Quito. 11 abr 96. El general José Gallardo llegó a HOY con
unos pocos colaboradores, como para contrastar con los
séquitos brillantes de otros presidenciables.

Durante su visita realizó una exposición ordenada que dividió
en grandes temas: la reforma estructural del país, la
corrupción, los problemas sociales y la economía nacional. Son
los temas de su Plan de Gobierno que, dice, lo escribió
personalmente, pensando en que "el ser humano tiene derechos
que nos se los otorga ninguna institución" y que "no hay
dignidad humana sin libertar".

Puso énfasis en la necesidad de reformas estructurales
profundas para combatir los que él identifica como los grandes
problemas nacionales.

El general, con su tono pausado, afirma que mejorar la
situación de los ecuatorianos requiere de disciplina, de
severidad.

En lo político, Gallardo sabe que el legislativo requiere de
una transformación. Aboga por una cámara alta "madura", por un
senado que, como todos los senados del mundo, atempere los
debates y las disputas de la cámara baja.

Gallardo cuestiona el hecho de que el Congreso no tenga la
capacidad de tramitar las leyes. Afirma también que hay
demasiadas.

Si la falta de orden en la legislación es un problema, otro
peor es la corrupción. El general dice que los ladrones de
cuello blanco son los responsables de la pobreza. Afirma que
hay que combatirla con una legislación adecuada. La miseria de
la mayor parte de la población parece que ha impresionado el
ánimo de este hombre, que esta vez se abstuvo de contar las
incidencias de su largo trajín como militar activo.

Gallardo aspira a hacer un gobierno independiente de los
grupos de poder. Opinión propia de su condición de
independiente. Por ello dice que él, personalmente, denunciará
a los corruptos. Y no solo eso: no dejará que lo presionen
políticamente, que lo chantajeen con pedidos de cuotas de
poder o partidas presupuestarias. Saldrá a denunciarlos
públicamente.

Por ello habla de los pobres, y pone énfasis -como otros
independientes- en la necesidad de un gobierno "honesto" para
superar la crisis.

País muy politizado

Para Gallardo el país está demasiado politizado. Sus
referentes, inevitablemente militares, le llevan a decir que
las FFAA ganaron mucho cuando el Congreso dejó de conceder
grados militares.

En educación y salud el general ofrece subir el presupuesto.
Quiere por lo menos triplicar, en sus cuatro años, el
porcentaje del presupuesto del Estado que se dedica a las
escuelas y los hospitales.

Dice que hay que despolitizar la educación: no quiere que no
se hable de política, quiere que no se haga política en las
aulas. Por eso critica al magisterio "manipulado
políticamente".

En lo económico el candidato recuerda siempre a los países del
Asia: dice que su crecimiento ha sido, en el mismo período,
muchas veces mayor que el nuestro. Cuestión debida a la
disciplina de esos pueblos.

Gallardo quiere estimular la producción, y su propuesta
económica se enmarca dentro de un modelo más bien
convencional. Habla de competitividad y de armonía
obrero-patronal.

Hubo algo muy interesante en la entrevista: el general habló
de cómo actuó en el interior del gabinete de Sixto Durán
Ballén. Contó cómo se opuso a algunas de las políticas del
régimen. Dijo que nunca supo nada de que Dahik manejara gastos
reservados.

Una de sus más destacadas participaciones como ministro fue en
el caso de la masacre del Putumayo. "Pedí que se actuara con
justicia", dijo. Y luego ordenó que no se interviniera con los
jueces en el tratamiento del caso.

Dice que no habla de política con sus amigos en servicio
activo. Afirma que cree en la paz, pero no está de acuerdo en
que una peruana sea presidenta del INNFA.

A pesar de todo, no habrá guerra en el gobierno de José
Gallardo Román.

Por su parte, los periodistas de HOY opinaron sobre el
candidato: "Gallardo es un hombre bien intencionado, pero no
se gobierna con buena intención", dijo Fermín Vaca. Por su
parte, María Eugenia Fernández opinó que el general "ofrece un
país de maravillas, ofrece combatir la corrupción, pero no
dice cómo."

UN DISCURSO ABSTRACTO CON POCAS EMOCIONES

Por Benjamín Ortiz Brennan

El general José Gallardo Román presenta su Plan de Gobierno
con el rigor de un antiguo profesor. Expone con orden el tema.
El auditorio sufre para seguir el discurso. Es un viaje por un
llanura en la que hay el riesgo de caer vencido por el sopor,
porque no surgen resplandores ni accidentes que sacudan al
viajero.

Gallardo, líder militar con permanente vocación por la
política, ha meditado largos años en el país, en sus
enfermedades y posibles remedios. La difusión de su mensaje
parece estrellarse en una barrera de incomunicación. Su
presentación tiene un estilo poco eficaz para una sociedad
acostumbrada al estímulo audiovisual y al sobresalto
permanente.

Parte de principios generales y abstracciones que considera
indispensable desarrollar. Sigue por un programa de tres
metas: democracia, justicia social y seguridad. Aterriza en la
reestructuración del Estado, en las funciones judicial,
legislativa y ejecutiva. A ratos, en medio de los conceptos,
aparece el candidato que había permanecido ausente de su
propio discurso, como cuando dice "soy provinciano y conozco
que hay gente capaz en las provincias para asumir la
descentralización".

Renuncia a la demagogia, según su reiterada afirmación, pero
también parece renunciar al protagonismo personal, que es
indispensable para conmover a la gente. Su liderazgo se
levanta sobre los valores del cuartel: austeridad, obediencia,
amor a la patria, como entienden ese amor los militares.
Igualmente exhibe su experiencia administrativa de soldado
como título para gobernar, la experiencia de quien ha debido
responder por el cuidado de un fusil hasta por la conducción
de la guerra.

Quiere despolitizar la vida pública, aumentar el presupuesto
de salud y educación. Es realista cuando sostiene que no podrá
el Ecuador imponer su economía al mundo y deberá dejar flotar
el tipo de cambio. En fin, una propuesta coherente y fría, que
busca abrirse paso entre las emociones y el dinero de algunos
de sus competidores.

¿ES UN CANDIDOTE?

Por Diego Cornejo Menacho

Cuando le dije al general Gallardo que su personalidad de jefe
de la guerra -lo conocí el año anterior en su imponente
despacho del Ministerio de Defensa- no encajaba con la de
candidato, él me respondió que tenía todas las cualidades para
ser presidente de la República. Y eso, claro, yo no lo
discuto. Porque, como dice otro candidato en tono de queja,
Ricardo Noboa precisamente, no estamos eligiendo presidente
sino candidato. Lo que es muy cierto.

Gallardo no lo admite, pero es un personaje seducido y
abandonado. Yo asumo que se debe a su falta de malicia: la
guerra-guerra se la hace de frente, y la guerra-electoral al
socaire de máscaras, imágenes y mentiras.

El fue "jalado" hacia la lid electoral por algunos políticos
conocidos, luego fue abandonado en medio camino porque, dicen,
"Gallardo no despegaba en las encuestas". En este punto el
candidato sorprende por su nobleza: deja constancia de su
agradecimiento a los que le acompañaron en un momento de la
campaña, a pesar de que después se marcharon tras otro
candidato.

Es por su gran candidez política, tengo la impresión, de que
no despierta mayor entusiasmo. Discrepo con quienes dicen que
debe a su pausado modo de hablar, pues, aparte de ello, es una
persona que expresa mucho contenido y, sobre todo, gran
autenticidad. Tiene experiencia administrativa. Conoce todo el
país. No ha dejado, creo que nunca dejará de ser un militar.
Si se refiere a los temas castrenses su voz cobra más
entusiasmo y usa verbos en presente: estamos, somos, hacemos,
construimos, decimos.

Cuando Javier Ponce le preguntó por qué no renunció al
gabinete de Sixto Durán Ballén al conocer el asunto de "Flores
y Miel", si en verdad está opuesto radicalmente a la
corrupción, dio una explicación que, a mi juicio, es válida:
la confrontación del año pasado con el Perú estaba ad portas,
él no podía abandonar la dirección de la guerra.

En suma, Gallardo tiene atributos para ser ministro de Defensa
(lo demostró) y, en principio, para ser jefe de Estado. Solo
que de lo uno se pasa a lo otro sin una gota de candor
político.

GALLARDO, SIN RODEOS

Por Thalía Flores y Flores

El general José Gallardo Román no está con rodeos. Como sabe
que los periodistas son gente informada y él ampliamente
conocido, apenas tuvo la palabra fue directo al tema y, en
tres horas, pasó revista a todos los problemas del país.

"Mi programa de gobierno consta de 47 páginas y fue escrito
por mí", aseguró, dando, de entrada, la idea de que conoce lo
que hablará y responderá lo que se le pregunte.

Y así fue.

Democracia; justicia social y seguridad interna y externa, los
tres pilares fundamentales de su programa fueron expuestos a
fondo. Quizá con algo de exceso, reflejo de su forma de ser,
de alguien forjado para actuar con mente fría y calculadora en
las situaciones más escabrosas. Pero, quizás, también por una
cierta ausencia de experiencia en el quehacer netamente
político donde, a veces, más efectiva es la frase contundente,
la metáfora precisa, que la oración completa.

Pero este general que ganó una guerra, y en tiempos de paz
arriesga una elección popular, parece estar preparado para
cualquier contingencia. Y como en menos de 12 meses ya ha
saboreado los avatares de las veleidades de aquellos políticos
que soñaron con convertirlo en el "Eisenhower del Ecuador"
aunque luego lo abandonaron, él está listo para continuar en
la lucha, así no gane las elecciones de mayo.

Por eso dice que "menos le interesa un triunfo electoral que
hacer una conscripción cívica". Y como aquello es posible
desde cualquier escenario su campo de batalla será una pequeña
extensión de terreno que lo dedicará al cultivo agricultura.

GENERAL. NO GENERALOTE

Por Francisco Febres Cordero

Según decir del común, José Gallardo habla como cura. Pero,
cuando vino a HOY, me pareció que había modificado su práctica
oral: hablaba como profesor. Y yo, francamente, no sé qué sea
peor.

Lentísimo y demasiado detalloso en sus respuestas, lo que
dice, sin embargo, interesa porque, al fin y al cabo, conoce
el país al dedillo como militar de larga data que fue. Y
quizás por esa misma formación castrense, parece que luego de
cada sentencia esperara que alguien se le cuadrara y le
contestara: "Su orden mi general".

General a secas. No generalote. Un aspecto apacible acompaña
a sus palabras y las envuelve en un halo de sinceridad. No se
vislumbra en él a un político mendaz o a un vulgar demagogo
que, con tal de conquistar un voto, afirma cosas en las que no
cree.

La declaración patrimonial que hizo lo revela como a un
honrado ciudadano que, luego de trabajar toda una vida, sale
de sus funciones con los bienes más elementales y con deudas:
de su automóvil Nissan Centra ha pagado ocho letras y debe no
sé cuántas restantes. Y yo, como hombre de letras que también
soy, casi lloro.

Tiene sensibilidad. Su preocupación por las cárceles del
país, la reeducación del preso y la reforma al sistema
carcelario, lo demuestran, sobre todo teniendo en cuenta que
de entre esos hombres preteridos, maltratados, zaheridos por
la sociedad, no sacará ni un voto partido por la mitad.

Al principio de la campaña fue el "outsider" que la Izquierda
Democrática andaba buscando desesperadamente para salvarse de
su dispersión y su catástrofe; después, sin embargo, todos
quienes le alentaron para que se lanzara de candidato, lo
dejaron solo. Y ahora, solo sigue el general Gallardo
diciendo cosas razonables que nadie oye porque su voz de
maestro resulta monótona y cansina y porque, además, no cuenta
con fondos para realizar una campaña millonaria, como algunas
de sus contendores.

Es un perdedor seguro. Sin embargo, habrá dejado a su paso una
lección de lucha honesta. Y eso, en esta hora de trampas, ya
es algo.

EL CANDIDATO TAMBIEN DIJO

FFAA

Gallardo sostiene que las Fuerzas Armadas no deben entrar en
las discusiones políticas del país. Su función es la de
defender al país. Pero aquello no impide que los militares
colabores en ciertas áreas como, por ejemplo, el desarrollo
vial y la ecología. Los militares pueden aportar su
experiencia en los campos en que se necesite su concurso, pero
nunca ocupando el rol protagónico.

PARTIDOS

Gallardo en candidato independiente, pero no cree que los
partidos políticos deban desaparecer. Al contrario, defiende
su papel de orientadores de la sociedad y defensores de la
democracia. Sin embargo, el general estima que existe una
perversión del sistema de partidistas, y que la actual
contienda es un paréntesis que los partidos políticos deben
aprovechar para revisar su acción en el país.

ECONOMIA

El general tiene tres ejes económicos en su plan de Gobierno:
la creación de puestos de trabajo (para incrementar la
producción y bajar la tasa de inflación), el estímulo a la
inversión extranjera con reglas claras, y el incentivo del
ahorro. No es partidario de represar al dólar, e incentivará
la fusión de entidades financieras.

NACIONALIDAD

El concepto de plurinacional es peligroso para el país, pues
fomenta la división entre ecuatorianos. Sería bueno para el
país que un indígena sea presidente del Ecuador, pero es
absurdo que haya dentro del Estado ecuatoriano pequeños
estados indígenas que marchen separados. Lo ideal es que haya
una sola nación que caminara junta hacia el futuro.

ENTRE COMILLAS

- Yo no estoy de acuerdo con que una dama peruana sea la
esposa del presidente de la República.

- Nadie conoce el país más que el general Gallardo.

- En tres años manejé 10 millones de sucres en gastos
reservados.

- Me informé por la prensa del caso "Flores y Miel".

- Ojalá algún indígena llegue a ser presidente de la
República, pero con nacionalidad ecuatoriana.

- Tengo cosas más sagradas que defender que un triunfo
electoral

- No voy a ir a un holocausto del pueblo ecuatoriano por
recuperar los terrenos que dolorosamente se perdieron en el
pasado.

- Yo creo en la paz, pero no toleraré que al Ecuador se le
humille.

- Yo tengo una vasta experiencia administrativa, pero bien
vivida.

- No hay mucha diferencia entre un jefe de Guerra y un jefe de
Estado.

- El Ecuador no es un país que se destaca por el gasto
militar.

- Ha habido una política de favoritismo para una banca
concentradora.

- Hay que controlar el costo del dinero.

- La iliquidez llevada al extremo para controlar la inflación
ha hecho un inmenso daño al país.

- El Ecuador es el campeón del mundo en el incumplimiento de
la ley.

- Proclamo el amparo social a todos los desvalidos de mi
Patria.

- En cuanto a la seguridad social creo en el principio de la
solidaridad. Creo en la reforma profunda del IESS. Vamos a
tomar 20 por ciento de las aportaciones para que lo manejen
las AFPs.

- Con la corrupción no hay que tener piedad.

- El costo electoral es terrible

- El país se ha politizado demasiado. Se ha malentendido la
política.

- Las FFAA se despolitizaron cuando dejó de ser el Congreso el
que seleccionaba generales y coroneles.

- No hay dignidad humana sin libertad. (DIARIO HOY) (P. 2-A)
EXPLORED
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