según Bonifaz, podrían financiarse
con ingresos del Municipio (el ingreso anual de la institución
es de 4 mil millones).

Su plan lo elaboró -asegura- tras realizar más de 80 visitas a
barrios y comunidades del cantón.

A Bonifaz lo respalda su trabajo en el Municipio -aunque
algunos lo acusan de haber realizado una administración algo
autoritaria- y el haber encabezado el trabajo de
reconstrucción de viviendas en el sector rural, destruido tras
el sismo de marzo de 1987. Por eso, su nombre suena
fuertemente en algunas comunidades.

Indios siguen a CONAIE

El panorama electoral en las aproximadamente 200 comunidades
rurales del cantón Cayambe (que representan casi el 70% de la
población) es complejo. Allí, las preferencias se dividen en
función de la atención, traducida en obras, que cada uno de
los candidatos -especialmente a autoridades seccionales- ha
prestado al sector.

La fuerte presencia de la candidatura presidencial de Freddy
Elhers en la mayoría de comunidades indígenas (que representan
el 65 por ciento) es interpretada por Pablo Endara,
coordinador de la Federación de Organizaciones Populares de
Ayora (UNOPAC) como un apego a la decisión de la CONAIE de
apoyar a ese candidato. Según Endara, las comunidades
tradicionalmente han estado ligadas a partidos de izquierda,
como el socialista y el FADI, pero ahora apoyan a Ehlers "por
la alianza con la CONAIE".

A pesar de eso, la intención de voto de Ehlers no se endosa a
favor de los candidatos seccionales de "Nuevo País".

El apoyo a los candidatos a la presidencia del Municipio de
Cayambe, por ejemplo, está dividido en el sector rural. En
Cangahua, por ejemplo, la presencia de Diego Bonifaz es
fuerte, pues la gente lo recuerda por su trabajo encabezando
la reconstrucción, tras el sismo del 87 y su labor como
Subsecretario de Desarrollo Rural. Pero en Ayora, otra de las
comunidades representativas del cantón, el respaldo parece
inclinarse a favor de Fausto Jarrín. ¿La razón? "El ha
democratizado el Municipio", dice el dirigente comunitario.

Finalmente, según Endara, la confusión entre la mayoría de
electores indígenas (70% de ellos analfabeto) es notable.
"Sobre todo entre las listas 12 y 18", dice el coordinador de
la UNOPAC. La entidad trabaja actualmente organizando foros y
encuentros con los candidatos para orientar a la población.

Un "camisetazo" que dio muy buenos resultados

A Fausto Jarrín, actual presidente del Municipio de Cayambe y
candidato a la reelección, le ha servido mucho la palabra
"compañero".

Gracias a ella, la gente le reconoce el haber "democratizado"
el Municipio, convirtiéndolo en una institución cercana al
pueblo.

Jarrín llegó al cargo rompiendo la hegemonía de la Izquierda
Democrática en el Municipio y "encaramado" -como él mismo
reconoce- en el desaparecido Partido Unidad Republicana (PUR)
que llevó al gobierno al conservador Sixto Durán Ballén. Este
"cambio de camiseta" -según el funcionario- fue la única
forma de llegar al Municipio.

Actualmente, se declara independiente, aunque reconoce su
simpatía personal por Rodrigo Paz.

Jarrín, cuyos planteamientos de campaña se enfocan básicamente
a dotar de electricidad a las comunidades rurales del cantón,
"para que pueda llegar la TV" y a impulsar un proyecto de agua
potable para la ciudad, no tiene empacho en reconocer que
separar al alcalde del candidato es difícil a la hora de la
campaña."Si uno va a inaugurar un estadio como alcalde, sabe
que eso le puede dar votos", asegura.

Su labor, calificada por algunos de "obra de relumbrón" es
reconocida en el cantón. La realización de obras como parques
o estadios, en lugar de servicios básicos es, según él, algo
en lo que tiene que pensar cualquier persona que quiera "vivir
de la política". Sin duda, Jarrín es uno de los candidatos
más fuertes a la Presidencia del Municipio.

El PRE apuesta a los inmigrantes

Su fuerte -dice- son los miles de inmigrantes que han llegado
al cantón para trabajar en las plantaciones de flores. "Ellos
me darán el triunfo", asegura Fabián Proaño, candidato a la
presidencia del Municipio de Cayambe por el Partido Roldosista
Ecuatoriano (PRE).

No le preocupa que los inmigrantes no decidan el resultado.
"Votarán en bloque y nos harán ganar", asegura.

En su oficina de abogado, ubicada en una céntrica calle de
Cayambe, un solitario Proaño habla poco de sus planes
-"atender las necesidades básicas del sector urbano y rural,
crear escuelas, atender a los niños, mejorar la salud"- y
mucho de los otros candidatos. Al actual alcalde, por ejemplo,
lo acusa de todo: "ha violado constantemente la Ley de
Administración Municipal, tiene una cuenta privada con fondos
del Municipio, ha concedido 148 millones de sucres en
préstamos a sus amigos", dice.

Se opone al continuismo. Se queja, además, de no tener fondos
para realizar campañas caras como sus contendores. "Ellos se
venden como productos" -asegura- "a mí me conocen por mi
trayectoria".

Su nombre, sin embargo, no ha llegado a demasiados votantes.
La gente se extraña al ser consultada acerca de él. "Todo eso
es relativo", dice Proaño. "Yo voy a llegar a la alcaldía".

"Los jóvenes ya estamos hartos"

Los jóvenes de Cayambe se cansaron de lo mismo. "Estamos
hartos de los políticos que roban, insultan y pierden el
tiempo acabándose unos a otros", dicen. Por eso, se han puesto
las pilas y han formado su propio grupo que, aunque -como tal-
no tiene candidatos a ninguna dignidad, se ha planteado todo
un plan de trabajo y servicio a la comunidad desde su propio
espacio.

Se trata del "Frente Juvenil Independiente", creado hace
aproximadamente dos meses y conformado actualmente por 30
jóvenes entusiastas y soñadores. Las edades fluctúan entre los
16 y los 30 años. Las preferencias electorales no tienen
importancia, aunque como grupo expresan su apoyo al candidato
Fausto Jarrín. Sus objetivos son claros: quieren aportar para
que la juventud del cantón conozca a quienes pretenden
gobernarla (están organizando una serie de encuentros con los
candidatos a las diversas dignidades) y quieren trabajar en
áreas conflictivas de la juventud: problemas de violencia,
drogadicción, alcoholismo. Trabajarán también en programas de
desarrollo cultural, social, deportivo, etc.

El grupo practica su propia democracia interna: eligen a sus
autoridades por votación y los jóvenes han formado comisiones
para los trabajos en todas las áreas. Actualmente cuentan solo
con un pequeño local en una cooperativa de camionetas y unos
pocos banderines de difusión. Pero eso no los amedrenta. "Aquí
lo único que se necesita es ganas de trabajar", asegura Henry
Tinoco, coordinador del grupo. (Diario HOY) (7A)
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