Por Carlos Calderón Chico
Quito. 06.08.95. Tiene tres hitos humanos en su formación
política, ideológica, y jurídica: su padre, Adolfo Alvear
Icaza, un notable jurista guayaquileño que vivió cerca de
noventa años y sentó en él "los pilares de la honestidad de
procedimientos" y su afán de servicio al prójimo;

Carlos Julio Arosemena Monroy, de quien nuestro entrevistado
afirma que se trata de un "político con estilo clásico, que
perdurará en el tiempo por lo sentencioso de sus frases", y
León Febres Cordero, "porque se trata de un caudillo con
perspectiva histórica y porque tiene capacidad para enfrentar
los grandes problemas nacionales". Quien lo dice es un
político guayaquileño, con medio siglo de vida, autor de
varios libros sobre seguros y derecho mercantil, catedrático
universitario y prominente figura del Partido Social
Cristiano. Con una fluidez y capacidad de síntesis, negando en
todo instante ser el delfín del delfín (es decir, de Nebot
Saadi) nuestro entrevistado, José Alvear Icaza, enfrentó así
nuestro interrogatorio...

- Tengo entendido que en su juventud usted fue un ferviente
arosemenista, militó en el PNR, y luego se alejó de Arosemena.
¿Que pasó realmente?

Yo le debo mi inquietud por lo social a Carlos Julio
Arosemena. El despertó en mi juventud el deseo y el afán de
sostener las instituciones jurídicas del país por sobre todas
las cosas. Me alejo del partido y de él porque pierde
continuidad en la lucha por el poder y porque pierde la
perspectiva de los problemas socioeconómicos que aquejan al
país. El político debe en forma constante estar analizando los
problemas del país, sin tregua.

- Dura acusación, al doctor Arosemena Monroy...

Yo diría que el caudillo en el ocaso de su vida se mantiene
vigente, y lo que a mi entender faltó entre 1972 y 1979 fue
una actividad partidista permanente y una ejecución política
continua frente a la dictadura militar de ese entonces.

- Usted forma parte de una generación universitaria, tal vez
la última que enfrentó el problema de la dignidad nacional, la
soberanía, la lucha por la vida, etc. ¿Qué los unió y qué los
separó?

Yo soy parte de una generación que se inicia en la vida
pública confrontando dos hechos fundamentales: la ruptura del
orden constitucional en 1963, y la necesidad de darle a la
juventud una nueva proyección social y un papel protagónica en
la vida pública del país.

Bajo ese esquema, entre 1964 y 1970, usted ve una generación
de políticos jóvenes que inician su participación en la vida
nacional a partir de las aulas universitarias. Allí tiene
usted a Jaime Roldós Aguilera, con una formación ideológica
eminentemente social; a un Francisco Huerta Montalvo, con un
pensamiento liberal vigente, pero de acuerdo a los principios
del Viejo Luchador. Allí encuentra un René Maugé, ideólogo del
Partido Comunista Ecuatoriano; allí vemos un Jaime Hurtado,
representando la insurgencia del cambio por parte del
movimiento marxista de nuestro país. Entonces, en esa
generación usted va a encontrar a un Oswaldo Molestina, un
Jorge Gallardo, un Luis Herrería Bonet, un Carlos Julio
Arosemena Arosemena, y entre ellos me encuentro yo. Eran
posiciones totalmente claras y definidas de cada uno de
nosotros.

- ¿Y el poder económico y social en manos de quién estaba?

En manos de cuatro o cinco familias, que eran los gamonales de
turno, respaldados por una fuerza castrense que se rendía ante
el halago, el buen vino y las fiestas sociales.

- ¿Y ese esquema sigue aún vigente?

No, yo creo que no. Ahora la realidad es más compleja, existen
mayores confrontaciones sociales. Hay nuevos grupos de poder.

- ¿Y en todo esto qué papel ha jugado la Izquierda?

La izquierda, si podemos llamar así a quien se identifican con
la insurgencia social, perdió autenticidad y por ende
credibilidad en el pueblo. La mejor prueba de esto es que los
partidos marxistas están casi borrados del mapa electoral, y
el sindicalismo criollo no tiene ninguna credibilidad en el
país. Vea el fracaso del FUT y las huelgas nacionales, todo lo
cual demuestra que el proletariado no cree en los líderes de
izquierda...

- ¿Y en los líderes de la derecha el pueblo sí cree?

En determinados líderes de derecha, sí, por la autenticidad en
la acción. Usted ve que en las últimas décadas hay un cambio,
no digamos de posturas, pero sí hay un cambio en la manera
como el pueblo ecuatoriano enfoca su destino. Los partidos
tradicionales fenecen, víctimas de sus propios errores. Los
partidos de izquierda o marxistas fallecen por su falta de
autenticidad, son rojos por fuera y azules por dentro. El
populismo trasciende en el país.

Febres Cordero es el caudillo, el conductor de un pueblo, que
tiene autenticidad para decir las cosas. Que no defrauda. Es
un político y es un estadista en el más estricto sentido. La
historia, cuando emita su veredicto sobre su obra de gobierno,
elogiará sus aciertos, y también sus errores, porque como todo
ser humano también los posee. En cuanto a Jaime Nebot Saadi,
veo en él al político incorruptible, al hombre preocupado por
los grandes problemas que afectan a su país. Que tiene el afán
de darle solución a esos problemas. Hombre formado al calor de
grandes lecturas, considero que es el líder más opcionado para
conducir al Ecuador hacia el nuevo siglo.

"Yo no me he cambiado de camiseta"

- ¿Es el Partido Social Cristiano un partido de
derecha-derecha?

Es un partido de centro derecha, que ha evolucionado en todos
sus principios iniciales. Es un partido abierto a todo aire de
renovación ideológica, que pone en práctica muchos de los
preceptos señalados en las encíclicas papales, que finalmente
ocupa el lugar histórico dejado por el partido liberal.

- ¿No cree que hay mucha exageración en esta afirmación suya?

En lo absoluto. ¿Acaso usted cree que el partido liberal es un
agente de cambio? Ellos se volvieron cortesanos de palacio,
solo les interesa el discurso nostálgico de las viejas glorias
liberales. ¿A quién representan? A nadie. Mientras que el
Partido Social Cristiano busca darle al hombre un sentido
humano, quiere que la economía esté al servicio del hombre y
no a la inversa. Busca la eliminación de los privilegios y las
injusticias sociales. En suma, que el hombre sea el centro de
todo. Como fueron las propuestas de Alfaro, Peralta y otros.

- Usted ha militado en cuatro partidos... ¿variaciones
ideológicas?

Milité en el Partido Nacionalista Revolucionario, luego en el
Partido Liberal, posteriormente en el FRA, y ahora en el
Partido Social Cristiano. Yo no he sido un hombre que se ha
cambiado de camiseta. Lo que ocurre es que esos partidos se
olvidaron del hombre, de los postulados de cambio. Son ahora
partidos de membretes, clubes familiares. Son partidos
carentes de bases. Pero son partidos de centro derecha, guardé
afinidad con ellos y en ellos milité. Ahora, me afilio al
Partido Social Cristiano, sin que nadie me lo pida, porque veo
que su líder busca un cambio social, político, económico, y
porque además este partido me dio la oportunidad de hacer un
real trabajo con el pueblo. Eso le agradezco. Nuestro partido
es una real opción de poder y de transformaciones
democráticas, de respeto a los derechos de los hombres y del
pueblo.

- ¿Su última morada será el PSC?

Si, he quemado las naves como Hernán Cortez, y es tiempo de
quemar las naves en el Partido Social Cristiano.

En Breve

- Busquemos al hombre íntimo, doctor Alvear. ¿Cuál es su
personaje histórico?

Eloy Alfaro

-¿Su personaje universal?

Juan XXIII

- ¿La mujer que más admira?
Yo admiro a dos mujeres: a mi madre, por la fortaleza de
carácter que tuvo para formarme, y a mi mujer, Ana Zenck, por
su calidad humana y permanente solidaridad.

- ¿Sus hijos?

La razón de mi vida.

- ¿La política?

Un medio para servir al país.

- ¿El Ecuador de hoy?

Convulsionado

- ¿El Ecuador de ayer?

No había Ecuador.

- ¿El Ecuador del futuro?

Desarrollado, dinámico, honesto.

-¿Guayaquil de hoy?

Ciudad

-¿El Guayaquil de ayer?

Desastre

- ¿Guayaquil del futuro?

Metrópoli

- ¿A qué jurista admira?

Galo García Feraud

- ¿Qué no quisiera ser?

Traidor

-¿De qué se arrepiente?

De nada

- ¿A quién no le estrecharía la mano?

A un traidor

- ¿Puede dar un nombre?

Judas. Y como él hay muchos en la política ecuatoriana.

- ¿Febres Cordero?

Caudillo

- ¿Rodrigo Borja?

Obsoleto

- ¿Osvaldo Hurtado?

Maquiavélico

- ¿Sixto Durán Ballén?

Vejez

- ¿Dahik?

- ¿Abdalá Bucaram?

Populismo intrascendente

- ¿Federico González Suárez?

Ciencia y verdad

- ¿Qué quiere que diga su epitafio?

El epitafio se marca al final de una vida, y yo estoy en la
plenitud de mi vida.(3B)
(Diario HOY)
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 01/Enero/1995

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el