Durante la cita con su homólogo brasileño Celso Amorin, el canciller ecuatoriano se refirió a la cumbre de Bariloche
A tres días de la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Gobierno de Ecuador -secretario temporal del organismo regional- se mostró optimista de la cita de este viernes en Bariloche (Argentina).
"Confío en que la cumbre propiciará un diálogo abierto y transparente", declaró el canciller ecuatoriano Fander Falconí a la salida de la reunión que mantuvo con su par brasileño, Celso Amorin, ayer en Brasilia.
Según Falconí, el objetivo de la reunión de los 12 países es que los gobernantes puedan tamizar la polémica y buscar objetivos comunes. "Unasur no sentará ni a Colombia ni a otro país en el banquillo de los acusados. Tampoco generará conflictos", añadió el funcionario.
En igual tono se pronunció el ministro de Relaciones Exteriores colombiano, Jaime Bermúdez, desde Santiago. El canciller manifestó que su país quiere discutir en la Unasur sobre "la compra de armas a terceros países, el terrorismo y el narcotráfico en la región, y los acuerdos de cooperación con terceras naciones".
Según el portavoz ecuatoriano , el gobierno de Colombia envió un comunicado proponiendo un conjunto de temas a ser tratados en la reunión además de la bases militares. "No hay temas vetados y todos los asuntos relacionados con la seguridad tienen que ser tratados en esta cumbre", señaló Falconí, quien apuntó, además, que confía "en que de ese encuentro "!salga una decisión constructiva, que permita hacerle un seguimiento a las negociaciones entre Colombia y Estados Unidos", tarea que podría ser encargada al Consejo de Defensa de la Unasur.
Por su parte, el titular brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, aseguró que su Gobierno puede explicar los acuerdos militares que discute con Francia para adquisición de armamento o posible cooperación en el adiestramiento de tropas.
Para Amorim "es necesario que los presidentes dialoguen y creen un clima de confianza", por lo que Colombia y EEUU deberían ofrecer algún tipo de "garantía" de que los acuerdos serán limitados exclusivamente a territorio colombiano. (EFE)
A tres días de la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Gobierno de Ecuador -secretario temporal del organismo regional- se mostró optimista de la cita de este viernes en Bariloche (Argentina).
"Confío en que la cumbre propiciará un diálogo abierto y transparente", declaró el canciller ecuatoriano Fander Falconí a la salida de la reunión que mantuvo con su par brasileño, Celso Amorin, ayer en Brasilia.
Según Falconí, el objetivo de la reunión de los 12 países es que los gobernantes puedan tamizar la polémica y buscar objetivos comunes. "Unasur no sentará ni a Colombia ni a otro país en el banquillo de los acusados. Tampoco generará conflictos", añadió el funcionario.
En igual tono se pronunció el ministro de Relaciones Exteriores colombiano, Jaime Bermúdez, desde Santiago. El canciller manifestó que su país quiere discutir en la Unasur sobre "la compra de armas a terceros países, el terrorismo y el narcotráfico en la región, y los acuerdos de cooperación con terceras naciones".
Según el portavoz ecuatoriano , el gobierno de Colombia envió un comunicado proponiendo un conjunto de temas a ser tratados en la reunión además de la bases militares. "No hay temas vetados y todos los asuntos relacionados con la seguridad tienen que ser tratados en esta cumbre", señaló Falconí, quien apuntó, además, que confía "en que de ese encuentro "!salga una decisión constructiva, que permita hacerle un seguimiento a las negociaciones entre Colombia y Estados Unidos", tarea que podría ser encargada al Consejo de Defensa de la Unasur.
Por su parte, el titular brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, aseguró que su Gobierno puede explicar los acuerdos militares que discute con Francia para adquisición de armamento o posible cooperación en el adiestramiento de tropas.
Para Amorim "es necesario que los presidentes dialoguen y creen un clima de confianza", por lo que Colombia y EEUU deberían ofrecer algún tipo de "garantía" de que los acuerdos serán limitados exclusivamente a territorio colombiano. (EFE)
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