Quito. 29.07.95. Bajo el vertical sol de Quito, se armó una
tremenda fila de vehículos alrededor de la Jefatura de
Tránsito, ubicada en el sector de La Florida, debido a que,
como siempre, los quiteños dejaron para el último el trámite
de matricular sus autos.

La cola fue extraordinariamente larga, y ocupó varias calles
del sector, lo que ocasionó problemas en el tráfico por las
diferentes vías, incluida la Occidental. La cantidad de carros
fue tal que, inclusive, se subieron a los parterres y se
registraron peleas entre los desesperados conductores
enfilados que querían pasar al primer puesto como sea.

HOY dialogó con varios conductores que expresaron su ira y
acusaron a la Policía de ineficiente debido al caos y a la
lentitud del trámite de la matrícula.

Según Jaime González, dueño de una Luv, fue inadmisible una
demora de cuatro horas -él estuvo en la cola desde las nueve
de la mañana- para solamente revisar las luces y el número del
motor.

Además, sostuvo Rommel Calisto, dueño de un Fiat Spazzio, el
horario de atención fue poco práctico, pues al mediodía ya no
había nadie porque todos los empleados y oficiales se fueron a
almorzar. A las tres se reinició la atención y culminó a las
cinco. "Parece oficina del Estado" dijo el enfadado conductor.

Milton Cevallos Reina, dueño de un Montero, señaló a HOY que
solamente un oficial de la Policía estaba atendiendo a todos
los vehículos de la cola, lo que explicaría el desmedido
desbarajuste vehicular que se registró ayer.

Un propietario de un San Remo, que además tiene un taxi y que
pidió no ser identificado, dijo que la Policía, cuando se
matricularon los vehículos de las cooperativas de taxi, exigió
15 mil sucres a cada conductor. Ayer, según el taxista,
algunos vehículos violentaron la cola con coimas.

Hay que ponerse los cinturones Juan Carlos Gómez, propietario
de un Mini Austin, se llevó la sorpresa de su vida cuando le
revisaron su auto y le dijeron que no se podía matricular
porque no tenía cinturones de seguridad.

"Yo había oído que sin el cinturón no se podía matricular
nadie, pero no caí en cuente de lo serio del asunto hasta que
me negaron la matrícula".

Según los oficiales, se negó la matrícula al 15% de los
vehículos por causa del cinturón de seguridad.

Otros conductores declararon a HOY que, ya que se revisaban
esos detalles y se demoraban tanto tiempo, de una vez que
realicen el control de la contaminación, y así ahorra
esfuerzos y tiempo.

Es que para Jéniffer Cordero, conductora de un Ford Corolla,
el sistema de matrículas es demasiado engorroso, poco práctico
y enfocado únicamente a obtener recursos económicos (la
Policía depende en gran medida de los ingresos del tránsito)
en lugar de planificar técnicamente los controles.

Mientras el sol descendía, los conductores se fueron retirando
uno a uno para volver a hacer la cola el domingo en la noche y
esperar hasta el lunes 31 el último día de plazo para
matricular sin recargo los automóviles.

¿Qué paso con los controles anti contaminación?

Parecía que los controles que el Municipio ejercía con los
anillos de Ringelmann y los opacímetros y todo eso habían
desaparecido. O, al menos, no eran muy notorios.

Pero para Jorge Jurado, director de la Dirección de Medio
Ambiente del Municipio, los controles han sido constantes
desde enero de 1995. "No hemos dejado de controlar, pese a los
grandes problemas que afrontamos".

¿Problemas? Pese a que la administración del Municipio se
mandó una tremenda campaña para que la gente arregle los
escapes de su autos so pena de sancionar a los "ruditos", la
Dirección de Medio Ambiente no ha tenido toda la colaboración
del caso para realizar una labor más eficiente.

Primero, porque la Policía no colabora. Ellos tienen la
obligación firmada de acompañar con 20 efectivos y dos
oficiales con patrullas los operativos. En la práctica sola
van cinco policías, y solo un rato, pese a que la Policía
recibe el 30% de las multas producto de este operativo. ¡Qué
tal!

Las cooperativas de buses tampoco colaboran mucho: ya van tres
plantones que la Dirección de Medio Ambiente soporta debido a
que los dirigentes, luego de acordar un fecha para revisarles
a todos los buses y evitar su sanción, decidieron no ir.

Luego, el patio al que se conducen los autos detenidos no
tiene la suficiente capacidad para alojar a tanto infractor,
por lo que los operativos de control, pese a que son diarios,
apenas cubren veinte autos. La gente dice que es muy poco.

Jurado contesta que es una cifra buena, ya que la ordenanza
obliga a que se controlen solamente los autos a diesel, que
son el 7% del parque automor nacional. Guerra al diesel

¿A diesel? Lo gracioso del asunto está en que un 100% de
encuestados dijeron que jamás supieron que el control por
opacímetros era solamente a los autos a diesel: busetas,
camiones y vehículos pesados.

Con todo, Jurado explica que ya se han sancionado a 1529
vehículos de cooperativas, 526 particulares, 99
interprovinciales y 269 pertenecientes a empresa y sectores
del Estado (en total 2423 autos).

Los controles van a seguir, afirma Jurado, hasta cubrir la
totalidad del parque automotor a diesel.

Y se, ya lo sabe, si su camión o bus expide ese humo negro,
no se sorprenda si cualquier rato se lo llevan detenido a
pagar una multa de medio millón de sucres.

Adiós al plomo de nuestras venas

A partir de enero de 1996 se prohibirá en Quito la circulación
de vehículos que utilicen gasolina con plomo. Para el efecto
el Concejo de Quito ya aprobó una ordenanza que establece
severas sanciones a los infractores.

Asimismo, el Municipio obligará a las gasolineras a filtrar el
diesel, si no quieren pagar una multa de cuatro millones de
sucres, mientras que todos los autos -a diesel y a eco-
deberán instalar un convertidor catalítico en un año.

El Municipio de Quito justifica su decisión en los estudios
que han efectuado diversas instituciones como Fundación
Natura, que afirma que el 85% de la contaminación del aire es
producto de los gases que expiden los vehículos. Esto se debe
a que el parque automotor ha crecido en forma acelerada en los
últimos diez años.

Además, todos los autos que circulan en Quito son de
tecnología importada y funcionan con gasolina de un octanaje
superior al que producen las refinerías del país.

Esta es una de las razones por las que durante mucho tiempo se
ha utilizado el tetraetilo de plomo (un aditivo para aumentar
el octanaje de la gasolina).

Lo malo es que el plomo es fácilmente asimilable por el
organismo y ocasiona efectos negativos en la salud. Según
Natura,la situación en Quito es extremadamente peligrosa: el
los túneles por los que circulan miles de autos -y uno que
otro imprudente peatón- la concentración media de plomo supera
tres veces a la permitida en Estados Unidos, y treinta a la
usual en Europa.

La investigación revela además que los habitantes del Centro
Histórico, incluidos los que trabajan ahí, presentan altos
contenidos de sangre, que podría ocasionar graves efectos al
sistema neurológico, inteligencia, en la visión, y en la
digestión.

Por eso Natura recomendó que se "recurra a cualquier método"
para frenar la contaminación por plomo, por lo que el
Municipio se animó a expedir la amenazante ordenanza.

El que use, en enero de 1996, gasolina con plomo, deberá
cancelar una multa de diez salarios mínimos (850 mil sucres de
ahora), mientras que las gasolineras serían sancionadas con 75
salarios (seis millones) si la venden.

¿Una jugada privatizadora?

Pero los trabajadores de Petroecuador no se mostraron muy
contentos con las posturas ecológicas del Municipio, al que
acusaron de "darle una mano" a las iniciativas privatizadoras
del actual Gobierno.

Como se sabe, Petroecuador no produce gasolina en los niveles
que la demanda exigiría si se obliga a todo el mundo a usarla,
por lo que la única salida que tendrán las gasolineras es
recurrir a la importación de gasolina sin plomo, recientemente
permitida (por algo la Shell, la Mobil y la Texaco ya han
invadido Quito con sus estaciones cinco estrellas).

Ahora, como Petroecuador bajará en un 80% su producción de
combustibles, bajará también su importancia y estaría lista,
según los atemorizados trabajadores de la entidad petrolera,
para ser privatizada. Toda una jugada amparada en la ecología,
según los obreros.

Marcha en el valle

Si usted quiere ir o salir del Valle de los Chillos,
seguramente se topará con que la autopista General Rumiñahui
ha sido tomada por los moradores del Valle, inconformes con la
labor que ejecuta el prefecto de Pichincha, Federico Pérez.

Dirigentes de la Unión Cívica del Valle confirmaron a HOY que
su toma es pacífica y que la realizan en protesta por las
pésimas condiciones técnicas en que se ejecuta la ampliación
de la autopista y que ha ocasionado, y ocasionará, muchos
problemas al tránsito de la zona.

Como el lector recordará, HOY publicó hace mucho tiempo varias
de estas irregularidades técnicas como parterres mal
concebidos, vueltas en "U" peligrosas, accesos estratégicos
eliminados, vías alternas que no garantizarían una solución a
la congestión.

Luego el prefecto Pérez habría indicado que ese diseño es el
más adecuado para proteger la vida de los conductores,
explicación que los ingenieros de la agrupación de moradores
rechazó por considerarla anti-técnica.

Esto, sumado al futuro incremento del peaje en mil sucres, más
el caos que en horas picos existe en esta vía motivaron a la
Unión Cívica a decidirse a tomarse hoy la autopista y realizar
una marcha para llamar la atención de lo que ocurre en el
Valle.

Por lo tanto, los usuarios y transportistas deberán utilizar
la Panamericana que, en palabras de los dirigentes de la Unión
Cívica, es la vía adecuada para los vehículos de transporte
pesado. Tómelo en cuenta si hoy tiene que circular por ahí.(12B)
(Diario HOY)
EXPLORED
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