NACIONAL

Una breve historia de la conspiración en Ecuador

Antes de la segunda vuelta electoral, en junio de 1996, el diario peruano Sol alertó sobre una operación “Zorro”, diseñada por las Fuerzas Armadas para evitar que Abdalá Bucaram llegara a Carondelet.

Las FFAA, según ese diario, planificaron primero un fraude electoral a través del Instituto Geográfico Militar, luego enviar a matar al presidente electo y tercero, asestar un golpe de Estado.

Antes, en marzo de 1996, en plena campaña electoral por la Presidencia, el entonces diputado socialcristiano Heinz Moeller ya denunció un complot para asesinar al candidato Jaime Nebot. El crimen sería ejecutado por un Ricardo Sánchez (a) “El Colombiano”. “Esta versión la tenemos de fuentes absolutamente veraces, internas de la Policía ecuatoriana y colombiana”, dijo Moeller.

El 7 de noviembre de 1996, cuando ya Bucaram era presidente, uno de los helicópteros de la comitiva presidencial que viajaba de Paján, en Manabí, a Naranjal, en Guayas, se incendio a pocos segundos de su despegue. Bucaram dijo que él estuvo a punto de abordar la nave y atribuyó el accidente a “un complot para asesinarlo”.

“Si viajo allí, es porque fue una elección de pares o nones y si el helicóptero toma unos minutos más no estuviéramos hablando”, declaró. En el complot, un supuesto “plan Cóndor”, fue involucrado un industrial no quiteño, cuyo nombre nunca se develó.

La denuncia después bajó de tono. “Voy a viajar ahora más que nunca, porque el presidente de la República es el presidente de todos los cantones y provincias, y porque tengo absoluta seguridad en los viajes que haré”, dijo dos días más tarde Bucaram.

En abril de 2003, fue Lucio Gutiérrez quien denunció un supuesto complot para asesinarlo. En ese operativo habrían estado involucrados dos ecuatorianos y nueve sicarios de Cali y Pasto, que nunca fueron detenidos. (JT)


NACIONAL

El 22 de julio el presidente habló, en una entrevista por televisión, de plan para acabar con su vida usando cohetes.


El complot denunciado por Alodia


El 22 de julio se transmitió una entrevista al presidente Rafael Correa, donde él admitía la existencia de posibles amenazas a su integridad. “Por supuesto que hay grandes riesgos en cuanto a seguridad, grandes amenazas y ya hemos tenido denuncias de grupos que han querido adquirir cohetes”.

Según el primer mandatario, esto se debe a que su gestión es una amenaza para ciertos sectores. “Estamos afectando grandes intereses, si hubiera pasado la ley de justicia financiera (modificada por el Congreso hace poco), se hubieran disminuido en $200 millones las utilidades de los bancos. Se imagina lo barato que es mandar un matón a sueldo para ahorrarse esa cantidad”, dijo.

Dos días más tarde, el 24 de julio, el periodista Carlos Vera anunció en su programa, Contacto Directo, que las denuncias realizadas por el presidente eran corroboradas por el testimonio de una fuente que habló con él. Según Vera, su fuente es un colaborador del Gobierno de Correa que nunca figuró en un cargo público ni lo solicitó.

Esta fuente, conocida en medios policiales como Alodia, le habló de dos reuniones cuyo objetivo fue deliberar estrategias para tumbar al régimen y deshacerse del presidente. La primera se habría realizado en el Hotel Marriott el 7 de julio y la segunda, en una casa del barrio La Puntilla, en Guayaquil, el 17 de julio. Allí, este testigo, según manifiesta Carlos Vera en un editorial en El Comercio, habría reconocido entre los participantes a “dos patrones de partidos políticos, con un personaje vinculado al sector petrolero en la época de Febres Cordero, un ejecutivo bancario y un teniente coronel del Ejército”.

El martes 31 de julio, el fiscal Jorge German llamó al comunicador a rendir declaración en el Ministerio Público. Acompañado de un guardaespaldas, Vera entregó la información que había adquirido, donde constarían un video y documentos. Sin embargo, se reservó el derecho de ocultar la fuente.

La causa, que actualmente se encuentra en indagación previa, es llevada por el fiscal Raúl Rosero, quien llamó a rendir su versión al ministro de Gobierno, Gustavo Larrea, el martes 7 de agosto. (AIV)


Frases del complot


La semana pasada se intensificó denuncia sobre atentado.

"Le digo al presidente (Rafael) Correa que tenga la plena certeza de que este es un claro mensaje que le están dando. Al señor Correa lo van a tumbar o lo van a matar". Abdalá Bucaram, 30 de enero de 2007.

"Aquí lo que hay es una fuerte tensión política, porque hay fuerzas que están siendo derrotadas y que quieren imponerse por actitudes de hecho", sobre el Congreso, Rafael Correa, 9 de marzo de 2007.

"Me pueden dar un tiro, pero el Gobierno y la población van a estar unidos para vencer a las oligarquías". Rafael Correa, en un mitin político celebrado el 28 de mayo. Fue la primera alusión al tema.

"Ya están sembrando (los grupos de derecha) el escenario para que, si corre suficiente dinero, haya una mayoría de 67 votos en el Congreso (integrado por 100 diputados) para destituirme". 4 de agosto de 2007.

"Está unida la partidocracia, están desesperados. Si creen que van a ser arrasados el 30 de septiembre, tratarán de destituirme en los próximos meses y, si no, esperarán a la Asamblea". 4 de agosto de 2007.

"No tenemos indicios que nos hagan suponer que hubo la reunión, pero tampoco tenemos indicios que nos hagan suponer que no hubo". Gustavo Larrea, en declaraciones dadas el 6 de agosto pasado.)

Ministros y jefe de las FFAA han declarado

Además del ministro Gustavo Larrea, en la investigación sobre el supuesto complot para asesinar al presidente han declarado el jefe del Comando Conjunto, Héctor Camacho, el pasado miércoles por la mañana; y por la tarde, la ministra de Defensa, Lorena Escudero

Escudero entregó toda la información recogida en investigaciones de Inteligencia Militar.

La semana que viene, se espera un llamado a más testigos aunque no se han especificado nombres.

Dentro del Gobierno, el hermetismo es visible ya que nadie desea realizar declaraciones ni aclarar la postura del régimen ante las denuncias emitidas por el mismo presidente. Ese es el caso del jefe de la Casa Militar, encargado principal de la seguridad del mandatario, el almirante Pablo Dousdebés.

Freddy Bravo, ex diputado del Prian (partido involucrado en el supuesto complot criminal), negó que exista una alianza con otras asociaciones políticas como Sociedad Patriótica y el Partido Social Cristiano para tumbar al presidente de la República, Rafael Correa.

“Dijo que lo quieren matar, ¿por qué? Porque no tiene respuesta a esta escalada de precios, a este proceso inflacionario incontrolable”, sostuvo el ex legislador. (AIV).

NACIONAL

ENTREVISTA A León Espinosa - analista político

Es licenciado en Ciencias Políticas, tiene un Máster en Literatura y en Derecho. Es analista político y se ha desempeñado como catedrático de la Universidad Católica

"En la política se juega al papel de la víctima"

"Se supondría que ejercer poder significa contravenir ciertos otros poderes".

¿Qué motivos podría haber para un atentado en contra del Gobierno actual?
Se supondría que ejercer poder significa contravenir ciertos otros poderes y al tratar de vulnerarlos, ahí se generan ciertas desavenencias, que significan enemigos que pueden potencializarse dependiendo a la circunstancia histórica que viva en ese entonces el país.

¿La amenaza contra la vida del presidente Rafael Correa es ficticia o real?
La amenaza actual puede ser una estrategia, pero no se descarta que sea parte de ciertos hechos que gravitan alrededor del poder, que vienen con el cargo, y que son reales. El Gobierno es idealmente de diálogo, pero al tener poder se reacciona frente a hechos, grupos, que generan amenazas, a veces infundadas y a veces ciertas y verídicas.

Sea verdad o mentira, ¿qué ventaja le genera esta amenaza al presidente Correa en la opinión pública?
En la política se juega siempre al papel de la víctima, esas amenazas hacen que el público se identifique con la persona que se ve amenazada. Eso le genera una reacción favorable con la ciudadanía.

¿Considera que puede haber una diferencia entre la denuncia actual con la que en su época realizaron Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez?
Sí hay una diferencia. Con Bucaram y Gutiérrez hubo determinación favorable hacia ciertas bases tradicionales del poder, causando una contradicción de los grupos. Sin embargo, no se descarta que pueda ser la misma estrategia, pero son distintos intereses. Ellos eran amigables con los grupos tradicionales. En cambio, cuando se tiene a un gobernante que intenta romper con la red monopólica de intereses, sea Rafael Correa o no, el recibimiento popular sabrá diferenciarlos.

¿Influye el recuerdo de la muerte de Jaime Roldós?
Sí, porque existe una idea del mártir, él fue un personaje que se identificó con intereses colectivos; entonces pesan más las amenazas que les son cercanas a la gente. Ese caso modificó la historia del país, entonces influye.

¿Cómo cree que reaccionaría la ciudadanía ante un atentado contra el primer mandatario?
Es posible prever que eso tendería a crear un ánimo de mayor convulsión en el Ecuador. (AIV).


La última denuncia por intento de asesinato

Fue el ex presidente Lucio Gutiérrez el que presentó la última denuncia por intento de asesinato, luego de que regresara a Quito y fuera llevado a la cárcel.

La denuncia fue presentada en la Fiscalía por Luis Almeida, Eduardo Heredia y Jorge Acosta (hoy presidente del Tribunal Supremo Electoral) el 5 de enero de 2006.

Según esa denuncia, el director del ex penal garcía Moreno de Quito le habría dicho a Lucio Gutiérrez que en el próximo paro de reclusos podría ser víctima de un atentado, porque el precio por su cabeza llegaba a los $100 mil.

La denuncia nunca fue comprobada y tampoco se estableció quién habría puesto un precio por la muerte del ex presidente.

Cuando Gutiérrez fue presidente también habló de un plan para matarlo, en el que involucró a banqueros corruptos, empresarios que no pagan impuestos y a políticos y familiares de ellos que no quieren pagar al Estado. (JT)


PUNTO DE VISTA

De Teodoro Bustamante

La seguridad presidencial

Una autoridad responsable habla de estos hechos cuando tiene pruebas

La seguridad de un jefe de Estado es importante, desde dos puntos de vista. Por una parte el trabajo, las responsabilidades del presidente generan riesgos, presiones, disconformidades, que pueden disminuir su capacidad para desempeñar adecuadamente sus funciones. En segundo término, la seguridad del presidente, que representa a los ciudadanos, es el emblema de la seguridad de todos. Si el presidente no está seguro, ¿quién puede estarlo?

En el primer aspecto que señalamos, la seguridad de una persona, el funcionario, es condición, garantía para el funcionamiento de las instituciones. Es un factor fundamental para que el país mismo pueda mantenerse como tal. Pero en realidad se trata de la seguridad de todos quienes deben tomar decisiones políticas. Por lo tanto, son parte del mismo problema de seguridad de varios funcionarios. El hecho que una directora de prisiones o que una asistente de un juzgado hayan sido asesinadas indica la precariedad de la seguridad de las funciones estatales. Pero no solo eso es una manifestación de nuestra debilidad. También es parte de ello la incapacidad para proteger a los diputados cuando fueron atacados, y sobre todo la complicidad de las autoridades cuando se allanó y agredió a un tribunal constitucional. En todos estos momentos se ha atentado contra funcionarios, y la vulnerabilidad de uno de ellos evidentemente acrecienta la de todos, incluida la del jefe del Ejecutivo.

A esto se agregan las denuncias que por varios medios se han transmitido respecto a la existencia de un complot para asesinar al presidente.

Llama la atención la ligereza con la cual esto ha sido tratado. Una autoridad responsable habla de estos hechos cuando tiene pruebas que no solo le permiten descartar las especulaciones, las fantasías y rumores, sino que sobre todo le permiten iniciar las acciones legales correspondientes. El comportamiento que hemos observado favorece a los eventuales complotados, poniéndolos sobre aviso. Amenaza la seguridad de las posibles fuentes de información y pone en riesgo la propia seguridad del jefe de Estado en la medida en que menoscaba las posibilidades de acción de quienes tienen por responsabilidad defenderlo.

Cuando un tema delicado como este es manejado con insuficiente seriedad, se genera además el riesgo del cuento del lobo; que surja la duda sobre si en esa alarma no priman otras intenciones: llamar la atención, buscar apoyo, descalificar a los críticos y por último levantar graves acusaciones para justificar acciones represivas. En ese caso, se trataría de una manipulación que menoscaba también la seguridad de las autoridades, puesto que a pesar de las manipulaciones su credibilidad se verá disminuida, pero sería sobre todo una burla al conjunto de la sociedad, a su buena fe. Para evitar estas dimensiones tan negativas, sería deseable que se traten estos temas con el profesionalismo, la mesura y la seriedad que su gravedad exige.


INTERNACIONAL

Con THE WALL STREET JOURNAL, tras una pelea de tres meses, y la nueva cadena de negocios, el magnate de los medios y el director de Fox News planean la guerra total

Rupert Murdoch da por iniciada la guerra por futuro del periodismo

Rupert Murdoch, propietario en espera de The Wall Street Journal, está tomando el camino fácil. Tras la enconada batalla de tres meses por la aprobación de los suficientes Bancrofts en disputa para comprar su Dow Jones, el magnate adoptó un tono cortés con la familia, cuyo siglo de control él estaba por llevar a su fin. “Dada la larga y distinguida historia de los Bancrofts como custodios del Down Jones, apreciamos lo difícil que fue esta decisión para algunos miembros de la familia”, dijo Murdoch en una declaración emitida recientemente, después de recibir los votos suficientes de la familia para garantizar su adquisición de la empresa por $5 600 millones. La gran batalla por el Dow Jones llegó a su fin.

Sin embargo, la guerra por el futuro del periodismo solo está empezando. Cuando se fusionen con News Corp, Fox News y Fox Business Network será lanzada (y será pronto), la compra del Journal por Murdoch creará un gigante cuya influencia llegará más allá del mundo de las noticias financieras. Con planes para expandir la cobertura internacional del Journal, Murdoch está impaciente por la pelea con el que se presume es el periódico de mayor circulación de los EEUU, The New York Times, así como The Financial Times de Londres.

“Quiero que sea más competitivo con The New York Times”, le dijo Murdoch a Joseph Nocera, columnista del Times. Más tarde, después de que se cerró el trato, la editorial del Journal acusó a los detractores de Murdoch de tener motivos “comerciales” e “ideológicos”, y arremetió contra los dos Times por dar crédito a las inquietudes de que Murdoch convertiría al periódico en el portavoz de sus propios intereses políticos y de negocios. Al día siguiente, Roger Ailes, “zar” de las noticias en televisión de Murdoch, dijo a Newsweek que The New York Times “era el periódico adecuado para colocar en el suelo de la perrera. Ahora, cuando sus dueños salen, los perros llaman y cancelan sus suscripciones. Es un activo que agoniza”.

Los competidores de Murdoch ya se preparan para la pelea. Los ejecutivos de The New York Times se han reunido al menos una vez durante el último mes para discutir sobre Murdoch, según dos periodistas del Times que solicitaron no ser nombrados. Al declinar una solicitud de Newsweek para una entrevista el director ejecutivo de Times, Arthur Sulzberger hijo (vocero principal de la empresa) dijo que el Journal “ha sido un buen competidor y esperamos que lo siga siendo”. Al mismo tiempo, con el lanzamiento en octubre del Fox Business Network, de Ailes, la CNBC señala de modo no muy sutil, a los espectadores y a los inversionistas, que es el número 1 en noticias de negocios por cable en los EEUU (por ahora). Para no quedarse afuera, el viernes pasado Bloomberg anunció una investigación de la industria que dice muestra a Bloomberg Televisión “como la cadena de elección para los espectadores influyentes a nivel internacional”. Time Warner reunió a Time Inc. Business y Finance Network. Thompson Corp. fortificó su posición en las noticias y en la entrega de información de Reuters por $17 000 millones. Pero es Murdoch, el inconforme y maestro de los asaltos asimétricos sobre los segmentos de medios existentes, quien aumentó más dramáticamente las apuestas. La prometida expansión del Journal por Murdoch ascenderá a “cientos de millones de dólares”, le dice un confidente a Newsweek bajo la condición de permanecer anónimo por no estar autorizado para hablar sobre el asunto.

Murdoch se negó a comentar. pero durante su campaña para buscar el apoyo de los Bancrofts, dijo que expandiría el Journal tanto geográficamente como en términos de contenido. Desea establecer la presencia del periódico en Europa, India y otras zonas de Asia.

Prometió ampliar la oficina del Journal en Washington. Y considera dar al periódico cuatro páginas más.

Si las tropas de reporteros del Journal retrocedieron impresionados ante la idea de un entrometido Murdoch como su propietario, la jerarquía del Journal está entusiasta. “Tener acceso a las redes de satélites, televisión de cable y digital (de Murdoch), y especialmente a su presencia en el extranjero, acelerará la distribución más amplia de nuestro periodismo”, le dijo el publicista Gordon Crovitz a Newsweek. Si el periódico tuviera los “recursos para expandirse a las noticias generales”, dijo, “nuestros lectores lo apreciarían”.

Debido a que el Journal ya tiene un trato exclusivo para que sus reporteros aparezcan en CNBC hasta 2012, no es claro qué papel jugará el periódico en el nuevo canal de negocios de Murdoch.

El director de CBNC, Mark Hoffman, dijo a Newsweek que “espera que la calidad del material” que su canal obtenga del Journal “continúe siendo de alto nivel”. Aunque Bloomberg es un contendiente clave en la batalla, con 200 millones de espectadores en todo el mundo (incluyendo 45 millones en los EEUU), el evento principal es entre CNBC y el equipo Murdoch-Ailes.

Existe aquí una historia tirante: Ailes fue alto ejecutivo durante los primeros años de CNBC, pero se fue con Murdoch. Ailes atrajo a los empleados de NBC a Fox News durante sus años de arranque, y NBC, unidad de GE, amenazó con demandar tanto a Ailes como a Fox News.

Ahora volvió a empezar. En entrevista con Newsweek, Ailes rehusó revelar detalles sobre la cadena de negocios en desarrollo, que llegará a 30 millones de hogares (una tercera parte del tamaño de audiencia de CNBC). Ailes dio a entender que el personal de CNBC tiene la intención de “cambiar de barco”.

Para mantener a CNBC adivinando la conformación de Fox Business Network, Ailes dice que ha hecho correr cierta “desinformación durante los últimos nueve meses”.

Esto logró que CNBC cambiara su lema al “Canal de Negocios de EEUU”, porque, según Ailes: “Pensaron que yo sería un patriótico” con respecto a Fox Business Network. Señala que el programa de mayor audiencia de CNBC es un “programa de juego” llamado Deal or No Deal (“Vas o no vas”). Y bromea diciendo que el ingreso más fuerte de su rival proviene de los infomerciales “de pinzas para la nariz y Body por Jake”. Hoffman, de CNBC, dice que la cadena no tiene idea de lo que Ailes y Fox planean, pero desestima los comentarios de Ailes, mientras un vocero califica de “simplista” la afirmación sobre los índices de audiencia del programa de juegos.

Con CNBC estando más fuerte de lo que ha estado en años, sus ejecutivos se sienten seguros. Pero en una reunión de la presidencia con toda la cadena, la mayoría de las preguntas a Hoffman y al presidente ejecutivo de NBC Universal, Jeff Zucker, fue sobre la nueva cadena de Murdoch. Zucker y Hoffman les dijeron “que tuvieran confianza pero no arrogancia”.

Hoffman dice que la clave es mantenerse enfocado en la misión. “CNBC es una cadena para los ricos y para quienes quieren ser ricos, y es en ello en lo que debemos enfocarnos”.

Ciertamente, nosotros conocemos a un magnate muy rico que observa de cerca)


PUNTO DE VISTA

De Luis Villacrés S.

La propiedad de los medios de comunicación social

Cualquier cambio tendrá que ser para bien, para mejorar la calidad

Los ataques permanentes contra los medios de prensa; el reciente informe sobre el salvataje bancario, que comprueba la relación incestuosa de algunos bancos, medios y personajes políticos; la reciente adquisición del Wall Street Journal por parte de un poderoso inversionista, nos hacen cuestionar y reflexionar sobre este tema. ¿Hasta qué punto los medios pueden realizar su primordial trabajo, de informar objetivamente al público, si están controlados o son propiedad de personas, grupos económicos o políticos, que tienen otros intereses, los suyos, muchas veces en conflicto o diferentes al bien común de la sociedad?

En nuestro país, el problema se agrava por el bajo nivel educativo de la mayoría, que los convierte en blancos fáciles de la manipulación informativa, en procura de proteger u ocultar otros intereses, económicos o políticos, o simplemente mantener suficiente poder para influenciar todo tipo de comportamientos, en beneficio personal. El caso reciente de este famoso medio, el Wall Street Journal, el segundo de mayor circulación en los EEUU, dos millones de ejemplares diarios y uno de los de mayor prestigio, por su independencia, objetividad y calidad editorial, como también por ser abanderado de la defensa de los principios de mayor libertad y del liberalismo económico o libre mercado.

¿El nuevo dueño respetará o no la línea editorial y tradición del centenario WSJ? En este caso particular, por ser un hombre que conoce muy bien el negocio, por desenvolverse en mercados mucho más sofisticados, con verdaderos organismos de control, compitiendo con otros medios de igual o mayor solvencia, que estarán atentos de informar cualquier desviación, y por tratarse de lectores, los más educados de la nación, dos de trescientos millones en EEUU, no tengo duda que el señor Murdoch será muy cuidadoso de no hacerse daño a sí mismo y al éxito de su propia inversión, $5 000 millones.

Cualquier cambio, en la dirección de su nuevo medio, tendrá que ser para bien, para mejorar la calidad, para añadir o complementar servicios o beneficios, para hacer más exitosa la circulación y penetración del conjunto de medios que ahora controla, incluida su última adquisición. Caso contrario, los subscriptores y los anunciantes le darán las espaldas, el éxito de su periódico y de su inversión comenzarán a declinar.

Preocupa sí en el Ecuador, que los casos de siempre se vuelvan a repetir.

Por ello, me pronuncio a favor de una prohibición constitucional, que impida que los medios de comunicación puedan tener otro fin o vinculación que no sea la dedicación más absoluta y exclusiva a su profesión; y por tanto, también el Estado esté prohibido de la tentación de administrarlos o poseerlos, y menos financiarlos, con el dinero de los demás, los contribuyentes.


GRANDES FIRMAS


Retrato de un editor serio

Por Tomás Eloy Martínez.

Jesús de Polanco era ya una leyenda cuando lo conocí en Madrid, a mediados de 1998. Entonces yo formaba parte del jurado que debía otorgar el primero de los premios Alfaguara de novela, al que se habían presentado más de 600 obras.

Durante los largos días de relecturas y discusiones no logramos inclinar la balanza hacia ninguna de las dos que, desde el principio, sobresalían con claridad del conjunto: Margarita, está linda la mar, del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, y Caracol Beach, del autor cubano Eliseo Alberto. Lo único que sentíamos con absoluta unanimidad era la injusticia de premiar a una sola de las dos.
Alguna vez he contado ya los tormentos de conciencia con que nos despedíamos cada noche y la desazón con que seguíamos mirándonos a la mañana siguiente. Las bases prohibían dividir el premio. A la vez, eliminar cualquiera de las dos novelas nos parecía una traición a la buena literatura, en cuyo nombre habíamos sido convocados. Por fin el escritor mexicano Carlos Fuentes, quien presidía el jurado, advirtió que si bien estaba prohibido dividir la recompensa, ninguna cláusula impedía duplicarla.

No creo que a Polanco le haya gustado aceptar una decisión que lo obligaba a pagar dos veces una suma que ya era considerable la primera vez, y a multiplicar el esfuerzo de edición y difusión. Si en el silencio de su corazón pensó que los jurados estábamos locos, nunca lo dijo. Por lo contrario, elogió nuestra locura. Aceptó nuestro fallo doble con el arrojo bien razonado que siempre fue la señal de su espíritu.

Quedan pocos empresarios así. En vez de adaptarse a las mudanzas de las costumbres y de los tiempos, Polanco se les adelantaba, señalaba el camino. No perdía de vista las sombras, pero se ponía del lado de la luz.

Aunque se sabía desde hace meses que estaba enfermo, su muerte, el 21 de julio, dejó una herida de sorpresa en quienes lo creíamos incapaz de morir. Siempre había estado en todas partes. ¿Cómo de pronto, iba a estar en ninguna?

Después de aquel invierno de 1998, vi a Polanco una o dos veces por año, en las reuniones del Foro Iberoamérica o en mis ocasionales visitas a Madrid. Lo había conocido como un editor de raza, pero su mirada se desplazaba más allá de los libros y de los periódicos, hacia el abanico entero de todos los lenguajes de la comunicación.

Aunque se ha llevado consigo el secreto de sus éxitos constantes, hubo uno que estuvo todo el tiempo a la vista: su manera casi invisible de mandar. Daba órdenes sin darlas. Estaba tan seguro de su capacidad para crear, que dejaba libres a sus colaboradores para que crearan. Sus hijos y Juan Luis Cebrián (director fundador de El País) entendían a la perfección lo que decía cuando callaba.

Quizá Polanco pase a la historia como el visionario que dio vida a El País, el gran diario de la modernidad española. Es su obra mayor, pero yo prefiero al editor de libros que rompió de un año para el otro las vallas feudales del franquismo y le mostró a sus compatriotas la riqueza europea de la que habían sido privados durante cuatro décadas de aislamiento, a la vez que le abría las puertas a las efervescencias culturales de América Latina.

Cuando en 2002 me sorprendió con una llamada telefónica en la que me anunciaba el premio de novela de Alfaguara, la emoción y la sorpresa me indujeron a responderle con un chiste fuera de 1ugar: “Es un premio muy bueno”, le dije. “Pero el que más va a ganar con él eres tú, como todos los editores”.

Rápido para las réplicas, me respondió con un chiste mejor: “Claro que sí. La plusvalía es siempre mía”.

Polanco era así, llano y directo. Nadie como él encarnó la imagen del gran editor tal como la retrató el escritor y filósofo Walter Benjamin: un lector que es a la vez autor, “alguien que describe y que prescribe”. Y a la vez siempre, según Benjamin, alguien de “extremo coraje”, capaz de repetirse a sí mismo cada mañana : “Voy a saber y voy a transformar”.

Los que vivimos en la orilla americana del océano le debemos a Polanco el relanzamiento de muchos de nuestros grandes escritores en volúmenes que se dejan llevar de un lado a otro, permitiendo que una obra entera se alce otra vez a la primera mirada: así hemos recuperado al autor argentino Julio Cortázar, al escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, a la periodista-novelista brasileña Clarice Lispector, al escritor brasileño Rubem Fonseca, tal como lo he visto en los autobuses de Bogotá, en los subterráneos de Buenos Aires, de Madrid y de México, y en los carritos por puesto de Caracas.

Cierta vez le dije a Polanco que esa red de vasos comunicantes era más eficaz para entendernos y mucho más democrática que todas las enseñanzas de los economistas, de los sociólogos y de los políticos. Como siempre hacía, le atribuyó su mérito a los otros.

Aceptó la parte de luz que le tocaba cuando la feria del libro de Guadalajara le concedió, en 2004, el premio al editor del año. Allí fueron enumeradas sus hazañas: la creación de El País, de la cadena radial Ser y del grupo editorial Santillana, lo que lo convertía en uno de los empresarios culturales más poderosos de Europa.

Ninguno de sus discursos de gratitud aludió a una sola de esas grandezas. Sus únicos temas fueron los libros y el destino de nuestros países. Había empeñado todas sus energías en fortalecer la democracia de España y estaba seguro de que la América Latina convertida a la democracia tendría una prosperidad nunca vista apenas dejara atrás lastres ancestrales como el caudillismo, la corrupción, las prebendas, del mismo modo que la democracia había salvado a España de la cerrazón franquista.

Como a todo hombre de poder, también a Polanco le cayeron encima las calumnias y las injusticias. Pero seguía adelante y dejaba atrás los rencores. Al otro lado del Atlántico es difícil imaginarlo muerto.

Para quienes solo lo conocieron en infatigable estado de actividad es preferible suponer que se ha replegado hacia el rincón más sigiloso de sus depósitos editoriales, donde está leyendo ahora las obras maestras que todos vamos a leer mañana, con la ingenua sensación de que estamos descubriéndolas.

(Tomás Eloy Martínez es el autor de La novela de Perón, de Santa Evita, de El vuelo de la Reina, que ganó en España el premio Alfaguara de Novela, y de El Cantor de tango. Fue nominado recientemente por el primer Premio Internacional de Man Booker, un premio bianual en reconocimiento del total de las obras de vida. Sus libros se han traducido a más de 30 idiomas. Es director del programa de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Rutgers. Distribuido en exclusividad para HOY en el Ecuador por The New York Times Syndicate



APUNTES DE LA SEMANA

EL PERSONAJE QUE HIZO NOTICIA

El ambientalista que casi es deportado

Sean O’Hearn nació en Puerto Rico hace 33 años. Es hijo de un ucraniano y una boricua. Su pasión por el mar lo llevó a enlistarse en la Marina de los EEUU.

Luego, ya graduado como ingeniero de sistemas, entró a trabajar en la Bolsa de Nueva York. Pero fue un libro el que cambiaría el rumbo de su vida: la biografía de Paul Watson, el fundador de Sea Shepherd (pastor del mar), una organización ambientalista que protege los recursos marinos con métodos que han sido cuestionados por ser violentos.

“Los humanos matamos gente para proteger la propiedad. No creo que sea tan raro arriesgar la vida para proteger ballenas y el medio ambiente. Me parece noble”, dijo alguna vez.

O’Hearn decidió abandonar Wall Street para entrar como voluntario de Sea Shepherd. Así, el 21 de diciembre de 2000 llegó al Ecuador, con una visa diplomática. La organización ambientalista tenía un convenio con el Parque Nacional Galápagos.

Juanito, como lo conocían sus amigos, se instaló en Puerto Ayora, en la isla Santa Cruz. Su trabajo consistía en revisar los expedientes de juicios por pesca ilegal en los archivos de varias provincias y escribir cartas de advertencia.

Ha defendido con entusiasmo la preservación del ecosistema en la islas Galápagos, tanto que en 2001 se enfrentó a la Marina, a la que acusó de tener una actitud complaciente frente a la pesca ilegal en las islas.

Por eso no resulta extraño que esa institución de las Fuerzas Armadas fuera la primera en protestar al conocer del acuerdo al que llegó la Policía con Sea Shepherd para la protección de las costas marítimas del país. La Armada, en su momento, aseguró que esa era su atribución.

Su trabajo llegó a incomodar, sobre todo a los pescadores de Manta, que lo declararon persona no grata y aseguraron que colgarían su foto con esa leyenda en todas las caletas pesqueras.

Según el mismo O’Hearn, fue el gobernador de Manabí, Vicente Veliz, el que gestionó su deportación, luego de la incautación de una bodega de aletas de tiburón en Manta.

Eso estuvo a punto de concretarse el sábado pasado, cuando el presidente Rafael Correa dijo que él mismo ordenó la deportación del “gringuito”, luego de que O’Hearn había sido detenido por Migración.

Lo que el presidente, al parecer, desconocía es que O’Hearn no solo está casado con una ecuatoriana, Elsa Cortés, y que tiene una hija ecuatoriana, Sadona, sino que él se considera un ecuatoriano más. (JT)

En resumen

Sean O"Hearn nació en Puerto Rico y se considera un latino más, por eso asegura que le molestó el tono despectivo con el que fue llamado: "gringuito".


BAJA

El ministro de Cultura, Antonio Preciado, que despidió a un funcionario por ser hermano de Jorge Ortiz.

SUBE

El alcalde de Quito, Paco Moncayo, que convirtió a la ciudad en un escenario para festejar el 10 de Agosto.

LA CIFRA

100 guardaespaldas escoltaron al presidente venezolano, Hugo Chávez, en su última visita al Ecuador el jueves pasado.

LA FRASE

"No deben mezclarse los dos temas (...). Una cosa es la campaña política y otra cosa es la información de lo que realiza el Gobierno"
Exhotación del TSE al Gobierno

EXPLORED
en Ciudad Quito

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