GRANMA LANZA UN ULTIMATUM A "LA QUINTA COLUMNA INTERNA"
La Habana. 21.01.92. Con lenguaje notablemente intolerante, el
diario oficial Granma dio un claro ultimátum a la oposición al
anunciar el martes que el gobierno de Cuba no dará "la mas
mínima oportunidad de levantar cabeza a las escuálidas y
miserables filas de la quinta columna interna".
El actual es "un momento muy amargo, hora de oportunistas,
farsantes, traidores y pusilánimes", señaló el editorial del
vocero del Partido Comunista cubano, cuyo texto difundió por
anticipado la oficial Agencia de Información Nacional, AIN.
El editorial se publicó al día siguiente del fusilamiento de
Eduardo Díaz Betancourt, cubano radicado en Miami capturado a
fines del pasado diciembre al entrar clandestinamente a Cuba
desde La Florida, EEUU, con explosivos y armas junto a otros
dos anticastristas.
También condenados a muerte el 11 de enero tras confesar el
propósito del grupo de realizar actos de sabotaje y
terrorismo, la sentencia de los otros dos fue luego conmutada
a 30 años de prisión.
El episodio fue casi simultáneo al asesinato el jueves 9 de
enero de tres custodios de una base naútica en Tarará, cerca
de La Habana, cometido por un grupo -apresado poco después-
que intentó sin éxito robar una embarcación para emigrar a
EEUU.
Además de explícito ultimátum a una oposición interna que
según observadores en La Habana carece de estructura
coherente, el editorial de Granma también fue un virulento
reproche a algunos de los dirigentes políticos
latinoamericanos que solicitaron clemencia para los
infiltrados condenados a muerte.
Por otra parte el editorial -a título de opinión del pueblo y
el Gobierno de Cuba y de la dirección revolucionaria cubana-
absolvió al Gobierno de EEUU de responsabilidad directa por el
grupo infiltrado, pero lo acusó de no impedir las actividades
anticastristas en Miami.
Las diversas organizaciones de reducida envergadura en que se
nuclea la oposición interna, están para Granma "manipuladas"
por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU y se
caracterizan por "la miseria moral, la ambición enfermiza y la
indigencia de principios".
"Deben saber -según advirtió- que los combatiremos sin tregua,
con la fuerza de las masas y con la ley, en lo político e
ideológico, por todas las vías y en todos los terrenos".
En obvia referencia a un grupo contestatario de reciente
aparición en Cuba, la advertencia fue extendida a "los que,
precisamente ahora, pretenden sostener la pose ridícula de una
tercera opción y colocarse... entre el imperialismo y la
revolución".
Se trata de "Tercera Opción", grupo que en octubre de 1991
pidió -sin éxito hasta ahora- personería legal y se define
como "movimiento independiente de opinión de orientación
socialista".
Ese grupo, de incipiente presencia en medios diplomáticos y
periodísticos extranjeros, dice postular "soluciones
democráticas para Cuba dentro de los principios básicos de
independencia económica, soberanía política, justicia social y
respeto irrestricto a los derechos del hombre".
"En una confrontación de vida o muerte... no hay lugar para
estas veleidades intelectualoides", declaró el editorial.
Granma ubicó en "la misma cloaca contrarrevolucionaria" a "los
integrantes de los grupúsculos, la escoria antisocial (en
referencia al grupo que asesinó a los tres custodios de la
base náutica en Tarará)... los reblandecidos y desmoralizados
que temen a las dificultades y no ven otro camino que la
rendición, y los sesudos filósofos de la vuelta... a los
procónsules yankis gobernando en La Habana".
"Nuestro pueblo", afirmó el editorial, "no permite ni
permitirá jamás que la horda contrarrevolucionaria y
terrorista radicada en Miami -y que no confundimos con la
totalidad de la emigración cubana radicada allí- pueda poner
un pie en son de revancha en nuestro suelo".
"Ni permitirá tampoco -agregó- que la contrarrevolución
interna pueda movilizarse a cumplir el papel antinacional y
antipatriótico que le asigna la CIA y el Gobierno yanki".
"No podemos decir -admitió- que el Gobierno de EEUU sea
responsable directo de la tentativa terrorista" de los tres
infiltrados capturados y condenados, pero "la administración
norteamericana consiente que hechos como éste se organicen con
absoluta impunidad en su territorio, o los tolera, o no hace
nada para impedirlos, o bien es totalmente incompetente para
lograrlo".
Granma certificó como "de buena fe" pedidos de clemencia para
los condenados al fusilamiento hechos por quienes "al mismo
tiempo tuvieron solidaridad con el dolor de nuestro pueblo y
palabras de condena para los ataques que sufrimos".
Pero -declaró- "no nos merecen... más que desprecio las
invocaciones farisaicas de algunos que han aprovechado esta
oportunidad y el papel nauseabundo de la prensa reaccionaria y
transnacional para tratar de convertir a Cuba, el país
agredido, en el acusado".
Acusó de "asombrosa hipocresía y cobardía" a "políticos y
otros personajes latinoamericanos que se permiten condenar a
Cuba" pero "carecen sin embargo de valor para denunciar la
impunidad de que gozan los terroristas en EEUU o para
mencionar siquiera en forma tibia la hostilidad que sufre
nuestro país".
"A la antología del cinismo pasará la declaración de un
mandatario latinoamericano" -afirmó el editorial sin
identificarlo- "quien se ha permitido dar lecciones al
Gobierno de Cuba, tras la hoja de parra de que en su país no
existe la pena de muerte".
Granma tampoco individualizó a los dirigentes de la ex URSS y
de las desaparecidas "democracias populares" del Este europeo
sobre quienes arrojó el último dardo del editorial, pero la
referencia resultó clara:
"La dirección que encabeza al pueblo de Cuba y a su revolución
no está hecha de la madera de los timoratos, los burócratas,
los corruptos y los torpes hechiceros del capitalismo
primitivo, que rindieron las banderas del socialismo y las
arrojaron a los pies de sus adversarios históricos".
La Habana. 21.01.92. Con lenguaje notablemente intolerante, el
diario oficial Granma dio un claro ultimátum a la oposición al
anunciar el martes que el gobierno de Cuba no dará "la mas
mínima oportunidad de levantar cabeza a las escuálidas y
miserables filas de la quinta columna interna".
El actual es "un momento muy amargo, hora de oportunistas,
farsantes, traidores y pusilánimes", señaló el editorial del
vocero del Partido Comunista cubano, cuyo texto difundió por
anticipado la oficial Agencia de Información Nacional, AIN.
El editorial se publicó al día siguiente del fusilamiento de
Eduardo Díaz Betancourt, cubano radicado en Miami capturado a
fines del pasado diciembre al entrar clandestinamente a Cuba
desde La Florida, EEUU, con explosivos y armas junto a otros
dos anticastristas.
También condenados a muerte el 11 de enero tras confesar el
propósito del grupo de realizar actos de sabotaje y
terrorismo, la sentencia de los otros dos fue luego conmutada
a 30 años de prisión.
El episodio fue casi simultáneo al asesinato el jueves 9 de
enero de tres custodios de una base naútica en Tarará, cerca
de La Habana, cometido por un grupo -apresado poco después-
que intentó sin éxito robar una embarcación para emigrar a
EEUU.
Además de explícito ultimátum a una oposición interna que
según observadores en La Habana carece de estructura
coherente, el editorial de Granma también fue un virulento
reproche a algunos de los dirigentes políticos
latinoamericanos que solicitaron clemencia para los
infiltrados condenados a muerte.
Por otra parte el editorial -a título de opinión del pueblo y
el Gobierno de Cuba y de la dirección revolucionaria cubana-
absolvió al Gobierno de EEUU de responsabilidad directa por el
grupo infiltrado, pero lo acusó de no impedir las actividades
anticastristas en Miami.
Las diversas organizaciones de reducida envergadura en que se
nuclea la oposición interna, están para Granma "manipuladas"
por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU y se
caracterizan por "la miseria moral, la ambición enfermiza y la
indigencia de principios".
"Deben saber -según advirtió- que los combatiremos sin tregua,
con la fuerza de las masas y con la ley, en lo político e
ideológico, por todas las vías y en todos los terrenos".
En obvia referencia a un grupo contestatario de reciente
aparición en Cuba, la advertencia fue extendida a "los que,
precisamente ahora, pretenden sostener la pose ridícula de una
tercera opción y colocarse... entre el imperialismo y la
revolución".
Se trata de "Tercera Opción", grupo que en octubre de 1991
pidió -sin éxito hasta ahora- personería legal y se define
como "movimiento independiente de opinión de orientación
socialista".
Ese grupo, de incipiente presencia en medios diplomáticos y
periodísticos extranjeros, dice postular "soluciones
democráticas para Cuba dentro de los principios básicos de
independencia económica, soberanía política, justicia social y
respeto irrestricto a los derechos del hombre".
"En una confrontación de vida o muerte... no hay lugar para
estas veleidades intelectualoides", declaró el editorial.
Granma ubicó en "la misma cloaca contrarrevolucionaria" a "los
integrantes de los grupúsculos, la escoria antisocial (en
referencia al grupo que asesinó a los tres custodios de la
base náutica en Tarará)... los reblandecidos y desmoralizados
que temen a las dificultades y no ven otro camino que la
rendición, y los sesudos filósofos de la vuelta... a los
procónsules yankis gobernando en La Habana".
"Nuestro pueblo", afirmó el editorial, "no permite ni
permitirá jamás que la horda contrarrevolucionaria y
terrorista radicada en Miami -y que no confundimos con la
totalidad de la emigración cubana radicada allí- pueda poner
un pie en son de revancha en nuestro suelo".
"Ni permitirá tampoco -agregó- que la contrarrevolución
interna pueda movilizarse a cumplir el papel antinacional y
antipatriótico que le asigna la CIA y el Gobierno yanki".
"No podemos decir -admitió- que el Gobierno de EEUU sea
responsable directo de la tentativa terrorista" de los tres
infiltrados capturados y condenados, pero "la administración
norteamericana consiente que hechos como éste se organicen con
absoluta impunidad en su territorio, o los tolera, o no hace
nada para impedirlos, o bien es totalmente incompetente para
lograrlo".
Granma certificó como "de buena fe" pedidos de clemencia para
los condenados al fusilamiento hechos por quienes "al mismo
tiempo tuvieron solidaridad con el dolor de nuestro pueblo y
palabras de condena para los ataques que sufrimos".
Pero -declaró- "no nos merecen... más que desprecio las
invocaciones farisaicas de algunos que han aprovechado esta
oportunidad y el papel nauseabundo de la prensa reaccionaria y
transnacional para tratar de convertir a Cuba, el país
agredido, en el acusado".
Acusó de "asombrosa hipocresía y cobardía" a "políticos y
otros personajes latinoamericanos que se permiten condenar a
Cuba" pero "carecen sin embargo de valor para denunciar la
impunidad de que gozan los terroristas en EEUU o para
mencionar siquiera en forma tibia la hostilidad que sufre
nuestro país".
"A la antología del cinismo pasará la declaración de un
mandatario latinoamericano" -afirmó el editorial sin
identificarlo- "quien se ha permitido dar lecciones al
Gobierno de Cuba, tras la hoja de parra de que en su país no
existe la pena de muerte".
Granma tampoco individualizó a los dirigentes de la ex URSS y
de las desaparecidas "democracias populares" del Este europeo
sobre quienes arrojó el último dardo del editorial, pero la
referencia resultó clara:
"La dirección que encabeza al pueblo de Cuba y a su revolución
no está hecha de la madera de los timoratos, los burócratas,
los corruptos y los torpes hechiceros del capitalismo
primitivo, que rindieron las banderas del socialismo y las
arrojaron a los pies de sus adversarios históricos".
Más en el