Lima. 07.05.93. Una presunta intentona golpista en Perú atribuída
al número 3 del Ejército, general Rodolfo Robles Espinoza, fue
desmentida el jueves por un portavoz presidencial en medio de
versiones de que el oficial mantiene diferencias con la cúpula
militar cercana al Presidente Alberto Fujimori.

"No hay ningún intento de golpe de Estado. No hay arresto
domiciliario del general Robles", declaró Carlos Orellana,
secretario de prensa presidencial, asegurando que Fujimori está
despachando "normalmente" en su oficina del Palacio de Gobierno y
"aquí la vida transcurre normalmente".

Robles, según versiones propaladas por emisoras de radio y TV de
Lima, fue vinculado con un grupo de oficiales descontentos que
habría intentado en la madrugada del jueves destituir al Jefe del
Estado, pero el intento se frustró junto con una tentativa
fallida de asilarse en la embajada de Venezuela.

Se atribuye a Robles Espinoza su negativa de leer, hace dos
semanas en una ceremonia castrense, un comunicado de apoyo de la
alta oficialidad al presidente del Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas, general Nicolás Hermoza Ríos, en el marco de una
situación tensa con miembros del Congreso que movilizó tanques y
tropas por las calles de Lima.

Los desacuerdos entre Hermoza Ríos y Robles se hicieron públicos
en los últimos días, según medios de prensa, después que este
último fuera removido de la jefatura del estratégico Comando de
Instrucción y Doctrina del Ejército, para ser designado agregado
militar ante la Junta Interamericana de Defensa con sede en
Washington.

La esposa del general Robles Espinoza alcanzó al mediodía del
jueves una información a la prensa en el sentido de que el
oficial "está escondido en algún lugar de Lima en buen estado de
salud", y denunció la presunta desaparición de dos de sus hijos,
también miembros del ejército.

El Jefe del Estado, al parecer a raíz del episodio suspendió un
viaje a la ciudad nororiental de Tarapoto, donde tenía previsto
asistir a la presentación pública de la guerrillera Lucero Cumpa,
cabecilla de la guerrilla tupacamarista capturada en esa región
por fuerzas militares.

Los incidentes se conocieron -según fuentes de la embajada de
Venezuela- hacia las 04H00 locales (09H00 GMT), cuando sus sedes
diplomáticas fueron rodeadas por custodia policial para impedir
el presunto ingreso de militares buscando asilo.

Miembros de la seguridad del consulado, ubicado en la avenida
Arequipa al costado de la sede del Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas, confirmaron a la AFP que tuvieron problemas para
ingresar a laborar porque vehículos con soldados habían trancado
las dos puertas de ingreso. También se detectó policías en las
afueras de la legación.

Igual despliegue policial ocurrió ante la residencia de la
embajada venezolana, en la avenida Javier Prado, donde el cónsul
Rafael Valera reconoció -ante la prensa- haberse sorprendido al
encontrar en la mañana apostado un número inusual de efectivos
policiales y periodistas.

Personal de medios informativos confirmaron que sorpresivamente,
hacia las 4 de la madrugada, dejaron de emitir un canal de
televisión y una radioemisora que funcionan en el mismo edificio,
a unos 800 metros de la embajada de Venezuela.

Valera advirtió, empero, que en la actual situación de relaciones
suspendidas con Perú, el gobierno de Venezuela no podrá asilar a
nadie. "Simplemente tendríamos que entregar a las personas que
ingresan a nuestras sedes a las autoridades peruanas, porque no
están vigentes los convenios internacionales", añadió.

"El descontento se acentúa en el ejército", comentó en su edición
de este jueves el semanario Caretas, aludiendo a "un movimiento
de coroneles" y "al rumor de que (el general) Hermoza iba a ser
relevado en cualquier momento".

Tras el desplante de Robles Espinoza, el general Hermoza -vocero
principal del apoyo de las Fuerza Armadas al gobierno del
presidente Fujimori- decidió removerlo del Comando de Instrucción
del Ejército para nombrarlo a un "exilio dorado" en la Junta
Interamericana de Defensa, agregó el hebdomadario.

Robles Espinoza es un oficial al que sus camaradas del arma de
ingeniería militar conocen con el apelativo de "Pajarito", tiene
53 años de edad y un techo de servicios hasta diciembre de 1995.

"Si hay algún oficial que puede en estos momentos parar la
tendencia a la politización de los altos mandos del ejército, y
devolverle su sentido institucional, es el general Robles
Espinoza", dijo un miembro del autodenominado grupo de
Comandantes, Mayores y Capitanes (COMACA).

El exiliado general Alberto Arciniega definió a Robles Espinoza,
meses atrás, como "un hombre muy capacitado, muy querido por la
oficialidad...un hombre capaz de dejarnos sin comer un mes y (a
quien) nosotros lo seguimos".

Según algunos analistas, el episodio protagonizado el jueves por
Robles es una secuela del fallido intento golpista contra
Fujimori protagonizado el pasado 13 de noviembre por un grupo de
oficiales al mando del general Jaime Salinas Sedó.

Robles es muy amigo de varios de los oficiales involucrados en
esa conspiración y que actualmente purgan prisión, según diversas
condenas impuestas por un tribunal castrense a los conspiradores.
(EFE)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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