Quito. 11.02.93. Acuciados por la necesidad, tratando de
garantizar un bloque continental de lucha y dispuestos a defender
su libre derecho comercial, presidentes y plenipotenciarios de
los diez principales países productores de banano se reunirán hoy
en Guayaquil para formalizar su rechazo a la restricción de las
exportaciones por parte de la Comunidad Económica Europea (CE), y
que rige desde el próximo 1 de julio.

Los ministros de Agricultura de la CE acordaron en diciembre
imponer una cuota de dos millones de toneladas métricas (TM) a
las importaciones de banano de América latina -aunque el mercado
fluctúa entre 2,4 y 2,8 millones-, gravando el excedente con un
arancel de 170 %. Solamente el 66 % del cupo, unos 1,3 millones
de TM, se asignará a Latinoamérica; el 30 % -600.000 TM- a los
miembros de la ACP (Africa, Caribe y Pacífico) y de la propia
comunidad, y el 3 %, unas 70.000 TM, a nuevos importadores.

Para reducir este año las importaciones americanas, la CE
aplicará un arancel del 20 por ciento a dos millones de toneladas
(frente a las 2,6 que se registraron en 1992), y tasas
impositivas de hasta 1.100 dólares a cada tonelada adicional que
llegue a los mercados europeos. De no variar esta estrategia,
las horas más negras del último lustro iluminarán el segundo
"boom" bananero de nuestra historia.

Miseria y desempleo

Según la Unión de Países Exportadores de Banano (UPEB), la medida
traerá un año de "miseria, desempleo y millonarias pérdidas" en
las naciones latinoamericanas productoras, al menos 174.000
trabajadores bananeros perderán sus empleos, más de 33.000
hectáreas de cultivo deberán ser desmanteladas y unos 500
millones de dólares invertidos en los últimos años se perderán.

Un estudio realizado por este organismo señala que 600.000
personas se verán afectadas directamente en Costa Rica, Colombia,
Honduras, Nicaragua, Guatemala, Panamá y Venezuela (miembros de
la UPEB), y Ecuador, que no está en la organización aunque es el
líder mundial de banano. Las áreas productoras se deberán
reducir en 33.600 hectáreas, una extensión que equivale a la
totalidad de las plantaciones de Costa Rica (el segundo país
productor mundial de esta fruta), y supone el 12 por ciento del
total de tierras destinadas a este cultivo en Latinoamérica.

Al entrar en vigor las medidas restrictivas, los países
productores perderán cada año mercados para 900.000 toneladas,
que suponen unos 1.000 millones de dólares. Los estados
europeos, a su vez, ganarán por ingresos arancelarios 256
millones, que es una suma considerablemente más alta que la que
destina la CE a los paises de la UPEB y a Ecuador en forma de
cooperación económica.

Los productores han dejado sentado que el golpe es injusto e
irracional, porque paraliza la eficiencia e iniciativa
latinoamericana y frena de golpe las exportaciones, necesarias
para recaudar divisas con las que pagar su deuda exterior y
comprometer nuevos empréstitos. La UPEB sostuvo que "es una
medida sacada de la manga con el objetivo de favorecer a los
monopolios europeos, que contraviene todos los acuerdos del GATT
y la Ronda de Uruguay sobre el libre comercio y que ha provocado
la indignación de todos los sectores productivos", sin olvidarse
que "es indiscriminada, funesta y atenta contra los
trabajadores", además de poner en duda los programas de
cooperación de la CE con América Latina.

Ante la imposibilidad de encontrar una solución, varios cientos
de productores y exportadores locales de banano fueron a Quito en
marcha de protesta, visitaron la legislatura en búsca de apoyo y
luego recorrieron las embajadas de Francia, España, Italia y Gran
Bretaña en Quito para expresar el rechazo a la medida.

Frente a la embajada de Francia, los manifestantes cometieron la
imprudencia de quemar la bandera de ese país, vaciando en la vía
pública un cargamento de banano. Con igual resolución visitaron
también las embajadas de Bélgica y Alemania para agradecer su
respaldo a la postura latinoamericana.

Si bien nuestro país no cuenta con capacidad financiera para
combatir a la CE, de mantenerse el distanciamiento se romperían
las buenas relaciones de los últimos años, dada la imposibilidad
de comerciar bilateralmente con los 12 miembros de la
mancomunidad.

Entretelones

La reunión de hoy no será la primera acción que se tome para
evitar la catástrofe bananera. Presidentes y ministros de las
naciones comprometidas han acelerado acuerdos y viajes para
garantizar una tesis única. Es así que el presidente de Costa
Rica, Rafael Calderón, dió el ejemplo emprendiendo hace un mes
una gira europea que lo llevó a entrevistarse con los gobernantes
de Alemania y España. Una delegación hondureña, por su parte,
exigió ante el GATT que la CE amplie a 2,7 millones de toneladas
sus importaciones de la fruta desde la región.

Una y otra vez se ha planteado que mientras América Latina
exportó a Europa en 1.992 unos 2,4 millones de toneladas de
banano, proyectando para 1993 ventas de 2,7 millones, la
restricción causará el desempleo directo de 140.000 personas en
"zonas muy convulsionadas", donde incluso podría florecer el
narcotráfico (Ecuador, Colombia, Venezuela, México, Nicaragua y
Guatemala). Sin contar el aumento de la miseria en los barrios
marginales en las grandes ciudades.

Tan solo en Honduras, la restricción significa una caída del 25 %
en las exportaciones bananeras de ese país, calculadas en unas
600.000 TM anuales con un ingreso de unos 350 millones de dólares
de los casi 950 millones de dólares que obtiene por todas sus
exportaciones. Además de ser su principal rubro de exportación,
genera más de 60.000 empleos directos e indirectos.

En nuestro propio país se teme la debacle. Sea como sea,
compañías como la Uniban, Banacol, Chiquita, Del Monte y Doole,
tradicionales en la venta de nuestra fruta, han reducido sus
exportaciones desde el Ecuador, prefiriendo otros mercados que sí
son competitivos. Como medida compensatoria se han buscado
desesperadamente mercados alternativos. Por lo pronto, dos
millones de cajas de banano (32 mil toneladas), se destinarán al
mercado de Irán en el Golfo Pérsico.

¿Causas?

La restricción de la CE no proviene de la nada. Según advirtió
oportunamente Juan José Pons, importante empresario del Grupo
Noboa, "la monopolización del negocio se consagra mediante la
decisión europea de entregar el manejo de las licencias a los
importadores europeos tradicionales, con lo que controlarán los
precios de compra y venta perjudicando tanto al productor
latinoamericano como al consumidor europeo".

Alertó además que el beneficio es muy particularmente para los
importadores ingleses, franceses y españoles, que tienen
monopolizada la producción europea y en sus ex colonias.

Los consumidores europeos tendrán que pagar cinco dólares más por
tonelada -dice-, sin que los productores reciban un solo centavo
adicional. Todo irá a manos de los monopolios de intermediación.

En reciente diálogo con HOY, explicó que Ecuador apenas produce
1.200 cajas por hectárea-año, mientras Costa Rica llega a las
2.600 y Colombia y Panamá a las 2.500. La calidad del banano
centroamericano es mejor porque tiene menor inversión e
infraestructura vial, y la propiedad promedio ahí es de 40
hectáreas por productor, mientras en nuestro país apenas alcanza
las 18 hectáreas.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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