Guayaquil. 15 sep 99. Todos los partidos políticos en el Congreso
Nacional han votado y aprobado leyes creando gastos y/o
incrementando los mismos en forma irresponsable y demagógica, ya
que no había financiamiento para ello.

Falta de visión

La Sociedad Ecuatoriana presenta hoy más que nunca, una situación
delicada, compleja, cargada de frustraciones, de tensiones, de
falta de liderazgo, en la que a las élites, tanto políticas como
sociales y económicas, les falta una visión para señalar el
camino, por donde debe transitar el pueblo del Ecuador en los
próximos 20 años.

Los líderes actuales no logran, hasta la presente fecha,
desarrollar una síntesis visionaria de lo que debería ser el
Ecuador en ese lapso.

Varios fantasmas recorren el país; el del probable caos
económico, financiero y cambiario, el de la pobreza y el
desempleo creciente, junto con síntomas intensos de una probable
disolución del país. Toda esta complejidad se presenta, junto con
una disponibilidad, bondad y calidad de recursos naturales y
humanos, que nos dan posibilidades para crear progreso y
bienestar en el largo plazo, para toda la población ecuatoriana.

Pero hay factores en el Ecuador que no nos permiten avanzar por
la senda del progreso. La política, los políticos, sus
agrupaciones y los sindicatos públicos tienen aprisionado al país
y a la voluntad de los ecuatorianos para trabajar eficazmente en
la creación de riqueza. La política nuevamente está sacrificando
a la economía y las posibilidades de crear bienestar.

Problemas coyunturales (fiscal)
Hay dos facetas de la problemática económica del país: una que
tiene que ver con la coyuntura y otra con la estructura del país.


Los problemas coyunturales deben ser manejados y resueltos
eficientemente, para que los problemas de fondo puedan ser
atendidos adecuadamente.

Los problemas coyunturales de tipo económico y financiero son
varios, entre ellos: el déficit fiscal, aún no resuelto por el
Gobierno, la alta tasa de interés, la inflación, la volatilidad
del tipo de cambio, la creciente deuda pública, el debilitamiento
del sistema bancario ecuatoriano y la depresión de la economía.

La falta de credibilidad y la desconfianza generalizada e intensa
de los mercados y de sus agentes económicos, son los factores más
importantes en la coyuntura actual del Ecuador.

En varias décadas no se había visto que el Gobierno general se
estuviera endeudando para financiar el gasto corriente. Por otra
parte, pocas veces habíamos tenido que las exportaciones de todo
tipo, aún hoy (1999) cotinuarán derrumbándose.

¿Por qué es urgente resolver el desequilibrio fiscal? Por tres
factores: Primero porque promueve inflación. Segundo, porque es
responsable de las altas tasas de interés y tercero porque es
responsable de lo que acontece con el tipo de cambio.

La inflación ecuatoriana del 55% anual, en un mundo en que
América Latina tiene una inflación menor al 2% anual, provocan
una desalineación del tipo de cambio, debilitando el sucre.

Con el nivel actual de las tasas de interés, 70 - 80% la demanda
privada (gasto de consumo e inversión) seguirá deprimida,
llevando sus efectos recesivos más intenso a la economía y al
mayor desempleo.

Insuficiencia de divisas
Un segundo problema grave ha sido el desequilibrio crítico de la
balanza de pagos.

El Ecuador, hoy por hoy, no puede generar el volumen de divisas
necesarias para financiar su desarrollo interno a tasas
superiores al crecimiento de la población. Las causasn son un
nivel insuficiente de las exportaciones de bienes y/o por
factores de insuficiencia de ingreso de capitales.

Por tal motivo es urgente atender ordenadamente y mediante una
ley específica, el estímulo a las exportaciones de todo tipo.
Ecuador requiere incrementar su capacidad de exportación y es
urgente que los estímulos tributarios y no tributarios, sean
implementados para el sector mencionado.

La falta de credibilidad internacional en el país, así como la
situación de mercado internacional, ha contribuido para que el
ingreso de capitales al Ecuador en 1998 y en lo que va de 1999
sea totalmente insuficiente para financiar la posición
deficitaria de la cuenta corriente de la balanza de pagos en una
economía en crecimiento.

Frente a la existencia de una brecha en la balanza de pagos
(1998), sin un financiamiento sólido, el Banco Central tomó en
el pasado ciertas decisiones que intensificaron los problemas,
obteniéndose resultados perversos.

Una reserva monetaria internacional menor a USD $ 1.200 millones
y las noticias de que el Congreso aprobó para 1999 el Presupuesto
General del Gobierno Central, totalmente desfinanciado: condujo
al Banco Central a dejar flotar el sucre con todas las
consecuencias que son conocidas y públicas.

El actual régimen cambiario no puede durar y el Gobierno nacional
con el Banco Central del Ecuador deben decidir cuál es el mejor
esquema hacia el futuro.

Debilidad bancaria
Como otro problema actual que ha complicado la situación
financiera del país, está el tema del estado actual del sistema
bancario ecuatoriano.

Prácticas financieras y contables no adecuadas de uno u oro
banco, hoy en manos del Estado, una intensa recesión económica
que ha debilitado el flujo de fondos de los deudores, una pobre
y bajísima calidad de la supervisión bancaria, con cierto cierre
de líneas de los bancos corresponsales en el exterior, una
sobrevaloración de los activos bancarios, una insuficiencia en
las provisiones, una insuficiente base patrimonial de algunos
bancos, y una reducción de la liquidez por parte del Banco
Central, han contribuido a reducir drásticamente el crédito
bancario y la liquidez en toda la economía intensificando este
hecho no solo las recesiones, sino la desconfianza y falta de
credibilidad de los mercados.

La reforma bancaria eliminando los factores que han llevado a la
crisis, la capitalización masiva del sistema, el castigo de
activos bancarios que están sobrevalorados, la estatización de
algunos bancos, y el mejoramiento radical de la Supervisión
Bancaria son necesarias, si los bancos y el gobierno desean
responder al desafío actual y si se desea recursos para el
financiamiento de la expansión económica futura del país.

Problemas estructurales
Los problemas estructurales o de fondo del país, se refieren a
lo siguiente: Incapacidad de la economía ecuatoriana a crecer a
tasas superiores al 6% anual y crear progreso y prosperidad para
12 millones de ecuatorianos. La falta de confianza y credibilidad
no solo en el gobierno, sino en la viabilidad del país, se
refleja en los bajos coeficientes de ahorro e inversión, así como
por la falta de asistencia financiera internacional para
incrementar el flujo de inversiones a los procesos productivos
de creación de riqueza. Debilidad institucional, la cual es
responsable para que la economía de mercado sea muy frágil en el
país. Esta debilidad se relaciona con instituciones económicas,
jurídicas y políticas.

Todo lo anterior se resume así: depresión económica y social,
pobreza, pauperización y desempleo creciente, desaparición de la
clase media ecuatoriana, confrontaciones, inseguridad y violencia
en las calles, en los hogares y en el agro ecuatoriano.

Estamos frente a una situación política y social muy explosiva
que es necesario desactivarla y son las élites del Ecuador y el
gobierno las que deben hacer un esfuerzo serio para rescatar al
país del camino insensato y poco prudente por el que estamos
recorriendo. La vía que han seleccionado los diferentes grupos
humanos y sus líderes es la del caos y la disolución del país.

Si los desequilibrios de corto plazo, son los problemas que
originan intensamente la situación actual, lo lógico es darles
solución. Esto nos permite abordar primero el tema del déficit
fiscal, no resuelto ni por el Congreso ni por el gobierno
nacional.

Tomar acciones para iniciar el proceso de lo que se denomina La
reingeniería de la deuda pública, a los fines de reducir su
tamaño y reactivar intensamente la actividad en el sector
petrolero, incrementando la producción y la exportación
petrolera, con el fin de aumentar las exportaciones y los
ingresos fiscales.

Esquema cambiario
Existen hoy tres grandes esquemas que están en discusión en el
mundo. El esquema de los tipos de cambios fijos, la flotación y
los controles.

El primero se relaciona con la caja de conversión (Hong Kong y
Argentina) y la moneda unificada en un bloque monetario (Europa).


El segundo tiene relación con la flotación pura, limpia y la
flexibilización administrativa.

El tercero aplicado por Malasia. Son los controles cambiarios,
a los movimientos a los flujos de capitales, y otros controles.

El esquema cambiario a ser adoptado por un país debe, para ser
tomado en serio, pasar por dos pruebas. Primero, el nuevo esquema
debe ser mejor al actual y segundo, debe tener a oportunidad de
ser implementado: esto es, ser viable políticamente.

Al reformar los esquemas financieros y cambiarios de un país, los
hacedores de la política económica programan cumplir con tres
objetivos. El uno es el de mantener la independencia de la
política monetaria y la soberanía nacional. El segundo es
participar en la globalización actual del mundo y aprovechar
todos los beneficios que ella da. El tercero es mantener una
supervisión finaniera y bancaria de alta calidad que absorba,
como un buen amortizador, los efectos indeseables que la
globalización financiera acarrea.

Estos factores forman una trinidad de objetivos (integración,
regulación y soberanía) que no se pueden conseguir
simultáneamente.

Larry Sammer, Subsecretario de Asuntos Monetarios del Tesoro
Americano y el Profesor Paúl Krugman, nos han recordado que los
tres objetivos anteriores son incompatibles. Ello representa una
trinidad imposible de conseguir y caracteriza al mundo financiero
actual globalizado.

Con lo dicho anteriormente, veamos lo que es la Caja de
Conversión (convertibilidad).

Este esquema representa un conjunto de reglas automáticas que
tiene como objetivo dar estabilidad económica a un país.

Estas reglas en forma específica son:
La unidad monetaria de un país es equivalente a la unidad dólar.
Un sucre vale un dólar. No es posible devaluar. Ello permite la
estabilidad tan anhelada.

El Banco Central emite dinero, solo cuando obtiene un dólar por
incremento de sus reservas.

El Banco Central no da créditos a ningún tipo al sistema bancario
Nacional. El papel de prestador de última institución desaparece
en este esquema.

El Banco Central no puede, en su versión extrema, utilizar el
encaje bancario, como regulador de los flujos monetarios. Pero
tampoco puede llevar a cabo operaciones de mercado abierto. En
otras palabras, todo lo anterior significa eliminar toda
discrecionalidad que tiene el Banco Central para hacer política
monetaria y por lo tanto la tecnocracia deja de tener el poder
que tiene.

La política monetaria se vuelve dependiente de otros países. En
el caso del dólar, el FED de los Estados Unidos.

Al eliminarse la discrecionalidad de un Banco Central en la
conducción de la política monetaria, la oferta monetaria y la
tasa de interés se ajustan automáticamente de acuerdo a las
circunstancias económicas, con un tipo de cambio fijo.

Pero el esquema requiere para un funcionamiento ordenado, una
flexibilización de los mercados, especialmente el mercado laboral
y es aquí donde es necesario reformas urgentes e íntegras al
mercado laboral y a las leyes del trabajo.

Cuando hay una crisis económica, y la economía debe ajustarse a
las nuevas circunstancias, y en vista de que el ajuste no puede
venir vía devaluación, el mercado laboral debe ser flexible para
que los sueldos y salarios sean el factor de ajuste. Pero si por
las realidades políticas de nuestra sociedad, no se permite
modificar radicalmente las leyes laborales para obtener la
flexibilidad que se requiere, el ajuste se dará a través del
incremento substancial y abierto del desempleo de la mano de obra
cuando sobrevengan ataques externos a la economía.

La convertibilidad ha probado ser de utilidad en Argentina y Hong
Kong. Ha conseguido lo que persigue: estabilidad cambiaria y
económica. Pero ¿será posible implementarla en el Ecuador?

Pero debido a la crisis, y a la desconfianza generalizada en el
actual esquema monetario-cambiario y en nuestra moneda, se
requiere urgentemente implemenar la convertibilidad. Es el único
esquema que puede hacer renacer la confianza en el país y
políticamentre creo que el país está preparado para ese cambio
radical.

Por otro lado, volver a la época de los controles, a las
importaciones de bienes y cambiarios, tampoco parece ser lo más
adecuado. Esto funciona solo en el corto plazo y ¿después que?

Lo anterior nos deja el esquema de flotación. Un esquema puro,
en un mercado pequeño y frágil, como el ecuatoriano, es
inconveniente porque se produciría mayor volatilidad e
incertidumbre de la que existe actualmente. Lo que ha pasado en
los últimos 180 días es un ejemplo de ello. El sucre se ha
debilitado en el 70% en relación al dólar americano. En 1925 la
relación entre el sucre y el dólar americano era de 5 a 1. En
1981, tal relación fue de 25 a 1 y hoy julio 1999, esa relación
es de prácticamente 500 veces a 1. Esto no puede continuar.

Si el déficit fiscal, la inestabilidad del sistema bancario y el
actual esquema monetario-cambiario, no son resueltos
favorablemente el Banco Central estará nuevamente contra la pared
y el sucre se debilitará más.

Deuda pública
Pero en la coyuntura del país, resolver el problema de la deuda
pública es urgente. Sus niveles son críticos. Actualmente la
deuda pública externa representa prácticamente el 325% de las
exportaciones y el 92% del PIB.

Aun cuando el principal de los bonos brady (Discount y Par), está
garantizado en el 100% por bonos cupón cero de la Tesorería
Americana, los intereses representarán no menos del 30% de los
$ 4.000 MM que el Ecuador exportará el presente año (1999). A su
vez, el 43% de los ingresos corrientes del gobierno general se
están destinando para el pago de los intereses de la deuda
pública.

Se requiere con urgencia reducir el servicio de la deuda pública
externa. Recursos financieros para la reingeniería, si existen
en el mercado internacional. No se puede seguir honrando, en
forma ortodoxa, el servicio de la deuda. Para la economía
ecuatoriana y su desarrollo futuro, es vital la reducción del
tamaño de la deuda pública liberando recursos financieros para
designarlos a la inversión social.

Pero la deuda pública externa es solo una parte del problema.
Debido a factores señalados anteriormente el endeudamiento
público interno ha crecido espectacularmente en los últimos
cuatro años, amenazando día a día a que el Estado no disponga de
ingresos corrientes para asegurar un funcionamiento adecuado y
mínimo de los servicios públicos básicos.

Errores gubernamentales
El gobierno del presidente Mahuad ha incurrido en errores graves
en la conducción de la economía. El no atender, desde el
principio, los desequilibrios macroeconómicos que ya existían al
10 de agosto de 1998, y luego tomar decisiones totalmente
equivocadas en la administración de la política económica y
financiera, ayudaron en forma poderosa a intensificar los efectos
de la crisis económica que hoy enfrentamos.

La creación del 1% como impuesto a la circulación de capitales
fue un error que produjo un importante proceso de
desintermediación financiera, que todavía lo tenemos.

El feriado bancario y el denominado congelamiento de los
depósitos bancarios, (incluyendo depósitos en las entidades
off-shore), no solo que fortalecieron la desintermediación
financiera, sino que destruyeron la confianza y la credibilidad
en las instituciones bancarias, así como en nuestra unidad
monetaria, debilitando enormemente el sistema de pagos.

La falta de carácter y decisión de los altos funcionarios
públicos y la baja calidad de la supervisión bancaria permitieron
el crecimiento de problemas financieros en el sistema bancario
que antes del 10 de agosto de 1998, se habían identificado.

La reactivación de los sectores reales de la economía requiere
implementar todas las sugerencias esbozadas aquí, pero también
crear mecanismos financieros, vía la CFN, para reprogramar los
pasivos de los empresarios privados a tasas de interés más bajas
de las actuales.

En forma resumida existe en el campo económico - financiero, una
salida a la crisis.

Dos políticas deben ser implementadas. En materia externa, la
política financiera del gobierno debe tener como objetivo la
consecución de un flujo mucho mayor de ahorro externo para elevar
la inversión, la tasa de crecimiento y del nivel del empleo.

Estos recursos deberán provenir de organismos regionales e
internacionales de financiamiento. De los miembros del Club de
París, de la Banca Privada Internacional y de los mercados de
capitales del mundo.

La reducción del tamaño actual de la deuda (bonos Brady) y la
liberación de recursos financieros para el desarrollo, es vital
para el país. Existen recursos internacionales para tal
propósito.

El segundo pilar está relacionado con la política económica
interna.

La convertibilidad, la reforma fiscal, las reformas al sistema
de seguridad social, la flexibilización del mercado laboral, la
modernización del Estado y el saneamiento bancario son elementos
que complementan el objetivo de crear orden en el campo económico
interno a los fines de dar estabilidad económica y confianza en
el país.

Sin embargo de lo anterior, si los líderes políticos ecuatorianos
no llegan a un desbloqueo de la política y contribuyen con el
gobierno a aplicar la salida sugerida, la democracia ecuatoriana
y la paz social estará en peligro de desaparecer. (Texto tomado
de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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