ESCOLLOS A LA PAZ
SAN SALVADOR. 12.04.91. El surgimiento de una ola de
secuestros de empresarios y el rechazo de miembros del partido
oficialista a reformar la constitución aparecen como nuevos
escollos para poner fin a la guerra en el Salvador, justo
cuando el gobierno y la guerrilla redoblan los esfuerzos por
hallar una salida al conflicto armado. En México,
representantes de la administración del presidente Alfredo
Cristiani y del Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FMLN) iniciaron el jueves una nueva ronda de
conversaciones de paz, con el auspicio de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU).
Por primera vez en un año de negociaciones, las discusiones en
México parecen haber entrado en una tapa más productiva que
augura la posibilidad de que se alcance a corto plazo un cese
al fuego.
Pero en el Salvador han surgido signos adversos para la
planificación.
Igual que operaba un grupo de secuestradores a mediados de la
década pasada, unos 17 empresarios y comerciantes fueron
plagiados en las últimas semanas. En 1985, acaudalados hombres
de negocios fueron secuestrados por una banda de militares y
civiles, algunos de los cuales tenían vínculos con el
actualmente partido gobernante, Alianza Republicana
Nacionalista (ARENA), según se denunció en aquella época. Seis
de sus integrantes fueron capturados, pero tres de ellos, que
aparentemente habían reconocido su culpa y estaban dispuestos
a hacer revelaciones, murieron en llamativas circunstancias.
El jefe de la banda, el terrateniente Orlando Llovera, se fugó
de la cárcel.
La Cámara de Comercio denunció la semana última la oleada de
los secuestros pero se negó a ampliar la información. Una
fuente de esa entidad dijo a IPS que aunque no podía asegurar
que se hubiera reagrupado la vieja banda de criminales,
reconoció que "hay indicios de que pudiera ser la misma
mecánica y metodología del pasado". Dada la naturaleza
extorsiva de estos casos no se conocen mayores detalles sobre
los secuestros.
En un periódico vespertino de esta capital fue publicado el
sábado lo que se cree fue el llamado de un padre que aceptaba
las exigencias de los secuestradores. El aviso consignó
"Pepe: con todos nuestros sacrificios te queremos hacer una
ofrenda de cien mil bendiciones, pero solo podremos
derramarlas el lunes 8 de abril, por la tarde. Esperamos que
nos digas cómo puedes recibir esas bendiciones que llevan todo
nuestro afán y sacrificio".
En medio de un fuerte hermetismo, la culpa empresarial sostuvo
varias reuniones en los últimos días con el presidnete
Cristiani y el alto mando militar. Según tracendió, los
representantes del sector privado emplazaron al jefe de Estado
a que resuelva la situación cuanto antes porque, de lo
contrario, se irán del país con sus capitales. Los secuestros
de mediados de la década pasada fueron promovidos por
sectores de ultraderecha que, además de la obtención de
fuertes rescates, pretendían desestabilizar al gobierno
democrático de José Napoleón Duarte, se creía en esa
época.
Observadores en este país consideran ahora que la reaparición
de los secuestros vuelve a ser obra de la ultraderecha,
interesada en evitar que prosperen las negociaciones de paz
entre el gobierno y la guerrilla. Varios grupos de opinión
ultraderechistas alzaron su voz en los últimos días contra el
partido arena, al que critican por estar efectuando lo que
ellos consideran como grandes concesiones a la guerrilla en la
mesa de negociación.
Pero también dentro del partido oficialista, algunos
diputados, incluyendo al presidente de la Asamblea
Legislativa. Ricardo Alvarenga, expresaron su rechazo a las
reformas constitucionales que el gobierno y la guerrilla
discuten en México. El mecanismo de modificación de la
constitución salvadoreña establece que las reformas deben ser
aprobadas por la actual asamblea legislativa, controlada por
Arena, y refrendadas por el Congreso que inicia sus labores en
mayo, donde ningún partido tiene mayoría absoluta. La actual
legislatura finaliza su mandato el 30 de abril, por lo que
quedan apenas tres semanas para que pueda modificarse la
constitución este año o habrá que esperar hasta 1994.
El otro elemento que pone en peligro las negociaciones es la
intensificación de los combates entre el ejército y la
guerrilla en los últimos días. La discusión en México de las
condiciones para un eventual cese al fuego y la delimitación
de los territorios donde se asentará cada bando parecen haber
reavivado el intento de ambas fuerzas por demostrar cuales son
las areas que dominan. (IPS)
SAN SALVADOR. 12.04.91. El surgimiento de una ola de
secuestros de empresarios y el rechazo de miembros del partido
oficialista a reformar la constitución aparecen como nuevos
escollos para poner fin a la guerra en el Salvador, justo
cuando el gobierno y la guerrilla redoblan los esfuerzos por
hallar una salida al conflicto armado. En México,
representantes de la administración del presidente Alfredo
Cristiani y del Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FMLN) iniciaron el jueves una nueva ronda de
conversaciones de paz, con el auspicio de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU).
Por primera vez en un año de negociaciones, las discusiones en
México parecen haber entrado en una tapa más productiva que
augura la posibilidad de que se alcance a corto plazo un cese
al fuego.
Pero en el Salvador han surgido signos adversos para la
planificación.
Igual que operaba un grupo de secuestradores a mediados de la
década pasada, unos 17 empresarios y comerciantes fueron
plagiados en las últimas semanas. En 1985, acaudalados hombres
de negocios fueron secuestrados por una banda de militares y
civiles, algunos de los cuales tenían vínculos con el
actualmente partido gobernante, Alianza Republicana
Nacionalista (ARENA), según se denunció en aquella época. Seis
de sus integrantes fueron capturados, pero tres de ellos, que
aparentemente habían reconocido su culpa y estaban dispuestos
a hacer revelaciones, murieron en llamativas circunstancias.
El jefe de la banda, el terrateniente Orlando Llovera, se fugó
de la cárcel.
La Cámara de Comercio denunció la semana última la oleada de
los secuestros pero se negó a ampliar la información. Una
fuente de esa entidad dijo a IPS que aunque no podía asegurar
que se hubiera reagrupado la vieja banda de criminales,
reconoció que "hay indicios de que pudiera ser la misma
mecánica y metodología del pasado". Dada la naturaleza
extorsiva de estos casos no se conocen mayores detalles sobre
los secuestros.
En un periódico vespertino de esta capital fue publicado el
sábado lo que se cree fue el llamado de un padre que aceptaba
las exigencias de los secuestradores. El aviso consignó
"Pepe: con todos nuestros sacrificios te queremos hacer una
ofrenda de cien mil bendiciones, pero solo podremos
derramarlas el lunes 8 de abril, por la tarde. Esperamos que
nos digas cómo puedes recibir esas bendiciones que llevan todo
nuestro afán y sacrificio".
En medio de un fuerte hermetismo, la culpa empresarial sostuvo
varias reuniones en los últimos días con el presidnete
Cristiani y el alto mando militar. Según tracendió, los
representantes del sector privado emplazaron al jefe de Estado
a que resuelva la situación cuanto antes porque, de lo
contrario, se irán del país con sus capitales. Los secuestros
de mediados de la década pasada fueron promovidos por
sectores de ultraderecha que, además de la obtención de
fuertes rescates, pretendían desestabilizar al gobierno
democrático de José Napoleón Duarte, se creía en esa
época.
Observadores en este país consideran ahora que la reaparición
de los secuestros vuelve a ser obra de la ultraderecha,
interesada en evitar que prosperen las negociaciones de paz
entre el gobierno y la guerrilla. Varios grupos de opinión
ultraderechistas alzaron su voz en los últimos días contra el
partido arena, al que critican por estar efectuando lo que
ellos consideran como grandes concesiones a la guerrilla en la
mesa de negociación.
Pero también dentro del partido oficialista, algunos
diputados, incluyendo al presidente de la Asamblea
Legislativa. Ricardo Alvarenga, expresaron su rechazo a las
reformas constitucionales que el gobierno y la guerrilla
discuten en México. El mecanismo de modificación de la
constitución salvadoreña establece que las reformas deben ser
aprobadas por la actual asamblea legislativa, controlada por
Arena, y refrendadas por el Congreso que inicia sus labores en
mayo, donde ningún partido tiene mayoría absoluta. La actual
legislatura finaliza su mandato el 30 de abril, por lo que
quedan apenas tres semanas para que pueda modificarse la
constitución este año o habrá que esperar hasta 1994.
El otro elemento que pone en peligro las negociaciones es la
intensificación de los combates entre el ejército y la
guerrilla en los últimos días. La discusión en México de las
condiciones para un eventual cese al fuego y la delimitación
de los territorios donde se asentará cada bando parecen haber
reavivado el intento de ambas fuerzas por demostrar cuales son
las areas que dominan. (IPS)
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