Guayaquil. 22 ene 99. Ecuador es el segundo exportador
mundial. Para el 99 se esperan 950 millones de dólares por
ventas. Existen 190 mil hectáreas cultivadas.

El camarón se perfila bien para este año, según proyecciones
de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA). Tres metas están
programadas para 1.999: lograr una producción sustentable
mediante un plan coordinado con el Ministerio de Medio
Ambiente, ampliar la base del mercado de exportación y
continuar con la diversificación en la oferta del producto. Al
país llegarían de 900 a 950 millones de dólares por ventas.

Aun así Nancy Celi, directora ejecutiva de la CNA, piensa que
"1999 va a ser un año difícil por la situación de la economía
mundial, pero si logramos mantener los costos el sector va a
estar bien". Los camaroneros tienen dos fuertes problemas: la
inseguridad y el aumento constante del valor del diesel. Pero
algunos se compensan con las ventajas arancelarias que el ramo
posee.

Durante 1998, el Ecuador exportó 844 millones de dólares, la
cantidad representa una baja del 3.5 por ciento comparada con
los valores de 1997.

"La situación de precios fue mala, por las macrodevaluaciones
en el sudeste asiático, y aunque nuestro camarón tiene calidad
y prestigio el margen de precios se achica y eso nos perjudicó
bastante" , dijo Celi.

A pesar de esto, 1998 fue el año récord de producción. El país
mantuvo su posición de segundo productor mundial. 250 millones
de libras fueron exportadas, pero en realidad se necesitó
procesar 150 mil toneladas métricas de camarón (pelado,
descabezado, cocido...).

Los mejores clientes del camarón ecuatoriano son Estados
Unidos, Japón y la Unión Europea. Cada uno de ellos tiene sus
restricciones y condiciones de acceso, como la parte
arancelaria. Estados Unidos no cobra aranceles y la Unión
Europea impone uno de 3.6 por ciento.

Este año el sector espera un acuerdo con Mercosur, lo que
ampliaría el mercado.

La competencia para el crustáceo ecuatoriano la representan
Tailandia (primer productor mundial), Indonesia, India, China,
Malasia... En el sudeste asiático se produce el 75 % del
camarón cultivado que se vende en el mundo. América aporta el
25%, del cual el 20% es camarón ecuatoriano. El 5% restante se
obtiene desde América Central hasta el norte de Perú.

230 mil personas dependen del sector en el país. Son quienes
participan en el proceso de trabajo directo: larveros,
empleados de camaroneras, empacadoras, laboratorios,
transportistas y personal de seguridad.

Fuera de ese número están los que trabajan en producción de
cajas de cartón, etiquetas, uniformes, las compañías de
seguros, de transportes, navieros, compañías de seguridad.

La Acuacultura generó incluso una nueva proyección
profesional. Desde la década pasada se abrió como una nueva
carrera universitaria en la Escuela Superior Politécnica del
Litoral, Universidad de Machala y Universidad de Guayaquil.
Además, técnicos ecuatorianos, en acuacultura, trabajan en el
exterior.

El Ministerio del Medio Ambiente desarrolla un plan para hacer
sustentable el negocio del camarón, especialmente para evitar
la tala del manglar. Las preocupaciones tienen sustento.
Porque a pesar de que las nuevas concesiones de terrenos
costeros para hacer camaroneras están prohibidas (solo se
autorizan las empresas cuando están en tierras propias) aún
hay informales que invaden los manglares. En el país hay
alrededor de 190 mil hectáreas en producción, de estas solo
157 mil son legales.

La preocupación del sector por manejar un plan ecológico se
debe a que la tala lo afecta. Cuando muere el manglar, también
mueren los nutrientes. Muisne, San Lorenzo y Bahía de Caráquez
son los sectores más perjudicados. Para dimensionar el impacto
que tendría una caída de esta producción solo basta un
ejemplo: Esmeraldas, donde el 21 por ciento de la población
económicamente activa depende del camarón.

La competitividad ha influido con beneficios en el sector. La
producción se diversificó desde el camarón crudo congelado en
bloque hasta llegar actualmente a 21 presentaciones. El valor
agregado incluye camarones cocidos, crudos, preparados para
servirse en el momento, en brochetas, con salsas y aderezos,
apanados, rellenos de cangrejo,y en anillos.

La protección todavía no se define

Sobre la protección del manglar existe una serie de leyes y
reglamentos, pero son tres instituciones las que trabajan
directamente en el tema. "Cada una con diferentes
competencias", dijo Danilo Silva, Director Ejecutivo del
Instituto Ecuatoriano Forestal y de Areas Naturales y Vida
Silvestre, Inefan.

El Inefan se encarga de la protección del manglar amparado en
la Ley de conservación de Areas Naturales y Vida Silvestre y
su Reglamento; la Dirección General de Marina Mercante
encargada de la concesión de zonas de playa y bahía para la
actividad camaronera; y la Subsecretaría de Pesca que tiene
competencia en lo que es el cultivo de organismos
bioacuáticos.

Silva asegura que éstas instituciones no han estado cumpliendo
a cabalidad sus funciones y en muchos casos se han autorizado
permisos sin competencia dentro de sus áreas, mas el Inefan no
los ha otorgado".

Además, instituciones como el Consejo Nacional de Recursos
Hídricos (CNRH), los ministerios de Turismo y Salud tienen
competencia sobre los recursos vinculados a esta problemática.

Las leyes y normas sobre la protección y manejo de este
ecosistema tratan: la prohibición de construcción de piscinas
camaroneras, la prohibición de tala, la concesión de zonas de
manglar para cualquier tipo actividad y se determinan
sanciones para los infractores.

Actualmente, aunque las leyes de protección del manglar
existen, sus aplicaciones pueden ser fácilmente cuestionadas
judicialmente, debido a la expedición de normas de carácter
administrativo sin sustento legal o constitucional, la mayoría
sin aplicación hasta la fecha.

La ley será cambiada para proteger los manglares y toda
estructura forestal. La propuesta se enviará al Congreso en el
2000.

Entre tanto, la "Operación Manglar", programa para su
conservación, será oficializado el 16 de este mes. Tratará de
poner fin a los conflictos legales, asignando a cada
institución las funciones que le correspondan.

La ilegalidad de las camaroneras

En la zona norte funcionan 56, pero solo seis tienen permiso
de funcionamiento. En Muisne hay más de 150 camaroneras, de
las que más de cien son ilegales.

La condición de las camaroneras que no cuentan con los
permisos no es una novedad, pero los procesos judiciales son
parciales.

En 1998 se instauraron cuatro juicios y hay un total de 14
pendientes.

Las camaroneras ilegales se asentaron en las zonas en 1982
cuando la acuacultura era novedad y cuando aún no se
dimensionaba los impactos ecológicos y sociales.

Las camaroneras pagan un permiso a la Digmer por la ocupación
de las playas y bahías que son propiedad del Estado.

En 1982 no se instauraron juicios y en los últimos cuatro años
hay 114 procesos pendientes.

Las autoridades reconocen la ilegalidad de las camaroneras;
sin embargo, es imposible plantear juicios porque los
productores se defienden argumentando que no son responsables
de la tala.

Según Carlos Hernández, de la UCV, entre los argumentos de los
camaroneros se pierde al responsable de la tala, resulta
imposible comprobar la tala del manglar y, lo que es peor, el
90 por ciento de juicios ganan los camaroneros.



La producción en Esmeraldas
Zonas camaroneras * Están en Muisne (Esmeraldas) y Cojimíes
(Manabí). En Muisne, entre los más grandes camaroneros se
conoce a Ecrusa (140 hectáreas), Lenin Naveda (120),
Hidalgo-Hidalgo (70 a 80), Compañía Lagartera (80). Hay grupos
como de Clemente Vásquez que tienen unas 70 hectáreas en
diferentes zonas. La mayoría tiene un promedio de entre seis y
25 hectáreas. En la zona norte esta Purocongo y El Rosario.

El personal * Un guardián, un ayudante y dos personas más es
el personal básico. Para la pesca se contrata aproximadamente
a 25 personas. Los camaroneros tienen un sistema rotacional de
empleados para evitar problemas laborales.

La mayoría de productores, especialmente los medianos y
pequeños, trabaja con sus familiares.

Una de las formas de pago más comunes es el trueque, es decir,
bajas cantidades que se completan con jaibas y peces que
quedan en las piscinas luego de la pesca. A los jornaleros se
les paga hasta un millón y un millón 200 mil sucres.

La producción * Una piscina de una hectárea produce de 1.500 a
2.500 libras de camarón, según la tecnología y la cantidad de
larvas que se siembren. Los camaroneros pescan cada tres
meses. El precio de la libra de camarón de exportación oscila
entre 15 mil y 20 mil sucres. La superficie de las piscinas de
Muisne oscila entre tres y 140 hectáreas.

La reforestación * El Programa de Manejo de Recursos Costeros,
con un plan piloto que se aplicó entre 1997 y 1998, reforestó
115 hectáreas en los estuarios de Muisne y Cojimíes .

Se nota que algunos camaroneros sienten la necesidad de
reforestar y en Muisne hay tres productores que con sus
recursos empezaron la tarea en pequeñas áreas.

La Acebae y el Programa de Manejo de Recursos Costeros tienen
un compromiso para reforestar. Los camaroneros entregan las
áreas y se encargan del cuidado de las plántulas que entrega
el Programa. Además cuidan para que nuevos camaroneros no
invadan las zonas que quedan de manglaR. (Texto tomado de El
Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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