Quito. 20.09.91. Un preocupante deterioro salarial se ha
producido en los últimos tres años del gobierno
socialdemócrata al disminuir significativamente el poder
adquisitivo de la moneda a 25 centavos y registrar una
inflación acumulada del 302 por ciento. Este comportamiento
de la economía ha determinado que el salario mínimo vital real
de esos días se haya reducido de 22.000 sucres en 1988 a 9.928
sucres en agosto del presente año, lo que significa que, en
vez de mejorar las condiciones de vida del trabajador
ecuatoriano, la reducción del poder adquisitivo por el
fenómeno inflacionario ha elevado los precios de los bienes y
servicios.
En efecto, según las cifras oficiales del Banco Central del
Ecuador, si convenimos que el sucre, al 31 de julio de 1988,
tenía un valor de 100 centavos, por el alza de los precios, al
30 de agosto de 1991, el sucre tiene un valor de apenas 0.2482
(aproximadamente 25 centavos) a precios del 88.
Se reduce el salario.
Se igual forma, si se compara el salario mínimo vital general
de septiembre de 1988 que se fijó, por el actual régimen en
22.000 sucres; con el nominal vigente desde enero del presente
año de 40.000 sucres; este último, calculado a precios de
1988, equivale a un salario real de 9.928 sucres. Es decir el
salario real de los trabajadores, en tres años, se ha reducido
a menos de la mitad.
Estas condiciones del trabajador ecuatoriano más las recientes
medidas adoptadas en los precios de los combustibles que si
bien harán correctivos en la política fiscal, impulsarán el
alza especulativo de los precios de los artículos básicos de
consumo humano, que constituye el rubro más significativo de
su canasta familiar.
Indicadores oficiales.
De acuerdo con cifras del Instituto Emisor, la variación
mensual de la inflación desde agosto del 88 a agosto del 91 ha
observado fluctuaciones que van desde 1.10 al 9 por ciento,
observando crecimientos y desaceleraciones, pero manteniéndose
inercialmente en el 50 por ciento, durante los últimos meses.
En este período la inflación acumulada llega al 302 por ciento
y el índice de precios al consumidor supera el 400 por ciento,
esto es, cuatro veces más del registrado en agosto de 1988.
El poder adquisitivo de la moneda ha sufrido un alarmante
deterioro, si se admite que el sucre de agosto de 1988
constaba cien centavos, actualmente, a agosto de este año, el
sucre tiene un valor a precios del 88 de 25 centavos, es
decir, se ha reducido el poder de compra a la cuarta parte en
apenas tres años.
Deterioro más evidente
El deterioro salarial se hace más evidente cuando se realiza
el análisis en dólares. Mientras el precio del dólar para los
exportadores se eleva de 490 sucres en 1988 a más de 1.000
sucres en agosto de 1991, estableciendo un crecimiento del 121
por ciento; los salarios de los trabajadores comparados con la
divisa norteamericana pasan 45 dólares a 37 dólares, de este
mismo período. Es decir, se mejoraron los valores del dólar de
los exportadores y se desmejoraron las condiciones de los
trabajadores, encareciéndose además las importaciones.
La evolución del poder adquisitivo de la moneda es fácilmente
observable también si se determina que mientras en enero de
1980 el sueldo mínimo vital era de 4.000 sucres y el dólar
equivalía en aquella época a 25 sucres; el trabajador
ecuatoriano percibía un sueldo equivalente a 160 dólares. En
agosto de 1988, el dólar estaba a 490 sucres y el salario
mínimo vital en 22.000 sucres, percibiendo el trabajador
ecuatoriano un sueldo equivalente a 45 dólares. Para agosto de
1988, el salario nominal está a 40.000 sucres, el dólar a
1.084 sucres, y el sueldo equivalente se ha reducido a 37
dólares. Ocho dólares menos que hace 3 años y menos de la
cuarta parte de lo que el trabajador ecuatoriano recibía hace
11 años. Si se acepta que el trabajador con relación de
dependencia labora un promedio de 176 horas al mes, gana
apenas 21 centavos de dólar por hora.
Este grave deterioro del poder adquisitivo confirma la
paradoja que repite el vulgo popular que mientras más alto es
el sueldo nominal, esto es, cuanto aparentemente más se gana,
ahora alcanza para menos. En efecto, con los 22.000 sucres que
se percibía como salario mínimo en 1988 se podían comprar más
cosas que con los 40.000 sucres que ganan ahora. (A-2).
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