Quito. 07 sep 96. En su edición del 23 de agosto, el London Times dice que las
Galápagos se hallan en un "estado miserable". Acusa a los
gobiernos ecuatorianos de permitirse "décadas de desorden y
negligencia". Y de ser los responsables de un paraíso
destruido por "colonos ansiosos de tierras, propietarios de
bares baratos y hambrientas cabras que se disputan la tierra".

El artículo refiere la muerte de ocho tortugas gigantes y la
enfermedad de nueve de ellas "sangrando bajo su caparazón y
ahogándose hasta morir en una extraña espuma de su propia
secreción". ¿Verdad o exageración? Las dos cosas.

Galápagos toca fondo. Esa es la lectura de artículos como el
citado. Los problemas que sufren las islas (migración, falta
de recursos para controlar y manejar el parque, entre otros)
han desbordado la lentitud y poca eficiencia con que han sido
confrontados, especialmente en los últimos cinco años.

El ecosistema está siendo alterado a un punto que empieza a
obligar cambios en las dietas de los animales. Y, por lo
visto, las presiones que sufren las islas están cobrando sus
primeras víctimas.

Alfredo Carrasco, director de Estación Charles Darwin, cree
que la prensa inglesa magnifica los problemas y desconoce los
esfuerzos conservacionistas realizados por los gobiernos desde
1934. "Artículos como ese son una invitación a la reflexión, a
la definición de políticas para manejar las islas, que deben
ser una prioridad nacional. Todo lo que se haga en la islas
debe ser resultado del rigor que proporcionan los estudios
científicos. Ahora, más que nunca", dice Carrasco.

Mariano Proaño, director de Feprotur, recordó la reacción
nacional e internacional que provocó, en 1984, la sola idea de
construir grandes hoteles en las islas. Lamenta que ahora la
sensibilidad no sea la misma. Pero advierte que esta pérdida
de credibilidad del país puede tener serias consecuencias en
la imagen y relaciones internacionales del Ecuador.

Oswaldo Muñoz, presidente de la Asociación Ecuatoriana de
Ecoturismo, recuerda que Galápagos es la mayor atracción del
país y que su mal manejo acarreará consecuencias a todo nivel.
"El ministerio de Turismo debe proponer sus propias políticas
de protección para sus recursos turísticos y no solo endosar
esta responsabilidad a organismos como INEFAN, MAG o la
dirección de pesca. Tenemos confianza en las respuestas del
ministerio".

Cecil Terán, presidente de Ecuadorian Tours, coincide en que
la prensa internacional exagera este tipo de noticias, acepta
que hay problemas en las islas, pero demanda una acción rápida
de parte del ministerio para contrarrestar los efectos que
estas noticias suelen acarrear a la industria. "Temo que habrá
una disminución en la demanda y que los presupuestos de
organismos internacionales conservacionistas podrían desviarse
hacia otros objetivos", dice el empresario.

Eduardo Díez, presidente de los operadores de Galápagos, cree
que las islas tienen primero un orden y pertinencia
internacionales y que, por su condición de patrimonio mundial,
Ecuador debe merecer con hechos el privilegio de ser el
responsable de su conservación. Advierte también que nuevos
errores en el manejo de las islas pueden acarrear
consecuencias incluso en las políticas de crédito de países
desarrollados y la comunidad internacional.

"Pero pensemos en positivo, en todo lo que ganaría Ecuador y
el mismo recurso si se aplica una verdadera y efectiva
estrategia de protección", finaliza.

MINISTERIO DE TURISMO EN COMPAS DE ESPERA

El tema de las Galápagos ha suscitado profunda preocupación en
el gobierno nacional, especialmente en el ministerio de
Turismo.

Esta página solicitó a su titular, Napoleón Icaza, un
pronunciamiento sobre los planteamientos que tiene el gobierno
para afrontar, tanto la actual situación de las islas, como la
presión que ejercen la industria local y la comunidad
internacional.

Tras dos intentos por conseguirlo, un vocero de información de
esta cartera explicó que la misma trascendencia del caso ha
determinado que sea la Presidencia de la República la que
omita un pronunciamiento al respecto.

Al tanto, según el vocero, el ministerio de Turismo trabaja a
tiempo completo junto a un grupo de asesores públicos y
privados para, a su vez, orientar o sugerir propuestas al
Presidente de la República.

Expertos de organizaciones como Estación Charles Darwin,
INEFAN, entre otros, trabajan sobre el tema y en coordinación
con el ministro, Napoleón Icaza.

La actitud deja ver la preocupación existente. El Ministerio
es consciente del peso definitivo que pueden tener
pronunciamientos al respecto.

La situación de las islas merece, al menos, esa posición
de seriedad y preocupación. Seguramente, la comunidad
internacional ha dejado notar que no está dispuesta a nuevos
errores. Y el ministro Icaza busca dar la mejor de sus
respuestas.

Galápagos está nuevamente en los ojos del mundo. Por ahora, se
dejan ver esfuerzos conjuntos de la empresa privada y el
gobierno nacional.

Los dos sectores buscan un consenso para salvar las islas y
tratar de recuperar la disminuida credibilidad del país ante
el mundo.

Todos estos esfuerzos son loables. Solo resta desear que no
sean también tardíos. (Diario HOY) (9A)
EXPLORED
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