Nueva Orleans. 27 mar 2000. Ecuador y el Fondo Monetario
Internacional (FMI) se están moviendo rápidamente hacia un acuerdo
final de apoyo al proceso de transformación y dolarización de la
economía del país andino, dijo ayer el subdirector gerente del
organismo financiero, Eduardo Aninat.
"Las cosas se están moviendo rápido. Parece que el resultado será
muy prometedor. Saldrá seguramente en las próximas semanas",
informó el Funcionario durante la asamblea anual del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID).
Aninat señaló, no obstante, que el Gobierno ecuatoriano tiene que
redoblar sus esfuerzos por reducir el déficit fiscal y mejorar la
balanza de pagos para sacar a Ecuador de su severa crisis.
El FMI organizó un paquete de 2 045 millones de dólares en
créditos multilaterales para apoyar al plan de recuperación y
dolarización en Ecuador. La aprobación final de dicho paquete por
parte del Directorio del FMI se espera en unas semanas más.
"El tema principal para el FMI es que el Gobierno debe ser
realista en cuanto al manejo del déficit fiscal y los problemas de
balanza de pagos, para que todo el proceso de dolarización pueda
ser sostenible en el tiempo... Ecuador ha hecho una reforma
valiente en su régimen cambiario. Ahora debe apoyar esto con
políticas valientes".
El ministro ecuatoriano de Finanzas, Jorge Guzmán, se reunió ayer
con acreedores y tenedores de bonos Brady para iniciar
conversaciones informales sobre la renegociación de la deuda
externa.
Patricio Beltrán, subsecretario de Crédito Público, tiene previsto
para hoy un desayuno de trabajo con los comités de acreedores.
Guzmán hará una presentación sobre la dolarización de Ecuador
mañana en la asamblea del BID, pero no tratará el tema de la
deuda, porque el Gobierno aún está formulando su estrategia.
La cita se iniciará a las 17:00 y será en el Centro de
Convenciones Morial. Al evento fueron invitados los representantes
de los bancos privados de Ecuador.
Previamente, se reunirá a las 15:00 con Francois Huwart, ministro
de economía de Francia y a las 16:00 con Larry Summers, del
Departamento del Tesoro de los EE.UU.
La agenda del ministro Guzmán incluye una reunión a las 18:00 con
Murillo Portugal, director ejecutivo del Banco Mundial.
Por otro lado las perspectivas de crecimiento económico para
América Latina y el Caribe en el año 2000 son positivas y podrán
estar entre el 3 y el 3,5 por ciento de su Producto Interior Bruto
(PIB), pronosticaron ayer representantes del Deutsche Bank, que
tiene un evento paralelo a la cita del BID.
"América Latina tiene buenas perspectivas. Tenemos confianza en
que su crecimiento económico en el 2000 se sitúe entre el 3 y el
3,5 por ciento del PIB", dijo Ronaldo Schmitz, directivo del
Deutsche Bank durante un seminario organizado por ese banco alemán
en Nueva Orleans (Luisiana).
Respecto a la dolarización consideró que ese "es un proyecto
optimista, pero que debe de ir acompañado de reformas
estructurales para crear el ambiente de confianza que necesitan
los inversores".
"También confiamos en que los países latinoamericanos sigan por el
camino de las reformas" y, en concreto, se refirió a Brasil,
Argentina y México.
Respecto a Brasil, Schmitz señaló que "debe continuar definiendo
su reforma de la seguridad social y la ley tributaria", mientras
que recomendó a Argentina que mantenga "estabilidad y seguridad en
la junta monetaria".
"Es muy importante que Argentina concluya la legislación laboral
con reformas enfocadas a mantener la estabilidad macroeconómica",
y que "México consolide la reforma de su sistema bancario".
El Directivo del banco alemán recomendó a "los gobiernos de
América Latina darle prioridad a los programas de estabilidad
económica, pero sin sacrificar las reformas fiscales a los
intereses políticos".
Por su parte, William Cline, economista jefe del Instituto
Interamericano de Finanzas de EE.UU., insistió en que "América
Latina tiene que encontrar una fórmula sobre cómo resolver sus
problemas con el déficit por cuenta corriente" que en 1999
ascendió a 50 000 millones de dólares y este año estará entre esa
cifra y los 60 000 millones de dólares.
Cline consideró que algunos países, "como el caso de Venezuela,
tienen un superávit en la cuenta corriente, pero esos superávits
son irreales".
"En Venezuela -agregó- el superávit se debe al incremento del
precio del petróleo, pero hay que tener en cuenta que habrá
ajustes en el valor del crudo, y que por eso, tienen que seguir
con las reformas y crear la confianza de los mercados".
El argentino Claudio Lóser, economista jefe del FMI para América
Latina, insistió en que ese organismo recomienda a los países que
"hagan profundas reformas fiscales, especialmente para que saneen
sus sistemas bancarios".
Coincidió con los otros expertos en que "las perspectivas de
América Latina son buenas y no hay temor a que las inversiones a
corto plazo vayan a irse. Confiamos en que los países sigan las
reformas".
En la cita el BID recomendó mejorar la calidad de las
instituciones públicas de América Latina y corregir las
deficiencias de sus sistemas políticos, para favorecer el
desarrollo económico de la región.
Falta de representatividad, un problema de A. Latina
Dirigentes políticos y académicos de varios países miembros del
BID analizaron ayer, en Nueva Orleans (Luisiana), los problemas de
política y gobernabilidad de Latinoamérica, detectando entre ellos
la escasa efectividad de los gobiernos, el incumplimiento de las
normas y la falta de transparencia.
El jefe del Banco, Ricardo Hausmann, destacó que, a pesar de que
hay informes que, como el de Freedom House, señalan a América
Latina como la segunda región en el mundo en materia de libertades
democráticas, "los pueblos no están satisfechos y no confían en
sus instituciones gubernamentales".
Hausmann destacó que es el "poder legislativo el que menos
confianza genera entre los ciudadanos, porque los poderes judicial
y ejecutivo existen también en épocas de dictadura".
El poder legislativo -subrayó- es débil, técnica e
institucionalmente, mientras que el poder judicial carece de la
independencia y los recursos. Las contralorías no tienen marcos
legales adecuados y son vulnerables a las presiones políticas. Y
agregó que, "aunque probablemente no sea cierto", los sondeos de
opinión señalan que el 80 por ciento de los ciudadanos cree que la
corrupción ha aumentado.
Los participantes centraron buena parte del debate en los partidos
políticos y en el papel que representan en las sociedades. El ex
presidente de Ecuador, Osvaldo Hurtado, defendió la necesidad "de
los partidos políticos como base de las instituciones
democráticas, mientras que estas son las que dan continuidad a los
programas de desarrollo". En el caso de Ecuador, explicó, "la
volatilidad de los partidos políticos y del electorado ha impedido
que haya un seguimiento de las decisiones gubernamentales".
Hausmann manifestó que en América Latina los regímenes electorales
tienden a favorecer a los partidos políticos que a los electores
"porque se vota una lista y no a una persona". Y agregó que "los
partidos políticos pueden ser fácilmente captados por intereses
ajenos si no hay democracia interna. Otro de sus problemas es la
volatilidad de los electores".
Uruguay, Costa Rica y Chile son los países latinoamericanos en que
los electores son más fieles, según Hausmann. En el caso de
Brasil, sus partidos políticos son los más débiles y se sitúan en
el último lugar de la lista del continente, apuntó Bolívar
Lemounier, director del Instituto de Investigación y Estudios
Políticos, Económicos y Sociales de Sao Paulo.
Ricardo Hausmann destacó también el problema de la baja
participación latinoamericana y estableció un paralelismo entre
esta y la corrupción, dando como ejemplo los casos de Uruguay y
Costa Rica en los que "la participación ciudadana es mayor y la
corrupción es menor". (Texto tomado de El Comercio)
Internacional (FMI) se están moviendo rápidamente hacia un acuerdo
final de apoyo al proceso de transformación y dolarización de la
economía del país andino, dijo ayer el subdirector gerente del
organismo financiero, Eduardo Aninat.
"Las cosas se están moviendo rápido. Parece que el resultado será
muy prometedor. Saldrá seguramente en las próximas semanas",
informó el Funcionario durante la asamblea anual del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID).
Aninat señaló, no obstante, que el Gobierno ecuatoriano tiene que
redoblar sus esfuerzos por reducir el déficit fiscal y mejorar la
balanza de pagos para sacar a Ecuador de su severa crisis.
El FMI organizó un paquete de 2 045 millones de dólares en
créditos multilaterales para apoyar al plan de recuperación y
dolarización en Ecuador. La aprobación final de dicho paquete por
parte del Directorio del FMI se espera en unas semanas más.
"El tema principal para el FMI es que el Gobierno debe ser
realista en cuanto al manejo del déficit fiscal y los problemas de
balanza de pagos, para que todo el proceso de dolarización pueda
ser sostenible en el tiempo... Ecuador ha hecho una reforma
valiente en su régimen cambiario. Ahora debe apoyar esto con
políticas valientes".
El ministro ecuatoriano de Finanzas, Jorge Guzmán, se reunió ayer
con acreedores y tenedores de bonos Brady para iniciar
conversaciones informales sobre la renegociación de la deuda
externa.
Patricio Beltrán, subsecretario de Crédito Público, tiene previsto
para hoy un desayuno de trabajo con los comités de acreedores.
Guzmán hará una presentación sobre la dolarización de Ecuador
mañana en la asamblea del BID, pero no tratará el tema de la
deuda, porque el Gobierno aún está formulando su estrategia.
La cita se iniciará a las 17:00 y será en el Centro de
Convenciones Morial. Al evento fueron invitados los representantes
de los bancos privados de Ecuador.
Previamente, se reunirá a las 15:00 con Francois Huwart, ministro
de economía de Francia y a las 16:00 con Larry Summers, del
Departamento del Tesoro de los EE.UU.
La agenda del ministro Guzmán incluye una reunión a las 18:00 con
Murillo Portugal, director ejecutivo del Banco Mundial.
Por otro lado las perspectivas de crecimiento económico para
América Latina y el Caribe en el año 2000 son positivas y podrán
estar entre el 3 y el 3,5 por ciento de su Producto Interior Bruto
(PIB), pronosticaron ayer representantes del Deutsche Bank, que
tiene un evento paralelo a la cita del BID.
"América Latina tiene buenas perspectivas. Tenemos confianza en
que su crecimiento económico en el 2000 se sitúe entre el 3 y el
3,5 por ciento del PIB", dijo Ronaldo Schmitz, directivo del
Deutsche Bank durante un seminario organizado por ese banco alemán
en Nueva Orleans (Luisiana).
Respecto a la dolarización consideró que ese "es un proyecto
optimista, pero que debe de ir acompañado de reformas
estructurales para crear el ambiente de confianza que necesitan
los inversores".
"También confiamos en que los países latinoamericanos sigan por el
camino de las reformas" y, en concreto, se refirió a Brasil,
Argentina y México.
Respecto a Brasil, Schmitz señaló que "debe continuar definiendo
su reforma de la seguridad social y la ley tributaria", mientras
que recomendó a Argentina que mantenga "estabilidad y seguridad en
la junta monetaria".
"Es muy importante que Argentina concluya la legislación laboral
con reformas enfocadas a mantener la estabilidad macroeconómica",
y que "México consolide la reforma de su sistema bancario".
El Directivo del banco alemán recomendó a "los gobiernos de
América Latina darle prioridad a los programas de estabilidad
económica, pero sin sacrificar las reformas fiscales a los
intereses políticos".
Por su parte, William Cline, economista jefe del Instituto
Interamericano de Finanzas de EE.UU., insistió en que "América
Latina tiene que encontrar una fórmula sobre cómo resolver sus
problemas con el déficit por cuenta corriente" que en 1999
ascendió a 50 000 millones de dólares y este año estará entre esa
cifra y los 60 000 millones de dólares.
Cline consideró que algunos países, "como el caso de Venezuela,
tienen un superávit en la cuenta corriente, pero esos superávits
son irreales".
"En Venezuela -agregó- el superávit se debe al incremento del
precio del petróleo, pero hay que tener en cuenta que habrá
ajustes en el valor del crudo, y que por eso, tienen que seguir
con las reformas y crear la confianza de los mercados".
El argentino Claudio Lóser, economista jefe del FMI para América
Latina, insistió en que ese organismo recomienda a los países que
"hagan profundas reformas fiscales, especialmente para que saneen
sus sistemas bancarios".
Coincidió con los otros expertos en que "las perspectivas de
América Latina son buenas y no hay temor a que las inversiones a
corto plazo vayan a irse. Confiamos en que los países sigan las
reformas".
En la cita el BID recomendó mejorar la calidad de las
instituciones públicas de América Latina y corregir las
deficiencias de sus sistemas políticos, para favorecer el
desarrollo económico de la región.
Falta de representatividad, un problema de A. Latina
Dirigentes políticos y académicos de varios países miembros del
BID analizaron ayer, en Nueva Orleans (Luisiana), los problemas de
política y gobernabilidad de Latinoamérica, detectando entre ellos
la escasa efectividad de los gobiernos, el incumplimiento de las
normas y la falta de transparencia.
El jefe del Banco, Ricardo Hausmann, destacó que, a pesar de que
hay informes que, como el de Freedom House, señalan a América
Latina como la segunda región en el mundo en materia de libertades
democráticas, "los pueblos no están satisfechos y no confían en
sus instituciones gubernamentales".
Hausmann destacó que es el "poder legislativo el que menos
confianza genera entre los ciudadanos, porque los poderes judicial
y ejecutivo existen también en épocas de dictadura".
El poder legislativo -subrayó- es débil, técnica e
institucionalmente, mientras que el poder judicial carece de la
independencia y los recursos. Las contralorías no tienen marcos
legales adecuados y son vulnerables a las presiones políticas. Y
agregó que, "aunque probablemente no sea cierto", los sondeos de
opinión señalan que el 80 por ciento de los ciudadanos cree que la
corrupción ha aumentado.
Los participantes centraron buena parte del debate en los partidos
políticos y en el papel que representan en las sociedades. El ex
presidente de Ecuador, Osvaldo Hurtado, defendió la necesidad "de
los partidos políticos como base de las instituciones
democráticas, mientras que estas son las que dan continuidad a los
programas de desarrollo". En el caso de Ecuador, explicó, "la
volatilidad de los partidos políticos y del electorado ha impedido
que haya un seguimiento de las decisiones gubernamentales".
Hausmann manifestó que en América Latina los regímenes electorales
tienden a favorecer a los partidos políticos que a los electores
"porque se vota una lista y no a una persona". Y agregó que "los
partidos políticos pueden ser fácilmente captados por intereses
ajenos si no hay democracia interna. Otro de sus problemas es la
volatilidad de los electores".
Uruguay, Costa Rica y Chile son los países latinoamericanos en que
los electores son más fieles, según Hausmann. En el caso de
Brasil, sus partidos políticos son los más débiles y se sitúan en
el último lugar de la lista del continente, apuntó Bolívar
Lemounier, director del Instituto de Investigación y Estudios
Políticos, Económicos y Sociales de Sao Paulo.
Ricardo Hausmann destacó también el problema de la baja
participación latinoamericana y estableció un paralelismo entre
esta y la corrupción, dando como ejemplo los casos de Uruguay y
Costa Rica en los que "la participación ciudadana es mayor y la
corrupción es menor". (Texto tomado de El Comercio)
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