El Gobierno vende el producto en las ferias y prepara una importación de cerca 3 mil TM. Mientras tanto, en las tiendas no aparece el producto
La carencia y especulación del azúcar no se la reconoce abiertamente, pero se agudiza en el país.
El motivo principal, aunque no oficial, tendría que ver con el ocultamiento del producto para luego elevar el precio.
De hecho, el Gobierno ha comenzado a reconocer el problema no con palabras pero sí con hechos. El último fin de semana, por intermedio del Ingenio La Troncal, comercializó el producto en cinco ciudades de cuatro provincias del país.
La venta se realizó a través del proyecto Socio Solidario. Cada consumidor recibió dos fundas máximo por persona, valoradas a $1,35 cada una.
Adicionalmente se plantea la compra externa de 3 mil toneladas de azúcar para mantenerlas como reserva para el consumo interno. El anuncio lo realizó el propio ministro de Agricultura, Ramón Espinel. Sin embargo no se determinó la fecha, el nombre del país proveedor y tampoco la cantidad a invertir en el producto.
El consumo interno y anual en el país es de 8,5 millones de sacos de 50 kilos, con una producción de 10 millones, lo cual significa, según el Gobierno, que no hay motivo para el desabastecimiento. Mientras así lo manifiestan las autoridades, la razon fundamental entre los comerciantes es otra: El azúcar se estaría fugando por las fronteras de manera clandestina.
Y la versión de ellos resulta lógica, pues datos proporcionados por la Central Única de Trabajadores Azucareros del Ecuador (Cutae) confirman que mientras el quintal del producto se vende en el Ecuador en $28, en el Perú y Colombia se comercializa en $37 y $38.
"No nos están vendiendo lo que requiere nuestra clientela", explicó Víctor Holguín, tendero de Guayaquil.
Si antes adquiría 20 quintales al mes, apenas logró ahora cinco quintales por $38 dólares cada uno.
Las cadenas de supermercados también han optado por limitar la compra del producto. En Supermaxi, de acuerdo con los clientes, solo se venden 5 fundas de 2 kilos y, en Mí Comisariato, hasta 11 kilos. (NMCH)
La carencia y especulación del azúcar no se la reconoce abiertamente, pero se agudiza en el país.El motivo principal, aunque no oficial, tendría que ver con el ocultamiento del producto para luego elevar el precio.
De hecho, el Gobierno ha comenzado a reconocer el problema no con palabras pero sí con hechos. El último fin de semana, por intermedio del Ingenio La Troncal, comercializó el producto en cinco ciudades de cuatro provincias del país.
La venta se realizó a través del proyecto Socio Solidario. Cada consumidor recibió dos fundas máximo por persona, valoradas a $1,35 cada una.
Adicionalmente se plantea la compra externa de 3 mil toneladas de azúcar para mantenerlas como reserva para el consumo interno. El anuncio lo realizó el propio ministro de Agricultura, Ramón Espinel. Sin embargo no se determinó la fecha, el nombre del país proveedor y tampoco la cantidad a invertir en el producto.
El consumo interno y anual en el país es de 8,5 millones de sacos de 50 kilos, con una producción de 10 millones, lo cual significa, según el Gobierno, que no hay motivo para el desabastecimiento. Mientras así lo manifiestan las autoridades, la razon fundamental entre los comerciantes es otra: El azúcar se estaría fugando por las fronteras de manera clandestina.
Y la versión de ellos resulta lógica, pues datos proporcionados por la Central Única de Trabajadores Azucareros del Ecuador (Cutae) confirman que mientras el quintal del producto se vende en el Ecuador en $28, en el Perú y Colombia se comercializa en $37 y $38.
"No nos están vendiendo lo que requiere nuestra clientela", explicó Víctor Holguín, tendero de Guayaquil.
Si antes adquiría 20 quintales al mes, apenas logró ahora cinco quintales por $38 dólares cada uno.
Las cadenas de supermercados también han optado por limitar la compra del producto. En Supermaxi, de acuerdo con los clientes, solo se venden 5 fundas de 2 kilos y, en Mí Comisariato, hasta 11 kilos. (NMCH)
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